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Matematica06
Matematica06
2 
Ministerio de Educación Ciencia y Tecnología de la Nación 
Cuadernos para el aula: Matemática 6. - 1a ed. - Buenos Aires: 
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación, 2007. 
200 p.; 22 x 17 cm. 
ISBN 978-950-00-0628-6 
1. Formación Docente. I. Título 
CDD 371.1
3 
Presidente de la Nación 
Dr. Néstor Kirchner 
Ministro de Educación, Ciencia y Tecnología 
Lic. Daniel Filmus 
Secretario de Educación 
Lic. Juan Carlos Tedesco 
Subsecretaria de Equidad y Calidad Educativa 
Lic. Alejandra Birgin 
Directora Nacional 
de Gestión Curricular y Formación Docente 
Lic. Laura Pitman
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
4 Serie 
Cuadernos para el aula 
Subsecretaría de Equidad y Calidad Educativa 
Área de producción pedagógica Cuadernos para el aula 
Coordinación y supervisión pedagógica general 
Adela Coria 
Equipo del Área de Matemática, de la Dirección Nacional de Gestión 
Curricular y Formación Docente 
Coordinación y supervisión pedagógica 
Mónica Agrasar 
Silvia Chara 
Graciela Chemello 
Autores 
Yudith Murugarren 
Olga Vírgola 
Área de producción editorial 
Coordinación de Publicaciones 
Raquel Franco 
Brenda Rubinstein, Asistencia de coordinación 
Silvana Franzetti, Edición 
Félix De las Mercedes, Corrección 
Carolina Mikalef, Alejandro Luna, Dirección de arte 
Geni Espósito, Coordinación gráfica 
Alberto Caut, Diagramación 
Mariana Pereyra, Gastón Caba, Eugenia Mas, Ilustración 
María Celeste Iglesias, Documentación
En las décadas pasadas, diversos procesos económicos, sociales y políticos que 
tuvieron lugar en nuestro país pusieron en crisis el sentido de nuestra democra-cia. 
Aún la sociedad argentina es profundamente desigual a lo largo y a lo ancho 
de nuestro territorio. Estamos realizando importantes esfuerzos en materia de 
políticas públicas que revelan indicios alentadores en el proceso de contribuir a 
revertir esas desigualdades. Pero ello no ha sido hasta ahora suficiente. Niñas, 
niños y jóvenes son parte de una realidad donde la pobreza y la exclusión social 
expresan todavía de manera desgarradora la enorme deuda que tenemos con 
ellos y con su futuro. 
Las brechas sociales se manifiestan también en la fragmentación de nues-tro 
sistema educativo, en la desigualdad de trayectorias y aprendizajes, y en las 
dificultades que enfrentan los docentes al momento de enseñar. 
En las circunstancias más difíciles, las escuelas se sostuvieron como uno de 
los lugares en los que se continuó albergando un sentido de lo público, res-guardando 
las condiciones para que hayamos podido volver a pensar en la posi-bilidad 
de un todos. Maestros y maestras redoblan sus esfuerzos, persisten en 
la búsqueda de alternativas, y todos los días ponen en juego su saber en la cons-trucción 
de nuevas prácticas. 
Al reasumir desde el Estado la responsabilidad de acompañar el trabajo coti-diano 
de los docentes, buscamos recrear los canales de diálogo y de aprendi-zaje, 
afianzar los espacios públicos y garantizar las condiciones para pensar 
colectivamente nuestra realidad y, de este modo, contribuir a transformarla. 
Creemos que es preciso volver a pensar nuestra escuela, rescatar la impor-tancia 
de la tarea docente en la distribución social del conocimiento y en la 
recreación de nuestra cultura, y renovar nuestros modos de construir la igualdad, 
restituyendo el lugar de lo común y de lo compartido, y albergando a su vez la 
diversidad de historias, recorridos y experiencias que nos constituyen. 
5 
Presentación
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
6 Serie 
Cuadernos para el aula 
Transitamos una época de incertidumbre, de cuestionamientos y frustracio-nes. 
No nos alcanza con lo que tenemos ni con lo que sabemos. Pero tenemos 
y sabemos muchas cosas, y estamos vislumbrando con mayor nitidez un horizon-te 
alentador. 
Como educadores, nos toca la inquietante tarea de recibir a los nuevos alum-nos 
y de poner a disposición de todos y de cada uno de ellos nuestras mejores 
herramientas de indagación, de pensamiento y de creación. En el encuentro que 
se produce entre estudiantes y docentes reside la posibilidad de la transmisión, 
con todo lo que ello trae de renovación, de nuevos interrogantes, de replanteos 
y de oportunidades para cambiar el mundo en el que vivimos. 
Lo prioritario hoy es recuperar y consolidar la enseñanza como oportunidad 
de construir otro futuro. 
Frente a ese desafío y el de construir una sociedad más justa, las escuelas 
tienen encomendada una labor fundamental: transmitir a las nuevas generacio-nes 
los saberes y experiencias que constituyen nuestro patrimonio cultural. 
Educar es un modo de invitar a los niños y a los jóvenes a protagonizar la histo-ria 
y a imaginar mundos cada vez mejores. 
La escuela puede contribuir a unir lo que está roto, a vincular los fragmentos, 
a tender puentes entre el pasado y el futuro. Estas son tareas que involucran de 
lleno a los docentes en tanto trabajadores de la cultura. La escuela también es 
un espacio para la participación y la integración; un ámbito privilegiado para la 
ampliación de las posibilidades de desarrollo social y cultural del conjunto de 
la ciudadanía. 
Cada día, una multitud de chicos y chicas ocupa nuestras aulas. Cada día, las 
familias argentinas nos entregan a sus hijos, porque apuestan a lo que podemos 
darles, porque confían en ellos y en nosotros. Y la escuela les abre sus puertas. 
Y de este modo no solo alberga a chicos y chicas, con sus búsquedas, necesi-dades 
y preguntas, sino también a las familias que, de formas heterogéneas, 
diversas, muchas veces incompletas, y también atravesadas por dolores y reno-vadas 
esperanzas, vuelven una y otra vez a depositar en la escuela sus anhelos 
y expectativas. Nuestros son el desafío y la responsabilidad de recibir a los nue-vos, 
ofreciéndoles lo que tenemos y, al mismo tiempo, confiando en que ellos 
emprenderán la construcción de algo distinto, algo que nosotros quizás no ima-ginamos 
todavía. 
En la medida en que nuestras aulas sean espacios donde podamos someter 
a revisión y crítica la sociedad que nos rodea, y garantizar el derecho de todos 
los niños, niñas, jóvenes y adultos de acceder a los saberes que, según creemos, 
resultan imprescindibles para participar en ella, podremos hacer de la educación 
una estrategia para transformarla. 
La sanción de la Ley de Educación Nacional inscribe en el plano legal ese 
sentido de apuesta por un futuro más justo, y plasma en sus principios y
decisiones fundamentales, un fuerte compromiso de los Estados nacional y pro-vinciales 
por construir ese horizonte de igualdad al que aspiramos como ciudada-nos. 
La definición de los Núcleos de Aprendizajes Prioritarios forma parte así de 
una política educativa que, en la firme perspectiva de un mediano plazo, busca 
garantizar una base común de saberes para todos los chicos del país. Detrás de 
esta decisión, existe una selección deliberada de conocimientos fundada en apre-ciaciones 
acerca de cuáles son las herramientas conceptuales que mejor con-densan 
aquello que consideramos valioso transmitir en la escuela. También, una 
intención de colocar la enseñanza en el centro de la deliberación pública sobre el 
futuro que deseamos y el proyecto social de país que buscamos. 
Es nuestro objetivo hacer de este conjunto de saberes y del trabajo en torno 
a ellos una oportunidad para construir espacios de diálogo entre los diversos 
actores preocupados por la educación, espacios que abran la posibilidad de 
desarrollar un lenguaje y un pensamiento colectivos; que incorporen la experien-cia 
y los deseos de nuestros maestros y maestras, y que enfrenten el desafío de 
restituir al debate pedagógico su carácter público y político. 
Lic. Alejandra Birgin Lic. Daniel Filmus 
Subsecretaria de Equidad Ministro de Educación, 
y Calidad Educativa Ciencia y Tecnología 
7
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
8 Serie 
Cuadernos para el aula 
Para dialogar con los 
Cuadernos para el aula 
La serie Cuadernos para el aula tiene como propósito central aportar al diálo-go 
sobre los procesos pedagógicos que maestros y maestras sostienen cotidia-namente 
en las escuelas del país, en el trabajo colectivo de construcción de un 
suelo compartido y de apuesta para que chicos y chicas puedan apropiarse de 
saberes valiosos para comprender, dar sentido, interrogar y desenvolverse en el 
mundo que habitamos. 
Quienes hacemos los Cuadernos para el aula pensamos en compartir, a tra-vés 
de ellos, algunos “hilos” para ir construyendo propuestas para la enseñanza 
a partir de los Núcleos de Aprendizajes Prioritarios. Así, estos Cuadernos bus-can 
tramar algunos saberes priorizados en múltiples itinerarios de trabajo, dejan-do 
puntas y espacios siempre abiertos a nuevos trazados, buscando sumar 
voces e instancias de diálogo con variadas experiencias pedagógicas. No nos 
mueve la idea de hacer propuestas inéditas, de “decir por primera vez”. Por el 
contrario, nos mueve la idea de compartir algunos caminos, secuencias o recur-sos 
posibles; sumar reflexiones sobre algunas condiciones y contextos especí-ficos 
de trabajo; poner a conversar invenciones de otros; abrir escenas con múl-tiples 
actores, actividades, imágenes y lecturas posibles. 
Con ese propósito, el Ministerio Nacional acerca esta serie que progresiva-mente 
se irá nutriendo, completando y renovando. En esta oportunidad, damos 
continuidad a la colección presentando un nuevo libro para el Nivel Inicial y uno 
para cada campo de conocimiento priorizado para el Segundo Ciclo de la 
EGB/Nivel Primario: uno de Lengua, uno de Matemática, uno de Ciencias 
Sociales y uno de Ciencias Naturales para cada año/grado. En tanto propuesta 
abierta, los Cuadernos para el aula también ofrecen aportes vinculados con 
otros saberes escolares. En esta oportunidad, se suma una propuesta para tra-bajar 
en los dos primeros ciclos de la escolaridad primaria en el área Tecnología. 
En todos los casos, siempre incluyendo reflexiones que traman los aspectos 
específicos de las disciplinas escolares con reflexiones sobre temas pedagógico-didácticos 
que constituyen renovadas preocupaciones sobre la enseñanza. 
Sabemos que el espacio de relativa privacidad del aula es un lugar donde 
resuenan palabras que no siempre pueden escribirse, que resisten todo plan: 
espacio abierto al diálogo, muchas veces espontáneo, otras ritualizado, donde se 
condensan novedades y rutinas, silencios y gestos, lugar agitado por preguntas
o respuestas impensadas o poco esperadas, lugar conocido y enigmático a la 
vez, lugar de la prisa. En esos vaivenes de la práctica, paradójicamente tan rei-terativa 
como poco previsible, se trazan las aristas que definen nuestra comple-ja 
identidad docente. Una identidad siempre cambiante -aunque imperceptible-mente- 
y siempre marcada por historias institucionales del sistema educativo y 
sociocultural más general; una identidad que nos hace ser parte de un colectivo 
docente, de un proyecto pedagógico, generacional y ético-político. 
Desde los Cuadernos para el aula, como seguramente podrá ocurrir desde 
muchas otras instancias, nos proponemos poner en foco las prácticas desplega-das 
cada día. En ese sentido, la regulación y el uso del tiempo y el espacio en el 
aula y fuera de ella, las formas que asumen la interacción entre los chicos y chi-cas, 
las formas en que los agrupamos para llevar adelante nuestra tarea, la mane-ra 
en que presentamos habitualmente los conocimientos y las configuraciones 
que adopta la clase en función de nuestras propuestas didácticas construidas 
para la ocasión son dimensiones centrales de la vida en el aula; una vida que 
muchas veces se aproxima, otras niega y otras enriquece los saberes cotidianos 
que construyen los chicos en sus ámbitos de pertenencia social y cultural. 
Queremos acercarnos a ese espacio de las prácticas con una idea importante. 
Las propuestas de los Cuadernos para el aula dialogan a veces con lo obvio, 
que por conocido resulta menos explorado. Pero al mismo tiempo parten de la 
idea de que no hay saberes pedagógico-didácticos generales o específicos que 
sean universales y por tanto todos merecen repensarse en relación con cada 
contexto singular, con cada historia de maestro y de hacer escuela. 
Este hacer escuela nos reúne en un tiempo en el que subsisten profundas 
desigualdades. Nuestra apuesta es aportar a superarlas en algún modesto sen-tido, 
con conciencia de que hay problemas que rebasan la escuela, y sobre los 
cuales no podemos incidir exclusivamente desde el trabajo pedagógico. Nuestra 
apuesta es contribuir a situarnos como docentes y situar a los chicos en el lugar 
de ejercicio del derecho al saber. 
Desde ese lugar hablamos en relación con lo prioritario hoy en nuestras 
escuelas y aulas; desde ese lugar y clave de lectura, invitamos a recorrer estos 
Cuadernos. Sabemos que es en el patio, en los pasillos, en la sala de maestros 
y maestras y en cada aula donde se ponen en juego novedosas búsquedas, y 
también las más probadas respuestas, aunque las reconozcamos tentativas. Hay 
siempre un texto no escrito sobre cada práctica: es el texto de la historia por 
escribir de los docentes en cada escuela. 
Esta serie precisamente pretende ser una provocación a la escritura. Una escri-tura 
que lea y recree, una escritura que discuta, una escritura que dialogue sobre 
la enseñanza, una escritura que seguirá agregando páginas a estos Cuadernos. 
El equipo de Cuadernos para el aula 
9
12 Enseñar Matemática en el Segundo Ciclo 
14 Palabras previas 
14 Pensar la actividad matemática en la ciencia y en la escuela 
15 Reconsiderar el sentido de la Matemática en la escuela 
16 Priorizar un tipo de trabajo matemático 
17 Elegir los problemas 
18 Los contextos 
20 Los significados 
20 Las representaciones 
21 Las relaciones entre preguntas y datos 
22 Construir condiciones para resolver problemas 
23 Las situaciones de enseñanza 
24 La gestión de la clase 
28 Evaluar para tomar decisiones 
29 Avanzar año a año en los conocimientos de Segundo Ciclo 
32 Articular el trabajo en la clase de 6º año/grado 
34 Eje: Número y Operaciones 
36 Los saberes que se ponen en juego 
38 Propuestas para la enseñanza 
38 Para analizar las relaciones entre los números y 
entre las representaciones 
41 Plantear situaciones para comparar cantidades y números 
48 Plantear situaciones para analizar distintas 
escrituras de un número 
57 Plantear situaciones para analizar relaciones y 
propiedades de los números 
59 Para avanzar en el uso de las operaciones con distintos 
tipos de números 
62 Plantear situaciones para operar con distintos significados 
y en distintos portadores 
72 Plantear situaciones para analizar relaciones de proporcionalidad 
84 Plantear situaciones para sistematizar relaciones numéricas 
y propiedades de las operaciones 
88 Plantear situaciones para analizar las relaciones 
de múltiplo y divisor 
99 Para avanzar en los procedimientos de cálculo 
con distintos tipos de números 
101 Plantear situaciones para elaborar y comparar diferentes 
procedimientos de cálculo 
Índice
105 Plantear situaciones para sistematizar estrategias 
de cálculo 
112 Para trabajar con la información 
113 Plantear situaciones para establecer relaciones 
entre datos e incógnitas 
117 Plantear situaciones para obtener y organizar datos 
122 Eje: Geometría y Medida 
124 Los saberes que se ponen en juego 
125 Propuestas de enseñanza 
125 Para establecer y representar relaciones espaciales 
127 Plantear situaciones para ubicar puntos en 
un sistema de referencia 
127 Secuencia para avanzar en el uso de coordenadas: 
“ubicar posiciones” 
133 Plantear situaciones para producir e 
interpretar representaciones a escala 
136 Para avanzar en el conocimiento de las figuras 
y de los cuerpos geométricos 
138 Plantear situaciones para comparar y describir 
figuras y cuerpos 
142 Plantear situaciones para construir figuras 
con distintos procedimientos 
147 Plantear situaciones para sistematizar propiedades 
de figuras y cuerpos 
153 Para avanzar en el conocimiento del proceso de medir 
155 Plantear situaciones para estimar, medir y 
expresar cantidades 
170 Plantear situaciones para avanzar en la exploración 
de relaciones entre perímetros y áreas 
179 Plantear situaciones para analizar la escritura 
de cantidades 
183 Para trabajar con la información 
184 En diálogo siempre abierto 
185 Las propuestas y la realidad del aula 
185 Para ampliar el repertorio y recrear las actividades 
187 Para construir espacios de debate 
190 Bibliografía
Matematica06
Enseñar 
Matemática 
en el Segundo Ciclo
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
14 Serie 
Cuadernos para el aula 
Enseñar 
Matemática 
en el Segundo Ciclo 
Palabras previas 
Quienes enseñamos necesitamos revisar permanentemente qué hacemos y 
para qué lo realizamos. Sabemos, por una parte, que cada una de nuestras expe-riencias 
tiene características singulares e irrepetibles; así, cada año, un nuevo 
grupo de alumnos nos plantea un desafío renovado. Por otra parte, los conoci-mientos 
que enseñamos y nuestras estrategias de enseñanza también se modi-fican; 
y son, además, cajas de resonancia de múltiples transformaciones y nece-sidades 
que tienen lugar en la sociedad, en sentido amplio y, en particular, en los 
campos de saber. 
Por eso, en estas páginas volvemos sobre ciertos aspectos de la tarea de 
enseñar que seguramente no son nuevos, pero sí centrales para promover mejo-res 
aprendizajes. 
Preguntarse qué significa aprender Matemática; qué se entiende por enseñar 
mediante la resolución de problemas y qué se concibe como problema; analizar cómo 
influye la gestión de la clase en el tipo de aprendizaje que logren los alumnos; estar 
actualizado respecto de algunos avances de las investigaciones didácticas; todo ello 
puede ayudarnos a realizar una relectura de las prácticas habituales, encontrar nue-vos 
sentidos para lo que hacemos y reinventar así nuestras propuestas. 
Pensar la actividad matemática en la ciencia y en la escuela 
El conocimiento matemático, como ocurre con otros conocimientos y con las 
producciones culturales en general, ha ido generándose y transformándose en 
diferentes momentos históricos, en diálogo permanente con problemas que tie-nen 
lugar en los distintos entornos sociales y culturales. 
Cuando se quiere estudiar una determinada situación o interactuar con ella 
desde la Matemática, se formulan preguntas que pueden referirse tanto al 
mundo natural y social como a la misma Matemática. Para responderlas, se uti-lizan 
modelos matemáticos conocidos o se elaboran conjeturas y se produ-cen 
nuevos modelos. En todos, las conclusiones que se elaboran se interpretan 
para determinar si responden o no a las preguntas planteadas inicialmente.
Nap 
Matemática 6 
También forma parte de este proceso mejorar la eficacia de los modelos que se 
crean y de las formas de comunicar los descubrimientos, así como establecer 
relaciones entre lo nuevo y lo que ya se conoce. 
El proceso de construcción y las conclusiones resultantes tienen rasgos espe-cíficos: 
un modo particular de pensar y proceder, y conocimientos con caracterís-ticas 
particulares. Estos conocimientos permiten anticipar el resultado de algunas 
acciones sin realizarlas efectivamente. Por ejemplo, para determinar de cuántas 
formas distintas puedo combinar 5 entradas, 12 platos centrales y 10 postres 
diferentes en un restaurante, es posible calcular el producto 5 x 12 x 10 sin 
necesidad de armar las diferentes posibilidades y contarlas. Por otra parte, los 
resultados se consideran necesariamente verdaderos si, para obtenerlos, se han 
respetado reglas matemáticas. Por ejemplo, para la multiplicación planteada en el 
problema anterior, se puede justificar que 5 x 12 x 10 = 5 x 2 x 6 x 10 = (5 x 2) x 
x 10 x 6 = 10 x 10 x 6, aplicando propiedades de la multiplicación. En el mismo 
sentido, al trabajar con figuras en Geometría es posible afirmar, aun sin hacer nin-gún 
dibujo, que si se construye un cuadrilátero cuyas diagonales son distintas, este 
no puede ser un cuadrado pues, si lo fuera, tendría sus diagonales iguales. 
A la vez, la obtención de nuevos resultados conlleva la necesidad de crear un 
lenguaje para comunicarlos. Los números, las figuras y las relaciones tienen 
representaciones cuyo uso se conviene entre los matemáticos. 
De esta manera, la actividad matemática en la ciencia está muy fuertemente 
ligada a la resolución de problemas y a un modo particular de razonar y comu-nicar 
los resultados. 
Esta forma de trabajar en Matemática debería ser también la que caracterice 
la actividad en el aula desde los inicios de la escolaridad. Se trata de que los 
alumnos entren en el juego matemático, es decir, que se ocupen de producir 
conocimientos nuevos (para ellos) frente a los problemas que se les planteen, y 
que debatan para validarlos. Luego, con la intervención del maestro, los recono-cerán 
como conocimientos que forman parte de la Matemática. Así, en la escue-la, 
los niños deberían ser introducidos en la cultura matemática, es decir, en las 
formas de trabajar “matemáticamente”. 
Desde esta perspectiva, entendemos que saber Matemática requiere domi-nar 
los conocimientos de esta disciplina para utilizarlos como instrumentos en la 
resolución de problemas, y también para definirlos y reconocerlos como objetos 
de una cultura. 
Reconsiderar el sentido de la Matemática en la escuela 
La concepción que cada persona se va formando de la Matemática depende del 
modo en que va conociendo y usando los conocimientos matemáticos. En este 
proceso, la escuela tiene un rol fundamental, ya que es allí donde se enseña y se 
15 
Enseñar Matemática 
en el Segundo Ciclo
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
16 Serie 
Cuadernos para el aula 
aprende de un modo sistemático a usar la Matemática. El tipo de trabajo que se 
realice en la escuela influirá fuertemente en la relación que cada persona constru-ya 
con esta ciencia, lo que incluye el hecho de sentirse o no capaz de aprenderla. 
Cuando la enseñanza de la Matemática, en lugar de plantearse como la 
introducción a la cultura de una disciplina científica, se presenta solo 
como el dominio de una técnica, la actividad en el aula se limita a reconocer, 
luego de las correspondientes explicaciones del maestro, qué definición usar, 
qué regla hay que aplicar o qué operación “hay que hacer” en cada tipo de pro-blema. 
Se aprende qué hacer, pero no para qué hacerlo ni en qué circunstan-cia 
hacer cada cosa. Esta enseñanza ha derivado en dificultades que ya cono-cemos: 
por una parte, aunque permite que algunos alumnos logren cierto nivel 
de “éxito”, cuando el aprendizaje se evalúa en términos de respuestas correc-tas 
para problemas tipo, deja afuera a muchos alumnos que no se sienten 
capaces de aprender Matemática de este modo. Por otra parte, lo así apren-dido 
se demuestra claramente insuficiente en el momento en que se trata de 
usar los conocimientos para resolver situaciones diferentes de aquellas en las 
que se aprendieron. 
Otras veces, la actividad en el aula incluye la resolución de problemas diversos, y 
se pasa de uno a otro y a otro sin un trabajo reflexivo que vuelva sobre lo realizado. 
Trabajar solo resolviendo problemas, sin explicar o fundamentar “matemáticamente”, 
también es insuficiente. El trabajo que implica volver sobre lo realizado, por uno 
mismo o por los compañeros, exige siempre una explicitación, un reconocimiento y 
una sistematización del conocimiento que se pone en juego en la resolución de los 
problemas, en las formas de obtenerlo y de validarlo. Sin este proceso, los conoci-mientos 
matemáticos aprendidos en la escuela (las nociones y las formas de traba-jar 
en Matemática) no tendrán, a futuro, las mismas posibilidades de reutilización, ya 
que quedarían asociados a su uso en algunos casos particulares. 
En síntesis, “cómo” se hace Matemática en el aula define, al mismo tiempo, 
“qué” Matemática se hace, y “para qué” y “para quiénes” se la enseña, lo que 
plantea una disyuntiva central en relación con la construcción de las condicio-nes 
que posibilitan el acceso a la Matemática de unos pocos o de todos. 
Priorizar un tipo de trabajo matemático 
Resulta pues vital que prioricemos en la escuela, desde el momento en que los 
niños se inician en el estudio de la Matemática, la construcción del sentido de 
los conocimientos por medio de la resolución de problemas y de la reflexión 
sobre estos, para promover así un modo particular de trabajo matemático que 
esté al alcance de todos los alumnos y que suponga para cada uno: 
• Involucrarse en la resolución del problema presentado, vinculando lo que se 
quiere resolver con lo que ya se sabe y plantearse nuevas preguntas.
Nap 
Matemática 6 
• Elaborar estrategias propias y compararlas con las de sus compañeros consi-derando 
que los procedimientos incorrectos o las exploraciones que no los llevan 
al resultado esperado son instancias ineludibles y necesarias para el aprendizaje. 
• Discutir sobre la validez de los procedimientos realizados y de los resultados 
obtenidos. 
• Reflexionar para determinar qué procedimientos fueron los más adecuados o 
útiles para la situación resuelta. 
• Establecer relaciones y elaborar formas de representación, discutirlas con los 
demás, confrontar las interpretaciones sobre ellas y acerca de la notación con-vencional. 
• Elaborar conjeturas, formularlas, comprobarlas mediante el uso de ejemplos 
o justificarlas utilizando contraejemplos o propiedades conocidas. 
• Reconocer los nuevos conocimientos y relacionarlos con los ya sabidos. 
• Interpretar la información presentada de distintos modos, y pasar de una forma 
de representación a otra según su adecuación a la situación que se quiere resolver. 
• Producir textos con información matemática avanzando en el uso del vocabu-lario 
adecuado. 
Elegir los problemas 
Estamos afirmando que el sentido de los conocimientos matemáticos se cons-truye 
al resolver problemas y reflexionar sobre ellos. Esto nos plantea, en princi-pio, 
algunos interrogantes centrales: ¿qué problemas presentamos?, ¿cómo con-viene 
seleccionar el repertorio de actividades para un determinado contenido y 
un grupo particular de alumnos? 
En principio, la posibilidad de dominar una noción matemática con suficiente 
nivel de generalidad como para poder utilizarla en distintas situaciones dependerá 
de que la variedad de problemas considerados al estudiarla sea representativa de 
la diversidad de contextos de uso, de significados y de representaciones asocia-dos 
a la noción. También habrá que tener en cuenta que la noción que se quiere 
enseñar surja como una “herramienta necesaria” para resolver el problema y no 
como una definición que hay que aplicar, y que la presentación de la información 
no fomente ideas estereotipadas acerca de los modos de resolución. 
Consideramos que cada actividad constituye un problema matemático para 
un alumno en la medida en que involucra un enigma, un desafío a sus conoci-mientos 
matemáticos, es decir, si estos le permiten iniciar la resolución del pro-blema 
y, para hacerlo, elabora un cierto procedimiento y pone en juego las nocio-nes 
que tiene disponibles, modificándolas y estableciendo nuevas relaciones. 
En este sentido, la actividad que puede resultar problemática para un alumno 
no lo es necesariamente para otro, puesto que depende de los conocimientos 
de que dispone. Así, para atender la heterogeneidad en cada grupo de alumnos 
17 
Enseñar Matemática 
en el Segundo Ciclo
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
18 Serie 
Cuadernos para el aula 
respecto de sus conocimientos iniciales y dar a todos la posibilidad de construir 
una solución es necesario plantear buenas preguntas, confiar en que todos los 
niños pueden responderlas de algún modo, admitir diferentes procedimientos y, 
luego, trabajar con los conocimientos que surjan para avanzar hacia los que se 
quiere enseñar por medio del planteo de nuevas preguntas. 
Los contextos 
Se parte de la idea de que una noción matemática cobra sentido a partir del con-junto 
de problemas en los cuales resulta un instrumento eficaz de resolución. 
Esos problemas constituyen el o los contextos para presentar la noción a los 
alumnos. Por ejemplo, el cálculo de puntos en un juego, la construcción de una 
figura, la elaboración de un procedimiento para realizar un cálculo son contex-tos 
posibles para presentar la suma, los rectángulos o la propiedad conmutativa. 
Para cada noción es posible considerar diferentes contextos que nos permi-tan 
plantear problemas en los que la resolución requiera su uso. Estos contex-tos 
podrán ser matemáticos o no, incluyendo entre estos últimos los de la vida 
cotidiana, los ligados a la información que aparece en los medios de comunica-ción 
y los de otras disciplinas. 
Por ejemplo, la noción de multiplicación de decimales es frecuentemente trata-da 
por medio de la resolución de problemas, como ¿Cuál es el precio de 2,5 kg 
de carne sabiendo que el kg vale $ 8,7? En este caso, se trata de un contexto 
no matemático de la vida cotidiana. También habrá que plantear que calculen 
el área de un rectángulo de 2,5 de base y 8,7 de altura (expresadas en una 
unidad arbitraria de longitud), que también requiere realizar una multiplicación. 
En este caso se trata de un contexto matemático. En los dos casos, la multi-plicación 
es el instrumento que resuelve el problema: la noción está contextua-lizada 
y “funciona” en esos casos particulares. 
En este sentido, al producir la solución, el alumno sabe que en ella hay cono-cimiento 
matemático, aunque no logre identificar cuál es. Para que pueda reco-nocerlo, 
tendremos que intervenir nombrando las nociones del modo en que se 
usa en la disciplina y reformulando las conclusiones alcanzadas por el grupo con 
representaciones lo más próximas posibles a las convencionales, es decir reco-nociendo 
como conocimientos matemáticos los que se usaron como instrumen-to 
de resolución, ahora independientemente del contexto. Asimismo, se podrán 
relacionar esos conocimientos con otros que fueron trabajados anteriormente. 
Al presentar cada noción en diferentes contextos, y descontextualizarla cada vez, 
se amplía el campo de problemas que los alumnos pueden resolver con ella. De este 
modo, con cada nuevo problema, los chicos avanzan en la construcción de su sentido. 
En todos los casos, los contextos tendrán que ser significativos para los 
alumnos, es decir que implicarán un desafío que puedan resolver en el marco de
Nap 
Matemática 6 
sus posibilidades cognitivas y sus experiencias sociales y culturales previas. 
Asimismo, los conocimientos involucrados en el problema deberán cobrar inte-rés 
para ellos y ser coherentes desde el punto de vista disciplinar. 
Al interactuar en su vida social, los niños aprenden las prácticas habituales de 
cada comunidad y construyen saberes, algunos de los cuales están ligados a la 
Matemática. Son estos saberes los que debemos recuperar en la escuela para 
vincularlos con los conocimientos que deben aprender, ya sea para reconocer-los 
como parte de ellos y sistematizarlos, como para utilizarlos en nuevos con-textos. 
De este modo, es esperable que los alumnos puedan incorporar en su 
vida cotidiana nuevas prácticas superadoras y valorar el aporte brindado por la 
escuela para su adquisición. 
Los resultados de investigaciones realizadas sobre el uso de conocimientos 
matemáticos en situaciones de la vida cotidiana, como hacer compras de alimen-tos, 
dan cuenta de los múltiples factores que determinan las decisiones que toma-mos 
acerca de “cuánto” compramos y muestran que a veces no utilizamos 
conocimientos matemáticos. Por ejemplo, tenemos en cuenta las preferencias o 
necesidades de los integrantes de la familia y no solo la relación precio/cantidad 
o restringimos la compra a la cantidad de dinero disponible. Al formular ese tipo de 
problemas con propósitos de enseñanza, seleccionamos algunos datos que inter-vienen 
en la situación o contexto real. Así, las relaciones que se establecen entre 
los datos para encontrar la respuesta están más relacionadas con los conocimien-tos 
que se quieren enseñar que con la situación real que da origen al problema. 
Al elegir los problemas, también es esencial revisar los enunciados y las pre-guntas 
que presentamos, pues muchas veces se incluyen preguntas que care-cen 
de sentido en sí mismas, pues no aluden a problemas reales o verosímiles. 
Por ejemplo, si en un enunciado se habla de la suma de las edades de dos her-manos 
o de la cantidad de hormigas de dos hormigueros, cabe preguntarse 
quién puede necesitar estos valores y para qué. 
Un contexto muy utilizado en la clase de Matemática es el de los juegos. El 
sentido de incluirlo va más allá de la idea de despertar el interés de los alumnos. 
Jugar permite “entrar en el juego” de la disciplina matemática, pues se eligen 
arbitrariamente unos puntos de partida y unas reglas que todos los participan-tes 
acuerdan y se comprometen a respetar. Luego, se usan estrategias que anti-cipan 
el resultado de las acciones, se toman decisiones durante el juego y se 
realizan acuerdos frente a las discusiones. 
No debemos perder de vista que, al utilizar el juego como una actividad de 
aprendizaje, la finalidad de la actividad para el alumno será ganar, pero nuestro 
propósito es que aprenda un determinado conocimiento. Por eso, el hecho de 
jugar no es suficiente para aprender: la actividad tendrá que continuar con un 
momento de reflexión durante el cual se llegará a conclusiones ligadas a los 
conocimientos que se utilizaron durante el juego. Luego, convendrá plantear pro- 
19 
Enseñar Matemática 
en el Segundo Ciclo
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
blemas de distinto tipo en los que se vuelvan a usar esos conocimientos: parti-das 
simuladas, nuevas instancias de juego para mejorar las estrategias, tareas a 
realizar con los conocimientos descontextualizados. 
Los significados 
Cada noción matemática resuelve un cierto conjunto de problemas; sin embar-go, 
no tiene el mismo significado en todos los casos. Por ejemplo, el número 
racional 3/4 es respuesta a distintos problemas. Veamos algunos: Si de 4 boli-tas, 
3 son negras, ¿qué parte de las bolitas es negra?; María tiene 3 tortas 
para repartir en partes iguales entre sus 4 hijos, ¿cuánto come cada uno?; si 
el segmento A mide 3 cm y el segmento B mide 4 cm, ¿cuál es la medida de 
A en relación a B? En estos problemas se establecen diferentes relaciones 
entre las cantidades involucradas. En el primer problema, 3/4 representa la 
relación entre una parte (en este caso subconjunto de cardinal 3) con el todo 
(conjunto de cardinal 4). En el segundo problema, 3/4 indica el resultado de 
dividir 3 entre 4 (en este caso repartir 3 entre 4), mientras que en el tercer pro-blema, 
indica la medida de un objeto, resultado de la comparación entre los 
tamaños del segmento A y del segmento B. 
Cada uno de estos significados exige y pone en funcionamiento aspectos diver-sos 
del concepto de número racional y también de distinto orden de complejidad. 
Esto obliga a pensar en cómo es posible organizar su abordaje en el tiempo. 
A lo largo de su recorrido por el Segundo Ciclo, los alumnos deben ir traba-jando 
con estos significados, pero a su vez en cada uno de ellos se requiere del 
planteo de distintos problemas que permita tratar aspectos relativos al orden de 
racionales, a la equivalencia, a la operatoria aditiva y multiplicativa. Esto indica 
que para cada significado es necesaria la construcción de un conjunto de pro-blemas 
de diferentes niveles de complejidad. 
Las representaciones 
En el conjunto de problemas que seleccionamos también es necesario tener en 
cuenta las distintas representaciones posibles de la noción que queremos ense-ñar, 
ya que la posibilidad de avanzar en la comprensión de una noción implica 
reconocerla en sus distintas representaciones pudiendo pasar de una a otra y 
elegir la más conveniente en función del problema a resolver. 
Es importante señalar que, por ejemplo, cuando no se articulan las distin-tas 
representaciones del mismo número racional, muchos niños conciben “las 
fracciones” como objetos distintos de “los números decimales”. Para repre-sentar 
un mismo número racional se pueden escribir las siguientes expresio-nes: 
1 + 1/2; 1 1/2; 3/2; 3 x 1/2; 1,5 y 1,50, utilizar la recta numérica, 
20 Serie 
Cuadernos para el aula
Matemática 6 
establecer equivalencias con otras expresiones fraccionarias y decimales o 
expresiones como: 1 + 5 x 1/10 o 150%. Sin embargo, y aunque podrían ser 
usadas indistintamente en tanto refieren al mismo número, los contextos de 
uso y las estrategias de cálculo suelen determinar la conveniencia de utilizar 
una u otra representación. 
Otras representaciones de las fracciones que suelen aparecer en las produc-ciones 
de los alumnos son distintas formas gráficas, como círculos o rectángu-los. 
En estos casos, deberían ser analizadas en el grupo, socializadas, para dar-les 
un lugar entre los conocimientos construidos en la clase y, posteriormente, 
incluirlas en las actividades que presentemos. El tiempo que aparentemente se 
“pierde” en este trabajo de analizar las representaciones en función del proble-ma 
que se está resolviendo, se “gana” en la significatividad que cobran para el 
alumno. Del mismo modo, el uso o no de materiales “concretos” debería ser deci-dido 
por el alumno en función de sus necesidades, que estarán ligadas al esta-do 
de sus conocimientos. 
Asimismo, en Geometría, para representar una figura se usan dibujos, textos 
que describen el conjunto de propiedades que cumple e instructivos que permi-ten 
construirla. Durante este Ciclo, habrá que propiciar discusiones acerca de las 
características de estas distintas representaciones, y la transformación de una en 
otra, para que los alumnos avancen en la conceptualización de los objetos mate-máticos 
y los diferencien de sus representaciones. En este caso, el obstáculo fun-damental 
es la identificación de una figura con un dibujo particular. 
Al plantear los problemas, deberemos promover que la representación que cada 
alumno utilice sea una forma de expresar lo que está pensando, y que el debate 
posterior a las producciones sobre la pertinencia y economía de estas permita su 
evolución hacia las representaciones convencionales. Que los alumnos vayan evo-lucionando 
en el uso de las representaciones será una tarea a largo plazo. 
Las relaciones entre preguntas y datos 
Algunos de los problemas que se presentan y funcionan como contexto para utili-zar 
una noción permiten trabajar lo que denominamos tratamiento de la informa-ción. 
En estos casos, tanto para los contenidos del Eje “Número y Operaciones”, 
como para el de “Geometría y Medida”, lo que se pone en juego es la relación entre 
las preguntas y la construcción de datos para responderlas. 
Muchas veces, detectamos que los alumnos intentan resolver un problema 
aritmético buscando la operación que deben realizar para solucionarlo. Esa 
forma de enfrentarse al problema está fomentada por la estructura y el conteni-do 
de muchos enunciados que forman parte de la tradición escolar y por el tra-tamiento 
que se les da en clase. En ellos suelen aparecer todos los datos nece-sarios 
para responder a la pregunta que se hace y esta se refiere al resultado 
Nap 
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Enseñar Matemática 
en el Segundo Ciclo
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
22 Serie 
Cuadernos para el aula 
de una operación entre ellos. En muchos casos, además, el maestro que ya 
enseñó los cálculos propone a los alumnos que identifiquen “la” operación y 
espera que resuelvan el problema sin dificultad. 
La resolución de problemas requiere, en cambio, generar en los chicos la 
necesidad de leer e interpretar el enunciado o la información que se presenta 
para construir una representación mental de la situación que les permita plan-tearse 
alguna estrategia inicial para su resolución. Esta necesidad se puede ins-talar 
variando tanto la forma de presentación del enunciado como el tipo de 
tarea que el alumno debe realizar, e incluyendo problemas que tengan una, 
varias o ninguna solución. 
Los enunciados pueden ser breves relatos o textos informativos de otra área 
de conocimiento, tener datos “de más” e incluir imágenes. Las preguntas tam-bién 
serán variadas: algunas no se podrán contestar, otras se contestarán con 
un dato y sin operar, y otras requerirán hacer una operación, pero la respuesta 
podrá ser una información diferente del resultado de la misma. También los 
alumnos podrán proponer problemas, para lo cual se puede dar información y 
pedir que formulen preguntas o presentar datos y respuestas para elaborar una 
pregunta que los relacione. A la vez, tendremos que organizar la clase de modo 
que cada alumno pueda interpretar el problema y tomar una primera decisión 
autónoma a propósito de su resolución. 
En Geometría, la tradición escolar solo incluye problemas para el caso de 
cálculos de medidas, como el perímetro, la superficie y el volumen, y su trata-miento 
es el mismo que el mencionado. 
La propuesta de este enfoque es problematizar el trabajo con las construccio-nes, 
considerándolas un medio para conocer las propiedades geométricas. En este 
sentido, las actividades de reproducción de figuras permiten a los alumnos poner en 
juego en forma implícita las propiedades involucradas y avanzar luego hacia otras 
que requieran su explicitación. Además, en Segundo Ciclo es importante proponer 
problemas con una, varias o ninguna solución, como por ejemplo determinar cuáles 
son las figuras que cumplen un conjunto de condiciones iniciales. 
Construir condiciones para resolver problemas 
Para que cada alumno se involucre en el juego matemático, además de elegir un 
problema desafiante pero adecuado para sus conocimientos, y en el que la 
noción a enseñar sea un instrumento eficaz de resolución, es necesario tener en 
cuenta un conjunto de condiciones: cuáles son los materiales necesarios, qué 
interacciones prevemos derivadas de la forma de organizar la clase y nuestras 
intervenciones durante su transcurso. 
Cuidar estas condiciones, anticiparlas al planificar la clase es, en realidad, uno 
de nuestros grandes desafíos como maestros.
Nap 
Las situaciones de enseñanza 
En algunas ocasiones, la tarea que se propone al alumno puede presentarse 
solo mediante el enunciado de un problema o con una pregunta para un conjun-to 
bien elegido de cálculos o con un interrogante que deba ser respondido a par-tir 
de una información publicada en el diario o en un texto de Ciencias Naturales 
o de Ciencias Sociales. En otras ocasiones, habrá que proporcionar los instru-mentos 
de Geometría para realizar una construcción o los materiales para un 
juego –por ejemplo dados y tablas para anotar puntajes–, el croquis de un reco-rrido, 
un mapa, etc. En todos los casos, una primera condición es asegurarnos 
de tener disponibles los materiales a utilizar. 
También habrá que anticipar cuál es el tipo de interacciones que queremos 
que se den para organizar distintos momentos de la clase: las de cada alumno y 
el problema, las de los alumnos entre sí y las de los alumnos con el maestro. Para 
ello, habrá que proponer, según convenga y de manera no excluyente, momentos 
de trabajo en forma individual, en pequeños grupos o con toda la clase. 
Los niños podrán realizar diferentes tareas. En algunas ocasiones, trabajarán 
usando los conocimientos matemáticos de manera implícita, sin nombrarlos ni 
escribirlos, por ejemplo, al medir, construir, decidir cómo jugar o calcular. En otras, 
utilizarán los conocimientos matemáticos de manera explícita: tendrán que descri-bir 
cómo midieron o calcularon, qué instrumentos usaron para construir y qué hicie-ron 
en cada paso, o producirán un instructivo para que otro construya una figura o 
realice un cálculo, explicarán por qué decidieron utilizar un procedimiento u otro, 
cómo pueden comprobar que un resultado es adecuado. También darán razones 
para convencer a otro compañero de que los números encontrados o las figuras 
dibujadas cumplen con las condiciones del problema; tendrán que argumentar 
sobre si un procedimiento es o no correcto. En otras oportunidades, será el maes-tro 
el que presente una afirmación para que los alumnos discutan sobre su validez. 
En Segundo Ciclo, es importante también que los alumnos comiencen a ana-lizar 
el nivel de generalidad que tienen las respuestas a los problemas que 
resuelven. Así, comprobar que se pueden obtener dos triángulos iguales plegan-do 
un cuadrado de papel glasé no es suficiente para afirmar que las diagonales 
de cualquier cuadrado son congruentes. Asimismo, habrá que descubrir y expli-citar 
que algunas afirmaciones son verdaderas en un campo numérico, o para un 
conjunto de figuras, y no lo son para otros. Por ejemplo, el producto de una mul-tiplicación 
es mayor que cualquiera de sus factores, siempre que se opera con 
números naturales, pero esto no es cierto si, por ejemplo, los factores son núme-ros 
racionales menores que 1. 
