La obsolescencia programada genera grandes cantidades de basura que contaminan el medio ambiente. Si las personas cambiaran sus hábitos de consumo para mantener sus dispositivos más tiempo en lugar de cambiarlos cada pocos meses, se producirían menos desechos electrónicos. Algunas empresas ahora ofrecen productos duraderos, pero se necesitan más esfuerzos para crear conciencia sobre los impactos negativos de la obsolescencia programada y fomentar un consumo más responsable y sostenible.