La filosofía investiga el universo en su totalidad, incluyendo tanto lo que existe como lo que no existe, a diferencia de las ciencias particulares que se enfocan en problemas específicos. Dado que solo conocemos fragmentos de la realidad, la naturaleza del todo es desconocida e incluso si el universo es cognoscible. La filosofía, al ser el único problema absoluto, representa el máximo intento de conocimiento a través de una actitud puramente teórica y heroica intelectual.