Al anticipar el desarrollo de la clase y prever las condiciones necesarias para 
que ocurran las interacciones que nos interesan, diseñamos una situación pro-blemática 
a propósito del conocimiento que queremos enseñar. Esta situación 
Matemática 6 
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Enseñar Matemática 
en el Segundo Ciclo
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24 Serie 
Cuadernos para el aula 
incluye un conjunto de elementos y relaciones que estarán presentes en la 
clase: el problema, los materiales, una cierta organización del grupo, un desarro-llo 
con momentos para distintos intercambios. Al planificar, también anticipamos 
los diferentes procedimientos y las representaciones que podrán usar los alum-nos, 
nuestras preguntas y las conclusiones matemáticas posibles. 
La gestión de la clase 
Hemos planteado ya que, para que los alumnos desarrollen el tipo de trabajo 
matemático que buscamos promover, serán fundamentales las intervenciones 
del docente durante la clase. 
El trabajo de resolución de problemas que se propone en este enfoque gene-ra 
muchas veces inseguridad. Pensamos: ¿cómo voy a presentar este problema 
si no muestro antes cómo hacerlo?, ¿cómo voy a organizar la clase si cada uno 
responde de una manera distinta? o ¿cómo voy a corregir si hay distintos pro-cedimientos 
en los cuadernos? Respecto de la primera pregunta, para iniciar el 
aprendizaje de un nuevo conocimiento en el proyecto de cada año escolar ten-dremos 
que presentar un problema asegurándonos de que todos hayan com-prendido 
cuál es el desafío que se les propone. Para que cada alumno acepte 
ocuparse de él, es esencial generar el deseo de resolverlo. Este tipo de interven-ción, 
que busca que el alumno se haga cargo de la resolución, es siempre parte 
del inicio de la clase, pero puede reiterarse en distintos momentos, toda vez que 
sea necesario y oportuno. Es una invitación para que el chico resuelva por sí solo 
y no una orientación sobre cómo debe hacerlo o qué debe hacer. 
Para comenzar, los niños lo resuelven de manera individual o en pequeños 
grupos, con diferentes procedimientos, según los conocimientos de los que dis-pone 
cada uno. Por ejemplo, en 4º año/grado, aunque aún no se haya trabaja-do 
sobre las cuentas de dividir es posible plantear a los niños un problema como: 
Los lápices se venden en paquetes de a 10, ¿cuántos paquetes se deben 
comprar para dar un lápiz a los 127 niños de la escuela? ¿Y si fueran 250 
niños? Los niños podrán recurrir a una variedad de procedimientos para resol-verlo: 
procedimientos aditivos o sustractivos, de a diez, de a dobles; o procedi-mientos 
multiplicativos. 
Luego, habrá que dar lugar a un intercambio donde participen todos los 
alumnos y en el que se vayan explicando las diferentes aproximaciones al cono-cimiento 
que se quiere enseñar, y debatir sobre ellas. Al analizar las diferentes 
soluciones, tendremos que valorizar de igual modo todas las producciones, ya 
sea que permitan o no arribar a una respuesta al problema planteado. 
Al dar lugar a la presentación y explicación de los procedimientos utilizados por 
los chicos, es necesario animarlos a dar razones de lo realizado, a explicar 
por qué lo hicieron de cierta forma, a argumentar sobre la validez de sus produc-
Nap 
Matemática 6 
ciones. Esto les permitirá volver sobre lo que han pensado, para analizar sus acier-tos 
y errores, y controlar, de este modo, el trabajo. Alentarlos a hablar o participar 
a aquellos que no lo hacen espontáneamente significa trabajar suponiendo que 
los chicos pueden progresar y no que van a fracasar. 
En algún caso, recuperar todas las producciones escritas distintas, y presen-tarlas 
en conjunto para compararlas y discutir cómo mejorar cada una, puede 
contribuir a “despersonalizar” las mismas, focalizando el análisis en su validez o 
nivel de generalidad y no en los conocimientos de quienes las elaboraron. Así el 
“error” de unos se capitaliza en la reflexión de todos. 
Este trabajo incorpora a los alumnos en el proceso de evaluación en un lugar 
diferente del habitual, donde quedan a la espera de la palabra del docente que 
les ratifica de inmediato si lo que hicieron está bien o no. Si han asumido como 
propia la tarea de resolución, querrán saber si lo producido es o no una respues-ta 
a la pregunta que organizó el quehacer matemático en el aula. El debate del 
conjunto de la clase dará por válida o no una respuesta, y llevará a la modifica-ción 
de los procedimientos que conducen a errores. 
En un comienzo, las razones que los alumnos den al debatir se apoyarán en 
ejemplos, comprobaciones con materiales como plegar papeles o tomar medi-das, 
entre otros casos, para luego avanzar hacia el uso de propiedades. 
A la vez, estas últimas se enunciarán con distintos niveles de generalidad; por 
ejemplo, pasaremos de: Podés hacer 4 + 3 y te da lo mismo que 3 + 4, en el Pri-mer 
Ciclo, a: Al sumar es posible cambiar el orden de los números, en el 
Segundo Ciclo. 
Con la intervención del maestro, se reconocerán y sistematizarán los saberes 
que se van descubriendo. Esta tarea de establecer relaciones entre las conclu-siones 
de la clase y el conocimiento matemático al que se pretende llegar, intro-duciendo 
las reglas y el lenguaje específicos, y entre los conocimientos ya incor-porados 
y los nuevos, es una tarea que está siempre a cargo del maestro y que 
resulta imprescindible para que los alumnos identifiquen qué han aprendido. 
Para esto, no tenemos que basarnos en ningún esquema rígido. Esas interven-ciones 
pueden darse en distintos momentos, siempre que sean oportunas; es 
decir que lleguen después de que los alumnos hayan desplegado sus propios 
razonamientos. 
El camino propuesto no implica diluir la palabra del maestro. Cuando los 
chicos están resolviendo los problemas solos o con su grupo, el maestro podrá 
pasar cerca de cada uno, atendiendo lo que van haciendo, los términos que usan, 
lo que escriben, quiénes no participan y quiénes siguen atentamente –aun sin 
hablar– lo que hacen sus compañeros. De tal modo, el maestro tendrá un regis-tro 
del conjunto de conocimientos que se despliegan en la clase. Esta informa-ción 
será fundamental para tomar decisiones en el momento del debate: ¿qué 
grupo conviene que hable primero?, ¿cuáles tienen una respuesta similar?, 
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Enseñar Matemática 
en el Segundo Ciclo
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
26 Serie 
Cuadernos para el aula 
¿qué procedimiento es el más potente para hacer avanzar el debate hacia el 
conocimiento que se espera enseñar? Esto permitirá optimizar el tiempo dedica-do 
a la puesta en común, de manera que no resulte tediosa para los alumnos ya 
que, cuando los procedimientos son muy similares, bastará con tomar como 
objeto de análisis la producción de uno solo de los grupos. 
El docente tampoco queda al margen del debate de la clase, puesto que es él 
quien lo conduce. A veces, las conclusiones a las que los chicos llegan en con-junto 
son parcialmente válidas. Allí, el maestro podrá decir, por ejemplo: Por ahora 
acordamos que resolvemos así; en la próxima clase lo seguiremos viendo. De 
esta manera, interviene en el proceso sin anticiparse, pero dejando marcas, plan-teando 
la provisoriedad de lo acordado o alguna contradicción que queda pen-diente 
por resolver. Así, no invalidaremos el trabajo de la “comunidad clase”, pero 
dejaremos instalado que hay alguna cuestión que hay que seguir discutiendo. 
En relación con el modo de organizar la clase frente a las distintas respues-tas 
y tiempos de trabajo de los niños, los docentes muchas veces planteamos 
situaciones para que sean resueltas por todo el grupo, lo que nos permite valo-rar, 
corregir, hacer señalamientos a las intervenciones de los alumnos. 
Es cierto que es más fácil llevar adelante el trabajo colectivo sobre un único 
procedimiento, pero de este modo se corre el riesgo de que solo un grupo de 
alumnos participe activamente siguiendo al maestro, mientras otros se quedan 
al margen de la propuesta; y aunque todos lo siguieran, lo aprendido se limita a 
una única manera de pensar. 
La alternativa que proponemos a la organización habitual de la clase, según 
nuestros objetivos, será armar la actividad de distintas maneras: individual, por 
pares o grupos de más alumnos, y aun con distintos tipos de tareas para cada 
grupo o dentro del mismo grupo, alentando la movilidad de los roles y estando 
atentos a la posible configuración de estereotipos que, lamentablemente, algu-nas 
veces hacen que la discriminación se exprese en la clase de Matemática. 
Tanto los momentos de trabajo individual como los compartidos en grupo apor-tan 
al alumno un tipo de interacción diferente con el conocimiento, por lo que 
ambos deberán estar presentes en la clase. 
Muchas veces, cuando estamos a cargo de un plurigrado, separamos a los 
niños según el año/grado que cursan, y vamos atendiendo a un grupo por vez. 
Sin embargo, a la hora de realizar adaptaciones a las actividades presentadas, 
es importante tener en cuenta el enfoque de enseñanza, de manera de no per-der 
la riqueza de las propuestas que ofrecemos. Por ejemplo, para alcanzar 
determinados aprendizajes, es indispensable generar espacios de debate en 
los que deberían participar alumnos que compartan repertorios de conocimien-tos 
y niveles de análisis similares. Sin embargo, ocurre muy frecuentemente 
que en estos escenarios haya solo uno o que sean muy pocos los alumnos en 
alguno de los años/grados, lo que hace imposible organizar un verdadero deba-
Nap 
Matemática 6 
te entre ellos. En estos casos, proponemos agrupar niños de varios años/gra-dos 
y organizar actividades con un contexto común, proponiendo una tarea dis-tinta 
a cada grupo, de modo que los desafíos sean adecuados a los distintos 
conocimientos de los alumnos. Esto permite que en el momento de la confron-tación 
todos los alumnos puedan entender las discusiones que se generen e 
incluso puedan participar de las mismas, aunque no sean originadas por la acti-vidad 
que le correspondió a su grupo. Por ejemplo, se podría proponer para gru-pos 
armados con niños de 4º, 5º y 6º años/grados un juego como “La escoba 
del uno”1 de cartas con fracciones, diferenciando la complejidad a la hora de 
analizar las partidas simuladas. 
En esta propuesta, el cuaderno o la carpeta tiene diferentes funciones: en 
él, cada chico ensaya procedimientos, escribe conclusiones que coinciden o no 
con su resolución y, eventualmente, registra sus progresos, por ejemplo, en 
tablas en las que da cuenta del repertorio de cálculos que ya conoce. De este 
modo, el cuaderno o la carpeta resultan un registro de la historia del aprendiza-je 
y los docentes podemos recuperar las conclusiones que los alumnos hayan 
anotado cuando sea necesario para nuevos aprendizajes. 
En este sentido, conviene además conversar con los padres que, acostumbra-dos 
a otros usos del cuaderno, pueden reclamar o preocuparse al encontrar en 
él huellas de errores que para nosotros juegan un papel constructivo en el 
aprendizaje. De todos modos, es recomendable discutir con el equipo de cole-gas 
de la escuela cómo se registra en el cuaderno la presencia de una produc-ción 
que se revisará más adelante. 
También el pizarrón tiene diferentes funciones. Allí aparecerá todo lo que sea 
de interés para el grupo completo de la clase, por ejemplo: los procedimientos 
que queremos que los alumnos comparen, escritos por un representante del 
grupo que los elaboró o por el maestro, según lo que parezca más oportuno. 
Convendrá usar también papeles afiche o de otro tipo para llevar el registro de 
las conclusiones, como tablas de productos, acuerdos sobre cómo describir una 
figura, etc., para que el grupo las pueda consultar cuando sea necesario. 
Promover la diversidad de producciones es un modo de incluir a todos en 
el aprendizaje, de generar confianza en las propias posibilidades de aprender y 
de poner en evidencia la multiplicidad de formas de pensar frente a una misma 
cuestión, así como la necesidad de acordar cuáles se consideran adecuadas en 
función de las reglas propias de la Matemática. 
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Enseñar Matemática 
en el Segundo Ciclo 
1 Actividad propuesta en este Cuaderno.
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Cuadernos para el aula 
Es muy importante instalar en la escuela las condiciones necesarias para que 
los niños sientan que los errores y los aciertos surgen en función de los cono-cimientos 
que circulan en la clase, es decir que pueden ser discutidos y validados 
con argumentos y explicaciones. Es así como pretendemos que los chicos vayan 
internalizando progresivamente que la Matemática es una ciencia cuyos resulta-dos 
y progresos se obtienen como consecuencia necesaria de la aplicación de 
ciertas relaciones y del debate entre quienes las plantean, y no como una prácti-ca 
de la adivinación o del azar o un saber que no sufre transformaciones. 
De todos modos, sabemos que seleccionar problemas y secuencias de acti-vidades 
que puedan ser abordadas por los alumnos de la clase con distintas 
herramientas, e intervenir convenientemente para que todos puedan avanzar, 
supone para nosotros una dificultad mucho mayor que la de presentar un pro-blema 
que la mayoría resuelve de la misma manera. Quizá nos dé un poco de 
tranquilidad saber que a trabajar en grupo se aprende y que, en el inicio de este 
aprendizaje, hay que tolerar una cuota de desorganización, hasta que los alum-nos 
incorporen la nueva dinámica. 
Una cuestión ligada a la organización de la enseñanza que conviene tener en 
cuenta es la de articular, en cada unidad de trabajo, algún conjunto de actividades 
que formen una secuencia para desarrollar cierto contenido. El criterio que utilizamos 
al presentar algunos ejemplos en el apartado “Propuestas para la enseñanza” es que 
en cada nueva actividad de una misma secuencia se tome como conocimiento de 
partida aquel que haya sido sistematizado como conclusión en la anterior. 
Otra cuestión también ligada a la elaboración de una unidad de trabajo, y que 
permite mejorar el uso del tiempo de clase, es la articulación de contenidos. 
Algunos contenidos relacionados con distintos NAP pueden abordarse en una 
misma unidad y aún en una misma secuencia. Por ello, es conveniente tener en 
cuenta que la presentación de los NAP no indica un orden de enseñanza y que, 
antes de armar las unidades, es indispensable tener un panorama de la totalidad 
de la propuesta. 
Evaluar para tomar decisiones 
En cuanto a los objetivos con que presentamos los problemas, podemos plantear 
distintas opciones: para introducir un tema nuevo, para que vuelvan a usar un cono-cimiento 
con el que trabajaron pero en un contexto distinto o con un significado o 
representación diferentes, o para recuperar prácticas ya conocidas que les permi-tan 
familiarizarse con lo que saben hacer y lo hagan ahora con más seguridad. Pero 
los problemas son también un tipo de tarea que plantearemos para evaluar. 
Sin desconocer que cada maestro tomará decisiones de promoción y acre-ditación 
en función de acuerdos institucionales y jurisdiccionales sobre criterios 
y parámetros, queremos poner énfasis en la idea de que un sentido fundamen-
Nap 
Matemática 6 
tal de la evaluación es recoger información sobre el estado de los saberes 
de los alumnos, para luego tomar decisiones que permitan orientar las estra-tegias 
de enseñanza. 
Las producciones de los niños dan cuenta tanto de los resultados derivados 
de nuestras propias estrategias de enseñanza, como de lo que aprendieron y 
de sus dificultades. 
El modo de trabajo propuesto en estas páginas introductorias permite tomar per-manentemente 
información sobre qué saben los chicos acerca de lo que se ha 
enseñado o se desea enseñar. Los problemas seleccionados para iniciar cada tema 
pueden funcionar para tener algunos indicios de los conocimientos del grupo y con-siderarlos 
en un sentido diagnóstico para terminar de elaborar la unidad didáctica. 
De este modo, la evaluación diagnóstica, en lugar de focalizarse en el inicio del año, 
se vincula con la planificación de cada unidad y de cada secuencia de trabajo. 
Al considerar las producciones de los alumnos, pueden aparecer errores de 
diferente origen, pero muchas veces los que llamamos “errores” no son tales. 
Algunos de ellos están vinculados con una distracción circunstancial, como copiar 
mal un número del pizarrón que solo habrá que aclarar. Otros, en cambio, estarán 
mostrando una forma de pensar provisoria, por ejemplo, cuando los chicos dicen, 
frente al dibujo de un cuadrado, Esta figura no es un rectángulo. Esto último no 
es cierto si se considera que el cuadrado es un paralelogramo con cuatro ángu-los 
rectos, condición que caracteriza a los rectángulos. Sin embargo, las primeras 
clasificaciones que realizan los niños parten de la idea de que un objeto pertene-ce 
a una única clase: si una figura es un cuadrado, no puede ser un rectángulo. 
Frente a los “errores” descubiertos será necesario analizarlos, intentar compren-der 
cómo y por qué se producen y plantear actividades de distinto tipo. Tanto en el 
caso de cuestiones presentes en las producciones de muchos alumnos del grupo 
como respecto de algunas ideas provisorias como las mencionadas respecto de la 
multiplicación de números racionales y de las relaciones entre cuadrado y rectán-gulo, 
habrá que volver sobre la noción involucrada en ese momento, cuestionán-dolos 
con ejemplos que contradigan sus ideas. No es evitando los “errores” como 
se acorta el proceso de aprendizaje, sino tomándolos como se enriquece. 
Avanzar año a año en los conocimientos de Segundo Ciclo 
La mayoría de las nociones matemáticas que se enseñan en la escuela llevan 
mucho tiempo de elaboración, por lo que es necesario delinear un recorrido pre-cisando 
el punto de partida y atendiendo al alcance progresivo que debiera tener 
el tratamiento de las nociones en el aula. 
El Eje “Número y Operaciones” incluye como aprendizajes prioritarios, duran-te 
el Segundo Ciclo, avanzar en el conocimiento del sistema de numeración y de 
fracciones y decimales; y en el uso de las operaciones y las formas de calcular 
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Enseñar Matemática 
en el Segundo Ciclo
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Cuadernos para el aula 
con naturales, fracciones y decimales para resolver problemas. Al finalizar el 
Ciclo, se espera lograr que los chicos puedan analizar las relaciones entre las 
distintas clases de números y sus distintas representaciones, iniciando la siste-matización 
de relaciones numéricas y propiedades de las operaciones. 
Para ello, en relación con los números naturales y según lo abordado en el 
Primer Ciclo, en el Segundo Ciclo se parte de los conocimientos que los niños 
tienen sobre las relaciones entre la serie numérica oral y la serie numérica escri-ta 
hasta el orden de las unidades de mil y las vinculaciones entre la descompo-sición 
aditiva y la descomposición aditiva y multiplicativa de los números (456 se 
puede descomponer como 400 + 50 + 6 y como 4 x 100 + 5 x 10 + 6 x 1) 
para trabajar con números más grandes, analizando equivalencias de escrituras, 
procedimientos de orden y comparación basados en distintas representaciones 
y la conveniencia de una u otra, según el problema puesto en juego. 
Con respecto a los números racionales, en 3er año/grado los niños han teni-do 
aproximaciones a algunas fracciones y algunos decimales surgidas al abordar 
situaciones del Eje “Geometría y Medida”. En 4º año/grado se usan expresiones 
fraccionarias y decimales de los números racionales asociadas a contextos que 
les dan significado, como el de la medida, el de sistema monetario, situaciones de 
reparto y partición, para resolver problemas de equivalencia, orden, comparación, 
suma y resta o producto por un natural. También se inicia el trabajo con proble-mas 
en contexto matemático que se profundiza en 5º y 6º años/grados. 
A partir de 5º año/grado, se aborda la equivalencia entre expresiones fraccionarias 
y decimales, y se incluye la representación en la recta numérica. En 6° año/grado se 
incorpora la escritura porcentual y se avanza en la transformación de una expresión 
en otra, reconociendo además la conveniencia del uso de unas u otras según los pro-blemas 
a resolver. Además, se inicia el reconocimiento de que las reglas del sistema 
de numeración estudiadas para los naturales se extienden a los racionales. 
Otro aprendizaje prioritario del Eje “Número y Operaciones” es el de las ope-raciones 
básicas, tanto en relación con los problemas aritméticos que deben 
resolver los niños, como con las formas de calcular. En Segundo Ciclo, es espe-rable 
que los alumnos avancen en nuevos significados de la suma, la resta, la 
multiplicación y la división de los números naturales, y que calculen en forma 
exacta y aproximada con distintos procedimientos, incluyendo la construcción de 
otros más económicos. Este trabajo contribuirá a lo largo del Ciclo a sistemati-zar 
relaciones numéricas y propiedades de cada una de las operaciones. 
En particular, se iniciará en 5º año/grado la explicitación de las relaciones 
de múltiplo/divisor en la resolución de problemas, así como la relación entre 
dividendo, divisor, cociente y resto en contextos matemáticos. 
También comienzan a tratarse en forma sistemática las relaciones de pro-porcionalidad, 
ligadas inicialmente a la operatoria multiplicativa y avanzando 
hacia el análisis de sus propiedades. Los problemas que incluyen la representa-
Nap 
Matemática 6 
ción de un conjunto organizado de datos mediante gráficos estadísticos (gráfi-cos 
de barras, circulares y de líneas) resultan de interés para enriquecer los con-textos 
de uso de estas relaciones. 
En relación con las formas de calcular, es importante considerar como inicio 
del trabajo el uso de diferentes procedimientos en función de los conocimientos 
disponibles de los alumnos sobre los números involucrados y sobre las operacio-nes, 
antes de analizar y utilizar procedimientos más económicos. 
La evolución de las formas de calcular con números naturales dependerá de 
la disponibilidad que tengan los alumnos tanto del repertorio multiplicativo como 
de las propiedades, de las intervenciones del docente, y de las comparaciones y 
validaciones que se hagan de las distintas formas de calcular que conviven en 
la clase. En particular, el cálculo escrito de la división debiera evolucionar desde 
estrategias de sucesivas aproximaciones en 4º año/grado, hasta lograr aproxi-maciones 
al dividendo en menos pasos. 
La operatoria aditiva y la multiplicación por un entero con fracciones y deci-males 
se inicia en 4º año/grado ligada a los contextos que le dan sentido. La 
misma avanza en 5º y 6º años/grados, tanto con las expresiones fraccionarias 
como con las decimales, con la intención de elaborar y comparar procedimien-tos 
de cálculo para llegar a sistematizarlos. 
Al hablar de tratamiento de la información en relación con los contenidos 
del Eje “Número y Operaciones”, nos referimos a un trabajo específico que per-mita 
a los alumnos desplegar en forma progresiva ciertas capacidades, como 
interpretar la información que se presenta en diferentes portadores (enunciados, 
gráficos, tablas, etc.), seleccionar y organizar la información necesaria para res-ponder 
preguntas, diferenciar datos de incógnitas, clasificar los datos, planificar 
una estrategia de resolución, anticipar resultados. 
La lectura y organización de la información, así como su eventual recolección 
a partir de experiencias significativas para los alumnos, se iniciará en 4º año/ 
grado y avanzará en el Ciclo en las formas de representación en gráficos, fina-lizando 
en 6º año/grado con problemas que requieran tomar decisiones entre 
distintas alternativas de organización y presentación de datos. 
En el Eje “Geometría y Medida” incluimos el estudio del espacio. Las referen-cias 
espaciales construidas en el Primer Ciclo se articulan progresivamente en 
un sistema que permite ubicar los objetos en el espacio sensible, y en la repre-sentación 
de ese espacio en el plano. En este Ciclo se avanza en el tamaño del 
espacio que se representa y en las referencias que se usen, comenzando por la 
elección de referencias por parte del alumno en 4º año/grado, y evolucionando 
hacia la inclusión de representaciones convencionales en función de un sistema 
de referencia dado, en 6° año/grado. 
31 
Enseñar Matemática 
en el Segundo Ciclo
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
32 Serie 
Cuadernos para el aula 
En paralelo con el estudio del espacio, se estudian los objetos geométricos, 
es decir las formas de dos y tres dimensiones. Para ello, es posible trabajar con 
las figuras y los cuerpos sin relacionarlos necesariamente con objetos del 
mundo sensible. 
El avance de los conocimientos geométricos, en este Ciclo, no se plantea en 
relación con el repertorio de figuras y cuerpos, sino en función de las propiedades 
que se incluyan. Se inicia en 4° año/grado la consideración de bordes rectos o cur-vos, 
número de lados y de vértices, ángulos rectos o no para las figuras, y de las 
superficies curvas o planas, número y forma de las caras para el caso de los cuer-pos. 
Para las figuras se avanza incluyendo el paralelismo de los lados y las propie-dades 
de las diagonales. Se evolucionará también en el tipo de argumentaciones 
que se acepten como válidas –desde las empíricas hacia otras basadas en propie-dades–, 
lo que irá en paralelo con la conceptualización de las figuras como obje-tos 
geométricos y con el uso de un vocabulario cada vez más preciso. 
Los problemas del Eje “Geometría y Medida” en el Segundo Ciclo en princi-pio 
funcionan como articuladores entre la Aritmética y la Geometría, porque 
permiten atribuir sentido a los números racionales y cuantificar ciertos atribu-tos 
de los objetos y de las formas. Los problemas reales de medición efectiva 
de longitudes, capacidades, pesos y tiempo que se incluyan en cada año deben 
permitir al alumno elaborar una apreciación de los diferentes órdenes de cada 
magnitud y utilizar instrumentos para establecer diferentes medidas. 
En este Ciclo se hace necesario, además, un trabajo profundo en relación 
con los cambios de unidades. En 4º año/grado habrá que establecer, a propó-sito 
de diferentes magnitudes, qué relación existe entre las unidades elegidas 
y las medidas correspondientes. Luego, se hace necesario avanzar en la com-prensión 
de la organización decimal de los sistemas de unidades del SIMELA, 
lo que constituye un soporte interesante para la comprensión de la escritura 
decimal de los racionales. En 6° año/grado habrá que explicitar las relaciones 
de proporcionalidad involucradas en la expresión de una misma cantidad con 
distintas unidades. 
Articular el trabajo en la clase de 6º año/grado 
Al organizar unidades de trabajo, es necesario tener en cuenta, además de las 
decisiones didácticas que tome el docente, las vinculaciones matemáticas entre 
las nociones que se enseñan y que tienen que ver con su origen y, por lo tanto, 
con las características que le son propias. 
El trabajo con los contenidos vinculados a “Número” y los vinculados a “Ope-raciones” 
supone, tanto para los naturales como para las fracciones y decimales, 
considerar relaciones de distinto tipo. El trabajo sobre numeración se relaciona 
con el de cálculo, dado que los métodos de cálculo, redondeo, aproximación y
Nap 
Matemática 6 
encuadramiento están ligados a la estructura del sistema de numeración decimal. 
Por su parte, las diferentes estrategias de cálculo exacto y aproximado dependen 
del significado que se les da a las operaciones en los distintos contextos. 
En relación con los contenidos vinculados a “Geometría” y los vinculados a 
“Medida”, es necesario considerar que el estudio de las propiedades de las figu-ras 
y los cuerpos incluye nociones de medida, por ejemplo, las longitudes de los 
segmentos o las amplitudes de los ángulos. 
A su vez, los contenidos de “Medida” se relacionan con los de “Número y 
Operaciones”, ya que la noción de número racional, entendida como cociente 
entre enteros, surge en el contexto de la medición de cantidades. Por lo tanto, 
habrá que avanzar simultáneamente con la comprensión de los usos de los 
números racionales y del proceso de medir. 
En relación con las decisiones didácticas, solo señalaremos en este apartado 
que los contenidos de tratamiento de la información son transversales a todas 
las unidades de trabajo. Presentar la información de diferentes modos en los 
problemas y variar la tarea, tanto en los problemas aritméticos como geométri-cos, 
dará lugar a que los alumnos no conciban la idea de problema de una mane-ra 
estereotipada, tanto en lo que se refiere a la forma de los enunciados como 
a las formas de resolución y el número de soluciones a investigar. 
33 
Enseñar Matemática 
en el Segundo Ciclo
El reconocimiento y uso de los números naturales, de expresiones decimales 
y fraccionarias, de la organización del sistema decimal de numeración y la 
explicitación de sus características. 
El reconocimiento y uso de las operaciones entre números naturales, 
fracciones y expresiones decimales, y la explicitación de sus propiedades 
nap
Número y 
Operaciones
EJE 
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Serie 
Cuadernos para el aula 
Número y 
Operaciones 
Los saberes que se ponen en juego 
Para que los alumnos puedan aprender los saberes incluidos en los Núcleos de 
Aprendizajes Prioritarios, en la escuela tendremos que proponer situaciones de 
enseñanza en las que se pongan en juego distintos aspectos de estos. Se trata 
de que los conocimientos matemáticos se introduzcan en el aula asociados con 
los distintos problemas que permiten resolver, para luego identificarlos y siste-matizarlos. 
• Interpretar, registrar, comunicar y comparar cantidades y números tanto para 
los números naturales como para fracciones y/o expresiones decimales y 
eligiendo la representación más adecuada en función del problema a resolver. 
• Argumentar sobre la equivalencia de distintas representaciones y descompo-siciones 
de un número1. 
• Comparar la organización del sistema decimal con la de otros sistemas, 
atendiendo a la posicionalidad y a la función del cero. 
• Comparar fracciones y/o expresiones decimales a través de distintos proce-dimientos, 
incluyendo la representación en la recta numérica e intercalando 
fracciones y decimales entre otros números. 
• Analizar afirmaciones sobre las relaciones y propiedades que diferencian los 
números naturales de las fracciones y las expresiones decimales. 
1 Se incluyen tanto las descomposiciones ligadas a la estructura del sistema de numeración como 
la conversión de expresiones fraccionarias, decimales y porcentajes usuales (50 % = 1/2 = 0,5).
Nap 
Matemática 6 
• Operar seleccionando el tipo de cálculo y la forma de expresar los números 
involucrados2 que resulten más convenientes en función de la situación y eva-luando 
la razonabilidad del resultado obtenido. 
• Elaborar y comparar distintos procedimientos –incluyendo el uso de la cons-tante 
de proporcionalidad– para calcular valores de cantidades que se corres-ponden 
o no proporcionalmente, evaluando la pertinencia del procedimiento en 
relación con los datos disponibles. 
• Explicitar las características de las relaciones de proporcionalidad directa. 
• Analizar relaciones entre cantidades y números para determinar y describir 
regularidades, incluyendo el caso de la proporcionalidad. 
• Argumentar sobre la validez de un procedimiento o el resultado de un cálcu-lo 
usando propiedades de las operaciones en distintos campos numéricos. 
• Producir y analizar afirmaciones sobre relaciones numéricas vinculadas a la 
divisibilidad y argumentar sobre su validez. 
• Interpretar y organizar información presentada en textos, tablas y distintos 
tipos de gráficos, incluyendo los estadísticos. 
• Elaborar y comparar procedimientos3 de cálculo –exacto y aproximado, men-tal, 
escrito y con calculadora– de multiplicaciones de fracciones y expresiones 
decimales incluyendo el encuadramiento de los resultados entre naturales y 
analizando la pertinencia y economía del procedimiento en relación con los 
números involucrados. 
• Sistematizar resultados y estrategias de cálculo mental para operar con 
números naturales, fracciones y expresiones decimales. 
37 
EJE 
Número y 
Operaciones 
2 Seleccionar la forma de expresar los números implica decidir si se va a operar con fracciones o 
con expresiones decimales y, en este último caso, evaluar la cantidad de cifras decimales que se 
necesitan para expresar el resultado en función de la situación. 
3 Se incluye la comparación de procedimientos elaborados por los alumnos y de estos con otros, 
como estimaciones, representaciones gráficas, uso de escrituras aditivas y/o multiplicativas o 
equivalencias.
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38 Serie 
Cuadernos para el aula 
Propuestas para la enseñanza 
En este apartado, intentamos precisar el alcance y el sentido de los conocimien-tos 
que se priorizan en el Eje “Número y Operaciones” a partir de algunos ejem-plos 
de actividades para desarrollar en el aula y de producciones de los niños. 
Además, presentamos posibles secuencias de actividades que apuntan al apren-dizaje 
de un contenido y muestran el tipo de trabajo matemático propuesto 
desde el enfoque explicitado al inicio de este Cuaderno, en el apartado 
“Enseñar Matemática en el Segundo Ciclo”.4 
Para analizar las relaciones entre los números y entre las representaciones 
Sin duda las concepciones numéricas constituyen una de las construcciones 
cognitivas más importantes de la escolaridad. La apropiación de los conocimien-tos 
numéricos es un proceso largo y complejo. Al respecto, Gerard Vergnaud,5 
psicólogo dedicado al aprendizaje matemático, afirma: 
Si las propiedades más elementales del concepto de número comienzan a 
ser comprendidas a la edad de 3 o 4 años, la plena comprensión de los 
números relativos (los enteros) y de los números racionales no está adquiri-da 
para la mayoría de los alumnos de 15 años; y es bien claro que les queda 
a los alumnos un largo camino por recorrer aún, para comprender todas las 
propiedades de los números reales. 
Es posible inferir entonces que la evolución, desde las primeras ideas intuiti-vas 
que tienen los niños hasta el conocimiento de carácter algebraico que pue-den 
lograr en algún momento de la escuela media, se desarrolla en un tiempo 
prolongado. En este sentido, resulta valioso que las propuestas estén orientadas 
a dar significado a los nuevos números que van apareciendo en las diferentes 
etapas de la escolaridad. 
Conocer los números implica no solo conocer los modos de referirse a ellos en 
forma escrita u oral, es decir, sus representaciones (con símbolos numéricos, en la 
recta numérica), sino también sus propiedades, las relaciones que pueden estable- 
4 Recomendación de lectura: en reiteradas ocasiones se propondrán actividades a partir de lo 
que se ha realizado el año/grado anterior. En los casos en que los chicos no hayan realizado 
dicho trabajo u otro similar, es conveniente consultar Cuadernos para el aula: Matemática 5, 
para que, en función de los conocimientos del grupo, el docente decida cómo adaptar la pro-puesta 
que allí se incluye. 
5 “L’appropriation du concept de nombre: un processus de lounge halaine”, en: Bideau, J., Meljac, 
M. y Fisher J. P. (1991), Les chemins du nombre, París, Presses Universitaires de Lille.
Matemática 6 
cerse entre ellos (de orden, aditivas o multiplicativas), cómo intervienen en los cál-culos, 
cómo se usan en las operaciones que resuelven problemas y, más adelante, 
el tipo de estructura que forman. 
En este apartado, nos referiremos a los números naturales y racionales, sus 
diferentes formas de representación y también a sus propiedades y las relacio-nes 
de orden entre ellos. El número es un objeto matemático que remite a un 
cierto número de relaciones lógico matemáticas y existen diferentes tipos de 
números que permiten dar respuesta a diferentes tipos de problemas. Entre 
ellos, los números naturales se comienzan a estudiar desde los primeros años 
de la escolaridad primaria y los números racionales, abordados como fracciones 
y como números decimales, se incorporan entre 3er y 4° año/grado. 
Las formas de representación de los números con símbolos y las reglas para 
combinarlos, es decir, los sistemas de numeración, son productos culturales. A lo 
largo de la historia, distintos pueblos han producido sistemas de numeración con 
diferentes símbolos y reglas. Entre ellos, el sistema de numeración decimal se 
estudia desde el inicio de la escolaridad para representar, primero, los números 
naturales y, luego, los números decimales. En consecuencia, en 6° año/grado ya 
es posible reflexionar sobre sus características, comparándolo con otros sistemas. 
Con respecto a los números racionales, una mirada sobre el origen de las 
fracciones y de los decimales, para conocer qué problemas permitieron resolver 
y cómo aparecieron sus representaciones numéricas, nos permitirá focalizar las 
decisiones didácticas tomadas al proponer las actividades para el aula. 
Las fracciones de numerador 1 ya se conocían en la Antigüedad. El proble-ma 
de expresar las partes de un todo y la necesidad de medir cantidades con-tinuas 
constituyeron para los antiguos egipcios el motor de la invención de las 
fracciones, dado que los números naturales resultaban insuficientes. 
Posteriormente, cuando se descubrió que al operar con ellos se cumplían las 
mismas propiedades que en las operaciones con enteros, los matemáticos las 
consideraron números. 
Cuando se descubrieron las fracciones llamadas decimales, se advirtió poco 
a poco que se podía utilizar la numeración de posición para expresar cantidades 
menores que la unidad, introduciendo la coma para separar la parte entera de la 
decimal. Esto permitió expresar esas fracciones sin dificultad y los enteros apa-recieron 
como fracciones particulares: aquellas cuya representación no lleva nin-guna 
cifra después de la coma. Casi a fines del siglo XVI, Simón Stevin publica 
el primer libro de la historia que trata únicamente de los números decimales: La 
Disme, que significa la décima. Esta obra, dirigida a todos los lectores de la 
época que utilizaban números, como astrólogos, agrimensores y comerciantes, 
tuvo como propósito mostrar que los cálculos y las medidas pueden simplificar-se 
considerablemente con la utilización de los decimales. Para expresar cantida-des 
menores que la unidad, Stevin propone fraccionar la unidad en décimas, 
Nap 
39 
EJE 
Número y 
Operaciones
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
40 Serie 
Cuadernos para el aula 
centésimas, milésimas, adoptando un criterio de posición, en lugar de usar los 
denominadores para indicar las partes de la unidad. En consecuencia, cuando 
hablamos de números decimales, nos referimos a los racionales, para los cuales 
se puede encontrar una fracción decimal representante, cuyo denominador 
es una potencia de 10. De esta manera, es posible utilizar un sistema de repre-sentación 
decimal posicional, que sea equivalente al sistema definido para los 
4 
_números naturales. 
El interés por la representación decimal de las fracciones decimales se debe 
a la posibilidad que ofrece esta forma de escritura de utilizar los algoritmos de 
cálculo definidos para los naturales. Los números decimales se han convertido 
en protagonistas de todos los cálculos debido a la disponibilidad creciente del 
uso de las calculadoras. 
En este sentido, uno de los propósitos de la enseñanza de las fracciones y los 
decimales es que los estudiantes reconozcan ambos sistemas numéricos de 
notación como modos de representar los mismos conceptos, y que puedan 
determinar cuál es el que tiene ventajas en la utilización, según la situación. 
Efectivamente, aunque los numerales 0,75 y 3representan la misma cantidad, 
en algunos contextos es más fácil pensar en 3_4 
y en otros es más adecuada 
la expresión decimal. 
Además, en relación con los problemas que permiten resolver las fracciones 
y los decimales, presentaremos algunos problemas de contexto extramatemáti-co6, 
donde se deben expresar las partes de un todo y medir cantidades conti-nuas, 
como se planteó en el origen de estos números, y otros problemas de con-texto 
intramatemático que incluirán también la representación de los números 
como puntos en la recta numérica. 
En cuanto al establecimiento de relaciones de orden entre fracciones y deci-males, 
deberemos precisar cuáles son los criterios que permiten determinar este 
5 
orden cuando se 5 
_comparan distintos tipos de escrituras, pues para los niños que 
intentan conservar y extender los conocimientos adquiridos en relación con los 
números naturales, no es fácil advertir que 0,0867 no es mayor que 1,2 aunque 
tiene más cifras. O bien que 4no es el siguiente de 3, y esta situación se com-plica 
_aún más cuando se trata de comparar 1,5 y 1_5 
. La idea de que no hay un 
racional que sea “el siguiente” de otro dado, supone un salto en la manera de 
pensar y usar los números. 
6 Recomendación de lectura: véase el apartado “Los contextos”, en “Enseñar Matemática en el 
Segundo Ciclo” de este Cuaderno.
Nap 
Matemática 6 
La comprensión de los números racionales implica disponer de diversas 
nociones relacionadas: fracciones, razones, decimales como así también una rica 
y compleja variedad de situaciones de uso y formas de representación. 
Asimismo, su comprensión implica concebir los números naturales como parte 
de los racionales y, para ello, debemos saber qué ideas de las conocidas para 
los naturales pueden extenderse al nuevo campo numérico y cuáles pueden 
modificarse. Para que los alumnos adquieran estos conocimientos, es importan-te 
proponer situaciones7 que permitan a los alumnos explorar, ensayar, buscar 
nuevas estrategias y argumentos para validar su propio trabajo, con el propósi-to 
de que vayan logrando cada vez un trabajo más autónomo. 
Plantear situaciones para comparar cantidades y números 
En Cuadernos para el aula: Matemática 5 se han presentado situaciones para 
explorar y explicitar los límites de utilización de diferentes criterios de compara-ción 
de fracciones y de fracciones con números naturales, cuando estas se 
representan en forma numérica. Asimismo, se ha explicitado cómo comparar dos 
racionales, cuando uno está representado como fracción y el otro como decimal. 
En 6° año/grado, es interesante que las actividades para comparar cantidades 
(expresadas con un número y la unidad correspondiente) y números incluyan tanto 
las comparaciones de fracciones entre sí y con los números naturales, las de 
números decimales entre sí y con los números naturales, como así también aque-llas 
que implican comparar fracciones con números decimales y naturales. En 
todos los casos, esas actividades estarán orientadas a que los alumnos elaboren 
sus propias estrategias y propiciarán el planteo de distintas tareas, como ordenar 
fracciones o números decimales, ubicar fracciones o decimales entre naturales o 
intercalar una fracción entre otras dadas, o un decimal entre otros dados. 
Una situación como la siguiente, ya planteada en años anteriores, puede pro-vocar 
una discusión interesante acerca de las estrategias propias de compara-ción 
de números decimales que utilizan los alumnos. 
• Colocá el signo mayor, menor o igual según corresponda. 
0,2 ....... 0,12 
1,20 ........ 1,050 
2,324 ....... 5,54 
7 Recomendación de lectura: véase el apartado “Las situaciones de enseñanza”, en “Enseñar 
Matemática en el Segundo Ciclo” de este Cuaderno. 
41 
EJE 
Número y 
Operaciones
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42 Serie 
Cuadernos para el aula 
Al corregir esta actividad en forma conjunta, es conveniente detenernos solo en 
los resultados que no coinciden. En estos casos, promoveremos que, en sus 
argumentaciones, los alumnos utilicen la ubicación en la recta numérica o se val-gan 
de la posicionalidad de las cifras (décimas, centésimas, etc.). 
Algunos chicos cometen errores cuando trasladan propiedades de los núme-ros 
naturales a los números decimales. Por esto, es conveniente que al elegir los 
pares de números a comparar, incluyamos aquellos que pueden poner en evi-dencia 
algunos de estos errores8. 
Para avanzar en la comprensión de los números decimales, podríamos pre-sentar 
situaciones que promuevan el análisis y la reflexión de los conceptos a 
partir de la problematización de estos errores. Por ejemplo: 
• Un grupo de alumnos resolvió la actividad anterior, dando diferentes 
argumentos para cada caso. Estos son dos argumentos. Analizalos y 
respondé. 
a) Ana dice que 0,2 es menor que 0,12 porque 2 es menor que 12. 
¿Estás de acuerdo? ¿Por qué? 
b) Pedro y María no están de acuerdo en sus respuestas. Pedro quiere 
convencer a María de que 1,20 es menor que 1,050. 
¿Cuál creés que pudo ser el argumento que utilizó Pedro para convencer a 
María? ¿Quién creés que tiene razón? 
• ¿Estás de acuerdo con alguna de las siguientes argumentaciones? ¿Por qué? 
a) Dos coma trescientos veinticuatro es mayor que cinco coma cincuenta 
y cuatro porque tiene más cifras. 
b) El número 2,324 es menor que 5,54 porque la parte entera 2 es 
menor que 5. 
c) 2,324 es mayor que 5,54, porque el 324 es mayor que el 54. 
En la puesta en común de una actividad como la anterior, el docente podrá orientar 
la discusión hacia cuáles son las estrategias válidas para comparar números deci-males 
y cuál es la utilidad de pensar en la equivalencia de números decimales. 
Otro recurso que resulta útil para comparar fracciones, y también para deter-minar 
entre qué números naturales se encuentra una fracción y para encontrar 
fracciones entre dos dadas, es la recta numérica. Sin embargo, es necesario 
8 Recomendación de lectura: Panizza, M. (1997), “Aproximación al análisis del error desde una 
concepción constructivista del aprendizaje”, en: Bressan, A. M. y otros (1997), Los CBC y la 
Matemática, Buenos Aires, AZ.
Nap 
reconocer la dificultad que supone para los alumnos comprender este tipo de 
representación9. La comprensión de la noción de recta numérica implica que los 
alumnos construyan la idea de que un punto representa un número, y que ese 
número representa, a la vez, la distancia al cero en la escala elegida, o bien la 
diferencia entre ese número y cero. Por otro lado, tienen que ir aceptando la idea 
de que a un número le corresponden diferentes escrituras y más tarde tendrán 
que llegar a la generalización de que los números racionales equivalentes tienen 
la misma ubicación en la recta numérica. Una ventaja de la representación lineal 
es que las fracciones comienzan a “rellenar” los huecos dejados por los núme-ros 
naturales en la recta numérica. 
Dada la complejidad del trabajo con esta representación, posiblemente resul-te 
beneficioso comenzar con situaciones de contexto extramatemático, para 
luego presentar otras de contexto intramatemático. Los siguientes10 podrían ser 
ejemplos del primer tipo de situaciones: 
• En este dibujo se ha representado una ruta que va desde la ciudad C 
hasta la ciudad M. A lo largo del camino, se han colocado carteles 
indicadores de la distancia del cartel hasta la ciudad C. 
¿Qué deberían decir los carteles ubicados en los puntos señalados? 
3 
• En _este caso, está representada la ruta entre la ciudad T y la ciudad A. 
Teniendo en cuenta el cartel que indica 1 km, ubicá los carteles que indiquen: 
a) la ciudad B, que se encuentra a 1 2km de T. 
b) la ciudad G, que se halla a 2 1_6 
km de T. 
Matemática 6 
43 
EJE 
Número y 
Operaciones 
9 Recomendación de lectura: bajo el título “Juego de la tele”, en la página 42 del Cuadernos 
para el aula: Matemática 4, se analiza el uso de la recta numérica como recurso para el encua-dramiento 
de números naturales. Este constituye un antecedente útil que se puede retomar a 
propósito del encuadramiento de números racionales. 
10 Recomendación de lectura: estas situaciones son tomadas o adaptadas de las que se incluyen 
en Sadovsky, P. (coord.), Lamela, C., Carrasco, D. (2005), Matemática. Fracciones y Números 
decimales. 6º grado. Apuntes para la enseñanza. Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, 
Secretaría de Educación, Dirección General de Planeamiento, Dirección de Currícula.
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44 Serie 
Cuadernos para el aula 
El contexto de la ruta y la referencia de 1 km permitirá a los alumnos pensar en 
la ubicación de los carteles en kilómetros enteros y fracciones de los mismos, a 
partir de la representación gráfica. 
En el contexto intramatemático, los conocimientos que es necesario invertir para 
establecer cuál es el número correspondiente a una cierta posición en la recta pue-den 
ser muy diversos y, como ocurre en otras situaciones, dependen de la informa-ción 
que se dé y de la que se pide. Por ejemplo, en las siguientes situaciones, donde 
hay que averiguar a qué números corresponden las siguientes letras. 
• Encontrá los números “escondidos” en la recta numérica que sigue: 
En este caso, dado que la unidad está representada en la recta, la ubicación de 
los “números escondidos” es bastante directa, ya que la división más pequeña 
representa 1_5 
y está explicitada en la recta. Puede ser que, para descubrir el 
número que está escondido en A, los niños cuenten de quinto en quinto y así lle-guen 
a asignarle a A el valor de 4_5 
. Luego, es probable que le asignen a B 7_5 
y 
que al pasar por la unidad, la nombren 5_5 
llegando al valor de C como 10_5 
, que 
5 
es equivalente 5 
a 2 enteros. En esta estrategia es importante la discusión que 
podamos impulsar respecto de las fracciones que se corresponden _con los 
_números naturales, como 5y 10. Otros alumnos pueden considerar que la uni-dad 
se corresponde con 5_5 
, entonces retrocederán un quinto para llegar a 4_5 
y 
avanzarán para llegar a 7_5 
, y luego al 10_5 
ó 2. En estos casos, es importante en la 
discusión establecer relaciones entre cada número natural con su expresión 
fraccionaria equivalente. 
De igual forma, es posible que para descubrir C trasladen el segmento uni-tario 
y encuentren que C es 2, sin que piensen en el 2 como 10_5 
o que digan que 
B es 1 más 2_5 
o que A es 1 menos 1_5 
. En este último caso, podremos interve-nir 
recuperando los conceptos de fracciones menores y mayores que la unidad, 
y analizar la expresión mixta de las fracciones mayores que la unidad (1 2_5 
y 7_5 
). 
Cuando los alumnos formulen sus estrategias, es posible que muchas de ellas 
se combinen, pero la riqueza de la actividad estará dada por la discusión que el 
maestro puede plantear respecto de los contenidos que se fueron utilizando: 
conteo de fracciones de igual denominador, expresiones fraccionarias que 
representan enteros, expresión mixta de un número fraccionario, inclusión de los 
naturales en los números fraccionarios, etc.
Nap 
Matemática 6 
Para complejizar la actividad, podríamos proponer a los alumnos que encuen-tren 
un número que está escondido en la mitad, en la cuarta parte de A y 1, y 
avanzar en la idea que entre dos puede haber otros. 
• Observá esta recta y encontrá los números escondidos en A y en B. 
6 
_En este ejemplo, el hecho de que la unidad no esté dividida en parte iguales 
hace que la actividad sea más compleja (entre 0 y 1 está dividida en sextos y 
entre uno y dos está dividida en cuartos). Además, no están presentes todas las 
divisiones en cada unidad. 
Para encontrar el número escondido en A, es necesario descubrir la parte que 
representa de la unidad, es decir la menor división que se explicitó en el interva-lo 
(0;1), que es 1. De igual manera, para B, en el intervalo (1; 2), hay que encon-trar 
el valor de la parte en la que se dividió el entero. En estos casos, se juegan 
relaciones que pueden ser expresadas como la tercera parte de la mitad es 1_6 
y 
la mitad de la mitad es un cuarto. 
Para encontrar el número escondido en B, puede ser que lo descubran con-tando 
de mitad en mitad hasta llegar a 3_2 
, o bien contando de 3_6 
en 3_6 
hasta 
llegar a 9_6 
, lo que permitirá discutir sobre estas equivalencias. Puede ser que 
reconozcan que este intervalo (1; 2) está dividido en cuartos y que piensen en 
el 1 como cuatro cuartos, y que luego cuenten para llegar a 6_4 
o que vean al 2 
como 8_4 
y que retrocedan para llegar a 6_4 
. 
En el momento de la confrontación, podremos proponer situaciones simuladas 
que permitan discutir otras relaciones a partir de la situación anterior. Por ejemplo: 
3 
• ¿Qué opinás acerca de lo que dicen Juan y Pedro? Justificá tu a) Pedro dice que en A _respuesta. 
está escondido 1. 
b) Juan dice que entre 1_2 
y 1 se puede ubicar 3_4 
. 
En el primer caso, se pretende que los alumnos busquen justificaciones utilizan-do 
equivalencias de fracciones o que procedan trasladando el segmento OA y 
así descubran que está contenido 3 veces en (0;1) y puedan ver, en la recta, que 
a la tercera parte de la mitad le corresponde el mismo lugar en la recta que a la 
sexta parte de un entero. En el segundo caso, nuevamente, se juega la idea de 
intercalar una fracción entre otros dos números, pero se complejiza, porque esa 
unidad ya está dividida en sextos. Si bien los alumnos pueden estar pensando 
45 
EJE 
Número y 
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Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
46 Serie 
Cuadernos para el aula 
en la mitad del intervalo ( 1_2 
;1), hay que hacer jugar la relación mitad de mitad. 
Puede ocurrir que vean el 1 como 4_4 
y retrocedan un cuarto para decir que hay 
tres cuartos o que superpongan las divisiones de la primera mitad del segmen-to 
(tercios) a la división en cuartos. 
Estas son otras actividades que podemos proponer para trabajar con la 
recta numérica. 
• ¿Dónde está el 0? 
• ¿Dónde está el 1? 
2 
4 
6 
3 
_En la primera actividad, se propone que a partir de la información disponible 
logren indicar donde está el 0. Si bien en este caso se presentan fracciones de 
igual denominador, podrían variarse utilizando 2y 9ó 3_y 3o combinar expre-siones 
__fraccionarias y decimales. Otra posibilidad es brindar como información 
solo la ubicación de las dos fracciones, quedando a cargo de los chicos la ubi-cación 
de la unidad para luego indicar donde está ubicado el 0. 
5 
En la segunda actividad, el problema está centrado en poder establecer que 
el segmento del intervalo dado debe dividirse en ocho partes, y que cada parte 
representa 1de la unidad que no está marcada. En este caso, el numerador 
_estaría informando que ese segmento contiene 8 de esas partes (quintos), que 
es necesario encontrar para identificar la unidad. 
También podremos proponer que encuentren el 0 y el 1, dando dos fraccio-nes 
de igual denominador o de diferente denominador: por ejemplo, entre 1_4 
y 5_4 
o entre 1_2 
y 3_4 
. De manera similar, se podría proponer la misma actividad traba-jando 
con fracciones lejanas a la unidad, como 27_4 
y 29_4 
y pedir a los alumnos que 
encuentren los dos enteros más próximos al número. Como puede observarse, 
para resolver estas actividades los alumnos usarán distintos procedimientos 
según la información disponible en cada caso. 
Otra propuesta interesante para trabajar con la recta numérica es el 
siguiente juego:
Nap 
Matemática 6 
“Un mensaje para cada punto”: ubicar puntos en la recta numérica 
Materiales: cada equipo debe recibir dos hojas lisas, una en blanco para 
escribir el mensaje y otra con dos rectas numéricas graficadas en las que 
aparecen marcados los puntos 0 y 1 (a 12 cm de distancia) y un punto M o 
P, incluido en dicho intervalo. Es importante que estos números representen 
fracciones conocidas. 
Organización de la clase: se dividirá en un número par de equipos, 
integrados por 2 ó 3 alumnos. Cada equipo desempeñará los roles de 
emisor y receptor, ya que debe enviar un mensaje y recibir otro. 
Desarrollo: a la mitad de los grupos se le entrega la representación de 
una recta numérica, donde se ha marcado el punto M. Y a la otra mitad se 
le entrega la representación de una recta numérica donde se ha marcado 
el punto P. 
Pediremos a los alumnos que, en unos pocos minutos, escriban un mensaje 
para que el otro grupo pueda marcar el punto que le indicarán, en el mismo 
lugar. Dicho mensaje no puede incluir dibujos. 
Cuando todos los alumnos terminan de escribir el mensaje, se lo entregan 
al grupo receptor, quien tiene que marcar el punto M o el P. 
Luego, los alumnos analizan si los puntos marcados por los equipos 
receptores coinciden con los que tienen marcados los equipos emisores en 
sus respectivas rectas. En caso de que no haya coincidencia, emisores y 
receptores discutirán si la causa está en la interpretación del mensaje o en 
la fracción explicitada en el mensaje. 
A continuación, organizaremos una puesta en común en la que recuperaremos los 
mensajes o soluciones al problema que consideremos más ricos para la discusión. 
En aquellos casos en que hubo errores en los mensajes o en la interpreta-ción, 
sería interesante que los pongamos a consideración de la clase, para rea-lizar 
un análisis que permita establecer alguna conclusión con respecto a las 
estrategias que conviene utilizar para decir qué fracción está representada en el 
punto indicado (M ó P). Por último, propondremos que analicen los mensajes que 
fueron bien elaborados por los emisores e interpretados por los receptores, ya 
que permitieron marcar el punto en el mismo lugar. 
Un tipo de actividad en la que los chicos pueden invertir la representación de 
fracciones en la recta es la de comparar fracciones entre sí y con números natu-rales. 
En estas actividades también convendrá recuperar los procedimientos 
de comparación conocidos desde el año anterior. Para ello, podremos proponer 
la comparación en forma abierta, con el fin de que los alumnos decidan, entre 
los diferentes recursos de que disponen, cuál utilizar en función de los números 
involucrados. Así, es posible proponer una actividad como la siguiente. 
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Cuadernos para el aula 
• Decidí cuál es la fracción menor en los siguientes pares de fracciones. 
11 Si bien todas estas actividades se presentaron con expresiones fraccionarias, las mismas pue-den 
proponerse con escrituras decimales o combinando ambas representaciones. 
2_3 
y 4_5 
10_8 
y 6_4 
3_8 
y 5_ 
12 
3_5 
y 5_7 
5 _ 
11 y 6_ 
13 
6_ 
10 y 5_7 
En la puesta en común, será oportuno retomar los diferentes recursos de compa-ración 
utilizados en cada caso (representar en la recta, ubicar las fracciones entre 
los dos enteros más próximos y entre el entero y el medio más próximo, transfor-mar 
en fracciones equivalentes de igual numerador o igual denominador) y dis-cutir 
la conveniencia de su uso en función de los números involucrados11. 
Plantear situaciones para analizar distintas escrituras de un número 
Uno de los propósitos de la enseñanza de las fracciones y de los números deci-males 
es que los alumnos reconozcan que ambos tipos de escritura son formas 
diferentes de representar los mismos números. Es necesario que, en la ense-ñanza 
de los decimales, se incluyan experiencias que lleven a los alumnos a 
establecer relaciones o conexiones entre los dos sistemas. Por ejemplo, si los 
chicos ya 4 
_reconocen que 0,75 y 3representan la misma cantidad, a la hora de 
comparar 3_4 
con otros números decimales como 0,743 ó 0,8, pueden pensarlo 
como 0,75 y valerse, entonces, de esta relación para determinar que 0,743 es 
menor que 0,75 y que 0,8 es mayor. 
El significado que el alumno da a un número se enriquece progresivamente a 
medida que aumenta la cantidad de situaciones en que ese número tiene sen-tido 
para él. Por ejemplo, el 0,1 puede surgir en el contexto de la medida para 
materializar la décima parte del metro, para representar el resultado de repartir 
1 entre 10, para aproximar el valor de una medida dividiendo una unidad cual-quiera 
en 10 partes iguales, para escribir números menores que 1 al extender el 
sistema de numeración, etc. Es importante que el alumno comprenda que el 
objeto matemático (el número 0,1) es el mismo en todas las situaciones. En con-secuencia, 
desde el trabajo del aula, es necesario que dediquemos especial 
atención a presentar actividades que den lugar a que los niños conozcan los dis-tintos 
significados de cada una de las representaciones utilizadas para los 
números racionales.
Matemática 6 
Los modos de representación son instrumentos para construir comprensión, 
comunicar información y trabajar con ella. La utilización de diferentes modos de 
representación para comunicar las ideas matemáticas y saber transformar una 
en otra, permite que los niños aprendan a elegir formas alternativas de repre-sentar 
sus ideas y poder decidir acerca de la validez de las representaciones uti-lizadas 
por sus compañeros. 
Para comprender la relación entre los dos sistemas de representación, la 
fraccional y la decimal, es conveniente que las actividades favorezcan la traduc-ción 
entre ambos. Por ejemplo, si los niños reconocen que 1_2 
es la misma can-tidad 
que 0,5 pueden utilizar esta relación para saber que 0,4 ó 0,45 es un poco 
menos que 1_2 
y que 0,6 es un poco más que 1_2 
. Las actividades se centrarán en 
instalar y favorecer en los alumnos la significación que dan a los símbolos en las 
escrituras y demás representaciones que utilizan. 
Para favorecer el dominio de las diferentes formas de representación, es 
posible proponer un juego como el que sigue. 
“¿Qué parte?”: establecer relaciones entre distintas representaciones de 
un número. 
Materiales: papel para escribir mensajes y cuadrados de papel 
cuadriculado de 10 x 10. 
Organización de la clase: equipos integrados por 2 ó 3 alumnos, que 
actuarán como emisores primero y como receptores luego. 
Desarrollo: el docente entrega a cada equipo una tarjeta distinta con la 
representación gráfica de una fracción. Por ejemplo: 
Nap 
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Cuadernos para el aula 
Cada equipo tiene que escribir un mensaje con la expresión fraccionaria que 
corresponda a la representación que recibió. Cuando todos los equipos terminan 
de escribir el mensaje, cada uno lo entrega a otro, para que la represente 
nuevamente en forma gráfica y, además, escriba la expresión decimal. 
Luego, analizan entre los equipos si la representación gráfica realizada por 
el equipo receptor es la misma o es equivalente a la que recibió el equipo 
emisor al inicio de la jugada. En caso de error, emisores y receptores, 
discutirán si la causa está en la escritura fraccionaria del mensaje emitido o 
en la representación gráfica de los receptores. Además, podrán discutir si la 
escritura decimal es la “traducción” de la fraccionaria. 
En una puesta en común, los grupos expondrán las diferentes representaciones 
que obtuvieron de un mismo número. Si hubiera errores, propondremos el análisis 
necesario para que los alumnos los descubran. Es importante que los momentos 
de confrontación permitan que los niños vayan avanzando en sus concepciones.
Nap 
Matemática 6 
Se puede jugar varias veces con distintas variantes, cambiando la represen-tación 
del número elegido en la tarjeta que se entrega, en lugar de gráficos 
incluir escrituras fraccionarias, o se pueden proponer también escrituras deci-males 
o expresiones coloquiales. En estos casos, habrá que cambiar en la con-signa 
la forma de representación que se usa para escribir en el mensaje, como 
así también la que usarán los receptores al “traducir”. 
Luego, como siempre después de un juego, conviene que propongamos 
situaciones simuladas que permitan a los niños seguir enfrentando problemas 
dentro de un contexto que conocen, en el que ya actuaron y que funciona con 
reglas de las que ya se apropiaron. Un ejemplo es el siguiente. 
• Cuando la maestra preguntó qué habían representado en la cuadrícula, los 
chicos de un grupo discutían así: 
Tomás dijo: –Yo representé una décima. 
Javier, rápidamente aclaró: –Yo pinté el 10 %12. 
Mayra expresó: –Yo pienso igual que Tomás, pinté 0,1 (cero coma uno). 
Sofía afirmó: –A mí me parece que se trata de 0,10. 
Antonio dijo: –Yo, en cambio, pienso que la representación corresponde a _2 
20 . 
Discutí con tu grupo quién o quiénes tienen razón. Justifiquen sus 
respuesta. 
En la puesta en común que seguirá a esta actividad sería interesante establecer 
discusiones acerca de que es posible representar un mismo número con dife-rentes 
escrituras, así como la equivalencia entre las expresiones y alguna de las 
representaciones gráficas asociadas (por ejemplo los décimos) se pueden ver 
en el gráfico como la tirita de diez cuadraditos o cada veinteavo como una tirita 
de cinco cuadraditos, etc. El material puede resultar útil, como soporte, para jus-tificar 
las argumentaciones de los alumnos y reflexionar sobre los errores fre-cuentes. 
Por ejemplo, si un alumno piensa que 0,10 es diferente a 0,1 porque 
no tiene en cuenta la estructura global de la expresión numérica y considera las 
cifras decimales como si fueran números naturales, la representación con mate-rial 
le permitirá comprobar la equivalencia. 
Otro tipo de situaciones que favorecería que los alumnos comiencen a inter-pretar 
y dar significado a las diferentes representaciones y escrituras de canti-dades 
podrían ser: 
12 Es habitual que en el desarrollo de los contenidos de 6º año/grado se aborden primero los 
números racionales y, luego, la proporcionalidad incluyendo el porcentaje como un caso especí-fico 
de proporcionalidad. Por tanto, la relación con el porcentaje surgirá en la medida que se 
haya trabajado el concepto previamente. El docente evaluará si puede adaptar esta actividad o 
la presentará en el momento oportuno tal como está. 
51 
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Cuadernos para el aula 
• Completá, en cada caso, el espacio en blanco para que cada escritura 
corresponda al siguiente gráfico: 
. 
. . _4 
. . . _1 
000 
_. . . 
20 
veinticinco . . . 0, 2 . . . . . . 5 % 
• Controlá tus respuestas con un compañero. En los casos en los que no 
coincidan, discutan hasta llegar a un acuerdo. 
En estos casos, es posible cambiar la cantidad y la forma de la parte sombre-ada, 
(siempre sobre la cuadrícula de 10 x 10 como soporte), para que los niños 
tengan que cambiar las justificaciones, ampliando el significado de la cantidad 
representada. 
También puede resultar interesante, para que los niños avancen en la cons-trucción 
de argumentos, que incorporemos otras fracciones, como por ejemplo 
3 _ 
12 , o cambiar la cuadrícula por otra, por ejemplo de 4 x 4 (cuadrada o rectangu-lar), 
esto les exigiría tener que explicar cómo hacer para ver los doceavos, las 
centésimas, etc., utilizando las equivalencias entre las expresiones numéricas. Lo 
mismo sucederá si incorporamos gráficos circulares. 
Cuando los alumnos han realizado este tipo de actividades, es sumamente 
valioso el momento de la puesta en común en la que se comunican los signifi-cados 
atribuidos a las representaciones y el docente plantea la discusión para 
que los alumnos avancen en la construcción de argumentos propios. 
En este sentido, es importante tener en cuenta que para que los dibujos lle-guen 
a ser representaciones, los alumnos deben darles significado. Por otra 
parte, las representaciones no deben ser enseñadas como un fin en sí mismo, 
sino como una herramienta para construir la comprensión y comunicar informa-
Nap 
Matemática 6 
ción. La construcción e interpretación de representaciones son dos actividades 
que apoyan los procesos de comunicación y la construcción de imágenes 
(representaciones internas). Comprender una representación incluye conocer 
que puede haber diferentes interpretaciones asociadas. 
Para llevar a los chicos a pensar en las diferentes formas de escribir un núme-ro 
a partir de su expresión oral, es posible presentar situaciones simuladas como 
la siguiente, en la que el análisis los llevará a validar soluciones correctas e iden-tificar 
escrituras incorrectas de un número. 
• La señorita dictó una serie de números. Entre otros números, dijo: 
doscientos dos centésimos. Aquí aparecen algunas de las escrituras que 
hicieron los chicos para ese número. Decidí cuáles son correctas y justificá 
tu respuesta. 
2,02 202,100 202 0,202 
100 
En este tipo de situaciones, es muy interesante la reflexión que se puede plan-tear 
luego del análisis individual o de los grupos pequeños acerca del significa-do 
de los centésimos y su relación con los décimos, los milésimos o la unidad, 
que se pone de manifiesto al escribir un número decimal. Además, resultará 
valioso que los alumnos formulen sus propias estrategias para escribir números 
a partir del dictado. Para favorecer el dominio de las relaciones de equivalencia 
entre las diferentes escrituras, es posible proponer juegos13 como el siguiente. 
“Memotest de fracciones y decimales”: relacionar escrituras equivalentes. 
Materiales: un mazo de 36 cartas con distintas escrituras numéricas, como 
las que aparecen a continuación, lápiz y papel para anotar el puntaje. 
13 Recomendación de lectura: para encontrar otras propuestas de juegos, se sugiere consultar 
Chemello, G. (coord.), Hanfling, M. y Machiunas, V. (2001), El juego como recurso para apren-der. 
Juegos en Matemática EGB 2 (Material para docentes y recortable para alumnos), Buenos 
Aires, Ministerio de Educación Ciencia y Tecnología (también en Internet) y Fuenlabrada, I., 
Block, D., Balbuena H., Carvajal, A. (2000), Juega y aprende Matemática. Propuestas para 
divertirse y trabajar en el aula, Buenos Aires, Novedades Educativas. 
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Cuadernos para el aula 
Organización de la clase: cuatro jugadores o dos parejas. 
Desarrollo: se colocan las cartas boca abajo, de modo que formen una 
disposición rectangular. Por turno, cada jugador levanta dos cartas y se las 
muestra al resto de los integrantes del grupo. Si reconoce en esas cartas 
dos representaciones de un mismo número, lee en voz alta ambas tarjetas. 
Si los otros tres integrantes acuerdan, entonces el que levantó se lleva las 
cartas y se anota ese número como puntaje. Si alguien no acuerda, se
Matemática 6 
discute en el grupo para ver quién tiene razón. Si la lectura de alguna de 
las cartas es incorrecta, se anota la mitad del valor de la carta. Si el 
integrante que levantó las cartas considera que estas no corresponden a 
representaciones del mismo número, las vuelve a colocar en el mismo lugar, 
boca abajo. En ambos casos, le toca el turno al compañero siguiente. 
El juego finaliza cuando ya no quedan más tarjetas sobre la mesa. Para 
determinar quién ganó, cada jugador suma los números que anotó como 
puntaje. Gana el jugador que obtuvo la suma mayor. 
Este juego propone a los alumnos utilizar procedimientos para que identifiquen 
equivalencias entre diferentes escrituras de un mismo número racional. Mientras 
los alumnos juegan, podremos recorrer los bancos observando las interacciones 
de los chicos, respondiendo dudas, pero sin sugerir o indicar los procedimientos 
que podrían utilizar. En caso de desacuerdo, es importante que promovamos, en 
los pequeños grupos, la discusión y justificación de sus afirmaciones. 
Cuando todos los grupos hayan terminado de jugar, organizaremos una pues-ta 
en común con el fin de que los alumnos cuenten los procedimientos que uti-lizaron 
para decidir si las dos cartas que levantaron representan el mismo 
número. Formularemos preguntas, recuperando alguna de las discusiones que 
hayamos escuchado al recorrer los grupos. Es importante que conozcamos los 
procedimientos que usaron los chicos antes de la puesta en común, porque a 
partir de sus producciones podremos hacerlos avanzar en sus conocimientos. 
Una discusión interesante que podríamos plantear es cuáles fueron las escri-turas 
usadas para anotar los puntajes de cada jugador. Probablemente, en la pri-mera 
partida, aparecerán las distintas representaciones, lo que hace difícil la 
suma. Por otro lado, es posible reflexionar respecto de cuál de las representacio-nes 
facilita la suma. Por tanto, en nuevas partidas, los alumnos optarán por hacer 
la conversión a medida que van registrando. Luego de la situación de juego, sería 
interesante simular situaciones donde se problematicen cuestiones que lleven a 
la reflexión acerca de los conocimientos puestos en juego. Por ejemplo: 
8 
• ¿Qué cartas pudo haber levantado Juan para llevarse ambas, si que dio vuelta _la primera 
es 1? 
• María levantó dos tarjetas cuyas escrituras eran: 1_5 
y 20 %, y se las lleva, 
porque dice que son equivalentes. Juan estuvo en desacuerdo. 
¿Quién tiene razón? Explicá por qué. 
• La maestra les pidió que dibujen tres cartas diferentes de las que están 
en el juego que representen 0,8. ¿Cuáles pudieron haber dibujado? 
Nap 
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EJE 
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Con respecto a los números naturales, es necesario que los chicos puedan com-parar 
diferentes escrituras pues esto contribuye, como ocurre con todos los 
objetos matemáticos, a diferenciar determinado número natural y sus represen-taciones, 
y también a reconocer la idea de que un sistema de numeración impli-ca 
la elección de una forma particular de representación con símbolos y reglas 
que le son propias. 
Para ello, es posible incluir el estudio de otros sistemas de numeración, con 
otros símbolos y otras reglas, como por ejemplo el sistema romano de numera-ción, 
cuya enseñanza es parte de la tradición escolar y que tiene como interés 
particular que su presencia aún persiste en el uso para numerar siglos, relojes y 
volúmenes de colecciones de libros. 
Sin embargo, desde el punto de vista de la caracterización del sistema deci-mal, 
es más interesante su comparación con un sistema como el egipcio, que 
tiene otros símbolos y otras reglas de combinación entre ellos. Para escribir un 
número, es necesario considerar la suma de los valores de cada símbolo y saber 
que se puede repetir hasta 9 veces, puesto que al tener 10 símbolos iguales, se 
sustituyen por otro que los representa. Este es un sistema aditivo y decimal, y 
dado que el valor de los símbolos no depende de la posición, el cero no se nece-sita. 
Por ejemplo, 121.200 se escribe 
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Cuadernos para el aula 
100 + 100 + 1000 + 10.000 + 10.000 + 100.000 
También es interesante comparar nuestro sistema con otro sistema posicional, 
pero con símbolos y base diferentes al nuestro, como el sistema maya. En este 
sistema, se empleaban tres símbolos básicos: el punto representaba una unidad, 
la raya representaba cinco unidades y una concha representaba el cero. 
10 18 
Las cifras (puntos y rayas) se escriben por niveles, colocados verticalmente, y en 
el nivel superior cada símbolo tiene un valor 20 veces mayor. Por ejemplo,
Matemática 6 
El objetivo del trabajo con otros sistemas no se vincula con transformar a los 
alumnos en “escritores de números en otros sistemas”, sino que apunta a refle-xionar 
sobre las semejanzas y diferencias entre los sistemas. ¿Cuántos símbo-los 
utiliza?, ¿de a cuántos se agrupan los elementos?, ¿tienen el cero?, si se 
cambian las cifras de lugar, ¿cambia el número?, ¿hay alguna relación entre 
la cantidad de cifras y el tamaño del número? o, lo que es lo mismo, ¿es cier-to 
que a mayor cantidad de cifras el número es más grande? 
Plantear situaciones para analizar relaciones y propiedades de los números 
Luego de realizar actividades de ubicación de puntos en la recta numérica como 
los propuestos en el apartado “Plantear situaciones para comparar cantidades y 
números”, es posible plantear problemas que den lugar a discutir una diferencia 
fundamental entre los números naturales y los números racionales. Mientras que 
para los naturales se puede encontrar siempre el número siguiente, para los 
racionales esta relación no existe, pues siempre es posible encontrar un nuevo 
número racional entre otros dos que se elijan. 
Para comenzar a discutir con los chicos esta cuestión, podremos comenzar 
proponiendo una actividad de intercalación de números en la recta, como la 
siguiente. 
• En cada recta numérica, intercalá cinco números entre los números 
indicados. 
Nap 
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Número y 
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Cuadernos para el aula 
Los números propuestos se han elegido para que los alumnos empleen diferen-tes 
estrategias para encontrar números que pueden intercalarse entre los dos 
dados. Para el primer ejemplo, puede ocurrir que en las respuestas solo aparez-can 
números naturales, pero ya el segundo par de números los obliga a pensar 
4 
2 
_en fracciones o decimales. 
_En el caso de 1y 1, es posible que las transformen en fracciones equiva-lentes 
de denominador cuatro ( 1_4 
y 2_4 
), que las expresen como fracciones deci-males 
( 2_5 
100 y 5_0 
100 ); o bien como expresiones decimales (0,25 y 0,50), y encuen-tren 
otras fracciones comprendidas entre esas. En el cuarto par de números, se 
hace necesario que piensen en las milésimas para poder justificar los números 
que escriban. En estos dos últimos ejemplos, la recta numérica ofrece un sopor-te 
que a veces es limitado desde el plano físico, pero que permite a los alumnos 
pensar en la ampliación de la longitud con que se representa el intervalo numé-rico, 
como acercando una lupa para incorporar más divisiones y como conse-cuencia, 
la posibilidad de pensar en más números comprendidos entre otros dos. 
Otra posibilidad es proponer actividades donde se presenten explicaciones 
realizadas por otra persona sobre cuál es el número siguiente para analizar, 
como por ejemplo: 
• Ramiro dice que el siguiente de doscientos treinta y seis milésimos es 
doscientos treinta y siete milésimos. ¿Estás de acuerdo? ¿Por qué? 
Es importante que en la puesta en común se plantee la discusión sobre las razo-nes 
por las que se está o no de acuerdo con la explicitación de Ramiro. Esto 
dará lugar a reflexiones sobre el límite de esta relación en los números raciona-les. 
El límite, en este caso, está dado por cuál es la cantidad de cifras decimales 
de los números que se consideran; efectivamente, si se consideran solo los 
números decimales que tienen hasta tres cifras decimales, entonces 0,237 es 
el siguiente de 0,236. Esta cuestión se vincula con las propiedades de “discre-titud” 
para el conjunto de los números naturales y “densidad” para el conjunto de 
los números racionales. 
También habrá que discutir sobre las relaciones entre los números naturales y 
los números racionales, por ejemplo, planteando cuestiones como la siguiente. 
• Guillermo dice que un número natural siempre se puede escribir como una 
fracción y también como un número decimal. ¿Estás de acuerdo? ¿Por qué? 
• Gabriela se pregunta si al revés es cierto. ¿Qué le contestarías?
Nap 
Matemática 6 
En la puesta en común14 es importante que los chicos, además de dar ejemplos 
de números naturales escritos como fracción y como decimal, y de responder a 
las preguntas del docente respecto de otros ejemplos con números alejados de 
los de los ejemplos que aparecieron, expliciten las razones por las que piensan 
que Guillermo tiene razón. En este sentido, podrían decir, por ejemplo, que siem-pre 
que una fracción tenga el numerador y el denominador iguales será igual 
a 1 y que si el numerador es múltiplo del denominador, al simplificar queda 
un número natural. Con respecto a la escritura como número decimal, si bien es 
posible, en muchas ocasiones no tiene sentido usarla. Sin embargo, cuando se 
plantea un cálculo de resta entre un número natural y uno decimal, como 4 – 2,55 
se suele escribir el 4 como 4,00. 
Con respecto a la respuesta a la pregunta de Gabriela, además de los ejem-plos 
de fracciones y decimales que no se pueden escribir como naturales, se 
puede discutir si con esos ejemplos alcanza para afirmar que no es cierto que 
siempre un número decimal o una fracción se puede escribir como un número 
natural. Es decir, comenzar a hacer circular en la clase la regla según la cual un 
contraejemplo alcanza para asegurar la falsedad (no es cierto) de una afirmación 
(siempre un número decimal o una fracción se puede escribir como un número 
natural). Asegurar que “siempre se cumple” es afirmar que es cierto para “todos” 
los números decimales y fracciones, y esto es cierto solo en algunos casos. 
Una formulación de la conclusión a la que se pretende arribar con esta acti-vidad 
es que todo número natural se puede escribir como racional, pero la 
inversa no es cierta. Sin embargo, habrá que considerar que esta es una formu-lación 
general y que, en muchas ocasiones, no es planteada ni comprendida 
como tal por los alumnos de 6o año/grado. 
Para avanzar en el uso de las operaciones con distintos tipos de números 
Los alumnos irán construyendo el significado de las operaciones en la medida que 
tengan la oportunidad de trabajar con problemas en diferentes contextos donde 
las mismas cobren sentido. Al respecto, Ronald Charnay15 plantea lo siguiente: 
haciendo aparecer las nociones matemáticas como herramientas para resol-ver 
problemas es como se permitirá a los alumnos construir el sentido. Sólo 
después, estas herramientas podrán ser estudiadas por sí mismas. 
14 Recomendación de lectura: véase el apartado “La gestión de la clase”, en “Enseñar 
Matemática en el Segundo Ciclo” de este Cuaderno. 
15 Recomendación de lectura: véase Charnay, R. (1994), “Enseñar matemática a través de la 
resolución de. problemas”, en: Parra, C. y Saiz, I. (comps.) (1994), Didáctica de las Matemáticas. 
Aportes y reflexiones, Buenos Aires, Paidós. 
59 
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Número y 
Operaciones
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60 Serie 
Cuadernos para el aula 
En el caso de las operaciones, deberemos tener en cuenta, para cada una, distin-tos 
aspectos con el fin de dar oportunidad a los alumnos de construir su sentido. 
Así, los niños deberán tener conocimientos disponibles para: 
• reconocer en qué situaciones esa operación es una herramienta útil para 
resolverla, y también reconocer sus límites, es decir reconocer en qué situacio-nes 
no es una herramienta adecuada de resolución; 
• establecer relaciones entre los diferentes significados de esa operación; 
• elegir las estrategias más económicas según el problema que esté resolviendo; 
• decidir qué procedimiento utilizar para realizar los cálculos y 
• utilizar mecanismos de control sobre los resultados. 
La propuesta de trabajo con operaciones de 6o año/grado deberá contemplar 
los campos de problemas aditivos y multiplicativos incluyendo problemas que 
involucren tanto cantidades discretas (que se expresan con naturales) como 
continuas (que se expresan con fracciones y decimales). En principio, debere-mos 
retomar brevemente los problemas aditivos (que se resuelven con sumas 
y/o restas) y centrarnos más ampliamente en la resolución de problemas del 
campo multiplicativo (que se resuelven con la multiplicación y división), que dan 
lugar a la aparición de los números racionales. Este campo incluye problemas de 
producto de medidas, proporcionalidad, combinatoria, reparto e iteración 
(repetir una cantidad cierto número de veces), así como aquellos que, funda-mentalmente 
en contextos intramatemáticos, dan lugar a la puesta en juego de 
las propiedades de las operaciones y las relaciones de divisibilidad. 
Los números racionales aparecen en el campo multiplicativo considerando los 
distintos significados de la división. Así, los problemas que incluyen magnitudes 
continuas en contextos de medida plantean la necesidad de incorporar fraccio-nes 
y expresiones decimales. Por otra parte, la comprensión de estos números 
aporta a la comprensión de las operaciones aritméticas con ellos. 
En cuanto a los números racionales y sus operaciones, es fundamental 
tener en cuenta que su aprendizaje supone una “ruptura” con lo que el niño 
sabe hasta el momento, dado que al resolver problemas con este tipo de 
números no siempre pueden usar los mismos procedimientos que usaban con 
los naturales. Por ejemplo, falla el conteo de colecciones que utilizaba con los 
números naturales y que está en la base de la suma y de la multiplicación con 
esos números, porque en este nuevo campo numérico no hay un número 
racional siguiente a otro dado y, además, la idea de multiplicación no está aso-ciada 
a la de “veces”. Asimismo, trabajar con números grandes o con números 
menores que la unidad, en determinadas situaciones, hace que resulte más 
difícil el control sobre los resultados o la significación de los mismos. Sabemos 
que la multiplicación 0,5 x 2 = 1 da un resultado menor que uno de los facto-res 
(1 > 0,5 y 2 > 1) y esto pone en cuestión el sentido de la multiplicación 
que se construyó con los números naturales. Es decir, que la práctica y el dis-
Nap 
Matemática 6 
curso que se ponen en juego con los números racionales suponen un salto 
importante en la manera de pensar y usar los números, y esto origina dificul-tades 
en muchos alumnos. 
Para que los chicos puedan construir significados de las fracciones y de 
los números decimales, tendrán que apoyarse en una red de conceptos que 
se relaciona con la reconstrucción de la unidad, la comparación de partes con-gruentes, 
el valor de posición del sistema de numeración decimal (para los déci-mos, 
centésimos, milésimos) y la correspondencia entre diferentes escrituras de 
un número (expresiones decimales, porcentuales, fraccionarias). Esto les dará la 
posibilidad de realizar apreciaciones sobre la razonabilidad de resultados al 
resolver problemas, generar algoritmos convencionales y relacionar fracciones y 
decimales con las propiedades de las operaciones. 
Al trabajar en el campo de las fracciones y decimales también es preciso 
tener en cuenta que, para los alumnos, operar con magnitudes continuas supo-ne 
una representación mental menos inmediata de la situación que operar con 
magnitudes discretas en el campo de los naturales. Hay magnitudes continuas 
que admiten una medición directa, como la longitud, la capacidad y el peso, y 
otras magnitudes cuyo tratamiento es más complejo, como en el caso de la 
superficie o de la velocidad. La superficie, si bien puede medirse directamente, 
también puede calcularse como el producto de dos magnitudes y la velocidad 
surge como el cociente entre dos magnitudes. 
Con respecto a los algoritmos de las operaciones con fracciones y decima-les, 
si bien podemos enseñar técnicas para que los alumnos logren cierta des-treza 
en el cálculo del denominador común para sumar o restar, y multiplicar o 
dividir fracciones sencillas, esta forma de trabajo implica algunos riesgos. Por un 
lado, ninguna de las técnicas ayuda a los alumnos a pensar sobre el significado 
de las operaciones o por qué funcionan y, por otro lado, es posible que los alum-nos 
pierdan rápidamente ese dominio, porque corren el riesgo de confundir u 
olvidar las reglas tan rápido como las aprendieron. Entonces, es primordial que 
los problemas permitan a los alumnos avanzar en la comprensión del tipo de 
situaciones, para cuya resolución son útiles determinadas operaciones. Así, irán 
construyendo estrategias de cálculo mental antes de llegar a la sistematización 
de los algoritmos16. 
16 Recomendación de lectura: véase Sadovsky, P. (coord.), Broitman, C., Itzcovich, H., Quaranta, 
M. E. (2001), “Acerca de los números decimales. Una secuencia posible”, en el documento 
Aportes para el Desarrollo Curricular. Matemática, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires 
(también disponible en Internet). 
61 
EJE 
Número y 
Operaciones
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Plantear situaciones para operar con distintos significados 
y en distintos portadores 
Tal como hemos dicho, el aprendizaje de los números racionales es un largo pro-ceso 
que abarca varios años de escolaridad. Por eso, es importante que a medi-da 
que los alumnos avancen en este Ciclo vayamos proponiendo problemas con 
diferente nivel de complejidad, con el fin de poner en juego los distintos senti-dos 
de las operaciones. 
En Cuadernos para el aula: Matemática 4, se proponen problemas para 
favorecer en los alumnos la construcción de los sentidos de la suma y de la resta 
de números racionales. En 5º año/grado, se avanza con situaciones que le dan 
sentido a la multiplicación y división de un racional por un número natural, abor-dando 
los significados de las cuatro operaciones ya presentados para los núme-ros 
naturales. En 6° año/grado, avanzaremos hacia las situaciones que le dan 
sentido a la multiplicación y división de dos números racionales. 
El significado de combinatoria que funcionaba para la multiplicación de núme-ros 
naturales ya no se mantiene, es decir, no tiene sentido para el caso de las 
fracciones y de los decimales. Tampoco la idea de reparto con divisor racional. En 
cambio, sí tienen sentido los significados de proporcionalidad y de producto de 
medidas. En general, podemos decir que los problemas de combinatoria involu-cran 
magnitudes discretas y números naturales, mientras que los problemas de 
producto de medidas y los de proporcionalidad pueden trabajarse con magnitu-des 
discretas o continuas y con números naturales o racionales. 
Podremos complejizar los problemas de combinatoria que se vienen plante-ando 
desde el Primer Ciclo incluyendo algunos con más de dos variables y otros 
con repetición de elementos. 
• Mariela está preparando una fiesta de disfraces y quiere ayudar a sus 
invitados a diseñar los disfraces de payasos. Si tiene cinco chaquetas, 
cuatro pantalones, dos pares de zapatos y tres gorros todos distintos, 
averiguá cuántos disfraces diferentes se pueden formar. 
• ¿Cuántos números de cuatro cifras se pueden armar con las cifras 5, 6, 7? 
El problema de los disfraces involucra cantidades discretas: multiplicando los núme-ros 
que expresan la cantidad de chaquetas por el número que expresa la cantidad 
de pantalones por el que expresa la cantidad de gorros y por el que expresa la can-tidad 
de zapatos, da como resultado el número de disfraces posibles de armar. En 
este caso, es esencial considerar el papel de las representaciones gráficas como 
diagramas de árbol o tablas para favorecer que los alumnos reconozcan la estruc-tura 
multiplicativa de este tipo de problemas y puedan recurrir al cálculo. 
62 Serie 
Cuadernos para el aula
Nap 
Matemática 6 
En el segundo problema, para armar todos los números posibles hay que con-siderar 
que los números se pueden repetir y que cada uno de ellos se puede 
repetir hasta cuatro veces. Aquí será interesante que promovamos la discusión 
con los chicos acerca de las diferentes maneras de sistematizar la búsqueda, 
para asegurarse de que esta ha sido exhaustiva. 
Con respecto a los problemas de proporcionalidad directa, los chicos vie-nen 
resolviendo algunos problemas simples desde 2º año/grado que en los 
libros de texto habitualmente se presentan como “de multiplicación” o “de divi-sión”. 
Por ejemplo, ¿cuántas pastillas hay en 36 paquetes, si en cada paquete 
hay 12 pastillas? Si 360 caramelos masticables se envasan en 36 paquetes, 
¿cuántos caramelos masticables hay en cada uno? En una caja de 12 paquetes 
hay 144 caramelos, ¿cuántos caramelos hay en 30 paquetes? 
Sin duda, los dos primeros problemas son más simples, dado que se resuelven 
con una sola operación (12 pastillas por paquete x 36 paquetes = 432 pastillas, 
y 360 caramelos : 36 paquetes = 10 caramelos por paquete), mientras que el 
tercero puede pensarse como la composición de dos problemas, uno “de multi-plicar” 
y otro “de dividir”. Asimismo, los tres responden a las relaciones de propor-cionalidad 
directa. En este sentido, y tal como hemos afirmado en Cuadernos 
anteriores, es esencial que la proporcionalidad no se presente como un conteni-do 
nuevo sin conexión con lo aprendido hasta este momento sobre multiplicación 
y división. Al respecto Panizza y Sadovsky17 plantean: 
[...] no se trata de que el docente anuncie en los primeros años que estos 
son problemas elementales de proporcionalidad. Se trata de recuperar explí-citamente 
tales problemas en el momento en que la proporcionalidad 
adquiere el status de un contenido para aprender. 
Desde 5o año/grado, se propone avanzar incluyendo problemas en los que las 
cantidades que se vinculan estén expresadas con expresiones decimales y frac-cionarias, 
relacionadas a través de constantes de proporcionalidad con valores 
naturales. En 6o año/grado, avanzaremos con constantes de proporcionalidad 
racionales, haciendo hincapié en el estudio de la constante. 
Inicialmente, podremos plantear problemas que se puedan resolver aplican-do 
las propiedades de la proporcionalidad directa conocidas ya desde 5° año/ 
grado, en los que se pueden incluir números racionales y constante de propor-cionalidad 
natural. Por tanto, para la resolución, será necesario plantear multi- 
17 Recomendación de lectura: véase “Proporcionalidad: del dogma a la construcción de los pro-cedimientos”, 
en: Ponce, H. (2000), Enseñar y aprender matemática, Propuestas para el 
Segundo Ciclo, Buenos Aires, Novedades Educativas y Panizza, M. y Sadovsky, P. (1991), 
El papel del problema en la construcción de los conocimientos matemáticos, Buenos Aires, 
FLACSO. 
63 
EJE 
Número y 
Operaciones
plicaciones y divisiones de fracciones o expresiones decimales por un núme-ro 
natural. Si además, se elige que la constante sea racional, las operaciones 
para resolver serán entre racionales. El siguiente es un ejemplo de este últi-mo 
tipo de problemas. 
• Para preparar un flan para 7 personas, Jimena usa una receta para 4 
personas, en la que los ingredientes son 8 huevos, 1_4 
kg de azúcar y 1_2 
l 
de leche. ¿Qué cantidades de cada ingrediente debe utilizar? 
La resolución de este problema puede dar lugar a pensar primero en los ingre-dientes 
necesarios para una persona, dividiendo por 4, y luego los necesarios 
para 7 personas, multiplicando por 7, con lo que cada cantidad resulta multipli-cada 
por 7_4 
, que es la constante de proporcionalidad. Se deberá resolver enton-ces 
7_4 
x 8 para averiguar la cantidad de huevos, 7_4 
x 1_4 
, para averiguar cuánto 
de azúcar, y 7_4 
x 1_2 
, para saber cuánto de leche. Como veremos más adelante 
en este mismo apartado, esto implica calcular la parte de una cantidad, en el 
caso de los huevos y la parte de una parte, en el caso del azúcar y de la leche. 
En el apartado “Plantear situaciones para analizar relaciones de proporcionali-dad” 
se desarrollará el trabajo que se podría realizar en 6° año/grado con pro-blemas 
de proporcionalidad que dan sentido a las multiplicaciones y divisiones 
de fracciones o expresiones decimales. 
Los problemas de producto de medidas son aquellos donde intervienen tres 
magnitudes. Es el caso, por ejemplo, de los problemas donde intervienen el 
ancho, el largo y el área de un rectángulo, o el área de la base, la altura y el volu-men 
de un prisma, o la velocidad de un móvil, el espacio que recorre y el tiem-po 
que tarda en hacerlo. En 6° año/grado, podemos plantear algunos problemas 
de este tipo, como los siguientes. 
• ¿Cómo hacer para averiguar la cantidad de baldosas de un patio 
rectangular, sabiendo que tiene 30 baldosas de ancho y 45 baldosas de 
largo? 
• Calculá el área de un rectángulo de 3 1_2 
de largo y 2 1_4 
de ancho. 
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64 Serie 
Cuadernos para el aula
Nap 
Matemática 6 
El problema de las baldosas que cubren un patio puede resolverse multiplican-do 
el número de baldosas de ancho por el número de baldosas de largo, para 
obtener el total de baldosas. 
También se puede abordar este problema con una relación de proporcionali-dad, 
pensando que son 45 filas de 30 baldosas cada una. Por ejemplo: 
Nº filas 1 10 5 40 45 
Nº baldosas 30 300 150 1200 1350 
El cálculo de la medida de una superficie (un área) planteado en el segundo pro-blema 
es un ejemplo con el largo y el ancho expresados en fracciones. El cálcu-lo 
del área resulta un contexto que aporta significado a la multiplicación de 
expresiones fraccionarias o decimales, pues habrá que resolver 3 1_2 
x 2 1_4, ó 
7_2 
x 9_4 
, ó 3,5 x 2,25, que nos remite al cálculo de la parte de una parte. Antes de 
avanzar sobre cómo se podría pensar este problema, veamos qué se ha realiza-do 
4 
_en 5° año/grado en relación con esto. 
En Cuadernos para el aula: Matemática 5 se señaló que algunos problemas 
ligados a la multiplicación refieren al cálculo de una parte de una cantidad. 
Esto se planteó en situaciones de reparto en partes iguales, al calcular la cuar-ta 
parte, la mitad o las tres cuartas partes, usando escrituras fraccionarias. En 
6° año/grado, podremos retomar este tema proponiendo problemas como el del 
flan, planteado en la página anterior, donde la búsqueda de los 7de 8 huevos 
puede pensarse como dividir el 8 por 4, para buscar la cuarta parte y tomar esa 
parte 4 
_7 veces, lo que supone pensar a 7como el séptuplo de la cuarta parte o 
7 veces un cuarto, es decir 7 x 1_4 
. 
4 
En este _año, la tarea nueva es calcular la parte de otra parte, tanto en proble-mas 
de proporcionalidad, por ejemplo el de los flanes, como en los de producto 
de medidas, por ejemplo el del área del rectángulo. 
En el problema del flan, para los 7del medio litro de leche es interesante 
8 
observar que, al 2 
_igual que cuando se calcula la parte de una cantidad entera, es 
indistinto respecto del resultado qué operación se hace primero, si la división o la 
multiplicación. En efecto, si se calcula primero la cuarta parte de 1( 1) y luego se 
_8 
hace el séptuplo ( 7), se obtiene el 22 
mismo resultado que si se calcula primero el 
séptuplo de 1( 7) y después la cuarta parte ( 7), aunque el significado de lo que 
_8___se hace sea distinto. 
65 
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Operaciones
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66 Serie 
Cuadernos para el aula 
En el caso del problema del área, se puede pensar 3 1_2 
x 2 1_4 
, expresando cada 
número racional como número mixto con una suma y usando la propiedad dis-tributiva. 
(3 + 1_2 
) x (2 + 1_4 
) = (3 x 2) + (3 x 1_4 
) + (2 x 1_2 
) + ( 1_2 
x 1_4 
) = 
= 6 + 1_4 
+ 1_4 
+ 1_4 
+ 1_2 
+ 1_2 
+ 1_8 
= 
= 6 + 3_4 
+ 1 + 1_8 
= 
= 7 + 3_4 
+ 1_8 
= 
= 7 + 7_8 
= 56_8 
+ 7_8 
= 63_8 
También se puede pensar expresando cada número racional como una fracción 
y vinculando cada una con el producto de un natural por una fracción de nume-rador 
1. En ambos casos, hay que advertir que la parte sombreada es la cuarta 
parte de la mitad, o la mitad de la cuarta parte.
Matemática 6 
3 1_2 
x 2 1_4 
= 7_2 
x 9_4 
= 
= 7 x 1_2 
x 9 x 1_4 
= 
= 7 x 9 x 1_2 
x 1_4 
= 
= 63 x 1_8 
= 63_8 
La cuestión del cálculo de un área donde aparecen medidas con números 
decimales también puede ser presentada con una tarea diferente para los chicos, 
la de analizar procedimientos de resolución realizados por otros. Por ejemplo: 
• Antonio, Pedro y Ana debían calcular el área que se ha pintado en un 
rectángulo de 3 cm por 5 cm. 
Nap 
67 
EJE 
Número y 
Operaciones 
Discutí con tus compañeros si las siguientes formas que eligió cada uno 
para calcular el rectángulo son válidas. 
a) Antonio contó todos los cuadrados de 1 cm2 y llegó a 6 cm2, a estos 
sumó 4 mitades de 1_2 
cm2 para formar 2 cm2 más (6 cm2 + 2 cm2 = 8 cm2) 
y luego contó y sumó al resultado anterior los 3_4 
cm2. El resultado le dio 
8 cm2 y 3_4 
cm2.
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b) Pedro usó la fórmula del rectángulo y multiplicó el largo por el ancho 
usando fracciones 
7cm2 x 5cm2 = 7 x 1x 5 x 1= 35 x 1x 1= 4 
4 
2 
2 
2 
2 
2 
2 
35 x 1= 35cm2. 
________c) Ana multiplicó 3,5 cm2 x 2,5 cm2 = 8,75 cm2. 
Al plantear este problema18, durante la discusión se observó que los alumnos: 
- entendieron fácilmente cómo Antonio había medido los 8 cm2 y, para interpre-tar 
18 Las respuestas fueron dadas en el marco de Prácticas III del Profesorado de EGB 1 y 2 del 
Instituto Superior de Formación Docente Nº 803 de Puerto Madryn, por alumnos de la “Escuela 
de la Costa” de Puerto Madryn, provincia de Chubut. 
19 Recomendación de lectura: véase Pujadas, M. y Eguiluz, M. L. (2000), Fracciones, ¿un que-bradero 
de cabeza? Sugerencias para el aula, Buenos Aires, Novedades Educativas. 
los 3_4 
cm2, reconstruyeron 1 cm2 en forma gráfica y pintaron sobre el mismo 
los tres cuadraditos de 1_4 
; 
- asociaron la expresión fraccionaria 3_4 
a la expresión decimal 0,75; 
- dividieron la expresión fraccionaria 35_4 
y la asociaron con la expresión deci-mal 
8,75; 
- al recurrir al gráfico para interpretar la expresión decimal 8,75 reconocieron la 
parte entera pero tuvieron dificultades para interpretar 0,75; 
- solo luego de la intervención del docente, pudieron entender que 0,75 cm2 repre-sentaba 
75 mm2. En este caso, el docente se valió del papel milimetrado y las 
argumentaciones de los alumnos respecto de la estrategia planteada por Antonio. 
Los problemas de proporcionalidad y de producto de medidas aportan signi-ficado 
también a la división de dos números racionales. Para ello, será posi-ble 
plantear, por ejemplo, un problema de área de una figura donde se informa 
el área y una de las dimensiones y se pregunta por la otra o un problema con 
magnitudes directamente proporcionales en el que se dan cantidades corres-pondientes 
y no se conoce la constante19. 
Entre los problemas que se puedan resolver con una división es importante 
presentar situaciones en las que los cocientes sean exactos, como también 
otras en las que los cocientes se expresen en fracciones o decimales. Es con-veniente 
que los alumnos vayan, poco a poco, tomando decisiones acerca de 
cuándo es conveniente utilizar la división exacta o la división entera (es decir, con 
restos) en función de la situación que modelizan, lo que les permitirá avanzar en 
la construcción del sentido de esta operación. 
Cuando propongamos situaciones que se resuelvan utilizando la división 
entera, es importante que estas no solo exijan calcular los cocientes, sino tam-bién 
el análisis de los restos y la relación entre el divisor, el cociente y el resto. 
68 Serie 
Cuadernos para el aula
Matemática 6 
Algunos ejemplos de este tipo de problemas son los siguientes. 
• Analía tiene que acomodar 245 discos compactos en estuches en los que 
caben 24. ¿Cuántos estuches necesitará si tiene que guardarlos a todos? 
4 
• Pedro dice que acomodó todos sus discos y llenó dos estuches de 24 
fundas y 3de otro. ¿Cuántos discos tiene Pedro? 
_• La maestra repartió un block de hojas entre sus 32 alumnos, dándoles 5 
hojas a cada uno y le sobraron 20 hojas ¿Puede ser que el block tuviera 
180 hojas? 
4 
Ante el _primer problema es posible que los alumnos digan que Analía necesita 
10 estuches porque el cociente de dividir 245 : 24 es igual a 10, sin reparar en 
que es necesario guardarlos a todos, por lo tanto hay que analizar el resto. 
En el caso del segundo problema, los 3vinculan el resto y el cociente. Los 
tres cuartos implican las 3_4 
partes de la capacidad que tiene el estuche (24), que 
es el resto (18) de la división por 24, es decir que ese cociente es un número 
mixto (2 1_8 
24 ). 
Nap 
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Número y 
Operaciones 
D = (24 x 2) + 18 
24 
2 
18 
También en la tercera situación, se pone en juego la relación D = d x c + r que 
se verifica en la división entera. Para resolverla, los alumnos pueden dividir 180 
dividido 32 y constatar que el cociente es 5 y el resto 20 o bien multiplicar 32 
x 5 y sumar 20 con lo que podrán dar la respuesta. 
Es interesante también que el análisis se centre en cómo varía el cociente en fun-ción 
de los restos, si se divide por el mismo número un intervalo de números conse-cutivos. 
La situación que sigue exige no solo el análisis del resto, sino también el aná-lisis 
acerca de qué ocurre con el cociente si se aumentan unidades al dividendo. 
• Una lancha transporta pasajeros de una orilla del río a la otra. En cada 
viaje, transporta como máximo 24 personas. 
a) ¿Cuántos viajes hará para transportar 360 pasajeros? ¿Y si se suman 24 
más a los anteriores? 
b) ¿Cuantos viajes hará para transportar 270 pasajeros? ¿Y 271? 
c) ¿Hasta cuántos pasajeros se pueden agregar a los 271, sin que sea 
necesario aumentar el número de viajes?
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70 Serie 
Cuadernos para el aula 
• Virginia y Agustín discuten acerca de la siguiente situación. 
El quiosquero de la escuela tiene 280 caramelos y 15 bolsas. Si en cada 
una quiere poner 20 caramelos, ¿cuántos caramelos le faltan para 
completar todas las bolsas? 
Agustín dice que para resolver la situación anterior no es necesario hacer 
una división. Virginia dice que sí. ¿Quién de los dos tiene razón? 
• Cuatro amigos van a la heladería y deciden comprar entre todos un kilo de 
helado que cuesta $22. ¿Cuánto dinero tiene que aportar cada uno, si 
acuerdan en que todos van a pagar lo mismo? 
Al día siguiente, solo vuelven tres amigos a la heladería y deciden comprar 
igual un kilo de helado. ¿Cuánto dinero tendrá que aportar cada uno para 
reunir lo necesario? 
Para resolver la situación de los viajes en lancha, los alumnos podrán utilizar la divi-sión 
o aproximar productos de 25 por un número, hasta llegar a 360. En el caso 
de que usen la división, comprobarán que el resto es cero, y que si se aumenta al 
menos un pasajero, ya aumenta el número de viajes, porque no pueden quedar 
pasajeros sin viajar. Por otro lado, analizar hasta cuántos pasajeros se pueden 
aumentar sin que aumente el número de viajes, implica ir analizando el resto. 
La discusión de Virginia y Agustín, como hemos planteado en otras situacio-nes 
similares, aporta a la construcción del sentido de la división, pues los alum-nos 
tienen que analizar si esa operación es útil o no para resolverlas. Además, en 
esta situación es posible discutir sobre el resto de la división, ya que con los 280 
caramelos se podrá colocar 18 caramelos en cada bolsa y sobran 10 caramelos. 
Como en este problema se trabaja con cantidades discretas, aunque al dividir 
aparecen restos, para este caso el cociente es 18,66..., entonces no es posible 
“bajar decimales” y vemos que el 0,66... no tiene sentido en este contexto. 
En el problema de la compra de helados, en cambio, las cantidades son continuas 
y es posible expresar el cociente con un número decimal. Además, esta cuestión 
plantea el tema del número de cifras decimales. Para la primera pregunta, un proce-dimiento 
posible es que los alumnos utilicen la división 22 : 4, cuyo cociente entero 
es 5, pero la situación implica la necesidad de “sacar decimales”, con lo que se obtie-ne 
un cociente exacto: $ 5,50. En el segundo caso, al dividir 22 : 3 se obtiene cocien-te 
7 y resto 1 y, como es necesario reunir el dinero, se tienen que obtener cifras 
decimales. Sin embargo, aquí las cifras decimales son infinitas. Es interesante plan-tear 
la discusión acerca de si es posible que cada uno aporte $ 7,33 en función de 
nuestro sistema monetario, donde las monedas de 1 centavo no son de uso corrien-te 
y si en el caso de poder hacerlo, se reuniría el dinero para la compra. 
Estas relaciones entre dividendo, divisor, cociente y resto, también se pueden 
analizar en situaciones de contexto intramatemático como las siguientes.
Matemática 6 
• Marisa y Pablo están haciendo cuentas de dividir. 
a) Marisa dice que en una división el divisor es 5, el cociente es 25 y el 
resto es cero. ¿Cuál es el dividendo? ¿Cuál sería el dividendo, si el resto 
fuera 2? ¿Cuál sería el dividendo, si el resto fuera el máximo posible para 
una división con el mismo divisor y cociente de los que habla Marisa? 
b) Pablo le dice a Marisa que si divide 125, 126, 127, 128 y 129 por 5, el 
cociente es siempre el mismo, solo cambia el resto. ¿Vos que pensás? 
Si en la división 125 : 5 el dividendo tuviera 7 unidades menos, ¿cuál es el 
valor del resto? ¿Se puede determinar sin hacer la cuenta? 
c) Marisa dividió un número por otro y obtuvo cociente 20 y resto 12. 
¿Cuáles pueden ser los números que dividió? 
d) Pablo dice que resolvió la división 37 : 4 con la calculadora y en el visor 
apareció como cociente 9,25. Si la maestra le pidió el cociente y el resto sin 
sacar decimales, ¿cómo puede hacer Pablo para calcular el resto? 
Con este conjunto de problemas se apunta a trabajar las relaciones que se dan 
en la división entera: D = d x c + r con r < d. Al plantearlos, damos lugar a tomar 
como objeto de estudio las cuentas de dividir que se resuelven desde los prime-ros 
años de la escuela. 
En la cuenta que plantea Marisa en el primer problema, hay un único dividen-do 
posible, el 125. Sin embargo, si se pregunta a los alumnos si es posible 
encontrar otro dividendo, es frecuente observar que emprenden la búsqueda, 
pues aún no han elaborado la idea de que, cuando se han determinado tres de 
los números, el cuarto es único. En el resto de las preguntas, se propone el aná-lisis 
de cómo se modifica uno de esos números cuando se modifica otro (el resto 
y el dividendo) si se dejan fijos el cociente y el divisor. 
En el segundo problema, son dos los números que faltan: el divisor y el divi-dendo. 
El divisor debe cumplir con el requisito de ser mayor que el resto, de 
modo que esto permite asegurar que el divisor debe ser 13, o cualquier otro 
número natural mayor que él. En consecuencia, el problema tiene muchas (infi-nitas) 
soluciones. 
En cuanto al último problema, se puede calcular el resto pensando en la dife-rencia 
entre el dividendo y el producto del divisor y la parte entera del cociente, 
37 – 9 x 4 = 1, o como el producto de la parte decimal del cociente por el divi-sor, 
0,25 x 4 = 1. 
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Plantear situaciones para analizar relaciones de proporcionalidad 
En 6° año/grado nuestro desafío será ofrecer a los alumnos la oportunidad de 
avanzar en los procedimientos de resolución de los problemas donde intervienen 
magnitudes directa e inversamente proporcionales. Reflexionar sobre las propie-dades 
que actúan como instrumentos de resolución en los problemas de propor-cionalidad 
y dominarlas para decidir cuál usar según los números que aparecen, 
significará para los alumnos contar con herramientas cada vez mejores. 
Creemos que no ayudará a los alumnos comunicar y mostrar cómo funciona 
la regla de tres para resolver este tipo de problemas para que luego ellos la apli-quen, 
sino que nuestra tarea será generar situaciones donde estas estrategias 
se puedan poner en juego. Luego, habrá que proponer el análisis de esas estra-tegias 
para separarlas del problema con el propósito de que puedan reinvertir-las 
en otras situaciones. 
Para que los alumnos puedan analizar las relaciones involucradas en los pro-blemas 
donde intervienen magnitudes directamente proporcionales, habrá 
que considerar, en primera instancia, que avancen en los procedimientos de 
resolución utilizando conocimientos no tratados hasta 5° año/grado, ya que solo 
después de haberlos utilizado podrán reflexionar sobre ellos. En este caso, para 
los problemas donde intervienen magnitudes directamente proporcionales, lo 
nuevo es la propiedad de la constante de proporcionalidad. 
Para caracterizar estos problemas consideremos uno como el siguiente, donde 
los chicos podrían comenzar a resolver usando propiedades de la proporcionalidad 
conocidas desde 5° año/grado y que muestra cómo, en muchos casos, no tiene 
sentido el pasaje por la unidad. Teniendo un par de valores de la tabla, 15 y $ 1,5, 
es posible preguntar por el precio de diferentes cantidades de fotocopias. 
• Calculá el costo de las cantidades de fotocopias que aparecen en la tabla. 
Cantidad de fotocopias 15 60 10 5 1 27 
Precio ($) 1,5 
Si la cantidad de fotocopias es múltiplo de 15, como ocurre para 60, los alum-nos 
podrán usar las siguientes estrategias: 
• pensar en multiplicar por 4 las fotocopias: 15 x 4 = 60; y su precio: 
$ 1,5 x 4 = $ 6; 
• pensar en el valor de 30 fotocopias, porque es más fácil calcular el doble de 
1,5 y luego volver a duplicar las 30 fotocopias, y así obtener el costo de las 60 
fotocopias.
Matemática 6 
En los dos procedimientos anteriores se pone en juego la propiedad Si en 
una relación de proporcionalidad directa se multiplica una cantidad de una 
magnitud por un número la cantidad correspondiente, en la otra magnitud 
queda multiplicada por el mismo número. 
Algunos chicos podrían usar esta otra estrategia: 
• pensar en el valor de 30 fotocopias, porque es más fácil que calcular el doble 
de 1,5 y luego sumar 30 + 30 para llegar a 60 y $ 3 + $ 3. 
Este procedimiento en cambio, involucra otra propiedad: En una relación de 
proporcionalidad directa, se cumple que a la suma de dos cantidades de una 
misma magnitud, le corresponde la suma de las cantidades correspondientes 
en la otra magnitud. 
Si tomamos como dato el mismo par de valores de la tabla, y pedimos el pre-cio 
de 27 fotocopias, es posible que los chicos lo resuelvan con dos tipos de 
estrategias: 
• pensar en dos pasos, dividir primero por 15 para saber el precio de una foto-copia 
y luego multiplicar por 27 para calcular el costo total. 
• advertir que, para todos los pares de valores de la tabla, la relación entre la 
cantidad de fotocopias y el precio es 1_ 
10 , es decir, que si se multiplica por 1_ 
10 
la cantidad de fotocopias se obtiene el precio. 
El primer procedimiento implica el “paso por la unidad” o búsqueda del valor 
unitario, y el segundo involucra el uso de la propiedad En una relación de pro-porcionalidad 
directa, se cumple que el cociente entre los pares de cantida-des 
correspondientes a ambas magnitudes es constante. 
Podemos pensar el segundo procedimiento como una generalización del pri-mero, 
pues en uno se busca la relación entre dos cantidades (15 fotocopias y 
$ 1,5) y en el otro, la relación entre todos los pares de cantidades. 
El análisis de este problema nos ha permitido ver que, al cambiar los datos, 
se modifican los conocimientos que se pueden utilizar para resolverlo. De este 
modo, el mismo problema permite, con unos datos, revisar propiedades conoci-das 
y con otros, dar lugar al uso de otras nuevas. 
La situación anterior muestra que entre las magnitudes directamente propor-cionales 
que intervienen se pueden establecer dos tipos de relaciones: 
• una relación entre cantidades de una misma magnitud, relación escalar ( 1_5 
60 ). 
• una relación funcional, que vincula magnitudes diferentes como es 
precio/fotocopia (precio por fotocopia) y que refleja el sentido de la unidad de 
razón o la constante de proporcionalidad. 
A medida que presentemos en la clase problemas como el anterior, con tablas 
de números proporcionales, los alumnos harán explícitas, mediante los procesos de 
resolución y comunicación de procedimientos, las dos relaciones que caracteri-zan 
a la proporcionalidad: la constancia de las relaciones escalares y la constante 
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de proporcionalidad. La reflexión por parte de los chicos al usar estas relaciones, 
tanto de manera cuantitativa como cualitativa, les permitirá avanzar en la con-ceptualización 
de la proporcionalidad. 
Consideremos dos nuevos ejemplos: 
2 
_• Don Juan desea completar la siguiente lista de precios del queso sardo, 
haciendo solo una cuenta con su máquina de calcular. Si 1kg cuesta 
$ 12,20, ¿qué cuenta podría hacer para saber cuánto debe cobrar? 
Completá la tabla. 
Peso 1_2 
kg 1_4 
kg 3_4 
kg 1 kg 2 kg 4 kg 5 kg 100 g 150 g 
Precios $12,20 
• Una industria posee una máquina que produce en 4 horas, 752 barras de 
aluminio. El gerente de producción desea saber lo que puede producir la 
máquina, si se trabaja en forma continua durante los tiempos indicados en 
la siguiente tabla: 
Tiempo 4 hs 5 hs 6 hs 8 hs 1 día 1 mes 
Número de barras 752 
En el primer caso, pedir la realización de una sola cuenta favorecerá centrar las 
discusiones, especialmente en la relación que permite determinar la constante de 
proporcionalidad. Este valor permitirá a los alumnos determinar los diferentes pre-cios 
con solo multiplicar el valor de dicha constante por las diferentes cantidades. 
Al preguntar, además, por 100 g ó 150 g se plantea la necesidad de conocer las 
relaciones entre las unidades de medida, en este caso que 1 kg = 1000 g. 
En el segundo problema, preguntar, por ejemplo, ¿qué pasaría si la máquina 
dejara de funcionar? o ¿cómo expresamos simbólicamente el día que la 
máquina no tuvo producción?, nos permitiría avanzar sobre la idea de que si no 
hay producción, al cero de una magnitud le corresponde el cero en la otra. 
Además, como parte del análisis, nuevamente podremos propiciar la discusión 
en relación con los siguientes aspectos. 
- la cantidad de datos dados y cuántos calcularon a partir de los mismos, 
- las magnitudes que se involucran, para luego concluir que a partir de dos 
datos se pueden encontrar otros, relacionando magnitudes (horas y cantidad de 
barras producidas), siempre que la máquina funcione en forma constante. 
- la conveniencia de utilizar las relaciones escalares (aditivas o multiplicativas) 
y las relaciones funcionales para obtener los diferentes resultados. 
- las relaciones entre la diferentes unidades de tiempo que aparecen.
Matemática 6 
Cuando se aborda el trabajo sobre proporcionalidad en el aula, es interesan-te 
proponer actividades que planteen la discusión acerca de las características 
que hacen que determinado problema pueda ser considerado de proporcionali-dad, 
por ejemplo, el análisis de varios problemas en los que se den relaciones de 
proporcionalidad y otros en los que no. Esto ayudará a los alumnos a aproximar-se 
al sentido del concepto de razón y comprender el significado de los símbolos 
utilizados para expresar proporciones. 
Por ejemplo, si preguntamos qué planta ha crecido más en esta semana si 
los registros nos dicen que la planta A medía 8 cm y ahora mide 12 cm y que 
la planta B medía 10 cm y ahora mide 14 cm, podríamos tener dos respuestas: 
- Ambas plantas crecieron lo mismo (si se miran solo los cambios absolutos). 
- La planta A creció 4 cm más de los 12 cm que medía inicialmente y la planta B 
creció 4 cm de los 14 cm que medía, por lo tanto creció más la planta A ya que 
4 _ 
12 es mayor que 4 _ 
14 . 
Cuando se razona sobre situaciones en las que se ponen en juego relaciones de 
proporcionalidad, es importante pensar que en las relaciones aditivas y multiplicativas 
hay cambios absolutos y cambios relativos. La habilidad de pensar en términos rela-tivos 
se vincula con el razonamiento proporcional. La noción de razón como índice 
comparativo entre dos cantidades fundamenta este segundo tipo de aproximación. 
Una actividad cuyo propósito es analizar la existencia o no de la proporciona-lidad 
podría ser la siguiente. 
a) Analizá los siguientes problemas e indicá cuáles creés que son de 
proporcionalidad. 
1. La receta para preparar milanesas de soja dice que con 200 gramos 
de soja preparamos milanesas para tres porciones. ¿Cuánta soja se 
necesitará para 5 porciones? 
2. Cuando cumplió 6 meses, Federico pesaba 9 kg. ¿Cuánto habrá 
pesado al cumplir 1 año? 
3. Si por 5 CD pagué $ 9, ¿cuánto dinero necesitaré para comprar 12? 
4. Si para recorrer 25 km mi auto consume 2 litros de nafta, ¿cuánto 
combustible consumirá para recorrer 200 km? 
5. Si al nacer, Juliana medía 0, 52 m, ¿cuánto medirá a los tres meses? 
¿Y al año? 
6. Cuando Javier cumplió 3 años, su papá tenía 28 años. ¿Cuántos 
tendrá el papá cuando Javier cumpla el triple? 
b) Discutí con tu grupo los resultados a los que llegó cada integrante para 
llegar a un acuerdo. 
c) Por último, buscá con los integrantes de tu grupo un argumento que 
convenza a los otros grupos acerca de la clasificación que hicieron. 
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Analizar cómo y cuánto cambia una cantidad en relación a otra ayuda a com-prender 
qué sucede en estos problemas, ya que hay relaciones no proporciona-les, 
pero que parecen serlo. De hecho, el análisis de la constante resulta una 
herramienta útil para decidir si existe o no proporcionalidad. 
Los problemas anteriores se plantean en diferentes contextos, algunos de los 
cuales permiten evidenciar más claramente la no existencia de una constante de 
proporcionalidad. Por ejemplo, en el segundo problema, los alumnos saben que 
no es posible que una persona aumente 9 kg por cada seis meses. Utilizar esta 
relación para resolver el problema haría que el niño, al año, pese 18 kg, a los dos 
años 36 kg a los 3 años 54 kg, etc. El conocimiento que tienen de la relación 
que existe entre el aumento del peso de una persona respecto del tiempo, les 
permitirá descartar un razonamiento de tipo proporcional para resolverlo. 
Otros ejemplos de relaciones de proporcionalidad directa son aquellas situa-ciones 
en las que la constante de proporcionalidad representa un índice com-parativo 
de cantidades de la misma magnitud.20 
• Para hacer jugo de frutilla, Juana vierte 3 litros de agua en 1 jarra donde 
previamente colocó 2 cucharadas de jugo concentrado. Para la fiesta de su 
hermana, Juana necesita calcular cantidades mayores. Decide hacer una 
tabla como la siguiente y así saber cuántos litros de agua necesita para las 
siguientes cantidades de jugo concentrado, de manera que el jugo tenga el 
mismo sabor. Completá la tabla. 
Cantidad de cucharadas de jugo concentrado 2 4 6 12 20 
Cantidad de litros de agua 3 
• Antes de preparar la pintura, Carlos lee las siguientes instrucciones: 
4 
a. ¿Qué cantidad de agua necesita 
Carlos si usa 1 kg de polvo? 
b. ¿Y si usa 1kg de polvo? 
_c. ¿Y si usa 3_4 
kg de polvo? 
20 Tomado de Sadovsky, P. (coord.), Lamela, C., Carrasco, D. (2005), Matemática. Fracciones y 
Números decimales. 6º grado. Apuntes para la enseñanza. Gobierno de la Ciudad de Buenos 
Aires, Secretaría de Educación. Dirección General de Planeamiento. Dirección de Currícula.
Matemática 6 
¡Una ayudita! Podés construir una tabla como la siguiente: 
Cantidad de polvo en kg 1_2 
1 1_4 
3_4 
Cantidad de agua en litros 3_4 
• Se necesita reducir este plano. Para eso, hacé 3 cm por cada 4 cm. 
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10 cm 
6 cm 
4 cm 
2 cm 
En el primer problema, más allá de las diferentes estrategias para completar la 
tabla, se recupera el concepto de equivalencia asociado a la conservación de la 
proporción entre las partes de jugo concentrado y agua, y no a la conservación de 
la cantidad de jugo. Los pares de números que aparecen en la tabla son fraccio-nes 
equivalentes cuyo significado está asociado ahora a la concentración del jugo 
o a la mezcla entre las cucharadas de jugo concentrado y la cantidad de agua. 
Siendo esta relación la constante de proporcionalidad 3_2 
(1,5 de agua por cada 
cucharada de jugo) que queda explícita cuando es necesario determinar el valor 
que se corresponde con el 1 (en este ejemplo, expresa la cantidad de litros de 
agua por cada cucharada de jugo). 
En el segundo problema, que la constante sea una fracción exige que los 
alumnos busquen formas de encontrar resultados a los productos de dos frac-ciones, 
en función de relaciones como: el doble, la cuarta parte, la mitad… 
En el tercer problema, se trabaja con escalas. En este caso, las fracciones 
son un índice comparativo de una misma magnitud. Cuando se resuelven pro-blemas 
de escalas de mapas, ampliaciones o reducciones es interesante anali-zar 
el significado del valor de la constante en relación a lo que su aplicación pro-duce, 
si es menor que la unidad se vincula a una reducción y si es mayor que la 
unidad da como resultado una ampliación.
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Una actividad interesante para proponer a nuestros alumnos es la ampliación 
del rompecabezas que se adapta de una secuencia diseñada por Brousseau21 y 
que seguramente han visto en otros textos. 
“Agrandar el rompecabezas entre todos”: analizar el valor de la 
constante. 
Materiales: un rompecabezas por grupo y uno de mayor tamaño completo 
para colocar en el pizarrón. 
Organización de la clase: grupos de 6 integrantes. 
Desarrollo: podemos comenzar con una consigna oral, como la siguiente: 
Tienen que ampliar el rompecabezas, de modo que lo que en cada pieza 
mide 4 cm en el rompecabezas que les di, mida 5 cm en el que hacen 
ustedes. Cada integrante tiene que hacer una pieza. Como las piezas 
son cinco, habrá un alumno que será el observador, cuya tarea será 
anotar todo lo que se diga o discuta en el grupo. Antes de empezar a 
trabajar elijan quién será el observador. 
En muchos casos, los chicos creen que a cada pieza tienen que agregarle 1 cm 
y se sorprenden cuando las piezas no encajan. Esto les exige dudar sobre su 
construcción, pero la mayoría piensa que no usó bien los instrumentos de medi-ción 
y vuelven a construir las piezas, porque no siempre ponen en duda el crite-rio 
que usaron en la confección de las piezas. 
21 Brousseau, G. (1994), Problemas en la Enseñanza de los decimales. Problemas de didáctica 
de los decimales. Publicación de IMAF, Universidad Nacional de Córdoba. Traducción realizada 
por Dilma Fregona y Rafael Soto con autorización del autor. Brousseau, G. (1981), “Problemes 
en didactique des décimaux”, en: Recherches en didactique des mathématiques, La Pensée 
Sauvage, Vol. 2, Nº 1.
Nap 
Matemática 6 
Si la consigna fuera que los lados de las piezas que miden 4 cm deberán 
medir 8 cm en el nuevo rompecabezas, seguramente lo ampliarán sin dificultad, 
dado que la relación del doble no exige pensar otras relaciones y las piezas 
resultan ampliadas proporcionalmente. Los alumnos reconocen que el modelo 
de proporcionalidad les es útil para ampliar el rompecabezas cuando se dan 
cuenta de que tienen que averiguar la imagen de 1 cm para poder encontrar las 
nuevas medidas da cada pieza. 
En el caso del rompecabezas, se pone de manifiesto que la relación entre cada 
lado y su imagen es una constante. Esto ocurre en cualquier situación de escalas, 
dado que una escala presenta información sobre una relación que se establece 
entre una medida en una representación gráfica y una medida de la realidad.22 
Los problemas de escalas pueden plantearse a propósito del trabajo en otras 
áreas, como Ciencias Sociales. Por un lado, se puede continuar confeccionan-do 
planos de espacios de diversas dimensiones y por otro se puede promover 
la interpretación de mapas. Por ejemplo, al comparar las distancias entre dos 
pares de localidades en mapas representados en distintas escalas. 
En otros problemas, la constante de proporcionalidad está expresada con frac-ciones 
y representan un índice comparativo que vincula dos magnitudes dife-rentes. 
Veamos dos ejemplos. 
• Un caminante recorre 5 km en 2 horas. Suponiendo que mantiene la 
velocidad de la marcha, completá la tabla que sigue: 
Tiempo de marcha del caminante en hs 2 4 6 3_4 
Distancia recorrida en km 5 
• En la siguiente tabla, se muestra el consumo de nafta de un automóvil al 
recorrer cierta cantidad de kilómetros. Completá la tabla sabiendo que el 
automóvil consume lo mismo por cada kilómetro recorrido. 
22 Recomendación de lectura: véase Ponce, H. (2000), “Proporcionalidad: entre los procedimien-tos 
y la búsqueda de regularidades”, en: Enseñar y aprender matemática, Propuestas para el 
Segundo Ciclo, Buenos Aires, Novedades Educativas. 
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80 Serie 
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Kilómetros recorridos 1 2 3 5 1_2 
3_2 
Consumo de nafta en litros 1_ 
10 
En el caso de las velocidades, las dos magnitudes son el espacio recorrido en 
una unidad de longitud (km, m, millas, nudos) y el tiempo utilizado en una unidad 
de tiempo (horas, segundos, minutos), en tanto que las unidades correspondien-tes 
2 
a las _velocidades son compuestas: km/h, m/seg, etc. En el caso del consu-mo 
de nafta, la unidad compuesta expresa el rendimiento en litros/km. 
En el primer problema, la constante de proporcionalidad 5permite “pasar” de 
4 
_tiempo a distancia. Este problema pone en juego el concepto de fracción y en 
el caso de saber la distancia que recorre un automóvil en 3de hora, da sentido 
a la multiplicación de fracciones. Si bien los alumnos aún no han sistematizado 
la multiplicación de fracciones, estarán en condiciones de averiguar dicha dis-tancia 
utilizando las propiedades de la proporcionalidad directa. 
En el segundo problema,23 los alumnos podrán completar sin dificultad las 
casillas de la tabla que representan números enteros, dado que son productos 
de una fracción por un número natural. Es posible que la dificultad se dé para 
calcular _1 
10 por 3_2 
porque aún no han multiplicado fracciones, pero sin embargo 
podrán calcular cuánto consume en 1_2 
kilómetro como así también la mitad de 
lo que consume en 1 kilómetro. Y si para 1_2 
la cantidad que le corresponde es 
1_ 
20 , para 3_2 
será 3_ 
20 . A partir de aquí, podremos proponer otros casos, para dar a 
los alumnos la oportunidad de ir construyendo estrategias para multiplicar dos 
fracciones a partir de herramientas propias. 
En el caso de porcentaje, aparece nuevamente la fracción como índice com-parativo 
o constante de proporcionalidad. Al tratar de interpretar el 50 % de 20, 
estamos comparando las partes con el todo. Así, buscamos vincular la relación 
50 por cada 100 con una fracción equivalente de denominador 20. 
En el apartado “Plantear situaciones para obtener y organizar datos”, se propo-ne 
el trabajo con gráficos circulares en los que el uso de los porcentajes cobra 
especial sentido. 
23 Recomendación de lectura: véase Sadovsky, P. (coord.), Lamela, C. y Carrasco, D. (2005), 
Matemática. Fracciones y números decimales. 6º grado. Apuntes para la enseñanza, Gobierno 
de la Ciudad de Buenos Aires, Secretaría de Educación. Dirección General de Planeamiento. 
Dirección de Currícula.
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Matemática 6 
• En la ciudad de Trelew se realizaron los juegos deportivos interescolares 
en los que participaron 80 alumnos. De acuerdo con las diferentes 
categorías y juegos, lograron estos premios: 
- 3 alumnos obtuvieron el primer puesto en salto en largo y 5 alumnos el 
primer puesto en velocidad, 
- 2 equipos de fútbol (22 alumnos) lograron el segundo puesto y 
- 15 alumnos obtuvieron los terceros puestos en diferentes juegos. 
Decidí, haciendo cálculos mentales, cuáles de las siguientes afirmaciones 
de los chicos son ciertas: 
1. Más del 50% de los alumnos trajeron premios. 
2. El 10% logró estar en los dos primeros puestos. 
3. Más del 25% de los alumnos alcanzó el segundo puesto. 
4 
En este problema se incluyen porcentajes que se pueden calcular mentalmente 
en forma sencilla, si 2 
__se asocia el 50% con 1, el 25% con 1y el 10% con la déci-ma 
parte. 
También es interesante analizar algunos problemas en los que es habitual 
suponer algunos datos que no están explicitados en el enunciado y que permiten 
profundizar el sentido de la proporcionalidad directa. Veamos varios ejemplos: 
• Este mes, la biblioteca de la escuela recibió 48 libros nuevos. Si se quieren 
acomodar en 4 estantes, ¿cuántos libros se colocan en cada uno? 
• Una persona que vive a 15 cuadras del trabajo, paga un boleto de $ 0,90. 
¿Cuánto pagará otra persona que toma el mismo micro y vive a 40 cuadras 
del trabajo? 
• Si cinco litros de aceite cuestan $ 18,50, ¿cuánto pagaremos por 10 litros? 
En el primer caso, el dato supuesto es la repartición en partes iguales, aunque 
esta no sea una condición expresada en el enunciado. En el segundo caso, 
puede cuestionarse un procedimiento de proporcionalidad, ya que el contexto 
que permite imaginar la situación nos hace saber que la tarifa de los colectivos 
no depende de la cantidad de cuadras que nos traslada. Normalmente, la tarifa 
corresponde a tramos o a un recorrido completo. En el último caso, es bastante 
habitual considerar la existencia de la constante cuando no existe alguna con-dición 
por la cual se hace algún descuento como en el caso de las ofertas 
(pagué 9 litros y llevé 10). 
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En esta clase de problemas, deberemos discutir sobre las condiciones que se 
debieran agregar o cambiar a las distintas situaciones y, con este fin, tendremos 
que pedir a los alumnos que agreguen los datos necesarios para resolverlos, uti-lizando 
el concepto de proporcionalidad. De este modo, daremos lugar a discu-tir 
sobre los datos necesarios para poder utilizar el concepto de proporcionali-dad 
directa como modelo de resolución como así también reflexionar sobre los 
límites24 que tiene el concepto. 
Otro contexto que favorece la discusión sobre la utilidad del modelo de pro-porcionalidad 
es el de las ofertas. También aquí el análisis de la constante resul-ta 
una herramienta útil para decidir si existe o no proporcionalidad. 
24 Recomendación de lectura: en Matemática. Propuestas para el aula. EGB 2. Materiales para 
el docente, Programa Nacional de Innovaciones educativas del Ministerio de la Nación, 
Propuesta Nº 5, se plantea una actividad para discutir acerca de los límites y la utilidad del con-cepto 
de la proporcionalidad directa en problemas de oferta (también disponible en Internet). 
82 Serie 
Cuadernos para el aula 
• Lorena fue a comprar 3_4 
kg de 
helados y en el cartel figuraban los 
precios de la lista. 
Lorena pensaba pagar $ 7,50 y el 
heladero le dijo que debía pagar $ 10. 
a) ¿Por qué pensó Lorena que 
debía pagar $ 7,50? 
b) ¿Cómo habría explicado el 
heladero cómo calculó el valor de 
$ 10? 
c) Modificá el enunciado de la 
situación para evitar la confusión. 
4 
2 
4En esta actividad, los chicos pueden responder que Lorena pensó en el precio 
unitario y calculó el valor de los 3kg utilizando la proporcionalidad, en tanto 
_que el heladero sumó los precios de 1kg más 1kg ($ 6 + $ 4) independien-temente 
__de cualquier relación de proporcionalidad. Es interesante que promova-mos 
la discusión acerca de que, en los datos de la lista de precios, cuando la 
cantidad del helado es menor, el costo es menor, pero el mismo no disminuye en 
la misma relación; por otra parte, el precio por cada kilo no representa la cons-tante 
que permitirá determinar los valores de 1_2 
y 1_4 
. De los datos, resulta que 
para 3_4 
kg hay 3 precios posibles: $ 12, $ 10 y $ 7,50. Además, conviene com-prar 
1 kg y no dos medios kilos, pues la suma de los costos de los dos medios
Matemática 6 
kilos es mayor que el precio por kilo. Por otra parte, si la relación fuera de pro-porcionalidad, 
considerando el costo unitario, el 1_2 
kilo debería valer $ 5 y el 1_4 
kilo $2,50. Por último, en la lista de precios podríamos agregar alguna inscrip-ción, 
como Oferta: ¡lleve 1 kg y pague solo $ 10! 
El análisis de los precios de diferentes artículos presentados en distintos 
tamaños (gaseosa, aceites, jabón en polvo, yerba, etc.) en las góndolas de los 
supermercados favorecerá la lectura inteligente de la información y la toma de 
decisiones respecto de la presencia o no de ofertas. 
En cuanto a los problemas donde intervienen magnitudes inversamente 
proporcionales, es necesario plantear primero su resolución para luego consi-derar 
el análisis de las relaciones involucradas. Los problemas de fraccionamien-to 
y envasado de productos proporcionan un contexto que permite otorgarles 
significado. Por ejemplo, los siguientes. 
• Una pequeña bodega, en la provincia de La Rioja, decidió fraccionar en 
envases de menor capacidad el contenido de 80 damajuanas de 5 litros 
cada una. Averiguá qué cantidad de cada tipo de envases sería necesaria, 
según las capacidades que aparecen indicadas en la tabla. 
Capacidad del envase (litros) 5 2 1 1_2 
3_4 
Cantidad de envases 80 
4 
A partir 4 
del primer __par es posible hallar el correspondiente de 1 litro pensando 
que, si el envase tiene 5 veces menos capacidad, serán necesarias 5 veces más 
unidades, por lo que habrá que hacer 80 x 5 = 400. En este caso, se usa una 
relación escalar, es decir donde se multiplica una cantidad y se divide otra, en 
ambos casos, por el número 5 sin unidades. Todos los demás pares podrán ser 
completados utilizando relaciones escalares y advirtiendo que para saber el 
correspondiente de 3, convendrá calcular primero el de 1. 
También se podría resolver calculando la constante de proporcionalidad. En 
este caso, la constante representa la cantidad total de litros a envasar, y se 
puede obtener haciendo 5 litros por envase x 80 envases = 400 litros. Esta es 
una relación funcional que vincula magnitudes diferentes, la capacidad de cada 
envase con el número de envases necesarios. 
La situación anterior muestra que entre las magnitudes inversamente propor-cionales 
se pueden establecer dos tipos de relaciones: 
• una relación entre cantidades de una misma magnitud, es decir una relación 
escalar. 
• una relación funcional que vincula magnitudes diferentes y que refleja el sen-tido 
de la unidad de razón o la constante de proporcionalidad. 
Nap 
83 
EJE 
Número y 
Operaciones
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
84 Serie 
Cuadernos para el aula 
Estas relaciones pueden explicitarse del siguiente modo: 
a) Si en una relación de proporcionalidad inversa se multiplica una canti-dad 
de una magnitud por un número, la cantidad correspondiente en la otra 
magnitud queda dividida por el mismo número. 
b) En una relación de proporcionalidad inversa, el producto de las cantida-des 
correspondientes es constante. 
Las relaciones entre bases y alturas de rectángulos que tienen la misma área 
(ver el apartado “Plantear situaciones para avanzar en la exploración de rela-ciones 
entre perímetros y áreas”) o las relaciones entre la distancia recorrida y 
el tiempo necesario al aumentar la velocidad son otros contextos en los que se 
establecen relaciones de proporcionalidad inversa. 
Plantear situaciones para sistematizar relaciones numéricas 
y propiedades de las operaciones 
Las actividades de cálculo mental, es decir aquellas donde se realizan cálculos 
sin los algoritmos convencionales, invitan a reflexionar sobre las propiedades de 
los números y de las operaciones. Al plantearlas, propiciaremos que los alumnos 
avancen en el conjunto de relaciones que se pueden establecer entre determi-nados 
grupos de fracciones, entre ciertas fracciones y enteros, y entre los núme-ros 
decimales. 
Si permitimos y favorecemos que los niños resuelvan explorando a su propio 
modo, seguramente inventarán procedimientos mediante los cuales utilizarán las 
propiedades de las operaciones, y recurrirán a descomponer los números y a 
escribirlos de diferentes formas. Para poder resolver este tipo de actividades, los 
niños se suelen apoyar en los cálculos que tienen disponibles (el repertorio 
memorizado de productos de naturales, de sumas y restas de fracciones senci-llas 
y de números decimales) en las relaciones entre números que conocen (por 
ejemplo 1_2 
es el doble de 1_4 
) y en diferentes expresiones escritas de números 
racionales (0,25 es lo mismo que 1_4 
). 
Al proponer a los chicos estas actividades, podemos avanzar en dos sentidos: 
analizar las propiedades y relaciones de las operaciones y números que ya 
usaron para sistematizarlas, y luego, discutir sobre la economía de los procedi-mientos 
que desarrollaron y su validez cuando se quieren utilizar con otros 
números. En este apartado nos ocuparemos del primer aspecto y en el aparta-do 
“Para avanzar en los procedimientos de cálculo con distintos tipos de núme-ros” 
del segundo.
Matemática 6 
La actividad que se plantea a continuación, de completamiento de recua-dros, 
permitirá discutir el “efecto” de operar con 0 cuando se suma y cuando 
se multiplica. 
• Sin cambiar las operaciones, en cada tira, ¿qué variaciones es necesario 
hacer en los números, si partiéramos desde el cero? 
1 + 1999 2000 - 1500 500 : 500 1 
1 x 2000 2000 : 4 500 : 500 1 
El 0 es el “elemento neutro” para la suma y el “elemento absorbente” para la 
multiplicación. En el primer caso, al comenzar con el 0, el número que va es el 
1999, es decir el mismo, En esta operación, el cero es neutro. En el segundo 
caso, cuando solo hay operaciones de multiplicación y de división, es imposible 
encontrar un número que multiplicado por 0 permita continuar con la secuencia, 
porque el 0 “absorbe” cualquier otro y siempre el resultado será cero. 
También es interesante plantear una actividad resuelta para problematizar algunas 
posibles soluciones de completado de recuadros, como por ejemplo la siguiente: 
• Un grupo de chicos debía resolver el siguiente problema. 
Escribí un número y una operación en cada recuadro para obtener el resultado: 
2000 500 1 
Para el primer recuadro, encontraron las expresiones siguientes: 
2000 - 1500 = 500 2000 : 4 = 500 
2000 - 3____0__00 
2 = 500 2000 x 1_4 
= 500 2000 x 0,25 = 500 
a) Discutí con tu grupo si estas opciones son verdaderas o falsas y justificá 
tus respuestas. 
b) Algunos alumnos dijeron que pasar de 500 al 1 es más fácil y lo 
explicaron haciendo las siguientes afirmaciones. ¿Estás de acuerdo? 
Para obtener 1 divido por el mismo número. 
Para obtener 1 hay que restar el anterior. 
Para obtener 1 multiplico por el inverso de 500 siempre da 1. 
c) Las explicaciones que dieron los alumnos, ¿se cumplen para otros 
números enteros, fraccionarios o decimales? 
Nap 
85 
EJE 
Número y 
Operaciones
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
4 
_A propósito de la misma situación, podremos proponer la discusión sobre las 
relaciones entre las operaciones 
- dividir por 4 es equivalente a multiplicar por 1o por 0,25, 
- dividir por el mismo número siempre dará uno y es equivalente a multiplicar 
por el inverso del número. 
Asimismo, si extendemos dichas relaciones a todos los números de un campo 
numérico obtendremos la generalización, es decir, podremos presentarlas a los 
alumnos como propiedades. 
También es posible variar la actividad para completar recuadros, presentando 
ciertas restricciones, por ejemplo utilizando las cuatro operaciones y números 
decimales, o fraccionarios. Esto implicaría una complejidad en la actividad, pero 
favorecería la utilización de expresiones equivalentes de un número. O bien podrí-amos 
pensar en la utilización de algunas relaciones entre las operaciones, por 
ejemplo para pasar de 1 al 2000, la restricción puede ser que no podrán sumar 
al 1 el anterior de 2000, lo que los conducirá a elegir la división 1 : 2000. 
Otras actividades, como las de realizar cálculos sin usar los algoritmos conoci-dos, 
promueven que los alumnos busquen estrategias propias y pongan en juego 
propiedades que ya han verificado que “funcionan”. Por ejemplo, la siguiente. 
• Sin hacer la cuenta convencional, resolvé 70,5 x 5 y explicá cómo lo hiciste. 
Para esta actividad, es posible que aparezcan en las carpetas algunas produc-ciones 
como las que comentamos a continuación: 
86 Serie 
Cuadernos para el aula 
En esta primera estrategia, aparece la descomposición del número en su parte 
entera y en su parte decimal, y la propiedad distributiva de la multiplicación. 
Además, aunque no esté escrito, para hacer 70 x 5, pudo pensarse en la des-composición 
del número 70 en dos factores 70 = 10 x 7, y luego en tres fac-tores 
70 = 2 x 5 x 7. A continuación se pudo haber pensado en reemplazar el 
producto a realizar 70 x 5 = 2 x 5 x 7 x 5. Luego, pudo haberse asociado 
70 x 5 = 10 x 35, para simplificar el cálculo utilizando productos que tienen dis-ponibles 
como 7 x 5 = 35 y regularidades tales como la de agregar un cero a 
la derecha al multiplicar por 10.
Nap 
Matemática 6 
En este caso, se ha expresado setecientas cinco décimas como fracción deci-mal 
y luego aparece la multiplicación de dos naturales 705 x 5, conocida por los 
alumnos, y la utilización de la regularidad de la división seguida de ceros. Este 
ejemplo permite discutir por qué vale cambiar el orden según el cual primero se 
divide por 10 y luego se multiplica por 5 por el orden mediante el cual primero 
se multiplica por 5 y luego se divide por 10, que justificaría poder usar el segun-do 
signo igual entre las expresiones. 
La discusión para determinar la validez de estos procedimientos nos permiti-rá 
compararlos con los algoritmos convencionales y acercarnos a su compren-sión, 
ya que hay aspectos de los procedimientos que los alumnos utilizan que 
también se juegan en el algoritmo convencional. Por ejemplo, conectando la pri-mera 
expresión y la última en 70,5 x 5 = 325,5, se puede ver que se podría mul-tiplicar 
como si fueran enteros y luego correr la coma. 
Además, si ponemos en cuestión algunos procedimientos o partes de los mis-mos 
posibilitaremos el trabajo con otros conceptos. Por ejemplo, separar el 
número decimal en parte entera y en parte decimal (expresado como fracción o 
como decimal), para luego multiplicar ambas partes por 5, nos permitiría explici-tar 
el uso la propiedad distributiva de la multiplicación respecto de la suma. 
Se pone de manifiesto aquí la importancia de propiciar el uso y la explicitación 
de propiedades conocidas y su aplicación para resolver cálculos nuevos. Así, se 
ponen en juego ciertos conocimientos, como la aplicación de cálculos mentales 
al interior de cálculos parciales, la utilización de ciertos productos o divisiones 
básicas y la habilidad para descomponer cantidades de diversas formas. 
En este sentido, las discusiones podrán estar orientadas por la pregunta ¿cómo 
vale transformar una cuenta en otra que dé el mismo resultado, pero sea más 
fácil de hacer? Las conclusiones que se buscará obtener tendrán formulaciones 
del tipo: Para multiplicar y para sumar puedo descomponer en factores o 
sumandos y conmutar. Para restar y dividir es posible usar equivalentes. 
87 
EJE 
Número y 
Operaciones
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
88 Serie 
Cuadernos para el aula 
Plantear situaciones para analizar las relaciones de múltiplo y divisor 
La escuela pitagórica25, cuyo pensamiento fundamental es que todos los fenó-menos 
del universo se pueden explicar mediante números, se dedicó a la explo-ración 
de los números, de sus propiedades y de sus relaciones con otras ramas 
del saber, como la geometría y la música. En esa búsqueda, los filósofos pitagó-ricos 
estudiaron muchos tipos de números a partir de ciertas relaciones y diver-sas 
regularidades. Entre ellas, las relaciones numéricas de múltiplo y divisor. 
Si bien desde el Primer Ciclo los niños comienzan a descubrir en forma intui-tiva 
ciertas características de las series numéricas, por ejemplo la cadencia de 
0, 5, 0, 5 en la serie 0, 5, 10, 15, 20, 25…, que luego ponen en juego en situa-ciones 
de cálculo mental, el estudio de las propiedades de los números primos 
y compuestos que se reconoce como “divisibilidad” se inicia en el Segundo Ciclo 
y se profundiza en el Tercer Ciclo. Esto es así, porque los problemas que involu-cran 
este tipo de relaciones numéricas pertenecen al campo multiplicativo y 
resulta necesario que los alumnos hayan iniciado el estudio de las nociones de 
multiplicación y división y sus propiedades para construir las nociones que se 
ponen en juego en la divisibilidad. 
Desde las propuestas de aula es necesario que propongamos problemas que 
permitan la progresiva comprensión de la reversibilidad de las relaciones de múl-tiplo 
y divisor a partir de otras relaciones, como doble-mitad, triple-tercio y otras. 
Por otra parte, los problemas que involucran los conceptos de división exacta y 
entera, así como el estudio del resto, permiten, durante el Tercer Ciclo, una apro-ximación 
al concepto de congruencia. Asimismo, el reconocimiento de las regu-laridades 
numéricas en las situaciones que se propongan favorecerá la sistema-tización 
posterior de los criterios de divisibilidad o las propiedades de múltiplos 
y divisores. 
Secuencia para establecer relaciones de reversibilidad: “Múltiplos y divisores” 
Con el fin de favorecer la comprensión de la reversibilidad entre “múltiplo” y “divi-sor”, 
se puede proponer una secuencia de actividades como la que sigue. 
25 Corriente filosófica y matemática presocrática fundada por Pitágoras, en el siglo VI a. C.
Matemática 6 
Actividad 1 
“Los nueve divisores”: encontrar 
divisores comunes. 
Materiales: una cuadrícula como la 
siguiente para cada alumno y un 
dado por grupo. 
Organización de la clase: grupos 
de cuatro alumnos. 
Desarrollo: antes de comenzar el juego, 
se decide quién va a tirar el dado. En el 
desarrollo del juego se irá tirando el dado en forma sucesiva y “cantando” el 
número. Cada jugador escribe el número cantado en uno de los nueve lugares 
posibles dentro de la cuadrícula, siempre que el número sea divisor de uno de los 
números que encabezan las filas o las columnas o de ambos a la vez. 
El dado se tira nueve veces. Cuando se escribe un número en la casilla, no 
se puede cambiar. 
Gana el integrante que obtiene mayor 
puntaje, que se obtiene así: 2 puntos 
por cada número que es divisor del 
que encabeza la fila y del que 
encabeza la columna; 1 punto si el 
número es divisor solo del número 
que encabeza la fila o la columna; 0 
punto por las casillas vacías. 
Transcribimos, a continuación, algunas expresiones que dijeron los chicos luego 
de jugar varias veces con la cuadrícula anterior. Es interesante observar cómo 
en estas expresiones los alumnos ponen en juego las relaciones entre múltiplos 
y divisores cuando aún no las han formalizado. Por ejemplo: 
—El uno es el comodín, puede ir en cualquier lugar o en el casillero corres-pondiente 
al 10 - 9, porque los demás números del dado nunca te permi-ten 
sumar 2 puntos en ese casillero. 
—Conviene que el cinco salga una sola vez. El primer cinco que sale hay 
que ponerlo en el casillero 10 - 20 solo ahí suma 2 puntos. 
—En los lugares que puede ir el cuatro también puede ir el dos. 
—Hay que guardar los lugares del cuatro y no usarlos con el dos, porque 
para el dos tenés más opciones. 
—Si a la fila del 20 y del 24 la ocupás con los dos y después te salen varios 
cuatros, no podés ponerlos. Conviene guardar la fila del 24, ahí los cuatro 
dan más puntos. 
Nap 
89 
EJE 
Número y 
Operaciones 
20 9 36 
24 
25 
30 
20 9 36 
24 42p 32p 62p 
10 52p 31p 22p 
18 22p 0p 62p
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
90 Serie 
Cuadernos para el aula 
—Los primeros tres que te salen te conviene ponerlos en la columna del 9, 
pero no en el medio. Arriba y abajo (en 24 - 9 y 18 - 9) suman 2 puntos. 
Actividad 2 
Luego de que los alumnos se han familiarizado con el juego y han explorado 
relaciones entre los múltiplos y divisores, podremos proponer actividades que 
lleven a reflexionar sobre estrategias para establecer relaciones y propiedades 
de los múltiplos y divisores. 
En las actividades que propongamos, es importante variar algunos de los 
números que encabezan las filas y las columnas, para que los chicos transfieran 
algunas relaciones conocidas y piensen en otras. Por ejemplo: 
• Ubicá en la cuadrícula los 
números 1 y 5 para obtener el 
mayor puntaje posible. 
• Observá la cuadrícula e indicá los 
números que encabezan la fila y la 
columna, donde el 6 suma dos 
puntos. ¿En cuántos casilleros 
diferentes puede escribirse el 
número 6? ¿Qué números cambiarías para que en todos los casilleros 
donde puede ir el número el 6 se sumen 2 puntos? 
En los casos anteriores, los alumnos tendrán que decidir por un casillero donde 
1, 5, 6 son divisores de dos números diferentes a la vez. Tener que cambiar los 
números que encabezan las filas o columnas los lleva a pensar en números que 
sean múltiplos de un mismo divisor. 
Actividad 3 
• Completá con diferentes 
números el cabezal de cada fila 
y de cada columna sabiendo 
que todos los números que están 
escritos te dan 2 puntos. 
20 9 36 
24 6 2 4 
25 1 
30 2 1 3 
1 5 6 
6 2 3 
4 2 3
Matemática 6 
• Al completar la tabla, Juan iba a 
colocar el 12 en el casillero que 
encabeza la fila con los divisores 4, 
2 y 3 y se dio cuenta de que ya lo 
había escrito en la columna de 
divisores 1, 6, 4. Entonces dijo: 
Escribo cualquier otro número 
que sea múltiplo de 12. 
¿Estás de acuerdo?, ¿por qué? 
¿Qué números pudo escribir Juan? 
Completar los números que encabezan cada fila y cada columna, bajo una con-dición 
(sumar 2 puntos), implica tener distintas posibilidades para resolver y 
esto hay que tenerlo en cuenta para la puesta en común. Así, los chicos debe-rán 
pensar en esos números utilizando las relaciones de múltiplo y divisor, para 
luego descentrarse de la producción propia y analizar las producciones de sus 
compañeros y validarlas. 
Es posible que la situación que se plantea involucrando a Juan sea parecida 
a lo que les pasó a ellos, ya que el 12 admite ser colocado en 4 de los 6 núme-ros 
que encabezan las filas o columnas. Elegir otros múltiplos de doce nos per-mite 
instalar que: Si un número es múltiplo de otros (4, 2, 3) los múltiplos del 
primero son múltiplos de los segundos. 
Actividad 4 
• En esta cuadrícula, se necesita 
cambiar el 6 para que no se repita. 
a) Si se cambia el 6 por el 0 y por 
el 18, ¿qué opción da más 
posibilidades? 
b) Discutí con tus compañeros 
qué otros números pueden 
sustituir al 6. ¿Cuántos hay? 
c) Ana dijo que podían ser los múltiplos de 6. ¿Qué te parece? 
Nap 
91 
EJE 
Número y 
Operaciones 
1 5 6 
6 2 3 
4 2 3 
10 9 6 
6 
30 
6
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
92 Serie 
Cuadernos para el aula 
En esta situación, incluir el cero implica ponerlo en discusión para ver que el 
mismo admite como divisores a todos los números (del dado y otros), ya que es 
múltiplo de todos los números. Al preguntar por la cantidad de números que 
pueden ser solución, llevamos a los alumnos a pensar en un conjunto de núme-ros 
tal, que la mejor forma de comunicar lo que tienen en común es haciendo 
referencia a todos aquellos que son múltiplo de 6. La afirmación de Ana ayuda 
a volver sobre la respuesta elaborada por los chicos para poder generalizarla. 
Actividad 5 
• De manera individual armá un nuevo tablero escribiendo los 6 números 
que encabezan las filas y columnas para que luego se puedan comparar las 
diferentes producciones. Tratá que el tablero te permita obtener el mayor 
puntaje posible. Luego, respondé con tus compañeros de grupo a las 
siguientes preguntas. 
a) Si al tirar el dado sale siempre uno, ¿cuál es máximo puntaje que se 
puede obtener? ¿Y el mínimo? Pensá en los distintos tableros. ¿Varían las 
respuestas si cambian los números que encabezan cada fila y cada 
columna? ¿Por qué? 
b) Si al tirar el dado salen todos cincos, ¿cuál es máximo puntaje que se 
puede obtener? ¿Y el mínimo? ¿Varían tus respuestas si cambiás los 
números cabezales de cada fila y cada columna? ¿Por qué? 
c) Armá un nuevo tablero que te permita obtener un puntaje final elevado, 
escribiendo los números que encabezan las filas y las columnas. 
En ambas situaciones, podremos discutir sobre todos los números que pudieron 
escribir y preguntar por otros que no aparezcan (números de una cifra, de dos, 
de tres, el cero, etc.). Esto permitiría acercarnos a la conclusión de que los núme-ros 
que encabezan las filas y las columnas podrían ser todos, inclusive el cero. 
También podríamos recuperar la idea de que el uno es divisor de cualquier 
número. A diferencia de la situación donde salen todos unos, la segunda lleva a 
concluir que las soluciones posibles son todos los números que son múltiplos 
de 5 inclusive el cero. 
Si variamos esta actividad, cambiando los números que se mencionan en el 
punto a) (al tirar los dados salen todos dos, o todos tres, o cuatros o seis), nos 
llevaría a darle un mayor grado de generalidad a la propiedad del uno como divi-sor 
de todos los números. También podríamos dar lugar, por ejemplo en el caso 
de todos divisores dos, a discusiones que refieran a que los números posibles 
para el dos como divisor pueden ser los múltiplos de 4 o de 6 y así avanzar en 
relaciones tales como si un número es múltiplo de 4, también es múltiplo de 
2 o si un número es múltiplo de 6 también lo es de 2.
Matemática 6 
También es posible en 6º año/grado avanzar en el estudio de otras propiedades 
ligadas a la noción de divisor. Es el caso de todo divisor de un divisor de un núme-ro 
es divisor de ese número, que puede trabajarse a partir del juego siguiente: 
“¿Es divisor de….?”: establecer la relación divisor del divisor. 
Materiales: dos dados para cada pareja, dos tableros iguales, uno para 
cada jugador y fichas. 
Organización de la clase: dividida en parejas. 
Desarrollo: cada jugador tira primero un dado y luego otro que compondrá 
un número de dos cifras, considerando que el primer número que sale en el 
dado es el de las decenas. 
El jugador elige una casilla desocupada en la que haya un divisor del 
número formado. Por ejemplo, si el número es 36, puede poner la ficha en 
el 3. Hace el cociente entre 36 y 3, es 12. Entonces busca un divisor de 
12, por ejemplo 2 y pone allí otra ficha. Hace el cociente entre 12 y 2, es 6. 
Busca un divisor de 6, por ejemplo 3 y pone una ficha en él. Hace el 
cociente entre 6 y 3, es 2. Como ya puso una ficha allí, no agrega otra. 
Sigue así hasta que no encuentre más divisores. Entonces le toca el turno 
al otro jugador. 
Si el número formado por las dos cifras resultara primo y el jugador se da 
cuenta, debe decirlo y puede tirar de nuevo los dados. Pero si no lo descubre, 
le tiene que ceder el turno al otro jugador. En cambio, si el jugador dice que el 
número es primo y no lo es, el contrincante podrá poner fichas en los 
divisores que descubra de ese número y a continuación le toca su turno. 
Gana el jugador que logra completar una fila y una columna. 
Nap 
93 
EJE 
Número y 
Operaciones 
3 2 5 5 3 7 11 
5 7 3 3 13 5 2 
11 2 2 2 5 2 3 
5 5 3 7 2 3 13 
2 7 2 11 5 3 2 
7 2 17 5 3 7 3 
5 11 3 5 2 19 7
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
94 Serie 
Cuadernos para el aula 
Con este juego se pretende que los alumnos utilicen estrategias propias para 
encontrar los divisores de un número. La discusión posterior al juego permitirá 
plantear las relaciones entre los números y divisores que los alumnos hayan uti-lizado. 
Esto quedará explícito cuando los ganadores cuenten cómo fueron 
encontrando los divisores. A partir de esos comentarios, podremos intervenir con 
preguntas tales como Si un número tiene varios divisores, ¿es lo mismo ele-gir 
cualquiera? ¿Cuál conviene elegir primero? De esta manera, los alumnos 
sacarán conclusiones y se aproximarán a formular la propiedad Si 14 es divisor 
de 28 y 7 es divisor de 14, entonces 7 es divisor de 28. 
Como siempre que se plantea un juego, es interesante plantear problemas 
donde intervengan situaciones simuladas, como las siguientes. 
• Javier y Sofía jugaron al juego de los divisores. Al tirar los dados, Javier 
obtuvo el 51, y dijo que es un número primo. Sofía dijo que no, y colocó 
fichas en el 3 y en el 17. ¿Quién de los dos tiene razón? 
• En otra partida, Sofía había colocado fichas en las casillas que se 
muestran en la columna 2 y en la fila 3. ¿Con qué números podría 
completar las casillas que le faltan para ganar en solo dos jugadas más? 
¿Y en una? 
3 2  5 5 3 7 11 
5 7  3 3 13 5 2 
11 2  2  2  5  2  3 
5 5 3 7 2 3 13 
2 7  2 11 5 3 2 
7 2 17 5 3 7 3 
5 11  3 5 2 19 7 
También es importante que planteemos problemas extramatemáticos, donde los 
chicos puedan poner en juego las relaciones entre múltiplos y divisores. Estos 
son algunos ejemplos de situaciones problemáticas en diferentes contextos.
Matemática 6 
• El kiosquero de la escuela tiene 48 chupetines de leche y 30 de frutilla. 
Si quiere embolsarlos colocando en cada bolsa la misma cantidad, pero 
de modo que cada una contenga la mayor cantidad posible, no se 
mezclen los gustos y no sobren chupetines. ¿Cuántos tiene que colocar 
en cada bolsa? 
• Tres amigos Facundo, Romina y Federico ponen sus relojes en hora a las 
trece horas del día martes. Pero se sabe que el reloj de Romina adelanta 8 
minutos, el de Federico adelanta 10 minutos y el de Facundo 12. ¿A qué 
hora de ese día volverán a tener la misma hora los tres? ¿Y del día 
siguiente? 
• Don Juan, el dueño del kiosco de la esquina de la escuela, tiene una caja 
de bolitas. Para venderlas, las quiere colocar en bolsitas que contengan la 
misma cantidad. Si coloca 2 en cada bolsita, le queda una suelta. Pero si 
coloca 3 en cada una le sobran 2. En cambio si coloca 4 les sobran 3. 
Al fin descubre que si coloca 5 no le sobra ninguna. ¿Cuántas bolitas había 
en la caja de Don Juan si se sabe que había más de 80 y menos de 100? 
Escriban cómo lo pensaron. 
Otro tipo de actividades que resultan interesantes son aquellas en que se pro-pone 
validar situaciones que han sido resueltas por otro. Estas situaciones favo-recerán 
el desarrollo del pensamiento reflexivo, siempre que se planteen en 
relación a problemas que ponen en juego conocimientos sobre los que se está 
trabajando. Algunos ejemplos son los siguientes. 
• Mayra y Luciana discuten acerca de lo que les planteó la maestra. Mayra 
dice: Si se suman dos números que son divisibles por 3, el resultado 
también es un número divisible por 3. Luciana dice: Si un número no es 
divisible por 6, entonces tampoco puede ser divisible por 2. 
¿Vos qué pensás acerca de lo que expresa cada una? 
• En un grupo, los chicos discutían. María dijo: Quiero encontrar un número 
que sea divisible por 8 pero que no sea divisible por 4. Federico le 
contestó: Yo creo que no lo vas a encontrar porque no hay. Agustín dijo: 
Yo creo que sí es posible que lo encuentre, porque yo encontré un 
número que es divisible por 4 y no lo es por 6: el 16. 
¿Qué pensás acerca de lo que discuten los chicos? ¿Quién tiene razón? 
Explicá tus respuestas. 
• Mariano dice: Si 6 x 4 me da 24, eso significa que todos los múltiplos 
Nap 
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EJE 
Número y 
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de 24, serán divisibles por 4 y también por 6. 
¿Es cierto lo que dice Mariano? ¿Hay números que sean divisibles por 4 y 
por 6 a la vez? 
Proponer este tipo de situaciones en el aula favorece que los alumnos vayan 
reconociendo que la revisión y el análisis forman parte del quehacer matemáti-co. 
Son recursos muy eficaces para que los alumnos busquen argumentos para 
validar mientras promovemos que actúen, hablen, registren, comenten o discu-tan 
sus producciones, lo que favorece sin duda la construcción del sentido. 
Como ejemplo del trabajo con múltiplos y divisores ofrecemos una adaptación 
de una situación problemática diseñada por la profesora Esther Grossi26. Los 
alumnos de la clase se organizan en grupos de 4 o 5 integrantes, y se reparte 
en cada uno el mazo de cartas como el de la página siguiente. La actividad se 
inicia entregando un mazo de cartas con señales y se formula la consigna: 
• A cada mazo de cartas que les entregué se le ha perdido algunas cartas. 
Dado que es un mazo de 50 cartas, después de analizarlo, ustedes tienen 
que dibujar las cartas que faltan. 
Cuando se propone esta situación en la clase, en general los alumnos comien-zan 
ordenando las cartas por decenas. Con este ordenamiento empiezan a 
manifestar por ejemplo que todas las cartas terminadas en 2, 4, 6, 8 tienen 
puntos. También observan fácilmente que a las cartas terminadas en 5 o en 0 
les falta una esquina. A medida que van encontrando estas regularidades, 
empiezan a realizar formulaciones, por ejemplo para construir la carta 48 dicen 
que la carta no tiene una esquina cortada. Saben que tiene que llevar puntos 
porque termina en 8 y discuten sobre la cantidad de puntos dado que también 
han observado que algunas cartas tienen uno, dos, tres y hasta cuatro puntos. 
Otro procedimiento que suelen utilizar los chicos es apilar las cartas que tienen 
26 La profesora e investigadora brasileña Esther Pilar Grossi fundó el Geempa, en Porto Alegre 
(inicialmente Grupo de Estudios sobre Enseñanza de las Matemáticas de Porto Alegre y actual-mente 
Grupo de Estudios sobre Educación, Metodología de Encuestas y Acción). Realizó su 
Maestría en La Sorbonne y su Doctorado en Psicología de la Inteligencia en la École des 
Hautes Études en Sciences Sociales, Universidad de París (Francia). Se destaca por la búsque-da 
de soluciones para los grandes problemas de la escuela pública brasilera. 
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Cuadernos para el aula
Nap 
Matemática 6 
97 
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Operaciones
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las mismas marcas, por ejemplo todas las que tienen puntos, todas las que tie-nen 
rayas debajo, o las que tienen figuras geométricas iguales, por ejemplo las 
que tienen cuadrados o triángulos o círculos. Esto hace que aparezcan algunas 
reflexiones como las siguientes: 
—Cada punto vale dos. Y señalan las marcas sobre las cartas del 2, 4, 8, 16 
diciendo dos por dos, cuatro; y luego dos por dos, cuatro y por dos ocho. 
En tanto que para el 16 dicen: dos por dos, cuatro; por dos, ocho y por dos 
dieciséis, y con el 32 confirman su regla. 
—Cada raya abajo del número es tres. En la carta del nueve, señalan cada 
raya diciendo: tres por tres es nueve. 
—Mirá la del seis, tiene punto y raya abajo, entonces es como tener dos por 
tres, que es seis. Y de manera análoga explican para los números 12, 18 y 
24. En tanto que para la del 48 dicen: la carta del 48 tiene una raya más que 
la del 24, es como la del 16. 
—La del veinticinco tiene dos cortes, significa cinco por cinco, o sea que la 
del cincuenta tiene que ser con dos cortes y con punto. 
—Los números que tienen un punto están en la tabla del dos, los números 
en las cartas con cortes están en la tabla del cinco, los que tienen raya 
abajo están en la tabla del tres. 
Luego de las discusiones y de encontrar algunas dificultades cuando tienen 
marcas diferentes, empiezan a observar las que solo tienen una marca y dicen: 
—La raya de abajo indica que son los de 3 en 3, el corte en la carta los de 
5 en 5, el cuadrado lo tienen los que van de 7 en 7. La raya a la derecha 
la tienen los de 11 en 11. Los de 13 en 13, tienen un óvalo debajo, el cua-drado 
arriba a la derecha es el 17, etc. 
Luego conjugan algunas de estas afirmaciones y prueban con alguna de las 
cartas que tienen diferentes marcas, por ejemplo: Mirá, el 14 es dos (señalan el 
punto) por siete (señalan el cuadrado de abajo). De forma similar, ven si se cum-ple 
para el 10,12 y otros. 
En los comentarios que realizan los chicos en sus grupos, se puede escuchar 
que algunos hablan de que la tabla sigue, es decir que se dan cuenta de que los 
números de la tabla del 2, por ejemplo siguen de 20, porque 22, 24,26, etc., tie-nen 
el mismo símbolo. 
Es importante que en el momento de la discusión permitamos que los alum-nos 
expliciten los diferentes procedimientos y las respuestas encontradas. 
Este será el momento en el que podremos recuperar lo que ha surgido en los 
grupos y decidiremos sobre qué discutir: si aquello que los alumnos han pues-to 
en juego acerca de los conjuntos de múltiplos o acerca de los factores pri-mos 
de un número. 
98 Serie 
Cuadernos para el aula
Nap 
Matemática 6 
El desarrollo de la actividad nos permite observar cómo los alumnos, aún sin 
utilizar un lenguaje adecuado, nos muestran que tienen muchos conocimientos 
acerca de factores y múltiplos. Por eso es esencial que en el cierre de la clase 
recuperemos esos conocimientos e introduzcamos los términos apropiados de 
aquellos conceptos que adquirieron significado para los alumnos. 
También es interesante organizar la clase para que en algunos grupos falte el 
48 y en otros el 50, de tal manera que se involucren diferentes números, o pro-poner 
a los alumnos que confeccionen otras cartas (60, 61...) para ampliar el 
mazo. Si proponemos, por ejemplo, que diseñen la carta número 47 suelen apa-recer 
dificultades, ya que por ser primo deben inventar una nueva marca. 
Para avanzar en los procedimientos de cálculo con distintos 
tipos de números 
Concebimos el cálculo mental como un conjunto de procedimientos no algorít-micos 
para encontrar resultados de cálculo que se apoyan en las propiedades 
del sistema de numeración decimal y en las leyes que rigen el funcionamiento 
de las operaciones. 
La característica principal es la de ser un cálculo pensado, reflexionado, inde-pendientemente 
de que pueda ser un cálculo realizado con lápiz y papel y de 
que sea más rápido que la aplicación del algoritmo. La posibilidad de plantear el 
uso o no del papel como soporte del cálculo pensado puede ser una variable 
didáctica que proponga el docente. Podríamos decir que en el cálculo mental 
pensado: 
- existen muchas técnicas o procedimientos entre los que hay que elegir el que 
mejor se adapte, 
- hay variaciones de una persona a otra, 
- se hace un uso más explícito y conciente de las propiedades, 
- se logra que los alumnos dispongan de la traza de la red de relaciones entre 
los conceptos que usan, lo que permite una mejor movilización de los mismos, 
- se permite la anticipación de un resultado y provoca una vigilancia conciente 
sobre el error en situaciones de estimación y aproximación. 
En el cálculo algorítmico, en cambio, se observa que el funcionamiento es 
homogéneo, igual en cada individuo. Las propiedades aparecen en forma implí-cita 
(no es fácil el reconocimiento de las mismas), es más tranquilizador, pero 
cuando hay errores, son más difíciles de detectar. 
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Número y 
Operaciones
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El cálculo mental y el cálculo algorítmico son dos formas de calcular que 
deben interactuar y complementarse, si se quiere asegurar un buen dominio del 
cálculo. Como se explicó en Cuadernos anteriores, un objetivo de la enseñanza 
del cálculo mental es que el alumno se apropie de los conocimientos necesa-rios, 
para que, de forma autónoma, pueda elegir procedimientos apropiados, 
encontrar resultados y juzgar la validez de las respuestas. 
Si las actividades se orientan a lograr mayor fiabilidad de los resultados, lle-gará 
el momento en que el cálculo algorítmico o con calculadora puede ser 
“supervisado” por el cálculo mental. Es importante que los alumnos aprendan a 
evaluar en qué casos es conveniente usar la calculadora, en qué casos pueden 
resolver la operación mediante cálculos mentales y en qué casos conviene usar 
los algoritmos usuales. 
La capacidad de los alumnos para resolver problemas diversos depende, en 
parte, del dominio progresivo de recursos de cálculo. Para favorecer tal dominio, 
es necesario que planteemos un trabajo ya sea a partir de procedimientos para 
resolver problemas o bien de actividades específicas del campo numérico. 
Numerosas investigaciones muestran la posibilidad que tienen los niños de crear 
estrategias de cálculo, pero es importante que el desarrollo del cálculo mental 
no quede solo bajo la responsabilidad del alumno. 
El conocimiento de una mayor cantidad de relaciones numéricas facilita el 
cálculo mental, pero a su vez el planteo de actividades para cálculo mental per-mite 
desarrollar el conocimiento de las relaciones y propiedades. Como ya 
hemos dicho, el cálculo puede ser trabajado desde diversas situaciones proble-máticas 
ante las cuales los alumnos pueden usar diferentes procedimientos. La 
propuesta es tomar estos procedimientos como objetos de trabajo, compararlos, 
mejorarlos y también vincularlos con los algoritmos convencionales. 
Son muchas las situaciones vinculadas al cálculo mental: la estimación de 
los gastos de una compra de supermercado para no exceder el dinero que se 
quiere gastar, el cálculo de los ingredientes de una receta para el doble de 
personas, la decisión para comprar o no una oferta, el redondeo de precios y 
situaciones vinculadas específicamente con las propiedades y relaciones 
entre los números. 
Los avances en el estudio de los números y las operaciones en los campos 
natural y racional, requieren establecer relaciones multiplicativas entre núme-ros. 
La construcción de estas relaciones (repertorio multiplicativo) se inicia en 
el Primer Ciclo y debe continuar en el Segundo Ciclo. Construir el “repertorio” 
significa no solo memorizar, sino también trabajar sobre las propiedades, esta-blecer 
relaciones, organizar resultados, analizar la pertinencia de los mismos 
según la situación etc. Dentro de las relaciones que los chicos necesitan dis-poner, 
además de las “tablas” hasta el nueve, se incluyen, entre otras, las mul-tiplicaciones 
y divisiones por la unidad seguida de ceros y las propiedades de 
100 Serie 
Cuadernos para el aula
Matemática 6 
las operaciones (asociativa, conmutativa y distributiva). Estas relaciones son 
particularmente útiles para la aproximación de productos y para la estimación 
de cocientes. 
El trabajo que proponemos implica promover en nuestros alumnos la utilización 
de diversos procedimientos de cálculo favoreciendo la discusión, la justificación 
de opciones, el esfuerzo por lograr formulaciones adecuadas. Al organizar la 
puesta en común, tendremos en cuenta los siguientes aspectos: 
- coordinar que los alumnos expliciten los procedimientos utilizados, tanto los 
correctos como los incorrectos, 
- favorecer la comparación de diversas estrategias y el análisis de los errores, 
- promover la invención de nuevas estrategias entre los alumnos. 
Plantear situaciones para elaborar y comparar diferentes 
procedimientos de cálculo 
Muchas veces, frente a un problema de cálculo que se presenta fuera de la 
escuela, hemos escuchado a un niño que dice: no puedo hacer esta cuenta, por-que 
todavía no me enseñaron a multiplicar decimales. Desde la perspectiva que 
se sostiene en estos Cuadernos, no se pretende que los alumnos aprendan algo-ritmos 
que se aplican mecánicamente, sino que, frente a un desafío de cálculo, y 
en función de los números involucrados, puedan elegir una estrategia que resul-te 
útil para resolverlo apoyándose en los conocimientos que ya tienen. Ahora bien, 
para que esto sea posible, es necesario ofrecer situaciones que permitan cons-truir 
un repertorio de propiedades y resultados memorizados con los que se 
pueda contar. En este sentido, habrá que dar oportunidades para utilizar escritu-ras 
equivalentes de un número, dobles, mitades y complementos para llegar al 
entero más próximo de expresiones decimales y fracciones. 
Comparar procedimientos propios con los de otros niños, o con alguno pre-sentado 
por nosotros, permitirá tomar distancia de la urgencia por hallar el resul-tado 
y analizar para explicitar las propiedades que los sostienen. Este tipo de tra-bajo 
permitirá, luego, sistematizar las distintas estrategias de cálculo, entre las 
que se podrán incluir los algoritmos tradicionales. 
En relación con el repertorio aditivo, podrán proponerse, entre otras, activida-des 
como las siguientes. 
4 
_• Completá haciendo cálculos mentales: 
a) 1, 06 + ....... = 1,12 
b) 1,05 + ....... = 1,1 
c) 2,30 + ....... = 3 
d) 3+ ........ = 2 
e) 3_4 
+ ........ = 1 1_4 
Nap 
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102 Serie 
Cuadernos para el aula 
• Sin escribir ninguna cuenta, decidí cuánto hay que agregar o quitar al 
número de la izquierda para que se verifique la igualdad. 
5,21 …… = 5,31 1,97 …… = 1 
10 …… = 9,991 1,97 …… = 0,06 
1_4 
…… = 2 1,97 …… = 0,9 
• Respondé y justificá respuestas: 
a) ¿Cuántas centésimas hay que sumar a nueve décimas para obtener la 
unidad? 
b) ¿Qué resultado se obtiene si a 0,8 le sumamos 0,20; 1; 0,28; 0,10 ó 1,00? 
En el análisis de las situaciones anteriores pondremos de manifiesto la relación 
de equivalencia entre unidad, décimos, centésimos y milésimos y la reconstruc-ción 
de la unidad a partir de adicionar o quitar. Por ejemplo, en la consigna b) del 
primer problema, es importante discutir sobre la equivalencia entre décimos y 
centésimos, ya que hay que agregar 5 centésimos y el resultado está expresa-do 
en décimos. 
En la consigna c) del primer problema, se puede descomponer 2,30 y pensar 
que a treinta centésimos le faltan setenta centésimos para formar una unidad 
más. Este modo de pensar también es útil para alumnos que, acostumbrados a 
aplicar el algoritmo tradicional, se equivocan cuando encolumnan. 
Para 3_4 
+ ........ = 2 los alumnos podrían, por ejemplo, afirmar que tres cuartos 
y un cuarto más es uno, así que hay que agregar uno y un cuarto apoyándo-se 
sobre la reconstrucción del entero o sobre las relaciones de equivalencia: dos 
es ocho cuartos, que menos tres cuartos da cinco cuartos. 
En el caso e) del primer problema, podrían aparecer estrategias que permitan 
discutir sobre el significado de la fracción mayor que la unidad expresada 
como número mixto o sobre ciertos cálculos que combinen la descomposición 
del número con fracciones equivalentes convenientes, tal como se expresa en el 
siguiente diálogo.
Nap 
Luego de resolver estas actividades, es conveniente indagar si estas estrategias 
pueden usarse en otros casos. Por ejemplo, plantear de qué modo conviene des-componer 
para resolver 7, 05 – 4,98 ó 4_5 
+ 1_2 
+ 2. 
En las actividades siguientes, se pretende que los alumnos puedan encontrar 
el resultado de multiplicaciones que no han resuelto antes, estableciendo rela-ciones 
con un cálculo del que se conoce el resultado. 
• Conociendo que 4 x 2,5 = 10, elegí el o los resultados que consideres 
correctos y justificá: 
a) 2 x 2,5 = 4,10 5 _5_0 
10 ; 
b) 40 x 2,5 = 82,0 100 10 1_0_0 
10 
c) 0,2 x 2,5 = 0,410 0,05 0,50 _5_0 
10 
_5_0 
100 
d) 4 x 0,25 = 10 1 100 0,100; 
e) 0,4 x 0,25 = 10 1 0,010 0,01 
• Sabiendo que 2,4 x 1,5 = 3,6 resolvé las siguientes operaciones haciendo 
cálculos mentales. Después controlá tus resultados usando la calculadora. 
2,4 x 0,75 = 2,4 x 4,5 = 
4,8 x 0,75 = 4,8 x 1,5 = 
• Seleccioná las operaciones cuyo resultado sea 25,75. Justificá en cada caso. 
25 + _7_5 
1000 = 0,2575 x 100 = 257,5 x 0,1 = 25 + 3_4 
= 257,5 : 10 = 
Matemática 6 
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EJE 
Número y 
Operaciones 
Tres cuartos es un medio más 
un cuarto. Si agrego medio más, 
llego a uno y un cuarto más. 
Uno es cuatro cuartos, y un cuarto 
más... cinco cuartos, así que lo que 
le falta es dos cuartos.
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
En la puesta en común, promoveremos que los alumnos formulen sus estrate-gias 
y los modos de verificar los resultados y puedan registrar las propiedades 
que se han puesto en juego. Por ejemplo: si uno de los factores se duplica el 
resultado dado también se duplica. 
Las situaciones en las que se trata de determinar la validez de las afirmaciones 
producidas por otros, promueven en los alumnos la búsqueda de argumentos y jus-tificaciones 
muy valiosas a la hora de establecer relaciones y formular conclusiones. 
Estas son algunas propuestas. 
4 
_• En un grupo, los chicos discuten sobre cuál es el mayor de estos dos 
números: 4,15 ó 17 . 
Analía dice: Yo pensé que 17 : 4 es igual a 16_4 
+ 1_ 
4 y eso es 4 + 0,25 o 
sea 17 _4 
es igual que 4,25, que es mayor que 4,15. 
Pablo explica: Yo hice 4,15 = _41_5 
100 y _17_ 
4 = _42_5 
100 , por lo tanto este es el mayor. 
Belén afirma: Yo dividí 17 : 4 y eso me dio 4,2... y no seguí porque ese 
dos ya me dice que este número es mayor que 4,15. 
¿Cuál de estos razonamientos creés que es correcto? ¿Por qué? 
Es importante que recuperemos las nociones que se usaron en estos razona-mientos: 
equivalencia de fracciones, comparación del valor de las décimas en 
4 
una expresión _decimal, descomposición de una fracción mayor que la unidad en 
fracciones equivalentes, utilizando la fracción equivalente a números naturales. 
Con una estructura similar, la actividad siguiente permitirá usar expresiones 
equivalentes 3= 0,75 = _7_5 
100 , multiplicar y dividir por la unidad seguida de ceros y 
argumentar sobre la equivalencia entre dividir por 10 o multiplicar por 0,1. 
• ¿Estás de acuerdo con las siguientes justificaciones que hicieron algunos 
chicos para decir que 257,5 x 0,1 = 257,5 : 10? 
Marcela: 257,5 x 0,1 y 257,5 : 10 son equivalentes, porque multiplicar 
por un décimo es lo mismo que dividir por 10. 
Adrián: 257,5 x 0,1 y 257,5 : 10 son lo mismo, porque en la primera 
multiplico por uno y me da el mismo número, y después pienso qué 
décimo por décimo me da centésimo en el denominador y eso es _25_7_5 
10 x 1_ 
10 . 
Olivia: En el segundo veo 257,5 x 1:10, y 257,5 es el primer número y 
(1: 10) = 0,1 como en el primero, entonces me da el mismo resultado. 
• ¿Qué conocimientos usaron los chicos que hicieron estas justificaciones? 
En estas actividades, las descomposiciones y escrituras equivalentes de los núme-ros 
y las propiedades de las operaciones permiten controlar la validez de los resul-tados 
que se obtienen. La posibilidad de avanzar en la sistematización de 
104 Serie 
Cuadernos para el aula
Matemática 6 
estrategias de cálculo para multiplicar y dividir fracciones y expresiones decimales 
requerirá además, pensar las fracciones como cocientes y recuperar la idea de 
“parte de parte”. Así, en la actividad anterior, un alumno puede asegurar que déci-mo 
6 
4 
por décimo da centésimo, porque piensa en la décima parte de la décima parte. 
__De modo análogo, para calcular 3x 5los alumnos pueden descomponer en 
3 x 1_4 
x 5 x 1_6 
, conmutar y pensar en la sexta parte de la cuarta parte de tres por 
cinco. En este caso, algún alumno podría pensar que la cuenta no se puede 
hacer, porque la cuarta parte de quince no da justo, lo que llevará a expresar el 
resultado como 1_ 
24 x 15 = _15_ 
24 , volviendo una vez más sobre la idea de fracción 
como cociente. Este mismo tipo de razonamiento permite avanzar en la multipli-cación 
de expresiones decimales. 
Plantear situaciones para sistematizar estrategias de cálculo 
Tal como ya señalamos en el apartado anterior, para lograr que los alumnos com-prendan 
algunos de los algoritmos usuales es esencial que propongamos pro-blemas 
de exploración en los que utilicen diferentes procedimientos para poner 
en juego las propiedades de los números y de las operaciones. Este trabajo es 
posible si los alumnos se han habituado a utilizar cálculos mentales, a elegir 
entre diversos procedimientos, a disponer de diferentes recursos de estimación 
y control de los resultados de las operaciones y a usar la calculadora. 
Este proceso de resolución y análisis por parte de los alumnos contribuirá al 
progreso de la utilización de estrategias más económicas de cálculo y a su sis-tematización. 
Las cuentas se convierten así en objeto de reflexión y estudio 
compartido en el aula y en este trabajo se negocian los avances y se realizan 
acuerdos tendientes al dominio de algunos algoritmos. 
A continuación, se transcribe una secuencia de actividades en la que un 
grupo de alumnos de 6° grado/año inició el trabajo comparando distintas formas 
de escribir 8_ 
12 para terminar acordando una regla para sumar fracciones. 
Inicialmente, a cada grupo se le entregó una hoja donde aparecía un rectán-gulo 
con una parte pintada y un papel afiche para registrar las producciones, con 
la siguiente consigna: Expresar la parte sombreada mediante fracciones y ope-raciones 
entre fracciones (no está permitido hacer nuevas divisiones). 
Nap 
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EJE 
Número y 
Operaciones 
Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
106 Serie 
Cuadernos para el aula 
Grupo 4 Grupo 5 Grupo 6 
Cuando el maestro consideró que el tiempo trabajado era suficiente, unos quin-ce 
minutos, les pidió a los grupos que expusieran la hoja con la parte sombrea-da 
y el afiche con los registros de las producciones. Luego observaron y regis-traron 
semejanzas, diferencias, aciertos y errores de las diferentes producciones 
y se fue discutiendo y reelaborando lo trabajado en los pequeños grupos. 
A modo de ejemplo, se transcriben algunas producciones y expresiones de 
los alumnos.
Nap 
Matemática 6 
—Las operaciones que más aparecen en primer lugar son sumas, luego restas. 
—En todos los gráficos se pintó ocho doceavos. 
—El resultado de todas las operaciones que aparecen debe dar ocho docea-vos, 
si no da es porque hay algo mal. (Algunos alumnos identifican 
3_3 
- 1_3 
= 2_3 
como erróneo, ya que no ven la equivalencia entre 8_ 
12 y 2_3 
). 
—Las sumas de denominador doce son las que más aparecieron porque 
son más fáciles. 
En general, el orden en el que aparecían las fracciones escritas y las ope-raciones, 
estaba muy condicionado por cómo estaban dispuestas las partes 
sombreadas. Es más, cuando se comentó que en ningún afiche aparece 
1_12+ 1_12+ 1_12+ 1_12+ 1_12+ 1_12+ 1_12+ 1_12 , los alumnos argumentaron que es válido, pero que 
es más cómodo asociar. Otros niños afirmaron que en las partes pintadas no se 
veía eso, porque los cuadraditos están pintados juntos. 
107 
EJE 
Número y 
Operaciones 
2 
6 
__También se discutieron otras cuestiones, ligadas al vínculo entre el cálculo y 
el gráfico: 
—Nos parece que algunas cuentas las ponen para que les dé ocho doceavos 
y que no tienen relación con lo pintado, como en ( 4. 1) . 2. ¿Para qué ave-riguan 
la mitad si luego multiplican por dos?
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
108 Serie 
Cuadernos para el aula 
Disponer de un repertorio de distintos cálculos de los que se sabe el resulta-do 
permite analizarlos y establecer relaciones entre los numeradores y denomi-nadores. 
De las producciones presentadas por los grupos y de los aportes rea-lizados 
en plenario, el docente fue rescatando aquellas preguntas y afirmaciones 
que consideró más potentes para avanzar hacia la sistematización de las estra-tegias 
de cálculo que se explicitaron. A modo de ejemplo se transcriben algunos 
registros de lo ocurrido en clase. 
Registro de clase 
Docente: —¿Por qué les parece que la suma de fracciones es la operación 
que más aparece? 
(Los alumnos comentan en pequeños grupos y luego se da el espacio para 
que un representante del grupo, elegido por la docente, exponga la respuesta.) 
Alumno del grupo 1: —Porque es más fácil ir tomando partes e ir agregando 
otras y luego sumarlas, que pensar en un todo y luego quitar lo que no está 
pintado. 
Alumno del grupo 2: —Porque las sumas con denominador 12 son más 
fáciles porque se suman los numeradores. 
Alumno del grupo 3: —Porque si tomamos todas las de igual denominador, 
que representan todas las partes iguales, se suman la cantidad de partes 
iguales por eso este tipo de sumas son las que más aparecen. 
Alumno del grupo 4: —Algunos ejemplos están repetidos en los afiches y faltan 
otros que también podrían ser ejemplos. Solo hace falta asociar o disociar. 
(Escribe 1_ 
12 + 1_ 
12 + 1_ 
12 + 2_ 
12 + 3_ 
12 = en el pizarrón.) 
Docente: —Registren en sus carpetas 6 o más sumas de igual denominador. 
(Durante el trabajo individual, aunque físicamente sentados en grupo, se 
observa que algunos chicos copian los ejemplos que están en los afiches, 
otros inventan nuevas sumas, controlando que el resultado sea 8_ 
12 y en un 
grupo se escuchan estos comentarios.) 
Alumno 1: —Es más fácil inventarlas que copiarlas del pizarrón. 
Alumno 2: —Sí, las de igual denominador. 
Alumno 3: —Hay que poner …_ 
12 + …_ 
12 + …_ 
12 + …_ 
12 = 8_ 
12 dos, tres, cuatro sumandos 
y luego poner los numeradores a cada uno para que te de 8. 
Alumno 4: —Yo puedo simplificar el 8_ 
12 y me da igual a 2_3 
. 2_3 
, no tiene 
denominador 12. 
Alumno 3: —Te da de igual denominador que se puede simplificar o no. Si te 
pinto siete doce, no se puede simplificar y te queda de igual denominador. 
Si todas las fracciones tienen igual denominador, sumás los numeradores y 
listo. Si te da una suma que da 1_2 
12 , el resultado simplificado te da 1, uno no 
es una fracción, pero se lo puede escribir como fracción 1_2 
12 .
Nap 
Matemática 6 
(En otro grupo se escuchan estos comentarios.) 
Alumno 5: —Si todas tienen igual denominador se suman los numeradores 
y listo. 
Alumno 6: —Claro porque cuando el denominador es igual es porque la 
parte que representa es igual y entonces se puede sumar los numeradores 
que indican cuantos de esas partes hay. 
Alumno 5: —¿Y cuánto me da, como en aquel caso, que tienen distintos los 
denominadores? 
Alumno 6: —Escribís en lugar de las fracciones que son equivalentes a esas, 
hasta tener a todas de igual denominador. 
Docente: —Vamos a recuperar el trabajo que acaban de hacer. Mientras 
ustedes trabajaron, yo fui escuchando comentarios interesantes y quiero 
someterlos a discusión. Si las fracciones que se suman tienen el mismo 
denominador, el resultado, ¿tiene que expresarse con ese denominador? 
¿puede escribirse de otra manera? Es más, ¿puede no ser una fracción? 
(En plenario se acuerda que: para sumar fracciones es necesario que todas 
tengan el mismo denominador, porque eso significa que las partes son 
iguales. Entonces, se suman los numeradores y el resultado se puede 
escribir con una fracción de igual denominador, o con otra equivalente de 
distinto denominador o ser un número entero que también se lo puede 
expresar como fracción. El docente pide que escriban las conclusiones en 
las carpetas y, a continuación, que agreguen los ejemplos.) 
En otra clase, el docente propuso avanzar un poco más retomando algunas pre-guntas 
que habían surgido sobre cómo operar cuando las fracciones no tienen 
el mismo denominador. 
Después de acordar en sus grupos de trabajo, los alumnos expusieron sus 
conclusiones. 
109 
EJE 
Número y 
Operaciones 
Registro de clase 
Alumno 1: —Si las fracciones son de distinto denominador, hay que hacer 
otro paso más para hallar las equivalentes a las otras. 
Alumno 2: —Se busca el común denominador, se escriben las fracciones 
equivalentes a cada una de ellas, y al final cuando todas tienen igual 
denominador recién se suman los numeradores. 
Alumno 3: —En ese caso hay que encontrar fracciones equivalentes a las 
dadas, todas de igual denominador. 
(Otros alumnos manifiestan acuerdos, con las expresiones anteriores.) 
Docente: —Registren en sus carpetas al menos seis de las sumas que 
están en los afiches que tienen distinto denominador y expliquen por
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
escrito cómo se puede realizar la cuenta cuando no se conoce el 
resultado. 
(Dos alumnos que “inventaron otras”, las escribieron en el pizarrón para que 
todos pudieran resolverlas.) 
En clases posteriores, se siguió trabajando con preguntas como: Si los siguien-tes 
números son denominadores de distintas fracciones: 6, 12, 24, 36, 96. 
¿Cuál es el denominador común que eligen? ¿Por qué ese y no otro? En este 
proceso, que llevó casi una semana de trabajo, los alumnos fueron acercándose 
al algoritmo de manera reflexiva, apoyándose en sus conocimientos anteriores, 
lo que resulta fértil tanto en términos del tipo de trabajo matemático que se rea-liza 
como de la disponibilidad de distintas estrategias de cálculo. 
Otra actividad para analizar distintas estrategias de cálculo y compararlas con 
los algoritmos usuales, es pedir a los alumnos que elaboren un mensaje que dé 
cuenta del procedimiento utilizado para resolver un cálculo. Cada grupo de alum-nos 
recibe una tarjeta con una cuenta y deben decidir entre todos cómo escri-bir 
un mensaje para que otro grupo pueda hacer esa cuenta siguiendo el mismo 
procedimiento. 
Es importante destacar que debemos armar las tarjetas teniendo en cuenta 
las estrategias que han utilizado los alumnos en otras oportunidades y las pro-piedades 
que conocen, pero también debemos incluir nuevas escrituras o modos 
de organizar el cálculo para generar un problema. En este caso, mostramos 
ejemplos de tarjetas preparadas para analizar la multiplicación con expresio-nes 
decimales. 
110 Serie 
Cuadernos para el aula 
Las estrategias que se presentan a los grupos A y C se apoyan en la propiedad 
distributiva de la multiplicación respecto de la suma.
Nap 
Matemática 6 
111 
EJE 
Número y 
Operaciones 
La estrategia que se presenta al grupo B se basa en la descomposición en fac-tores 
y la aplicación de las propiedades asociativa y conmutativa de la multipli-cación. 
En la estrategia que se propone al grupo D se recupera la posibilidad de 
analizar la equivalencia entre 0,25 y 1_4 
, aplicar luego la conmutatividad de la mul-tiplicación 
y reconocer la fracción como el cociente. En el caso del grupo E, el 
procedimiento utilizado es prácticamente el algoritmo convencional. 
Si la idea de parte de parte está disponible, la multiplicación entre dos expre-siones 
decimales no presentará dificultades, pues los alumnos ya han discutido 
antes que, por ejemplo, la décima parte de la centésima parte en la milésima 
parte y, por lo tanto: 
6,4 x 4,25 = 
64/10 x 425 /100 = 1/10 x 64 x 1/100 x 425 = 
1/10 x 1/100 x 64 x 425 = 1/1000 x 64 x 425 = 64 x 425 : 1000 
En el caso de los algoritmos para la división, si se recupera la idea de divi-siones 
equivalentes, no hace falta diferenciar los casos en los que el dividendo, el 
divisor, o ambos, son enteros o decimales. Solo basta con transformar el dividen-do 
y el divisor, de modo de obtener una división equivalente con divisor entero. 
Es decir, una vez más, la técnica experta y general se presenta como el cie-rre 
de los aprendizajes obtenidos a partir de todo un proceso de enseñanza que 
dura varios años y que, en este caso, se ha iniciado en 4º año/grado con los 
números naturales.
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
112 Serie 
Cuadernos para el aula 
Para trabajar con la información 
En este apartado incluimos propuestas que toman la idea de tratar la informa-ción 
desde una perspectiva amplia que implica no solo cómo trabajar con los 
datos, sino también como obtener, organizar y representar conjuntos de datos. 
En principio, y como ya se ha expresado en Cuadernos anteriores, cada vez 
que se resuelve un problema se trata información. Por lo tanto, el análisis de los 
datos en un contexto es un aspecto propio de la resolución del problema, así 
como el modo en que estos se presentan (con enunciado verbal, gráficos o 
tablas), selección de incógnitas, número de soluciones (una, varias, ninguna, 
etc.). En este sentido, la variación en la presentación y en las preguntas asegu-ra 
una mejor posibilidad de resolución de situaciones fuera de la escuela, pues 
en general, los problemas que se deben resolver en estos casos, no se presen-tan 
con un enunciado. Además, modificar la tarea que debe realizar el alumno, 
también adecua la forma de trabajo de las situaciones con su tratamiento fuera 
de la escuela. Por ejemplo, muchas veces, para una cierta pregunta, no tenemos 
toda la información que permite elaborar su respuesta. 
Por otra parte, en el Segundo Ciclo las actividades ligadas a la obtención, 
organización y representación de conjuntos de datos enfrentan a los chicos con 
nociones que luego invertirán al estudiar estadística. 
Estas actividades, ya propuestas para años anteriores, comienzan con la inter-pretación 
de tablas y gráficos ya confeccionados, proponiendo luego pasar la 
información de una forma de presentación a otra incluyendo tablas, gráficos de 
barras y pictogramas. Estas representaciones permiten, con una sola mirada, 
establecer relaciones de proporcionalidad entre los elementos intervinientes en 
una situación determinada, asociándola visualmente con alguna característica 
de los mismos. En este año/grado, se podrá incluir también la interpretación de 
gráficos circulares sencillos. 
Los procedimientos que cuentan con el recuento de objetos (diagramas de 
árbol, tablas de frecuencia, etc.) y las formas de agruparlos o combinarlos (per-mutaciones 
o combinaciones) pueden ser trabajados por los alumnos a partir de 
situaciones que promuevan ese tipo de procedimientos, sin entrar en las defini-ciones 
formales de conceptos de estadística o de probabilidad. 
Plantear situaciones para establecer relaciones entre datos e incógnitas 
Una tarea interesante es la producción de problemas a partir de diferentes infor-maciones. 
Así, cuando un alumno produce un problema o lo transforma, inclu-yendo 
otros datos o ideando posibles preguntas, intervienen en el proceso tanto 
su posibilidad de interactuar con la información como el sentido matemático que 
le otorga a las nociones involucradas en el contexto planteado.
Matemática 6 
Por ejemplo, podríamos dar informaciones con referencia a un contexto y 
pedir a los chicos que formulen preguntas que se puedan responder con esos 
datos. También podemos ofrecerles cálculos realizados con algunos datos apor-tados 
por el contexto elegido y que ellos deban responder, si es posible, utilizan-do 
la información brindada o buscando nueva información. 
• Alicia quiere comprar una caja de sopa instantánea y encuentra en la 
góndola del supermercado dos del mismo gusto con información diferente. 
Lee las fechas de vencimiento y encuentra que ambas están en 
condiciones, pero al compararlas supone que la caja B fue elaborada con 
posterioridad a la caja A. Respondé a las preguntas que se hace Alicia. 
Nap 
113 
EJE 
Número y 
Operaciones 
CAJA A 
Contenido: 5 sobres de 10 g 
Información nutricional 
Valor energético (en kilocalorías) 29 
Proteínas (en g) 0,5 
Glúcidos (en g) 5,5 
Lípidos (en g) 0,6 
Fibra alimentaria (en g) 0,8 
CAJA B 
Contenido: 5 sobres de 11 g 
Información nutricional 
Valor energético (en kilocalorías) 33,2 
Proteínas (en g) 0,94 
Glúcidos (en g) 6,28 
Lípidos (en g) 0,46 
Fibra alimentaria (en g) 0,85 
a) Al comparar el contenido de un sobre de ambas cajas, Alicia ve que los 
sobres de la caja B contienen 1 g más, y que las calorías pasaron de 29 a 
33,2 y piensa: ¿es verdad que el peso aumentó en un 10 %? 
b) Alicia sigue leyendo y se pregunta: ¿las calorías aumentaron en la 
misma proporción? ¿y los otros componentes? 
c) En la caja A, se informa que la sopa reúne el equilibrio nutricional 
propuesto por la pirámide alimentaria. Conseguí la información que 
necesites para analizar si esa información es cierta. 
d) ¿Sería posible incluir esa información en la caja B? 
En este caso, las preguntas son variadas y requieren que los alumnos realicen 
distintos trabajos, como analizar la validez de una afirmación, dar una respuesta 
aproximada, buscar información adicional. También es posible realizar una acti-vidad 
similar, a partir de los prospectos de medicamentos, como se presenta a 
continuación.
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
114 Serie 
Cuadernos para el aula 
• El médico le ha dado a Juan Ignacio el siguiente recetario con las 
respectivas indicaciones. ¿Son suficientes las cajas indicadas en el recetario? 
En este caso, se hace necesario comparar información a través del cálculo para 
decidir una respuesta que no es numérica (alcanza, no alcanza, alcanza justo 
etc.), es decir, hace falta contextualizar en la situación los resultados numéricos. 
Otro análisis interesante sería averiguar cuáles son los datos irrelevantes, para 
dar respuesta a la pregunta planteada (125 mg; 5 mg). 
Como hemos planteado en Cuadernos anteriores, también es importante pre-sentar 
problemas donde la pregunta tiene más de una respuesta, para que los chi-cos 
no construyan la idea de que un problema tiene siempre una única solución. 
Para iniciar a los alumnos en un trabajo de probabilidad, es posible propo-ner 
un juego como el siguiente y promover luego el análisis de datos y la extrac-ción 
de inferencias.
Matemática 6 
“¿Qué sumas me convienen?”: armar conjeturas a partir de datos. 
Materiales: cada grupo contará con un par de dados y una cuadrícula 
como la siguiente. 
Nap 
115 
EJE 
Número y 
Operaciones 
2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12. 
Organización de la clase: grupos de 4 ó 5 integrantes. 
Desarrollo: antes de comenzar a jugar, cada alumno elegirá dos columnas 
encabezadas por un posible resultado de la suma de ambos dados. Los 
números que no hayan sido elegidos por los alumnos serán representantes 
de “jugadores fantasmas” y se marcará un punto en el cuadrito respectivo 
cada vez que salgan esos números. 
A su turno, cada jugador tira los dados y canta la suma obtenida. El 
integrante que eligió dicha columna pinta un cuadradito. 
Gana el jugador cuyo número haya completado las 10 casillas de su columna. 
Luego de jugar, promoveremos que los alumnos, mirando los distintos tableros 
completos del juego, respondan a la pregunta Si ahora volviéramos a jugar, qué 
números elegirían. Es probable que al comparar los diferentes tableros se 
observe que en general ganan las sumas que dan 6, 7 y 8. 
A continuación transcribimos un fragmento de una clase y algunas expresio-nes 
que aparecieron en la puesta común, luego que el docente preguntara: ¿Por 
qué creen ustedes que en muchos grupos ganaron las sumas, 6, 7 y 8?
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
116 Serie 
Cuadernos para el aula 
Registro de clase 
Javier: —Yo elegí el 2 y solo esperaba que saliera el 1 + 1, en cambio Juan 
eligió el 6 y tenía más suerte porque le podía salir 3 + 3, 4 + 2 o 5 + 1. 
Sandra: —Porque siempre tiraba Juan. 
Docente: —Pero... ¿En los demás grupos, tiraban otros chicos? 
Marcos: —Porque tiramos pocas veces.... 
Docente: —Podríamos jugar a tirar más veces... Pero miremos en todos los 
cuadros: si sumáramos las tiradas de todos los grupos vemos que el dos 
salió mucho menos. Pensemos en el argumento que dijo Javier y discutan 
con sus compañeros: ¿cuántas sumas pueden dar 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10 
,11 y 12? 
(En el trabajo de los pequeños grupos se escuchan breves diálogos como 
los siguientes.) 
Alumno 1: —Nos conviene 6, 7, 8 porque tenés tres sumas que dan 6, tres 
que dan 7 y tres que dan 8. 
Alumno 2: —Sí, pero puede ser que no te salga. 
Alumno 3: —Entonces, cuanto más grande, tenés más posibilidades de que 
te salga. 
Alumno 4: —¡No! El dado tiene hasta 6. 
Alumno 3: —A nosotros nos salió muchas veces 6 + 6... ¡eso fue suerte! 
Alumno 4: —Sí, pero si elegís primero, ¿elegís el 12? 
Alumno 5: —No te conviene elegir el 2 y el 3, y tampoco el 11 y el 12, 
porque tenés una sola suma que te dan esos números. 
Alumno 6: —Van en orden los dos primeros (Se refieren a las sumas que dan 
2 y 3.), tienen una sola suma posible, los dos que le siguen (Se refieren a 
las sumas que dan 4 y 5.) tienen dos sumas posibles y los del medio (Se 
refieren a las sumas que dan 6, 7 y 8.) tienen tres sumas posibles, después 
les siguen los que tienen dos sumas (Se refieren a las sumas que dan 9 y 
10.) y con los dos últimos tienen la misma posibilidad que los dos primeros. 
En el momento de discusión se recuperarán algunas de las conclusiones expre-sadas 
por los grupos que permiten iniciar a los alumnos en el análisis de datos 
y en la extracción de inferencias, llegando a conclusiones tales como: 
—Hay números que tienen las mismas posibilidades de ganar o perder. Los 
números que te dan menos posibilidades de ganar son los números de los 
extremos, pero aunque elijas el 6, 7 o el 8 también podés perder. 
Queda todavía por discutir que si bien para el 2 y el 3 tienen una sola suma 
posible, al tirar los dados, el 2 tiene una única posibilidad de salir (1 en cada 
dado) y el 3 tiene dos posibilidades (2 + 1 y 1 + 2).
Matemática 6 
Así, este juego favoreció la conveniencia de interpretar información analizan-do 
datos concretos y formulando preguntas que los inicia en nuevos problemas 
donde se pueden hacer predicciones y contrastarlas con los resultados. 
Plantear situaciones para obtener y organizar datos 
Desde su origen, la estadística se ocupó del registro ordenado y sistemático de 
datos, pero sin embargo estuvo más relacionada con la política y la economía 
que con la matemática. 
En la sociedad tecnológica actual, la destreza en la lectura crítica de datos es 
una necesidad, ya que diariamente se encuentran tablas y gráficos en la prensa 
y otros medios de comunicación referidos tanto al comercio, como a temáticas 
de otras disciplinas. ¿Quién no ha visto un gráfico de barras que ilustre la evo-lución 
del precio del petróleo año a año, o los canales de TV más vistos por los 
argentinos, o un gráfico circular que muestra el porcentaje de votos que obtuvo 
cada candidato? 
Es precisamente la estadística la que brinda la oportunidad de dominar estos 
conjuntos de datos y hacerlos utilizables. Para ello, es necesario llevar a cabo un 
proceso de organización y análisis que permita comprender el funcionamiento 
de ciertas poblaciones. 
El trabajo de estadística27 en el aula podría estar vinculado a discutir y resol-ver 
el problema de definir y describir una muestra como así también inferir con-clusiones 
a partir de los datos que se han representado. En el análisis de la 
información, es importante distinguir si los datos hacen referencia a todos los 
elementos que son objeto de estudio o solo a una parte de ellos. Si la informa-ción 
da cuenta de la totalidad de los elementos del conjunto en cuestión, se trata 
de una “población”. Si, en cambio, se ha elegido un subconjunto de la población 
que permite inferir características de esta, se ha trabajado con una “muestra”. 
En el Primer Ciclo, cuando los chicos juegan a los dados o se realiza una vota-ción, 
por ejemplo, para elegir el nombre de la biblioteca del aula, y se registran 
en una tabla los puntos o votos obtenidos, se inician las actividades para obte-ner 
y organizar datos. 
Otras actividades implican la interpretación de tablas y gráficos ya confeccio-nados. 
En este sentido, en 5º año/grado, se han incluido actividades para inter-pretar 
los gráficos estadísticos denominados gráficos de barra y pictogramas. 
Nap 
117 
EJE 
Número y 
Operaciones 
27 Recomendación de lectura: véase “Nociones de estadística”, en: Ponce, H. (2000), 
Enseñar y aprender Matemática. Propuestas para el Segundo Ciclo, Buenos Aires, 
Novedades Educativas.
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
118 Serie 
Cuadernos para el aula 
En 6º año/grado, es posible incluir la interpretación y producción de gráficos de 
torta o circulares. Esta representación, al igual que los gráficos de barra y los 
pictogramas, permite apreciar las variaciones en forma rápida y visual, pues se 
usan escalas que conservan la proporcionalidad entre las magnitudes que inter-vienen 
en la situación. 
En el caso de los gráficos de torta, intervienen dos variables, una cualitativa que 
se suele representar con distintos colores para cada valor y otra variable cuantita-tiva. 
Esta última se representa con diferentes amplitudes de sectores circulares, 
que se traducen antes en porcentajes de la magnitud correspondiente, conside-rando 
con 100% los 360° de la vuelta completa. 
En este sentido, podemos proponer actividades de interpretación de diferen-tes 
niveles de complejidad. Una primera alternativa es considerar la representa-ción 
del resultado de una votación que tiene la ventaja en términos de 
asignación de significado por parte de los alumnos, de ser similares a las que 
aparecen en los medios de comunicación cuando se realizan elecciones de 
autoridades. En este caso, la variable cualitativa o nominal es “la lista por la que 
vota” y la cuantitativa “el número de votos obtenidos”, con números naturales. 
• El siguiente gráfico muestra la información recogida, al comenzar las 
clases, por el profe de Educación Física, quien preguntó a sus alumnos de 
6º año cuál es su deporte favorito. Ningún alumno dejó de responder y cada 
uno eligió un solo deporte como favorito. Analizá el gráfico y luego 
respondé a las preguntas. 
a) ¿Cuántos alumnos respondieron la pregunta? 
b) ¿Cuáles son los deportes favoritos de los alumnos?
Nap 
Matemática 6 
c) ¿Cuál es el deporte que menos les gusta? 
d) ¿Qué deportes les gustan menos que el voley? 
e) ¿Cuántos alumnos prefieren basquetball o voley? 
f) ¿Cuántos alumnos prefieren los deportes de equipo? 
g) ¿Qué deporte es preferido por el triple de los alumnos que ahora 
prefieren natación? 
Algunas preguntas se pueden responder comparando simplemente la altura de 
las barras en tanto que otras apuntan a obtener información numérica, como a), 
e), f) y g). También podemos pedir que formulen preguntas que se puedan res-ponder 
a partir de este u otros gráficos. 
Con el fin de cuestionar uno de los supuestos que los alumnos sostienen al 
resolver situaciones respecto de si una afirmación es “la falsa” entonces la otra 
es la verdadera, es posible dar interpretaciones erróneas del gráfico para que 
los chicos analicen la veracidad de las mismas. Por ejemplo, a partir de la 
siguiente consigna. 
• Juan dice que el triple de los alumnos prefieren basquetball a maratón y 
Gabriel dice que el triple de los alumnos prefieren natación a handball. 
¿Quién tiene razón? 
En este caso, ambas afirmaciones son falsas, pero los errores cometidos apun-tan 
en un caso a la lectura del eje vertical y en otro a la interpretación del texto. 
A partir de esta actividad, es posible proponer a los alumnos que realicen la 
misma encuesta en otro año/grado. Si la información recogida pretendiera ser 
usada por alumnos que escribirán artículos para el periódico escolar con los 
siguientes títulos Qué deporte es el más elegido entre los chicos, Las nuevas 
generaciones y los deportes grupales o bien Todos los chicos practican depor-tes, 
sería posible abrir la discusión respecto de la elección del tipo de represen-tación 
según la información que se pretende mostrar más claramente. 
Otra opción es presentarles 2 ó 3 gráficos diferentes y sin datos, y pedirles 
que indiquen cuál es el que corresponde a una situación determinada. 
119 
EJE 
Número y 
Operaciones
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
120 Serie 
Cuadernos para el aula 
Cabe destacar que muchas veces se manipula la información mediante el uso 
intencional de determinadas formas de representación. En algunos casos, el tipo 
de gráfico hace que se distorsione la información. Así, por ejemplo, en un gráfico 
circular es diferente si es bidimensional que si está en 3D y en perspectiva. En 
otros casos, cuando se utilizan gráficos de barras o columnas, lo que muestran los 
gráficos depende de la escala que se elija y del origen de coordenadas.28 
Un ejemplo de actividad de mayor complejidad que la anterior es el que resul-ta 
de incluir números racionales. En este sentido, se podrían proponer distintas 
actividades a partir de tablas como las siguientes. 
• Analizá los siguientes cuadros y luego respondé. 
Gases fundamentales 
de la atmósfera 
Nitrógeno (N2) 78,08 % 
Oxígeno (O2) 20,95 % 
Argón (Ar) 0,93 % 
Neón, Helio, Kriptón 0,0001 % 
Superficie de la Tierra cubierta 
por cada océano 
Océanos Superficie (km2) 
Pacífico 165.000.000 
Atlántico 82.000.000 
Índico 73.000.000 
Antártico 20.000.000 
Ártico 14.000.000 
a) ¿Es posible construir un gráfico circular que muestre con claridad la 
información de cada tabla? ¿Por qué? 
b) Cuando sea posible, construí el gráfico. 
c) ¿Qué relación tienen los componentes de la atmósfera con las 
posibilidades de vida sobre la Tierra? 
d) Conseguí la información que necesites y construí un gráfico de torta que 
permita comparar a simple vista la superficie de la Tierra cubierta de agua 
con la que corresponde a los continentes. 
28 En Propuestas para el aula. Material para el docente. Matemática. EGB 2. Programa Nacional 
de Innovaciones educativas del Ministerio de Nación. En la propuesta ¡Salven la merluza!, se pro-pone 
una actividad interesante al respecto.
Nap 
Matemática 6 
Los valores expresados en la primera tabla son muy diferentes, por tanto resul-ta 
complejo incluir todos los valores de la variable nominal en el gráfico circular. 
Al intentar volcar la información en un gráfico circular, una discusión que no 
puede faltar consistiría en la necesidad de aproximar algunas cantidades para 
hallar los porcentajes que facilitarían la confección de los mismos. 
En Ciencias Naturales, en el Eje “La Tierra, el Universo y sus cambios” es posi-ble 
que aparezca información organizada de diferente manera, tabla, gráfico 
circular, de barras o pictograma. Una intervención posible, en esos casos, es 
preguntar si dicha información era posible representarla de otra manera y qué 
ventajas podría tener hacerlo. 
121 
EJE 
Número y 
Operaciones
El reconocimiento y uso de relaciones espaciales 
y de sistemas de referencia. 
El reconocimiento de figuras y cuerpos geométricos y la producción 
y el análisis de construcciones considerando las propiedades involucradas. 
La comprensión del proceso de medir, considerando diferentes 
expresiones posibles para una misma cantidad. 
El análisis y uso reflexivo de distintos procedimientos 
para estimar y calcular medidas 
nap
Geometría 
y Medida
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
Serie 
Cuadernos para el aula 
1 La complejidad de la tarea estará dada por el repertorio de figuras y propiedades involucradas y 
por los materiales que se utilicen. 
2 La complejidad de las afirmaciones estará dada por el repertorio de figuras y propiedades invo-lucradas, 
promoviendo el avance desde comprobaciones empíricas (plegados, superposiciones, 
comparación de dibujos o usando regla o compás, mediciones) hacia argumentaciones más 
generales, utilizando propiedades conocidas. 
EJE 
Geometría 
y Medida 
Los saberes que se ponen en juego 
Para que los alumnos puedan aprender los saberes incluidos en los Núcleos de 
Aprendizajes Prioritarios es necesario que propongamos situaciones de ense-ñanza 
en las que se pongan en juego distintos aspectos de los mismos. Se trata 
de que los conocimientos matemáticos se introduzcan en el aula asociados con 
los distintos problemas que permiten resolverlos, para luego identificarlos y sis-tematizarlos. 
Esto es: 
• Ubicar puntos en el plano en función de un sistema de referencia dado. 
• Interpretar, elaborar y comparar representaciones del espacio (croquis, pla-nos) 
explicitando las relaciones de proporcionalidad utilizadas; teniendo en 
cuenta las relaciones espaciales entre los elementos representados. 
• Describir, comparar y clasificar figuras en base a las propiedades conocidas. 
• Producir y comparar desarrollos planos de cuerpos argumentando sobre su 
pertinencia. 
• Copiar y construir figuras1 a partir de diferentes informaciones sobre propie-dades 
y medidas utilizando compás, regla y transportador y escuadra evaluando 
la adecuación de la figura obtenida. 
• Ampliar y reducir figuras explicitando las relaciones de proporcionalidad invo-lucradas. 
• Componer y descomponer figuras y argumentar sobre las propiedades de las 
figuras obtenidas utilizando las de las figuras iniciales. 
• Analizar afirmaciones2 acerca de las propiedades de las figuras y argumentar 
sobre su validez.
Nap 
Matemática 6 
• Estimar y medir efectivamente cantidades, eligiendo el instrumento y la uni-dad 
en función de la precisión requerida3. 
• Argumentar sobre la equivalencia de distintas expresiones para una misma 
cantidad, utilizando las relaciones de proporcionalidad que organizan las unidades 
del SIMELA. 
• Calcular cantidades, estimando el resultado que se espera obtener y evaluan-do 
la pertinencia de la unidad elegida para expresar el resultado. 
• Elaborar y comparar procedimientos para calcular áreas de polígonos, estable-ciendo 
equivalencias entre figuras de diferente forma mediante composiciones y 
descomposiciones para obtener rectángulos. 
• Analizar la variación del perímetro y del área de la figura cuando varía la lon-gitud 
de sus lados. 
Propuestas de enseñanza 
En este apartado, intentamos precisar el alcance y el sentido de los conocimien-tos 
que se priorizan en el Eje “Geometría y Medida”. Para ello, proponemos algu-nos 
ejemplos de actividades para desarrollar en el aula y de producciones de los 
niños. Además, presentamos posibles secuencias de actividades que muestran 
el tipo de trabajo matemático propuesto desde el enfoque explicitado en el ini-cio 
de este Cuaderno.4 
Para establecer y representar relaciones espaciales 
Cuando se habla de “enseñanza de la Geometría”, en la escuela generalmente se 
hace referencia a dos campos de conocimientos: el de los conocimientos que el 
niño necesita para controlar sus relaciones habituales con el espacio, conocido 
como “estructuración del espacio” y el de los “conocimientos geométricos propia-mente 
dichos”. A pesar de las diferencias entre el conocimiento geométrico y el 
conocimiento espacial, ambos están fuertemente vinculados. El estudio histórico 
muestra que la geometría euclidiana surgió a partir de la resolución de problemas 
espaciales ligados a la medida de espacios físicos. Sin embargo, la Geometría se 
3 Se incluyen las construcciones de figuras geométricas y la elaboración de gráficos estadísticos. 
4 En reiteradas ocasiones se propondrán actividades a partir de lo que se ha realizado en el 
año/grado anterior. En los casos en que los chicos no hayan realizado dicho trabajo u otro simi-lar, 
es conveniente consultar Cuadernos para el aula: Matemática 5 para que, en función de los 
conocimientos del grupo, el docente decida cómo adaptar la propuesta que allí se incluye. 
125 
EJE 
Geometría 
y Medida
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
126 Serie 
Cuadernos para el aula 
desarrolló desprendiéndose de sus orígenes espaciales y su objeto de estudio es, 
actualmente, un espacio ideal con objetos teóricos que obedecen a las reglas del 
trabajo matemático. 
La construcción del espacio, considerado como un proceso cognitivo de interac-ciones, 
se desarrolla desde un espacio intuitivo en el que se manipulan objetos, se 
efectúan desplazamientos, medidas, cálculos espaciales de un espacio conceptua-lizado 
o abstracto, relacionado con la capacidad de representar internamente el 
espacio, reflexionando y razonando propiedades geométricas, adoptando diferentes 
sistemas de referencia y anticipando relaciones. El dominio del espacio, es decir, la 
posibilidad de control eficaz de las relaciones del sujeto con el espacio sensible, se 
facilitará si dispone de los conocimientos geométricos que podrá poner en juego 
para resolver los problemas a los que se enfrente. La resolución de problemas se 
apoya en la modelización del espacio en cuestión. El mundo físico tiende a ser expli-cado 
a través de modelos matemáticos y la Geometría es muy útil en estos casos. 
La Geometría se ha constituido en parte como una modelización del espacio físico. 
A ella le compete la particular relación entre los datos que se obtienen a través de la 
percepción y la medición del espacio físico y de los objetos teóricos (figuras, cuerpos, 
etc.), así como la formulación de sus propiedades que funcionan en la Matemática. 
Podemos afirmar, entonces, que el sentido del espacio se inicia en los niños 
a través de la experiencia directa con los objetos del espacio circundante, pero 
es necesario enriquecer esos conocimientos a través de actividades que impli-quen 
representaciones del espacio, transformaciones, discusión de ideas, con-jeturas 
y comprobación de hipótesis, priorizando la anticipación y el control de 
las acciones sobre el espacio. 
El trabajo en el aula tendrá la intencionalidad de que los alumnos logren 
desarrollar una concepción del espacio que les permita un control adecuado de 
sus relaciones espaciales a partir de plantearles problemas relativos al espacio 
que puedan resolver a partir de sus concepciones espontáneas. Como ya 
hemos afirmado al comienzo de este Cuaderno, el sentido de un conocimien-to 
está vinculado a las nociones que se ponen en juego para resolver un pro-blema. 
En este caso, las situaciones pueden ser tomadas de la vida cotidiana o 
del contexto propio de la Geometría5. 
La propuesta para 6º año/grado es continuar el trabajo ya iniciado sobre las 
representaciones del espacio, para avanzar en el uso de sistemas de referencia 
para la ubicación de puntos en el plano. 
5 Recomendación de lectura: véase el apartado “Los contextos” en “Enseñar Matemática en el 
Segundo Ciclo” de este Cuaderno.
Nap 
Matemática 6 
Plantear situaciones para ubicar puntos en un sistema de referencia 
Las experiencias de ubicación de objetos en el espacio realizadas en años ante-riores 
sirven de base para determinar la posición de un punto en el plano o en 
el espacio. Si bien cada una de las relaciones espaciales es importante en sí 
misma, para la estructuración del espacio y para los saberes prácticos de los 
alumnos, la construcción de un sistema de coordenadas es el modelo matemá-tico 
que resuelve el problema de la representación. Hay diferentes maneras de 
definir un sistema. Por ejemplo, para ubicar una ciudad sobre la superficie de la 
Tierra, se usan dos coordenadas: latitud y longitud, definidas a partir del sistema 
dado por el Ecuador y el meridiano de Greenwich. Asimismo, para ubicar la posi-ción 
de una ciudad sobre una ruta, se indica el número de la ruta y la distancia 
a partir de un punto de origen que, en el caso de nuestras rutas nacionales, es 
el Congreso de la Nación, en la Ciudad de Buenos Aires. En tanto que para ubi-car 
un punto en el plano, usualmente se utiliza el sistema de coordenadas rec-tangulares, 
también llamado sistema de coordenadas cartesianas debido al filó-sofo 
y matemático René Descartes que introdujo su uso hacia 1600. 
A veces, se desea establecer mediante coordenadas una calle o un edificio 
en el plano de la ciudad y se usa un sistema de referencias combinando núme-ros 
y letras. Si los alumnos no conocen este tipo de sistema, es conveniente que 
lo exploren antes de trabajar sobre la localización de puntos. 
Con el fin de que los alumnos adviertan la necesidad de definir dos coorde-nadas 
para determinar un punto en el plano en un sistema de referencias y 
puedan apropiarse de la noción de par ordenado, podemos proponer actividades 
como las que se incluyen en la siguiente secuencia. 
Secuencia para avanzar en el uso de coordenadas: “Ubicar posiciones” 
Si los alumnos hubieran trabajado en años anteriores con cualquiera de las pro-puestas 
más sencillas del tipo “Batalla naval” y “Batalla geométrica”6, en las que 
utilizaron referencias que combinan una letra y un número para ubicar una cua-drícula 
determinada, es posible recordar dicha actividad y comenzar esta 
secuencia desde la segunda actividad. En caso contrario, se recomienda comen-zar 
por la primera actividad. 
6 Recomendación de lectura: estas propuestas se encuentran en el apartado “Plantear situacio-nes 
para ubicar posiciones en función de distintas referencias”, en “Para establecer y represen-tar 
relaciones espaciales”, de Cuadernos para el aula: Matemática 4 y Cuadernos para el aula: 
Matemática 5. 
127 
EJE 
Geometría 
y Medida
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
128 Serie 
Cuadernos para el aula 
Actividad 1 
Se les plantea a los chicos que, en pequeños grupos, discutan cómo armar un 
código secreto para enviar mensajes utilizando, por ejemplo, una cuadrícula 
como la siguiente: 
9 C F R G L O M I H K 
8 B D J H N Ñ Z X V U 
7 A T S R P J K E O G 
6 H Q N Y U V B U S N 
5 O G U M S I W R D X 
4 T E K S A T F M J V 
3 R P O C Q E L N U Y 
2 J U L Z H Q I A P E 
1 Ñ M V X O I T L C Q 
0 E W S B D R G Z F A 
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 
Se puede proponer a los alumnos que luego elaboren un mensaje para que otro 
grupo pueda descifrarlo, utilizando los números del tablero como referencias 
para localizar las letras. Durante el primer intercambio habrá que discutir la nece-sidad 
de acordar en qué orden se usan los números, ya que para este tablero, 
por ejemplo, el par (2; 5) podría indicar una U o una Q. 
Actividad 2 
“Descubrir la clave”: ubicar puntos en el plano. 
Materiales: cada grupo contará con papel del tamaño de una cartulina y un 
cartoncito o varilla de madera de 10 cm que funcionará como unidad. 
Organización de la clase: la clase se dividirá en un número par de grupos, 
de 4 ó 5 integrantes cada uno. 
Desarrollo: como se trata de un juego de comunicación, antes de 
comenzar a jugar se enumeran los grupos y se establece quiénes 
intercambiarán entre sí sus producciones. Cada grupo recibirá una tarjeta 
distinta con cinco consignas, que deberán ser resueltas en la cartulina. 
Por ejemplo:
Nap 
Matemática 6 
• Dibujen: 
a) Un punto a a una distancia de 4 unidades con respecto al borde inferior. 
b) Un punto b a una distancia de 3 unidades con respecto al borde vertical 
derecho. 
c) Un punto c a una distancia de 5 unidades con respecto al borde vertical 
izquierdo. 
d) Un punto d a una distancia de 2 unidades con respecto al borde vertical 
izquierdo y de 4 unidades con respecto al borde inferior. 
e) Un punto e a una distancia de 3 unidades con respecto al borde vertical 
izquierdo y a 5 unidades con respecto al borde inferior. 
Una vez que los distintos grupos hayan resuelto las consignas, se 
intercambian las cartulinas. Cada grupo receptor deberá producir el mensaje 
que supone que recibió el grupo que marcó los puntos en la cartulina. Se 
escriben las consignas y se entregan al grupo emisor. Cada grupo obtiene 
un punto por cada consigna bien escrita. Gana el grupo que obtenga el 
mayor puntaje. 
Seguramente, una de las primeras dificultades de los grupos será determinar 
cuál se considera el borde inferior de la cartulina, cuestión que podría discutirse 
al plantear las consignas. 
En el momento de reflexión posterior al juego podremos plantear preguntas 
como las siguientes: 
¿En qué casos hubo diferencias entre las consignas? ¿Por qué? 
¿En qué casos pudieron determinar los puntos sin dificultad? 
¿Cuántos datos es necesario definir para ubicar un punto en la hoja de papel? 
¿Qué ocurre si se cambia el orden de los datos en relación al punto que se 
determina? 
El objetivo del juego es que los alumnos descubran que para fijar un punto en 
el plano hay que definir dos coordenadas, dado que con solo una hay infinitas 
posiciones del punto y que cada coordenada indica la distancia del punto en 
relación con cada borde de la cartulina, que luego se vincularán con los ejes7. 
7 Recomendación de lectura: véase el apartado “Las representaciones” en “Enseñar 
Matemática en el Segundo Ciclo” de este Cuaderno. 
129 
EJE 
Geometría 
y Medida
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
130 Serie 
Cuadernos para el aula 
Según los conocimientos disponibles de los alumnos, podríamos incluir con-signas 
con expresiones fraccionarias, como dibujen un punto M a 3 unidades 
y media con respecto al borde inferior o dar unidades de distinta longitud, para 
concluir luego que la posición del punto queda determinada en función de las 
unidades que se definen para los ejes. 
En este punto del trabajo es necesario precisar que el sistema de coordena-das 
es una convención con ciertas condiciones. Así, por ejemplo, el sistema de 
coordenadas cartesianas ortogonales está formado por un par de ejes per-pendiculares 
sobre los que se define un segmento unidad y, en forma equidistan-te, 
se representan los números. Es decir, son dos rectas numéricas que se cortan 
en un punto llamado origen del sistema. El eje horizontal es el de las abscisas y 
el eje vertical, el de las ordenadas. 
Todo punto del plano puede ubicarse por medio de un par ordenado de núme-ros 
llamados coordenadas del punto. Para ubicar, por ejemplo, el punto P (3; 2), 
tomamos el primer elemento del par, 3, como la abscisa del punto y el segundo 
elemento del par, 2, como la ordenada del punto. 
Actividad 3 
Otra actividad que podemos plantear, para que los chicos utilicen lo aprendido y 
ubiquen puntos en el sistema de ejes, es un juego como el siguiente. 
“Un mensaje con puntos”: ubicar los vértices de figuras geométricas. 
Materiales: cada grupo contará con una tarjeta con una determinada figura 
sobre un sistema de ejes, y otra tarjeta en la que solo esté dibujado el sistema 
de coordenadas de las mismas dimensiones que el sistema anterior. Por 
ejemplo:
Nap 
Matemática 6 
Tarjeta 1 Tarjeta 2 
Organización de la clase: en un número par de grupos, de 4 ó 5 
integrantes. 
Desarrollo: cada grupo recibirá una tarjeta con una figura del tipo de la 
tarjeta 1 y tendrá que elaborar un mensaje para que el grupo receptor 
pueda construir la figura. El mensaje no podrá contener dibujos ni el 
nombre de la figura. Al intercambiar los mensajes, los grupos que ahora 
funcionan como receptores recibirán otra tarjeta como la 2 en la que estará 
dibujado el sistema de ejes sobre el que dibujarán la figura. Cuando hayan 
terminado de dibujar la figura, los emisores y receptores que forman el 
mismo equipo se reunirán para comparar las producciones. 
Este tipo de actividad promueve que los alumnos reconozcan que las coordena-das 
de un punto son un recurso útil para definir los vértices que permiten la 
construcción de la figura. 
Para complejizar esta actividad, podemos tener en cuenta los contenidos abor-dados 
en otros apartados, como “Plantear situaciones para comparar cantida-des 
y números” donde se debe ubicar el vértice entre dos valores enteros 
determinados en los ejes o en “Plantear situaciones para reproducir figuras”, ya 
que las figuras pueden ser variadas: cóncavas y convexas. 
Si quisiéramos aprovechar el trabajo sobre coordenadas para avanzar en el estu-dio 
de las propiedades de las figuras podríamos incluir actividades como las 
siguientes. 
131 
EJE 
Geometría 
y Medida
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
132 Serie 
Cuadernos para el aula 
• a) Julián y Marina estaban jugando al juego de los mensajes, y al ver las 
coordenadas de los vértices de la figura que recibieron en el mensaje, 
dijeron que es una figura simétrica. ¿Vos que pensás?, ¿tienen razón Julián 
y Marina? 
b) Los chicos que recibieron el mensaje de Julián y María dicen que antes 
de dibujar la figura, ya saben que es un cuadrado. ¿Cómo creés que se 
dieron cuenta? 
• a) Completá las coordenadas de los puntos que faltan para que la figura 
sea un cuadrado. 
A: (5;10) B: (5;4) C: (…;…) D: (…;…) 
b) Completá las coordenadas de los puntos que faltan para que la figura 
sea un rectángulo. 
M: (0;3) N: (…;…) P: (6;5) Q: (…;…) 
c) Explicá por escrito cómo pensaste en a) y en b) y luego discutí tu 
propuesta con un compañero. 
d) Discutí en grupo cómo se definirían las coordenadas de los vértices de 
un rombo. Escriban entre todos un ejemplo y luego verifíquenlo, dibujando 
el rombo en un sistema de coordenadas.
Nap 
Matemática 6 
Cuando, en la discusión final explicitemos los procedimientos de los alumnos 
resultará interesante que propongamos la discusión acerca de dónde se ubican 
los puntos cuando una de las coordenadas es cero. Como así también las seme-janzas 
y diferencias de las coordenadas de los puntos que definen lados con-gruentes 
de una figura. 
Plantear situaciones para producir e interpretar representaciones 
a escala 
En 6º año/grado, los alumnos seguramente ya han interpretado algunas repre-sentaciones 
a escala, como mapas o planos8, pero es probable que no hayan 
explicitado las relaciones de proporcionalidad que han utilizado. El trabajo plan-teado 
en el Eje “Número y Operaciones”, a propósito de la proporcionalidad, nos 
habilita ahora a realizar un análisis con mayor profundidad que, a la vez, permite 
articular estos ejes y ampliar el sentido de las nociones involucradas. En princi-pio, 
y para profundizar el conocimiento de los sistemas de coordenadas, se 
podría analizar la importancia de mantener una escala en dichos sistemas plan-teando 
una actividad como la siguiente. 
• Observá la figura que sigue: 
8 Recomendación de lectura: actividades de este tipo pueden encontrarse en el apartado 
“Plantear situaciones para producir e interpretar representaciones del espacio bi y tridimensio-nal” 
incluido en “Para establecer y representar relaciones espaciales” de Cuadernos para el 
aula: Matemática 5. 
133 
EJE 
Geometría 
y Medida
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
134 Serie 
Cuadernos para el aula 
a) Discutí con un compañero cómo resultará la figura, si cambian la escala 
de los ejes así: 
- conservando la unidad en el eje x y reduciendo a la mitad la unidad del eje y. 
- reduciendo a la mitad la unidad del eje x y conservando la del eje y. 
b) Una vez que acuerden cómo piensan que van a quedar las figuras, 
verifíquenlo dibujando los sistemas y las figuras con las mismas 
coordenadas que las dadas. 
Las figuras obtenidas por los alumnos no mantendrán la forma original. 
Una vez realizada esta exploración, podremos pedir a los niños que anticipen qué 
ocurre con la figura, si ambas escalas se modifican respetando la misma regla, 
por ejemplo la mitad de la unidad para el eje x y para el eje y. También se podrí-an 
presentar ampliaciones y reducciones de la figura para que los alumnos 
determinen cuál es la constante de proporcionalidad utilizada y adviertan cómo 
se modifica el tamaño si este número es mayor o menor que 1. 
En el apartado “Plantear situaciones para analizar relaciones de proporcionali-dad” 
de este Cuaderno se afirmó que nuestra tarea no consiste en comunicar 
y mostrar a los alumnos cómo funciona la regla de tres para aplicarla a este 
tipo de problemas, sino que deberemos generar situaciones, en este caso, de 
ampliaciones y de reducciones, donde estas estrategias se pongan en juego y 
promover la reflexión sobre las propiedades que actúan como instrumentos de 
resolución. Solo de esta manera los chicos podrán dominar las reglas para 
luego decidir cuál usar según los números que aparecen.
Matemática 6 
Si consideramos que la figura es muy compleja, podríamos reemplazarla por un 
cuadrado, un rectángulo u otro polígono. Esto permitiría, a la vez, analizar cuá-les 
son las propiedades de la figura que se mantienen (amplitud de los ángu-los, 
paralelismo de los lados) y cuáles se modifican (longitud de los lados), 
cuando se realizan ampliaciones o reducciones. Estos aspectos también podre-mos 
retomarlos cuando se analicen las actividades planteadas en los aparta-dos 
“Plantear situaciones para construir figuras con distintos procedimientos” y 
“Plantear situaciones para avanzar en la exploración de relaciones entre perí-metros 
y áreas” en este mismo Eje. 
Podríamos complejizar las actividades sobre planos, por ejemplo al incluir la 
consideración de la escala en la siguiente consigna: 
• Ubicá en este plano, en el que se representa una sala de computación y 
video de 7 m de ancho por 15 m de largo, los siguientes objetos: cinco 
mesas de computadora, de 1 m x 60 cm, a la derecha de la puerta de entrada, 
otras 2 mesas en la pared donde están las ventanas, una mesa rectangular de 
1 m x 2,50 m con 8 sillas alrededor, en el centro de la sala y por último, una 
mesa para ubicar la TV y la reproductora de videos en una esquina. 
Nap 
135 
EJE 
Geometría 
y Medida 
En este caso, los alumnos tendrán que descubrir la escala utilizada en el plano 
que se adjunta, para luego aplicarla al mobiliario que deben incluir en dicho salón. 
Podríamos aprovechar el trabajo realizado en Ciencias Sociales a propósito de 
la interpretación de mapas y el uso de distintas escalas. Por ejemplo, en 
Cuadernos para el aula: Ciencias Sociales 6, en el Eje “Las sociedades a través 
del tiempo”, se estudian las políticas impulsadas por el Estado nacional para 
desarrollar la economía agroexportadora. Asimismo, en los mapas con redes 
ferroviarias de Argentina, se puede observar su confluencia en Buenos Aires y la 
mayor densidad en la zona pampeana que en otras regiones.
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
136 Serie 
Cuadernos para el aula 
Para avanzar en el conocimiento de las figuras y de los 
cuerpos geométricos 
Pensar en una propuesta de enseñanza acerca de las figuras bi y tridimensiona-les 
nos lleva a plantearnos ciertos interrogantes: ¿Qué significa estudiar figuras? 
¿Reconocerlas, recordar sus nombres? ¿Enunciar sus propiedades o clasificar-las? 
¿Cómo favorecer en los alumnos la construcción del concepto de cuerpo 
geométrico?9 
Cuando los niños ingresan en la escuela, consideran las figuras como dibu-jos, 
es decir que su reconocimiento está basado en la percepción; así, por ejem-plo, 
reconocen al cuadrado en forma global sin percibir las propiedades que lo 
caracterizan. 
Las relaciones entre dibujo y figura son complejas y se van modificando en 
función de los conocimientos que los niños van elaborando: cada uno identifica 
en el dibujo las propiedades del objeto geométrico de acuerdo a los conocimien-tos 
que posee y, a medida que evolucionan sus conceptualizaciones, las propie-dades 
del objeto geométrico que ese dibujo representa se tornan más observa-bles. 
Esta evolución es producto de un proceso de aprendizaje que supone la 
resolución de problemas que exijan y posibiliten la elaboración del conocimien-to 
del que los niños tienen que apropiarse. 
Muchos autores han hecho explícitas las diferencias entre dibujo y figura. 
Entre ellos, Parzysz10: afirma que la figura es el objeto geométrico descrito por 
el texto que la define, una idea, una creación del espíritu, en tanto que el dibu-jo 
es una representación de este objeto. 
A propósito de las relaciones entre dibujo y figura es también interesante 
destacar que, muchas veces, un dibujo no da cuenta de todas las propiedades y 
relaciones planteadas en un problema. En otros casos, los alumnos infieren pro-piedades 
del dibujo que no forman parte del objeto geométrico que están ana-lizando. 
Por ejemplo, la posición del dibujo con respecto a la hoja de papel. Para 
muchos niños, un cuadrado “torcido”, deja de ser cuadrado. 
Si bien en el Primer Ciclo el tratamiento de las figuras como dibujos será pre-ponderante, 
es importante que en el Segundo Ciclo, desde la propuesta de 
enseñanza, los alumnos tengan oportunidad de enfrentarse a situaciones que 
les exijan hacer anticipaciones, tomar decisiones basadas en conocimientos 
9 Recomendación de lectura: véase Itzcovich, H. (2005), Iniciación al estudio didáctico de la 
Geometría, Buenos Aires, Libros del Zorzal. 
10 Citado en Laborde, C. y Capponi, B. (1994), “Cabri-Geometre Constituant d´un millieu por 
láprentissage de la notion de Figure géometrique”. Recherches en Didactique des 
Mathématiques, Vol. 14, 12. París, La Pensée Sauvage Editions.
Matemática 6 
geométricos y encontrar la manera de validarlas. En ese proceso, las construc-ciones 
ocupan un lugar esencial y el dominio de ciertas habilidades, como el uso 
de instrumentos o la precisión en el trazado, debe estar subordinado al aprendi-zaje 
de los conceptos y relaciones. 
Entre los problemas que podemos proponer, distinguiremos los que implican 
construcciones, para los cuales es preciso que los alumnos elaboren las propie-dades 
de las figuras, de otros problemas, en los que se usan las propiedades ya 
conocidas. Para resolver los primeros, buscaremos que los alumnos anticipen 
resultados sin recurrir a la experiencia de medir. El hecho de no recurrir a la 
experiencia sensible implica asumir que las relaciones que se establecen son 
independientes de las medidas. 
De modo similar, la actividad de clasificación de figuras (de triángulos o de 
cuadriláteros) quedará a cargo de los alumnos y nuestra tarea será seleccionar 
el universo de figuras sobre el que se va a trabajar, promoviendo que sean los 
alumnos los que esbocen criterios de clasificación, los pongan a prueba, los 
reformulen. 
Los dibujos sobre el papel constituyen una poderosa herramienta para la 
resolución de problemas, y también un paso intermedio entre los objetos teóri-cos 
y los objetos reales. Estas representaciones se construyen en un juego de 
acuerdos y desacuerdos entre los datos que se apoyan en la percepción y los 
que responden a las condiciones teóricas del problema y que pueden oponerse 
a la evidencia. Con esta propuesta de enseñanza deseamos lograr que los alum-nos 
aprendan a interpretar el dibujo como una referencia y a considerar solo las 
relaciones dadas en el texto. 
En general, todos lo docentes nos preocupamos por lograr que los niños sean 
hábiles en el manejo de instrumentos. En este sentido, creemos que es intere-sante 
enfrentar a los niños con actividades que les permitan ir logrando cada vez 
más destrezas en el uso de los instrumentos pero es necesario tener en cuen-ta 
que ese logro no es el objeto de la enseñanza. La precisión en el uso de los 
instrumentos de geometría debe estar al servicio de la resolución de problemas 
y de las conceptualizaciones que sí son objeto de estudio de la Geometría. 
Autorizar o no el uso de un determinado instrumento es una de las variables que 
podemos utilizar para poner condiciones a los problemas, de manera que en su 
solución se involucren diferentes relaciones entre los elementos de las figuras. 
En 6º año/grado, continuaremos con la sistematización de las propiedades de 
lados, ángulos y diagonales de triángulos, cuadriláteros y polígonos de más de cua-tro 
lados. En cuanto a los cuerpos, profundizaremos el estudio de poliedros. 
Nap 
137 
EJE 
Geometría 
y Medida
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
Plantear situaciones para comparar y describir figuras y cuerpos 
Retomar el juego de adivinar figuras o cuerpos favorece que los alumnos pue-dan 
observar nuevas propiedades de las mismas. Cuando los chicos disponen 
de unos primeros conocimientos sobre los elementos de las figuras y de los 
cuerpos, y algunas de sus propiedades, van descubriendo nuevas relaciones que 
hasta el momento no podían advertir. Por ejemplo, frente a una colección de cua-driláteros, 
muchos alumnos podrían preguntar ¿tiene lados opuestos iguales? y 
luego ¿tiene ángulos iguales?, sin advertir que si un cuadrilátero tiene lados 
opuestos congruentes, los ángulos opuestos también son congruentes. Así, es 
posible volver a jugar para favorecer nuevos aprendizajes a partir de un análisis 
más profundo de las preguntas. Sin embargo, es necesario tener en cuenta que 
al repetir un mismo tipo de actividad, los alumnos pueden perder interés y, en 
ese sentido, es importante averiguar si nuestro grupo ya conoce este juego y si 
lo ha jugado ya varias veces. 
Para el caso de los cuerpos, es posible entonces proponer el juego para 
advertir la relación entre la forma y números de sus caras. 
“Adivinar el cuerpo”: establecer relaciones entre la forma y el número de 
las caras de distintos cuerpos geométricos. 
Materiales: una caja de cuerpos geométricos que incluya poliedros 
(prismas y pirámides) conos y cilindros. 
Organización de la clase: grupos de cuatro integrantes cada uno. 
Desarrollo: el maestro elige un cuerpo del conjunto de cuerpos de la caja. 
Cada grupo va realizando por escrito, de a una, las preguntas que hará al 
maestro para adivinar el cuerpo elegido. El maestro solo responde por sí o 
por no a cada pregunta. Gana el grupo que descubre el cuerpo con la 
menor cantidad de preguntas. 
En otro momento, podríamos proponer que uno de los integrantes de cada 
grupo sea quien elige el cuerpo y responda a las preguntas que le hacen sus 
compañeros. Esto implica que quien responde por sí o por no, tiene que analizar 
las propiedades del cuerpo elegido. 
Si el grupo ya ha realizado este tipo de juego, entonces es posible que no 
aparezcan preguntas como: ¿Cuántas caras tiene? o ¿qué forma tienen sus 
caras laterales? que no pueden responderse por sí o por no. Pero sí es posible 
que los alumnos formulen preguntas referidas a las propiedades de los cuerpos 
que ya han sido descartadas con las preguntas anteriores. Por ello, resulta inte-resante 
que, para organizar la discusión posterior, contemos con el registro de 
las preguntas y propiciemos el análisis de su pertinencia en relación con las con-diciones 
necesarias y suficientes para descubrir el cuerpo elegido. A partir de la 
138 Serie 
Cuadernos para el aula
Matemática 6 
discusión instalada en el grupo, se pueden registrar en un afiche aquellas pre-guntas 
necesarias y suficientes para descubrir el cuerpo elegido. Una variante 
para jugar en otras ocasiones, puede ser limitar el número de preguntas para 
exigirles a los chicos que identifiquen las propiedades esenciales de cada cuer-po 
o figura elegido. 
Otra variante, si los alumnos ya han trabajado antes sobre representaciones 
de cuerpos, es pedir que el que adivina tenga que hacer un esquema para com-parar 
luego el dibujo con el cuerpo. Es importante advertir que, si bien las repre-sentaciones 
en perspectiva de los cuerpos ya aparecen en los libros de texto de 
Primer Ciclo, la interpretación de estas representaciones requiere un trabajo 
específico ya que, por ejemplo, algunas propiedades del cuerpo no se observan 
en el dibujo. Por ejemplo, podremos entregar una fotocopia con un cubo dibuja-do 
y una pregunta como la siguiente: 
Nap 
139 
EJE 
Geometría 
y Medida 
• ¿Podríamos asegurar que este 
dibujo representa un cubo, si solo 
una cara es cuadrada, en las otras 
no se observan ángulos rectos y 
los lados no son todos 
congruentes? 
En este sentido será necesario que propongamos situaciones en las que los 
alumnos deban dibujar cuerpos desde distintos puntos de vista y discutir luego 
qué propiedades se “ven” en las distintas representaciones y cuáles no. 
Luego, ofreceremos situaciones simuladas como las que siguen. 
• Leticia y María Emilia juegan a adivinar un cuerpo. Leticia le dice a María 
Emilia: 
—Ya elegí uno de estos cuerpos. Para adivinarlo, solo podés hacerme tres 
preguntas. 
María Emilia pregunta: ¿Tiene alguna cara curva? ¿Termina en punta? 
a) Si las dos respuestas de Leticia son sí, ¿es necesario hacer otra pregunta? 
b) Si suponés que la dos repuestas son no, ¿qué pregunta harías para 
saber de qué cuerpo se trata? Explicá cómo lo pensaste.
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
140 Serie 
Cuadernos para el aula 
En la discusión posterior analizaremos cómo las respuestas afirmativas o negativas 
hacen variar el cuerpo elegido y sobre todo propiciaremos que los alumnos descu-bran 
cuáles son las propiedades que permiten identificar a uno y otro cuerpo. 
Este juego se puede proponer también con figuras, por ejemplo con el con-junto 
de los cuadriláteros, para que los alumnos pongan en juego las propieda-des 
ya exploradas: lados o ángulos congruentes, lados paralelos, ángulos rectos. 
Así, podrán avanzar en el descubrimiento de otras propiedades, como lados 
opuestos paralelos y congruentes, ángulos opuestos congruentes, diagonales 
congruentes y perpendiculares, que permiten identificar cada cuadrilátero. Es 
interesante poner condiciones, por ejemplo: no se puede preguntar por ángu-los 
rectos o lados iguales para que surjan otras propiedades. 
Otro tipo de actividades que podremos plantear para describir cuerpos, esta-bleciendo 
relaciones entre sus elementos es, por ejemplo, la que sigue. 
• Analizá los siguientes desarrollos planos y señalá con cuáles es posible 
armar el prisma dibujado. Explicá cómo lo pensaste.
Matemática 6 
• Decí con cuál de los desarrollos planos, sin recortarlos, se puede construir 
un farolito de cartulina en forma de pirámide de base cuadrada. Explicá por 
escrito cómo lo pensaste en cada caso. 
Nap 
141 
EJE 
Geometría 
y Medida 
Las actividades de este tipo favorecen que los alumnos establezcan conclusio-nes 
sobre la relación entre la forma de la base de una pirámide y la cantidad 
de triángulos que constituyen las caras laterales. Si bien esperamos que la vali-dación 
realizada por los alumnos sea de tipo argumentativo en un primer 
momento, también existe la posibilidad de verificar lo que piensan recortando y 
armando los cuerpos. 
Otras actividades relacionadas con la descripción de las propiedades esen-ciales 
de las pirámides son aquellas en las que se dan algunas de las caras late-rales 
y la base, y se pide que completen el plano para que sea posible armar una 
pirámide. Los juegos de comunicación en los que los alumnos tienen que elabo-rar 
mensajes para dictar una figura o describir un cuerpo, de modo que el que 
recibe el mensaje pueda construir uno exactamente igual son actividades muy 
apropiadas para promover no solo que exploren las propiedades esenciales, sino 
que favorecen la apropiación del vocabulario específico cuando se confrontan 
las características explicitadas en los mensajes. 
Para profundizar el análisis de las propiedades que definen cuerpos o figuras, 
que ya se inició en años anteriores, es necesario plantear también situaciones 
en las que los alumnos tienen que validar mensajes realizados para describir 
figuras o cuerpos o completarlos para abordar explícitamente el trabajo sobre la 
argumentación. Otro factor de complejización es considerar las relaciones entre 
propiedades, por ejemplo, analizar si es posible que un cuadrilátero tenga, a la 
vez, dos pares de lados paralelos y ángulos opuestos no congruentes.
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
142 Serie 
Cuadernos para el aula 
• Cecilia eligió una de estas figuras y escribió este mensaje. Analicen si lo 
que escribió alcanza para saber cuál es la figura que eligió. 
El tipo de mensajes que presentemos a los alumnos dependerá de los conoci-mientos 
que se hayan explicitado hasta el momento. En tal sentido, habrá que 
articular estas propuestas con las que se presentan más adelante, en el aparta-do 
“Plantear situaciones para sistematizar propiedades de figuras y cuerpos”. 
Plantear situaciones para construir figuras con distintos procedimientos 
Cuando planteamos que las actividades que proponemos desde la enseñanza 
tienen que favorecer la construcción de los conocimientos por los alumnos y en 
este caso en particular favorecer la elaboración de las propiedades de las figu-ras 
y cuerpos geométricos, las construcciones ocupan un lugar esencial. En este 
caso, estamos considerando las construcciones, no como las utilizamos en nues-tra 
escolaridad, sino como un recurso muy valioso para la exploración y el des-cubrimiento 
de propiedades y relaciones a partir del análisis y de la posibilidad 
de anticipar, conjeturar, confrontar para avanzar en los conocimientos. Estamos 
pensando en que esas construcciones representen genuinos problemas y no 
algoritmos que hay que saber repetir. 
En este sentido, podremos, a través de las actividades, inhibir el uso de algu-nos 
instrumentos para habilitar otros que exijan a los alumnos desplegar proce-dimientos 
diferentes para resolver una situación. 
Las actividades de dictado de figuras y copiado a partir de pedir datos 
involucran construcciones y dan al alumno la oportunidad de buscar las relacio-nes 
y los elementos necesarios, como así también discutir acerca de la posibili-dad 
de construcción y la cantidad de soluciones.
Matemática 6 
• a) Mariana dibujó un cuadrilátero cuyas diagonales miden 4 y 7 cm. 
Cada una corta a la otra en el punto medio. Ahora dibujá vos un 
cuadrilátero con esas características. 
b) ¿Podés asegurar que la figura 
que dibujaste es igual a la que hizo 
Mariana? ¿Por qué? 
Nap 
143 
EJE 
Geometría 
y Medida 
• Para que Mariana pudiera construir 
esta figura sin verla, los chicos 
escribieron estos mensajes. ¿Cuál 
creés que permite construir la figura? 
En actividades como las anteriores, centraremos la discusión en distinguir qué 
propiedades caracterizan a una figura y cuáles caracterizan a más de una figu-ra. 
Por ejemplo, si bien el romboide cumple las condiciones del mensaje de 
Javier, también hay otras figuras, infinitas, que lo cumplen. 
En este caso, será necesario que los alumnos agreguen alguna condición para 
que el mensaje sea efectivo. Esta tarea es compleja, pues requiere establecer 
relaciones entre clases de figuras y llevará más o menos tiempo de clase,
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
144 Serie 
Cuadernos para el aula 
dependiendo del repertorio de figuras que deseemos abarcar. En este sentido, 
actividades como las de la siguiente secuencia podrían adaptarse para estudiar 
otros polígonos. 
Secuencia para determinar propiedades de una figura: “Construir rectángulos” 
Actividad 1 
Se organiza la clase en grupos. Propondremos a los alumnos discutir lo que indi-ca 
la consigna. 
a) En grupo, analicen cada caso y definan si es posible construir una única 
figura, si se pueden construir figuras diferentes o si no se puede construir 
ninguna figura. 
I. Un rectángulo que tenga un lado de 3 cm y otro de 5 cm. 
II. Un rectángulo que tenga dos lados de 5 cm. 
III. Un rectángulo que tenga una diagonal de 8 cm. 
IV. Un rectángulo cuyo perímetro mida 16 cm. 
V. Un cuadrilátero que tenga sus diagonales que miden 4 y 7 cm. 
VI. Un cuadrilátero que tenga sus diagonales iguales. 
b) En los casos en que sea posible construir más de una figura, modifiquen 
los datos para que sea posible construir una única figura. 
Esta actividad exige que, a partir de las condiciones dadas, los alumnos antici-pen 
las construcciones posibles y sobre todo determinen si se trata de una única 
figura o no. Será importante promover en los grupos no solo la anticipación, sino 
la justificación de sus afirmaciones. En una puesta en común propondremos 
registrar las primeras conclusiones sobre las propiedades del rectángulo. 
Actividad 2 
Para recuperar las propiedades de las diagonales que seguramente surgieron de la 
actividad anterior, podremos continuar con la siguiente actividad de construcción. 
a) Construí un rectángulo de modo que el segmento AB sea una diagonal. 
A 
B 
b) ¿Podés construir otro rectángulo distinto que también tenga a AB como 
diagonal? 
c) ¿Cómo podés asegurar que la figura que obtuviste es un rectángulo?
Nap 
Actividad 3 
A continuación, podremos ofrecer una tarea diferente, que consiste en analizar 
afirmaciones de otros. 
• Considerá las siguientes afirmaciones y decidí si estás de acuerdo o no 
con lo que dicen los chicos. 
Para hacer un 
cuadrado, las 
diagonales tienen 
que ser iguales. 
Para hacer un 
cuadrado, las 
diagonales tienen 
que ser 
perpendiculares. 
Si las diagonales 
son perpendiculares, 
no puede ser un 
rectángulo. 
Matemática 6 
145 
EJE 
Geometría 
y Medida 
María Luz Ramiro Jessica 
Actividad 4 
La siguiente es una actividad de síntesis. En la puesta en común, convendrá que 
solicitemos a los chicos que expliquen por qué creen en cada caso que la figu-ra 
resulta un rectángulo, e iremos registrando las razones que dan, en las que 
irán explicitando las propiedades involucradas. 
• Discutí con tu grupo y anotá qué procedimientos conocen para construir 
un rectángulo. En cada caso, indicá qué datos y qué instrumentos se 
necesitan para construirlo.
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
A continuación, se transcriben algunos procedimientos que utilizaron alumnos 
de 6º año/grado para realizar la actividad 2 de la secuencia. Para resolverla, 
podían recortar, calcar, y disponían de una caja de geometría donde se encon-traban 
todos los instrumentos: escuadras, reglas, transportador y compás. 
146 Serie 
Cuadernos para el aula 
Procedimiento 1: 
Desplazando la escuadra construyeron un triángulo rectán-gulo. 
Luego, con dos triángulos, compusieron el rectángulo. 
Cuando terminaron, miraron la figura e intentaron nueva-mente, 
porque... nos salió cuadrado, justificaron. 
Reprodujeron el mismo procedimiento trasladando la escua-dra 
hasta visualizar el rectángulo, ahora sí es rectángulo, 
afirmaron. 
Procedimiento 2: 
Trazaron paralelas por los extremos del segmento, luego las perpendiculares y 
remarcaron el rectángulo. 
Procedimiento 3: 
Marcaron la mitad de AB, trazaron otro segmento congruente con AB y dibuja-ron 
el rectángulo. 
Al comunicar los procedimientos y tratar de justificar la construcción del rectán-gulo 
se explicitan contenidos tales como el trazado de paralelas y perpendicula-res 
con escuadra, la descomposición del rectángulo en dos triángulos 
rectángulos iguales, el reconocimiento del paralelismo de los lados opuestos y 
de la congruencia de diagonales y lados.
Nap 
Matemática 6 
En un primer momento, y si bien los rectángulos que se obtienen son distin-tos, 
los alumnos atribuyen esta variedad a la diferencia de procedimientos. Pero 
es la discusión sobre el ítem b) de la actividad lo que permite descubrir que, con 
esa diagonal, pueden construirse tantos rectángulos como se desee11. Ante la 
pregunta ¿Cómo pueden asegurar que es un rectángulo? aparecen respues-tas 
como: los lados opuestos son paralelos y sus ángulos son rectos, tiene 
ángulos rectos, tiene cuatro ángulos rectos, los lados opuestos son iguales y 
los ángulos son rectos. 
Si bien los alumnos siguen apoyándose todavía en comprobaciones empíricas, 
también comienzan a usar las propiedades que conocen y consideran válidas para 
justificar a partir de esas comprobaciones. Por ejemplo, pueden decir si tiene las 
diagonales iguales, y que se cortan en el punto medio, seguro es un rectángu-lo, 
aunque todavía no puedan argumentar sobre la validez de esa afirmación. 
La actividad 3 permite avanzar en la identificación del cuadrado como un rec-tángulo 
particular y volver sobre las propiedades de lados y diagonales de los 
rectángulos, que podrán terminar de explicitarse en la actividad 4. 
Otra forma de promover la explicitación de las propiedades es transformar la 
consigna de la actividad 4 y que los alumnos tengan que producir un mensaje 
para que otro alumno construya un rectángulo. Puede ocurrir que los chicos 
usen como datos la longitud de los lados, el valor de los lados y la diagonal, o 
solo el valor de la diagonal, por este motivo es interesante que en el espacio de 
reflexión propiciemos el análisis sobre la relación entre los mensajes, los datos 
aportados y las figuras resultantes. 
Plantear situaciones para sistematizar propiedades de figuras y cuerpos 
Para avanzar en el aprendizaje de las propiedades de las figuras tendremos que 
proponer, durante bastante tiempo, situaciones en las cuales los niños puedan 
elaborarlas. Se trata de un proyecto a largo plazo, en el que los alumnos tendrán 
la oportunidad de enfrentarse a situaciones que les exijan hacer anticipaciones, 
tomar decisiones basadas en los conocimientos geométricos que tengan dispo-nibles 
y encontrar nuevas maneras de validar. 
Como ya hemos afirmado, describir una figura y construirla a partir de su des-cripción 
textual hace posible que los alumnos pongan en juego sus concepcio-nes 
y busquen nuevas relaciones que les permitirán ir sistematizando ciertas 
11 Recomendación de lectura: también es posible construir un rectángulo utilizando como diagona-les 
dos diámetros cualesquiera de una circunferencia. Una secuencia completa al respecto puede 
encontrarse en el documento de trabajo Nº 5. La enseñanza de la geometría en el Segundo 
Ciclo. Subsecretaria de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, Dirección de Curricula, 1998. 
147 
EJE 
Geometría 
y Medida
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
148 Serie 
Cuadernos para el aula 
relaciones y conceptos que la escuela se compromete a enseñar. La reproduc-ción 
de figuras supone la búsqueda de relaciones y elementos que las caracte-rizan, 
aunque permanezcan implícitas, pero las actividades de comunicación exi-gen 
que esas relaciones se hagan explícitas. 
Tanto la decisión de pedir datos como de explicitarlos supone, por parte de 
los alumnos, no solo el trabajo de identificación de ciertas relaciones sino la anti-cipación 
de algún procedimiento. Aceptar este modo de proceder supone un 
avance importante en la posibilidad de generalizar las relaciones que se estable-cen 
a propósito de las figuras. 
Actividades como las siguientes, en las que los alumnos tienen que analizar 
procedimientos elaborados por otros o enunciar las propiedades que caracteri-zan 
o no a una figura, promueven la puesta en juego de sus representaciones 
mentales acerca de los conocimientos geométricos. Luego de realizar activida-des 
de observación, acción, reflexión e interiorización es posible avanzar hacia la 
generalización. 
“¡A dibujar figuras!”: enunciar las propiedades de distintas figuras. 
Materiales12: 20 tarjetas como las que se muestran a continuación. Papel liso y 
lápiz para dibujar. 
Organización de la clase: grupos de no más de cuatro integrantes. 
Desarrollo: se mezclan las tarjetas y se reparten cuatro a cada jugador. Cada 
jugador analiza sus tarjetas y dibuja a mano alzada una sola figura que cumpla 
la mayor cantidad posible de propiedades de las tarjetas que recibió. Cuando 
muestra la figura dibujada al resto del grupo, si estos acuerdan que es válida, 
obtiene un punto por cada tarjeta tenida en cuenta. 
12 Otras cartas con propiedades de diferentes figuras geométricas están disponibles en Chemello, 
G. (coord.), Hanfling, M. y Machiunas, V. (2001), Juegos en Matemática EGB 2. El juego como 
recurso para aprender (Material recortable para alumnos). En el Material para docentes pueden 
encontrarse otras propuestas que permiten trabajar en el mismo sentido.
Nap 
Matemática 6 
Luego del juego, se realiza una puesta en común donde se analizará qué tarje-tas 
fueron usadas más frecuentemente y cuáles solían no ser utilizadas. A con-tinuación, 
y para profundizar las relaciones establecidas a partir del juego, se 
pueden proponer situaciones simuladas, como la siguiente. 
• ¿En qué figura estaba pensando Federico si cuando recibió las siguientes 
tarjetas, dijo: Con estas tarjetas no puedo formar más de tres puntos. 
13 Recomendación de lectura: véase Fuenlabrada, I., Block, D., Balbuena H., Carvajal, A. (2000), 
Juega y aprende Matemática. Propuestas para divertirse y trabajar en el aula, Buenos Aires, 
Novedades Educativas. Es posible encontrar otras propuestas de juego para trabajar en el 
mismo sentido. 
149 
EJE 
Geometría 
y Medida 
Según el grupo de tarjetas elegidas, en este caso es posible dibujar un parale-logramo, 
un trapezoide y un trapecio escaleno recto. La pregunta abierta da 
lugar a que los alumnos den respuestas diferentes, y sobre esas respuestas se 
podrá seguir discutiendo para llegar a conclusiones que les permiten avanzar en 
las conceptualizaciones13. 
Además de analizar un conjunto de elementos y propiedades, también pode-mos 
considerar procedimientos de construcción, como por ejemplo:
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
150 Serie 
Cuadernos para el aula 
• Estos son los mensajes que escribieron los alumnos para algunas figuras. 
Hay que encontrar cuál puede ser el mensaje que corresponde a cada figura.
Nap 
Matemática 6 
Los mensajes formulados admiten, por su nivel de generalidad, la identificación 
de más de una figura. Por ejemplo, las condiciones del mensaje 5 hacen que la 
figura, independientemente del tamaño, sea un cuadrado. En cambio, el mensa-je 
2 admite un conjunto de figuras: A, B, C, F, G, H, I y J. 
Podremos centrar la discusión en el análisis que permita visualizar el atributo de 
una clase, es decir que varias figuras pueden pertenecer a un mismo conjunto y 
que una misma figura puede pertenecer a distintos conjuntos. La comparación del 
mensaje 2 con el 4 permitirá ver que, por ejemplo, el paralelogramo propiamente 
dicho pertenece a una clase de figuras por tener dos pares lados iguales y tam-bién 
a otra clase de figuras ya que sus diagonales no son iguales ni perpendicu-lares. 
Estas ideas posibilitan ir trabajando de una manera dinámica la inclusión de 
las clases según los criterios que las definen. 
Otro tipo de situaciones que favorecerá la sistematización de las propiedades 
puede ser una como la siguiente. 
• Justificá la veracidad o falsedad de las siguientes afirmaciones, utilizando 
contraejemplos en el caso de que sean falsas. 
- Un cuadrilátero que tiene todos sus lados iguales es un cuadrado. 
- Un cuadrilátero que tiene dos pares de lados iguales es un rectángulo. 
- Una figura de cuatro lados que tiene un ángulo recto es un trapecio rectángulo. 
- Una figura que no es paralelogramo y tiene sus diagonales 
perpendiculares es el romboide. 
La justificación a través de contraejemplos lleva a pensar en las representacio-nes 
internas que se han ido construyendo a propósito de diferentes conjuntos 
de figuras. Esta actividad puede concluirse proponiendo que los alumnos com-pleten 
afirmaciones del tipo: 
En un conjunto de cuadriláteros cuyas diagonales son iguales puede haber 
un…………; 
En un conjunto de cuadriláteros cuyos lados paralelos son iguales puede 
haber un………… 
El objetivo de estas actividades es que los alumnos realicen clasificaciones 
explicitando los criterios que determinan las clases. Por ejemplo: lados iguales y 
ángulos rectos; diagonales perpendiculares y lados opuestos iguales.... 
En todos los casos, habrá que ordenar las conclusiones a las que se aborde en 
las distintas actividades en forma de cuadros, listas de propiedades, esquemas, etc. 
151 
EJE 
Geometría 
y Medida
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
152 Serie 
Cuadernos para el aula 
Tal como lo señalamos antes, en este Cuaderno se ha desarrollado en pro-fundidad 
el caso de los cuadriláteros para presentar el sentido del trabajo con 
las figuras, representadas tanto a través de un texto como de un dibujo, pero las 
actividades podrían adaptarse para abordar las propiedades de otros polígonos. 
En relación con los triángulos, hay dos propiedades que es posible trabajar 
en 6° año/grado: la propiedad triangular y la de la invariancia de la suma de los 
ángulos interiores. Para la primera, es posible proponer un análisis de casos 
que los lleve a elaborar una conjetura. Es conveniente que los niños realicen la 
generalización a partir del análisis de casos, por ejemplo planteando estas con-signas 
de trabajo. 
a) Usando segmentos de 3 cm, 4 cm, 6 cm y 9 cm como lados, indicá dos 
triángulos que se pueden construir y dos que no se puedan construir. 
b) Juan encontró en un libro la siguiente afirmación: Para que se pueda 
construir un triángulo, la suma de las longitudes de dos de sus lados 
debe ser mayor que la longitud del tercer lado. Esto debe cumplirse para 
las tres sumas posibles. 
Comprobá si todos los triángulos que construiste cumplen dicha condición. 
Para la segunda propiedad, podremos proponer problemas en las que los chicos 
partan de propiedades conocidas. 
Sabiendo que ABCD es un cuadrado y que MNOP y RSVQ, STUV y RTUQ 
son rectángulos, calculá el valor de todos los ángulos marcados. 
Para resolver esta situación los chicos pueden razonar a partir de sus conoci-mientos 
sobre lados y ángulos de cuadrados, rectángulos y triángulos isósceles 
y discutir, por ejemplo, por qué MNQ y ONP son triángulos iguales. Luego 
podrán debatir sobre el valor de la suma de los ángulos interiores de todos los 
triángulos dibujados.
Nap 
Matemática 6 
Para avanzar en el conocimiento del proceso de medir 
La medida de magnitudes es importante tanto desde el punto de vista social como 
científico, ya que cumple un rol esencial en la interpretación del mundo físico. 
En la resolución de los problemas de medida que enfrentamos a diario se 
involucran también muchos conocimientos geométricos, como cuando se dise-ña 
un mueble o un folleto, se tiene que cubrir una superficie o se calculan el 
volumen de una pileta o una distancia en un mapa. Los conocimientos acerca de 
la medida de magnitudes permiten que los alumnos interpreten y usen datos 
(relaciones comerciales, lectura de diarios) para tomar decisiones acordes a la 
realidad, y favorecen de este modo la educación para el consumo. 
Desde un punto de vista didáctico, en los Cuadernos anteriores la construc-ción 
de los contenidos tanto geométricos como de medida se desarrollan por 
caminos diferentes. Pero es posible llegar a un punto de encuentro cuando se 
trata de calcular la medida de perímetros, áreas o volúmenes de determinadas 
figuras o cuerpos geométricos. 
Dado el uso social de la medida, en muchas ocasiones la escuela ha descui-dado 
la enseñanza de estos saberes por considerar que pueden aprenderse en 
relación con el medio. Asimismo, es frecuente que la enseñanza de la medida se 
centre en las equivalencias entre unidades y en la estructura decimal del siste-ma 
de unidades de medida. Muchas veces se evitan las prácticas efectivas de 
medición y se usa el sistema métrico legal como un saber ya construido, sin dar 
la posibilidad de compararlo con otros sistemas no convencionales. Los alumnos 
realizan conversiones de unidades apoyándose en reglas mecánicas, y es fre-cuente 
encontrar reflexiones como Para pasar de m a km, ¿voy para la dere-cha 
o voy para la izquierda? 
Desde las propuestas curriculares actuales se fundamenta la necesidad de 
prestar más atención a la estimación y a la medición efectiva para resolver pro-blemas 
que a la memorización y a la manipulación de fórmulas14. En principio, es 
necesario distinguir las magnitudes físicas vinculadas al espacio, como la longi-tud, 
la capacidad y la superficie, en las que se ponen en juego el marco geomé-trico 
de otras magnitudes donde la forma de los objetos no influye como varia-ble 
a tener en cuenta, como en el caso del peso y de la masa. Diferenciar las 
distintas magnitudes requerirá plantear problemas específicos, ya que es difícil 
comprender que un objeto es más pesado que otro usando solo la vista, que un 
14 Un atributo medible es la característica de un objeto que se puede cuantificar. Los segmentos 
de la recta tienen longitud, las figuras planas tienen superficie, los objetos físicos tienen masa, 
peso, etc. 
153 
EJE 
Geometría 
y Medida
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
154 Serie 
Cuadernos para el aula 
recipiente tiene más o menos capacidad sin haber hecho trasvasamientos o que 
una superficie tiene igual área que otra de diferente forma sin haber recortado, 
compensado o haber hecho cubrimientos. 
Toda medición tiene un margen de error. Si se mide el ancho de una hoja varias 
veces se puede obtener 19 cm, 19,2 cm, 18,9 cm, aun cuando se utilice el mismo 
instrumento. En el acto de medir se juegan errores provocados por los defectos de 
la escala del instrumento (errores sistemáticos), errores que se originan en las lec-turas 
de la persona que esta midiendo (errores de apreciación) o errores que no 
son previsibles (errores casuales), como la temperatura, la presión, etc. 
Algunas situaciones que favorecen la construcción del sentido de las medi-ciones 
son aquellas que permiten trabajar sobre: 
- la medición efectiva de los atributos medibles de los objetos (longitud, peso, 
capacidad, área), abordando la inexactitud de la resultados de las medidas (atri-buida 
al instrumento de medición o al error humano); 
- la necesidad de seleccionar una unidad de medida y un instrumento adecua-do 
a la cantidad que se quiere medir, comparando unidades arbitrarias y conven-cionales 
para comprender las regularidades del sistema de medición y 
- la construcción de referentes comunes de medidas, para hacer comparacio-nes 
y estimaciones. 
La comprensión y el descubrimiento de las relaciones entre unidades se favore-cerá 
siempre que los alumnos puedan resolver problemas tanto en el marco aritmé-tico 
como en el geométrico. Abordar las características del Sistema Métrico Legal sin 
haber realizado mediciones y tratado la expresión de sus resultados con distintas uni-dades, 
puede dificultar la comprensión de las regularidades propias del sistema. 
De manera general, podríamos decir que al abordar la enseñanza de las distin-tas 
magnitudes deberemos incluir actividades que pongan en evidencia la necesi-dad 
de determinar una unidad de medida, utilizar referentes en relación a medidas 
de objetos familiares o unidades antropométricas, usar unidades no convenciona-les 
con múltiplos y submúltiplos de esa unidad, y reflexionar sobre las ventajas de 
la comunicación al contar con unidades legales y con los múltiplos y submúltiplos 
de esas unidades. Vale aclarar aquí, y en particular en este año/grado, que la pre-sentación 
del trabajo con distintos tipos de unidades (no convencionales, sean o 
no antropométricos, y convencionales) no debe entenderse necesariamente en el 
orden de su evolución histórica ya que solicitar el uso de unidades no convencio-nales 
para realizar una medición puede resultar forzado cuando los alumnos cono-cen 
y disponen de instrumentos convencionales. Así, deberemos cuidar que las 
consignas para el trabajo con mediciones efectivas tengan en cuenta que el valor 
que se busca debe tener sentido en función de la necesidad de tomar alguna deci-sión 
en la resolución de un problema y que podrá resolverse usando distintas uni-dades 
o instrumentos según lo requiera la situación y no, solamente, en función de 
una necesidad escolar de trabajar los distintos tipos de unidades.
Nap 
Matemática 6 
Si bien en el apartado “Plantear situaciones para analizar las escrituras de can-tidades15” 
se desarrolla casi al finalizar este Cuaderno, el tratamiento de las 
equivalencias entre expresiones para una misma cantidad, que llevará en años 
posteriores a sistematizar la estructura de los sistemas de unidades, debe 
abordarse de manera articulada con las actividades de los otros apartados del 
Eje “Geometría y Medida”. Este trabajo de análisis de escrituras requiere que 
las equivalencias hayan sido producidas por los propios alumnos al resolver 
problemas que involucren mediciones o cálculos de medidas. 
Plantear situaciones para estimar, medir y expresar cantidades 
La estimación es una estrategia de pensamiento, es un proceso mental en el 
que confluyen la intuición y la lógica para resolver problemas de la vida cotidia-na. 
Si bien el término “estimación” tiene múltiples usos, podemos decir que la 
estimación en Matemática es el juicio de valor del resultado de una operación 
numérica o de la medida de una cantidad, en función de circunstancias indivi-duales 
del que lo emite16. 
Estimar la medida de una cantidad es el proceso por el cual se obtiene una 
medición sin necesidad de utilizar instrumentos. En algunos casos, la estimación 
consiste en comparar dos cantidades, como cuando un conductor estima si es 
posible estacionar su auto en el espacio que hay entre otros dos. En otros casos, 
requiere del empleo de unidades de medida, como cuando le explicamos a una 
persona la distancia a la que se encuentra de un determinado centro turístico. 
Los procesos de estimación son muy frecuentes en las actividades de nuestra 
vida diaria, la mayor parte de las personas realizan estimaciones y algunas llegan 
a ser expertas en la tarea de estimar en determinados contextos. Así, por ejem-plo, 
habitualmente utilizamos o escuchamos expresiones como En quince minu-tos 
podés llegar caminando; Queda a diez cuadras, es casi un kilómetro; Esta 
mesa no va a pasar por esa abertura, mide más de 1,20 m de ancho; Juan no 
pasa por esa puerta, mide más de dos metros; Luego de tres minutos de coc-ción, 
el huevo está listo para comer; La temperatura es bajo cero, el pasto está 
congelado; Con cinco litros de pintura les alcanza para pintar las habitaciones 
de la casa; Le doy 4 manzanas grandes, eso es aproximadamente un kg. 
15 El citado apartado es el último de este Eje. 
16 En Segovia, I. Castro, E., Castro, E. y Rico, L. (1989), Estimación en cálculo y medida. Madrid, 
Síntesis. 
155 
EJE 
Geometría 
y Medida
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
156 Serie 
Cuadernos para el aula 
En determinados oficios o profesiones el uso de la estimación es importante 
para realizar diversas tareas, lo que implica una interiorización de determinadas 
unidades y referentes17 que permiten llegar a estimaciones de cantidades con 
una gran precisión. Por ejemplo: 
- La compra o venta de un fertilizante, un insecticida, un abono o semillas, 
supone una estimación previa por parte del agricultor, del jardinero o del comer-ciante. 
Dicha estimación lo llevará a comprar o vender la cantidad mínima, pero 
que sea la suficiente. El abono se compra por kilo, pero a la hora de distribuirlo 
en cada planta, suele ser complicado pesar para cada planta 1 o 2 kg. Para solu-cionarlo, 
muchas veces se recurre a la cantidad de abono que puede contener, 
por ejemplo, una lata, entonces se utiliza el recipiente como unidad de referen-cia, 
y para tal fin se lo pesa y se lo utiliza para estimar la cantidad de latas que 
se deben echar por cada planta (una lata, una lata y media). 
- La información que nos llega a través de los servicios meteorológicos sobre la 
temperatura en tal o cual ciudad, nos dice, por ejemplo que la máxima fue de x gra-dos 
centígrados, pero no se da a conocer exactamente el lugar de medición o las 
condiciones en las que se tomó. No es extraño, entonces, que en otros puntos de 
la misma ciudad, la temperatura difiera en varios grados. La velocidad del viento o 
la lluvia caída también son datos aproximados, puesto que el viento no tiene siem-pre 
la misma velocidad ni llueve en forma uniforme en todos los lugares. 
- La compra de comida, el equilibrio del presupuesto familiar, la previsión de 
gastos extras, la búsqueda constante de comercios donde los gastos se minimi-cen 
son otras actividades donde es necesario estimar. 
Los procesos de estimación son importantes para incluirlos en la enseñanza 
por su utilidad práctica, y por la formación que propicia en el alumno en relación 
con el conocimiento de la medida. Además, ofrecen una visión según la cual en 
Matemática son válidos los resultados aproximados, siendo esta razón tan váli-da 
como las anteriores. 
Con el fin de que los alumnos realicen estimaciones, es necesario que estén 
familiarizados con una buena colección de referentes. Algunos referentes pue-den 
ser su propio peso, altura, longitud de su pie o la palma de su mano, la tira 
17 Recomendación de lectura: véase Bressan, A. M., Bogisic, B. (1996), La estimación, una 
forma importante de pensar en matemática, Documento curricular N° 1. En dicho documento 
se explicita que los referentes son objetos usuales (tazas, baldosas, goteros, etc.) o partes de 
nuestro cuerpo (brazos, palmas, pies, etc.) con los cuales es posible establecer una corres-pondencia 
con las unidades convencionales. 
de 1_2 
o 1_ 
10 metros, las baldosas, los azulejos, el papel glasé (1 dm2), la cuadra, el 
balde de 10 litros, latas de pintura (1 dal), el litro (jarras o botellas), el tanque de 
agua de las casas (1000 litros), el termotanque (1 hl). Conocer el orden de mag-
Nap 
Matemática 6 
nitud de su propia altura, de la longitud de sus pasos (normales), de la capaci-dad 
de una copa, de una taza, de ciertas distancias domésticas o geográficas, 
4 
_etc., permitirá realizar estimaciones. 
Por ejemplo, al estimar la altura de la puerta se puede pensar que es de 1m 
y un poco más (más o menos) en relación al referente (altura de la persona). Si, 
por ejemplo, la altura de una persona es de 1,60 m, entonces la altura de la 
puerta será de 1,60 m más 40 cm, es decir aproximadamente de dos metros, o 
por ejemplo, para estimar la altura de una ventana se puede pensar es más de 
la mitad de mi altura ( 3partes), aproximadamente 1,20 m. 
Todo lo expuesto hasta aquí fundamenta sin duda la inclusión de la estima-ción 
en la enseñanza de la Matemática. Su importancia no radica solo en poder 
obtener una respuesta aproximada antes de efectuar un cálculo, sino también 
como herramienta de comprobación de resultados, como recurso para la ense-ñanza 
de la medida y para determinar si una respuesta es o no razonable al 
resolver un problema. 
Por otra parte, la estimación permite a los alumnos considerar en el cálculo 
matemático el doble carácter de exacto y aproximado. Para ello, es importante 
que propongamos actividades que permitan apreciar en qué situación conviene 
utilizar una u otra. Algunos términos, como aproximadamente, casi, más cerca 
de, entre, un poco menos que dan cuenta de que la Matemática no se funda solo 
en la exactitud. Las siguientes, son algunas actividades que podrían proponerse. 
• En un negocio donde hay un cartel que dice rebajas del 5 % por fin de 
temporada, una camisa cuesta $ 165. Si Juan tiene $ 150, ¿le alcanzará 
para comprarla? 
• Ana pinta una pared en 2 horas. María pinta la misma pared en 4 horas, si 
las dos trabajan juntas, ¿cuánto tiempo emplearán? 
En el primer problema, al hacer la estimación del precio para saber si es posible 
comprar la camisa, es importante observar con los alumnos que se deben des-contar 
$15 para poder comprarla. Pensar en el 10 % (se puede calcular fácil-mente 
$16,5) puede servir para pensar que el 5 % es la mitad, en cuyo caso 
el descuento será un poquito más de $ 8, pero es menor que los quince pesos 
de descuento que necesita. 
En el caso del cálculo de tiempo, un error frecuente de los alumnos consiste 
en aplicar mecánicamente el promedio y decir que demoran 3 horas. En este 
caso, es necesario discutir respecto del resultado, ya que ambas personas pue-den 
trabajar en forma conjunta de manera tal que si una persona demora 
dos horas y tiene alguien que la ayude, seguramente empleará menos de las dos 
horas, por lo que el modelo de la proporcionalidad puede no ser adecuado para 
157 
EJE 
Geometría 
y Medida
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
158 Serie 
Cuadernos para el aula 
dar una respuesta precisa en cuanto a la relación trabajo manual, cantidad de 
personas y tiempo. 
Otra actividad en la que se propone analizar estrategias de estimación es la 
siguiente situación: 
• Juan estaba entusiasmado leyendo un libro, y se dio cuenta de que en 
una hora había leído 20 páginas. Entonces, quiso saber cuántas palabras 
por minuto era capaz de leer. Para empezar a resolver el problema, a Juan 
se le ocurrieron distintos procedimientos: 
- Cuento todas las palabras de las diez hojas, y las divido por 60 
minutos. 
- Cuento las palabras que puede haber en una página, luego las 
multiplico por las 20 páginas y al final divido por los 60 minutos. 
- Cuento los renglones de una página (varias veces para estar 
seguro), luego las palabras que hay en un renglón (varias veces) y en 
distintos renglones. Y multiplico ambos números. A ese resultado lo 
multiplico por las 20 páginas que leí y lo divido por 60. 
¿Qué opinás acerca de las estrategias que pensó Juan? ¿Le permitirán 
resolver el problema? ¿Cuál elegirías? 
A continuación, presentamos una transcripción del trabajo con la consigna ante-rior, 
realizado por un grupo de alumnos de 6º año/grado. 
Registro de clase 
En la clase, se producen discusiones en pequeños grupos respecto de las 
tres estrategias. En un grupo donde discutieron la primera estrategia dijeron: 
Alumno A: —No podés contar todas las palabras... de todas las hojas. 
Alumno B: –Son muchas para contar una por una, no terminás nunca y 
seguro que te confundís. 
En el grupo, cuando discutieron la segunda estrategia dijeron: 
Alumno C: –Yo ya probé, te perdés. 
Alumno D: –Contemos callados, y vemos si nos da parecido. 
Alumno E: –Me dio como quinientas. 
Alumno F: –Mirá que no siempre te va a dar igual la cantidad de palabras..., 
(Se ponen de acuerdo entre ellos.) 
Alumno C: –Vos contá renglones de la página 1, vos de la 2 y nosotros dos 
contamos las palabras que hay en 5 renglones. 
En el tercer grupo, al considerar la última estrategia dijeron: 
Alumno G: –Esta forma me parece más rápida y segura. 
Alumno H: –Renglones por cada página hay 42, 39, 40, 40, porque en
Matemática 6 
alguna hojas hay títulos y espacios..., redondeamos en 40, más o menos. 
Alumno I: –Las palabras dan 10, 11,13, 12, 12, 11, 12, 11, 13 y..., hagamos 
las cuentas con 12. Estos resultados van a ser más o menos..., 
no son exactos..., tampoco leemos tanto, porque al final te cansás. 
Alumno J: –Nos da 12 x 40 = 480 en una página, en 20 nos daría 9600 
palabras... ¡tantas! Eso es en una hora entonces… entonces en un minuto… 
dividí por 60... te da 160 palabras. 
Alumno K: —A mí me da 11 por 42, que es igual 462 palabras en una 
página, entonces en 20 da 9240 y al dividir por 60 minutos te da 154 
palabras en un minuto. 
Luego, la maestra organizó la discusión en plenario. Se debatió sobre 
algunos cálculos, llegando a la conclusión de que el resultado está cercano a 
los ciento cincuenta. Los alumnos observaron que los resultados están en el 
orden de magnitud de las 154, 160, 164 palabras por minuto y que varían 
entre 4, 6 y 10 palabras. 
Los resultados expresan que esta cantidad de palabras es menor (en 
promedio) que la cantidad de palabras que hay en un renglón. Algunos 
alumnos propusieron verificar si más o menos el resultado es razonable, 
midiendo el tiempo. Sugirieron que en los diferentes grupos unos integrantes 
leyeran silenciosamente una hoja, y que otros integrantes midieran el tiempo 
(un minuto). La docente dio lugar a dicha propuesta, porque consideró que 
los resultados obtenidos necesitaban de una validez experimental. Además, 
les propuso averiguar este dato, ya que había una propaganda de TV sobre 
lectura veloz, donde seguramente aparecía el mismo. 
En esta actividad se trabaja con magnitudes discretas (cantidad de palabras, 
renglones) y con una magnitud cociente que es la cantidad de palabras por 
minuto que mide la velocidad de lectura. En el trabajo que realizaron los alum-nos 
se observaron expresiones que dan cuenta de las posibilidades que brinda 
esta situación para que discutan especialmente sobre la estrategia que llevará a 
estimar la cantidad de palabras por página, calcular la cantidad de palabras en 
las 200 páginas, reflexionar sobre resultados aproximados, distribuir tareas para 
recuperar datos, extrapolar resultados de una muestra, pensar en la razonabili-dad 
de los resultados y procedimientos óptimos, necesidad de construir referen-tes 
a través de la experiencia. 
Nap 
159 
EJE 
Geometría 
y Medida
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
160 Serie 
Cuadernos para el aula 
Tal como se afirmó al desarrollar el Eje “Número y Operaciones”, es en las 
situaciones de estimación, medición efectiva y cálculo de medidas que las 
expresiones fraccionarias y decimales adquieren sus primeros significados 
para los chicos, ya que el uso social más difundido de estas escrituras está 
asociado a medidas de longitud, superficie, peso, capacidad y tiempo. 
Otras actividades, como la siguiente, permiten avanzar en la conformación de un 
repertorio de referentes para las distintas magnitudes. 
• Subrayá las respuestas más razonables para cada caso y explicá tus 
razonamientos. 
a) El número de alumnos de una clase de escuela es: 
5 25 100 250 
b) Juan recorre 60 km en auto y demora: 
5 minutos 1 hora 300 minutos 10 horas 
c) Para coser una cinta en los bordes de un repasador hay que comprar: 
15 m de cinta 15 dm de cinta 15 cm de cinta 1,5 m de cinta 
d) En un kg de naranjas entran: 
5 naranjas 50 naranjas 8 naranjas 
En estos casos, podemos proponer discutir si las soluciones son o no razona-bles 
en función de un contexto. Para el caso a) la experiencia personal de los 
alumnos hace que elijan el 25 como respuesta más razonable respecto a la 
capacidad del aula, argumentando que sería imposible que entren 100 ó 250 
alumnos en un aula, pero sí podrían ser 5 los alumnos de una clase aunque no 
sea lo más normal. Para el caso b), algunos argumentos posibles se referirán a 
la imposibilidad de realizar 60 km en 5 minutos, una hora sería razonable, aun-que 
si se hace una pausa en el camino, también se podría demorar 5 horas (300 
minutos) o 10 horas. Para el caso c), se descartan 15 m y 15 cm en función de 
la representación del tamaño del repasador y eligen 1,5 m o 15 dm. Es proba-ble 
que descarten 15 dm, ya que no es común tener la representación de esa 
cantidad como un valor de referencia. Luego, la reflexión acerca de cuántos dm 
hay en un metro, permitirá discutir sobre las equivalencias de dichas expresio-nes 
e incorporar esa respuesta como razonable. Para el caso d) es posible des-cartar 
fácilmente las 50 naranjas, no así para el caso de 5 y de 8 naranjas, pues-to 
que habría que recurrir a mediciones o contar con alguna experiencia previa 
que nos permita dar la respuesta.
Matemática 6 
En la actividad siguiente, los alumnos tendrán la posibilidad de estimar y mejo-rar 
sus estimaciones a partir de determinar los referentes y confrontar datos. 
• Resolvé en forma individual 
En un campamento escolar se prepara comida para 300 chicos. Para el 
postre se quieren servir naranjas y para eso necesitan calcular cuántos kilos 
tienen que comprar como mínimo para que no le falta a nadie. La 
encargada de la cocina se plantea estas preguntas: ¿cuánto puede pesar 
una naranja? ¿Cuántas naranjas entran en un kilo? 
• Formen un grupo y armen una tabla con los datos que aporta cada uno. 
Plantearles a los alumnos esta situación podrá generar la discusión acerca de 
cómo hacer para estimar el peso de una naranja y qué caminos se pueden reco-rrer. 
Es posible que los alumnos comenten: No sé cuánto pesa una naranja, No 
todas las naranjas son iguales, por lo tanto pesarán distinto; Hay naranjas más 
chicas que otras; Si son grandes, entran menos en el kilo. Los alumnos podrán 
concluir que aún pesando una naranja no es posible generalizar y por lo tanto la 
respuesta será aproximada. 
Como tarea para el hogar, el docente podrá pedir que los chicos pesen una 
naranja y un kilo de naranjas y cuenten cuántas entran en el kilo. 
• Con los datos que trajo cada uno de los integrantes de tu grupo 
confeccionen una tabla como la siguiente: 
Nap 
161 
EJE 
Geometría 
y Medida 
Alumno Peso de 1 naranja Cantidad por kg 
a) Analicen la tabla y respondan 
- El peso de una naranja, ¿entre qué valores está? 
- El número de naranjas que entran en un kilo, ¿entre qué valores está? 
b) Comparen los datos de las dos tablas y elijan valores para responder a 
las preguntas que se hizo la encargada de la cocina 
En la reflexión final de la actividad sería interesante plantear por qué el prome-dio 
es una estrategia válida y cuáles son los referentes que sirven en este caso 
para lograr una mejor aproximación.
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
162 Serie 
Cuadernos para el aula 
Con respecto a las actividades que favorecen la comprensión del proceso de 
medición, tal como se afirmó en Cuadernos para el aula: Matemática 5, en 
cuanto a longitudes, pesos y capacidades proponemos continuar con el uso de 
equivalencias de unidades para estimar el resultado de un cálculo, la equivalen-cia 
de cantidades, la reflexión y el análisis de las escrituras, y avanzar sobre algu-nos 
conocimientos de las magnitudes bidimensionales, como la superficie. 
La incorporación de nuevos contextos llevará a conocer nuevas unidades y 
equivalencias para enriquecer el repertorio conocido, sin necesidad de presen-tar, 
por ejemplo, las unidades de capacidad para usarlas luego en la resolución 
de algunos ejercicios sobre equivalencias. 
En el apartado “Plantear situaciones para analizar la escritura de cantidades” 
se desarrollan actividades en las que se avanza recuperando las unidades que 
se utilizaron en la resolución de distintos problemas para completar luego las 
que falten apoyándose en la estructura decimal de los agrupamientos. 
En relación con el tratamiento de las magnitudes de superficie y volumen, 
Vergnaud18 y sus colaboradores afirman que pueden ser tratadas de dos formas: 
- de modo unidimensional: es esencial que este aspecto unidimensional sea 
organizado como objeto de estudio y de reflexión. En este caso, la medida se 
obtiene por comparación directa de dos cantidades de magnitudes homogéneas, 
por ejemplo una superficie con una baldosa, para saber cuántas baldosas entran 
en una superficie y así determinar el área en función de esa unidad. 
- como producto de medidas: en este caso, para encontrar el área de un rec-tángulo, 
multiplicamos la medida de sus lados y para el caso de hallar el volu-men 
de un paralelepípedo, multiplicamos la medida de sus tres dimensiones. 
18 Vergnaud, G. (1990), “La théorie des champs conceptuels”, en: Recherches en Didactique des 
Mathématiques, Vol. 10 N° 23, pp. 133-170.
Nap 
Matemática 6 
Los problemas de productos de medidas nos permiten profundizar el sentido 
de la multiplicación de dos números racionales en el contexto de la medida. La 
medición produce nuevos significados para los números y las operaciones, por 
ejemplo para la determinación del área de un rectángulo se involucran el pro-ducto 
de medidas. 
En 5º año/grado, los alumnos seguramente trabajaron con cubrimientos19 por 
ejemplo, observar y discutir sobre las formas planas que mejor cubren la figura 
dada, subdividir una figura en partes e iterar la misma para medir. También es 
posible que hayan realizado comparaciones directas e indirectas después de 
descomponer y realizar trasformaciones para conservar el área o para obtener 
figuras con áreas, dobles mitades, triplos, etc. Para eso, se pueden proponer 
actividades como las siguientes. 
• a) ¿Cuáles de las siguientes figuras pueden ser transformadas en el 
rectángulo A? 
19 Recomendación de lectura: actividades de este tipo pueden encontrarse en el apartado 
“Plantear situaciones para estimar, medir y expresar cantidades” de Cuadernos para el aula: 
Matemática 5. 
163 
EJE 
Geometría 
y Medida 
b) Partiendo del rectángulo A, encontrá y dibujá otras figuras diferentes a 
las anteriores. 
• Tomando como base los triángulos A, B, C y D contruí cuadriláteros cuya 
área sea igual al doble de las de cada uno.
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
164 Serie 
Cuadernos para el aula 
• ¿Qué relación existe entre el área de la figura pintada y la figura base? 
Explicá cómo lo pensaste. 
• Analizá, para cada par de figuras, si es cierto que para hacerlas se 
necesita la misma cantidad de cartulina. 
a. b. 
Asimismo, podremos ofrecer actividades en las que haya que cubrir el plano con 
diferentes unidades para discutir sobre la forma más adecuada para medir el 
área de una figura dada, y otras en las que se usen unidades convencionales, 
como el cm2, trabajando por ejemplo sobre papel cuadriculado, y se expliciten 
algunas las relaciones de los múltiplos y submúltiplos del m2. En este caso, tam-bién 
se puede incluir la medición de formas irregulares, aproximando el valor de 
cantidad y utilizando diferentes unidades de medida. Por ejemplo, calcular la 
superficie de la palma de la mano en una hoja centimetrada y milimetrada. 
En 5º año/grado los alumnos seguramente ya calcularon el área de cuadrados 
y rectángulos, utilizando una “multiplicación” que tiende a la sistematización del 
procedimiento para multiplicar el largo por el ancho, que luego será la fórmula del 
área. En 6º año/grado es importante recuperar y fomentar el desarrollo y la refle-xión 
de diferentes estrategias, aditivas y multiplicativas. Sabemos que cuando los 
lados del rectángulo son números enteros, la unidad de área (1 u2) es el cuadra-dito 
cuyo lado mide 1 u y para determinar el 
área de un rectángulo, pueden aparecer proce-dimientos 
aditivos, donde se cuenta la cantidad 
de cuadraditos: hay tres filas de cinco es decir 
5 + 5 + 5 (o cinco columnas de tres), o proce-dimientos 
multiplicativos. 
Si, en cambio, planteamos un problema para calcular el área de un rectángu-lo, 
donde las medidas de los lados son números no enteros, racionales o deci-males, 
la comprensión de la medida del área no resulta simple. Por ejemplo, 
pensemos en hallar el área de un rectángulo cuya base mide 3_5 
de unidad y la 
altura 1_2 
de unidad.
El área pintada del rectángulo son 3 cuadra-ditos, 
donde cada uno representa la décima 
5 
2 
__( 1_ 
) parte del cuadrado “unidad”. La fórmula 
10 que permite calcular el área sigue siendo 
válida ( 1x 3= 3_ 
) pero es poco evidente en 
10 Matemática 6 
lo que respecta a la interpretación de la misma, ya que hay un cambio de uni-dad. 
Cada rectangulito sombreado ahora es _1 
10 del cuadrado unidad, y es difícil 
comprender esta relación sin tener la referencia de esta nueva unidad. 
Para comprender este problema, es necesario que los niños estén familiari-zados 
con el concepto de medida, tengan experiencias de mediciones directas 
del área, y hayan explorado la relación entre las medidas de los lados y el área 
para valores enteros. 
En el apartado “Plantear situaciones para elaborar y comparar diferentes proce-dimientos 
de cálculo” de este Cuaderno se han analizado procedimientos que 
los niños elaboran para multiplicar fracciones. Este contexto permite darle sen-tido 
a dicha operatoria y avanzar hacia la sistematización del procedimiento. 
Para avanzar en la sistematización de otros procedimientos para el cálculo de 
áreas es necesario que los alumnos puedan comprender que el producto de las 
medidas de los lados de un rectángulo o cuadrado permite optimizar el cálculo 
del área. Por ejemplo, para el caso del paralelogramo se propuso, en un 
6º año/grado, la siguiente actividad. 
• Dado un rectángulo de 4 cm de largo por 1,5 cm de alto y un 
paralelogramo de igual base y altura a los lados del rectángulo, ¿es posible 
utilizar lo que sabés del área del rectángulo para calcular el área del 
paralelogramo? 
Nap 
165 
EJE 
Geometría 
y Medida
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
4 
2 
Algunos alumnos encuentran que __es posible transformar el paralelogramo en el 
rectángulo, como se muestra en el siguiente dibujo, y luego miden los lados del 
nuevo rectángulo. Otros miden y luego multiplican los lados del paralelogramo 
(4 cm x 2 cm = 8 cm2). También pueden hacer el conteo de los cm2 y de los 
1cm2 ó 1cm2. 
166 Serie 
Cuadernos para el aula 
Ante la diferencia de los resultados, especialmente para la estrategia que multi-plican 
los lados del paralelogramo, una docente planteó la siguiente discusión 
respecto de la relación entre la medida de los lados del rectángulo y la de los 
lados del paralelogramo. 
Registro de clase 
Docente: –¿Cómo es posible que el cálculo del área del rectángulo les de, 
a algunos alumnos, 6 cm2 y a otros, 8 cm2? 
Alumno A: –Nos da diferente porque multiplicamos lados diferentes 
(4 x 1,5) y ellos 4 x 2,...). 
Alumno B: –El lado del paralelogramo quedó adentro de la figura, es de 
donde lo pegamos... 
Alumno C: –Lo que mide 1,5 cm es este segmento (Señala el segmento 
punteado de la primera figura.) por donde cortamos el triangulito que 
trasladamos. 
Docente: –¿Qué relación existe entre el ancho y el alto de ambas figuras? 
Alumno D: –Las bases, lados de abajo, se mantienen cuando los 
superponemos. 
Alumno E: –Cuando superponemos las dos figuras, las bases coinciden y el 
alto de las dos también es igual (1,5 cm) y eso te da la cantidad cuadrados 
de 1cm2. 
Estas reflexiones de los alumnos son las que permiten luego llegar a compren-der 
que la expresión base por altura o ancho por alto es útil para calcular el área 
del paralelogramo. La docente intervino recuperando las ideas respecto de la 
altura de ambas figuras y explicitó que la altura del rectángulo es la misma que
Nap 
Matemática 6 
la altura del paralelogramo y que en el caso del rectángulo, el valor de uno de 
los lados es el valor de la altura, lo cual no ocurre en el paralelogramo. Es decir, 
el valor del lado y la altura del paralelogramo no son coincidentes. 
Así, el trabajo de búsqueda de áreas equivalentes, dobles o mitades, las trans-formaciones 
de unas figuras en otras de áreas equivalentes permiten el cálculo 
de áreas de otros polígonos. Cabe señalar que no es necesario presentar las fór-mulas, 
basta con poder explicitar las relaciones entre las datos iniciales, las 
medidas de la figura transformada y la relación entre las áreas. La posibilidad de 
generalizar20 un procedimiento para una misma clase de figuras, como por ejem-plo 
los triángulos, aun cuando tengan distintas propiedades (isósceles o no, 
obtusángulos, rectángulos o acutángulos) y establecer fórmulas, requiere una 
exploración bastante intensa sobre casos particulares y de la discusión, a partir 
de intervenciones específicas del docente, sobre la posibilidad de usar una 
misma estrategia para figuras de distinta forma. Asimismo, habrá que variar las 
medidas utilizando primero valores que permitan establecer relaciones fácilmen-te 
para luego avanzar con otras expresiones. 
Como ejemplo del tipo de trabajo que podemos plantear para otros polígonos 
se presentan a continuación los procedimientos para calcular el área de un trián-gulo 
isósceles de 3 cm de altura y 4 cm de base. Los procedimientos fueron rea-lizados 
por tres grupos diferentes de niños y los relatos siguientes fueron expre-sados 
por los representantes de dichos grupos. 
Registro de clase 
Leila: –Nosotros lo cortamos por la mitad y después pusimos uno al lado 
del otro formando un rectángulo. La altura del rectángulo es la misma que la 
del triángulo pero la base es la mitad, así que el área es dos por tres. 
20 Recomendación de lectura: véase el apartado “La gestión de la clase” en “Enseñar 
Matemática en el Segundo Ciclo” de este Cuaderno. 
167 
EJE 
Geometría 
y Medida
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168 Serie 
Cuadernos para el aula 
Ilan: –Nosotros armamos un rectángulo alrededor. La base del rectángulo 
es de cuatro y la altura de tres, pero el rectángulo es más grande, es el 
doble, así que después hay que hacer la mitad… doce. Dividido dos… seis. 
Fernando: –El otro día hicimos el área de un rombo multiplicando las 
diagonales y dividiendo por dos, así que nosotros armamos un rombo con 
dos triángulos. Las diagonales son de seis y de cuatro, seis por cuatro 
veinticuatro, dividido dos son doce. Como son dos triángulos, cada uno 
mide seis. 
A partir del análisis de estos procedimientos utilizados por los alumnos, la maes-tra 
propuso a cada grupo que Escriban un instructivo para describir uno de los 
tres procedimientos y luego se lo entreguen a otro grupo para que calcule el 
área de MNP, sin hacer nuevos dibujos o recortes.
Matemática 6 
2 
En una _discusión compartida por todo el grupo, compararon los instructivos y los 
cálculos. Esto permitió comprobar la equivalencia entre lo realizado por cada 
grupo de chicos y posibilitó que surgieran diferentes producciones, como por 
ejemplo altura del triángulo x 1de la base del triángulo, o bien base del trián-gulo 
x altura del triángulo, dividido 2 como así también 1_2 
de base del triángu-lo 
x doble de la altura del triángulo dividido 2. 
Para continuar, retomando los instructivos recientemente elaborados por los 
grupos, se podría proponer discutir cuáles de esos instructivos sirven cuando 
el triángulo no es isósceles o cuando se dan otros datos. De esta manera, 
estamos iniciando una nueva exploración en la que primero promoveremos que 
los alumnos anticipen y luego pasaremos a las comprobaciones que podrán ser 
a través del cálculo sobre figuras de análisis y, eventualmente, a través de medi-ciones 
o recortes de papel. Por ejemplo: 
• a) ¿Qué medidas tendrías que tomar para calcular el área de OPQ, 
sabiendo que OP = PQ y que PQ mide 5 cm? 
Nap 
169 
EJE 
Geometría 
y Medida 
b) Si PQ midiera 5 cm, pero el triángulo no fuera isósceles, ¿qué medidas 
tomarías?
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170 Serie 
Cuadernos para el aula 
• Para calcular el área de este triángulo, Ana dice que lo transforma en un 
rectángulo de base AB y divide por 2. Mirta afirma que es más fácil 
transformarlo en un paralelogramo de base CB y también dividirlo por 2. 
a) ¿Qué medidas toman Ana y Mirta? 
b) ¿Qué cálculos hacen? 
Otra posibilidad sería que elaboren instructivos para el nuevo triángulo, o bien 
mostrar a los alumnos los procedimientos realizados por Leila, Ilan y Fernando y 
pedirles que determinen si son correctos o no y por qué, para que luego elabo-ren 
los nuevos instructivos correspondientes. 
Un aspecto a tener en cuenta es el significado que dan los alumnos a las 
expresiones base y altura, ya que cuando los dibujos se presentan siempre en 
la misma posición esto lleva a asociar la base con un segmento horizontal y la 
altura con uno vertical. Asimismo, habrá que descubrir que en un mismo triángu-lo 
se pueden identificar tres pares de datos que permiten calcular el área. 
Plantear situaciones para avanzar en la exploración de relaciones 
entre perímetros y áreas 
Al iniciar el trabajo con áreas y perímetros, un aspecto importante a considerar es 
la diferenciación entre ambos conceptos. Esa confusión entre áreas y perímetros 
provoca, muchas veces, que las medidas del perímetro y del área aparezcan inter-cambiadas 
entre sí. Por ejemplo, el área muchas veces aparece expresada en cen-tímetros 
y no en centímetros cuadrados, como si solo fuera un problema de 
denominación. Por otro lado, los alumnos suponen la existencia de alguna vincula-ción 
entre ambos y tienden a pensar que la variación de uno de estos atributos 
implica la modificación del otro en la misma relación. Por ejemplo, si aumenta el 
área, aumenta el perímetro, si mantenemos el área, se mantiene el perímetro. 
Las actividades que abordan la conservación del área variando el perímetro y 
las que presenten figuras isoperimétricas (de igual perímetro) en las que varíe el 
área favorecerán la diferenciación entre ambas magnitudes. Un ejemplo podría 
ser el conjunto de las dos actividades siguientes. 
Para esta primera actividad, es posible organizar la clase en grupos de cua-tro 
integrantes y entregar a cada grupo tarjetas con cuadrados del mismo tama-ño 
divididos en cuatro partes de igual área.
Matemática 6 
• ¿Es posible que las partes en las que se han dividido los distintos 
cuadrados tengan igual área? ¿Cómo lo justificás? 
Nap 
171 
EJE 
Geometría 
y Medida 
Al resolver esta situación los chicos pueden desplegar algunas estrategias 
tales como: 
- Comparar las figuras A y B y justificar que las mitades en ambos casos son 
iguales, ya sea porque las superponen o porque observan que ambas mitades 
tienen la misma forma. 
- Transformar la figura base de B, en la figura base de A, compensando la 
superficie, trasladando “el cuadradito” (lo explican dibujando sobre la ficha o 
recortando y trasladando). 
- Tomar el cuadradito como “unidad de medida” y justificar diciendo este cua-dradito 
entra cuatro veces en la figura base de B y también en la figura base 
A (algunos alumnos se valen del papel cuadriculado para hacer la reproducción 
de la figura y poder explicar sus argumentos). 
- Justificar la congruencia de parte de la figura A y E, rotando una de las figu-ras 
y descomponiendo en mitades los dos cuadrados para cubrir los otros dos 
rectángulos. 
- Compensar las áreas, por ejemplo al analizar la figura C dicen este trianguli-to 
que sobra de acá falta allá para formar la letra ele (señalando la figura B). 
- Reconocer la misma forma contenida cuatro veces en el cuadrado en las 
figuras A, B, C y D 
- Componer con distintas figuras diciendo: está formada por un rectángulo grande 
y los triángulos de los costados, calcar y superponer para mostrar la congruencia. 
Al desarrollar esta actividad, los alumnos suelen expresar sus conclusiones 
con expresiones tales como: 
- No parecía que todas fueran un cuarto del cuadrado. 
- No parecía, porque tenían formas diferentes, pero midiendo (se refieren a las 
compensaciones) nos dimos cuenta que valían lo mismo, la cantidad de cua-draditos 
es la misma, cortados o enteros. 
- Las mitades de D parecen más grandes que las de A, B, C y E, pero... las 
dos son mitades y el cuadrado es el mismo... tienen que ser iguales... 
- Si contás uno por uno (figura C) los cuadraditos que están enteros y des-pués 
le sumás los que están en mitades te dan la misma cantidad.
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172 Serie 
Cuadernos para el aula 
En los casos en los que persistan las dudas, podremos sugerir que reproduz-can 
las figuras en papel cuadriculado para verificar midiendo (contando los cua-draditos 
que conforman cada figura base) o bien armar una cuadrícula sobre la 
figura dada. De las discusiones planteadas es posible concluir que las figuras de 
formas diferentes pueden tener igual área. 
Esta segunda actividad apunta a focalizar sobre los perímetros de figuras de 
diferente forma e igual área. Para desarrollarla, los alumnos deberán tener dis-ponible 
papel cuadriculado, que pueden usar o no. Es importante aclarar que 
todos los grupos tienen las mismas figuras. 
• Las figuras A, B, C, D y E tienen diferentes formas pero igual área. 
Averiguá si todas tienen el mismo perímetro. Justificá tu respuesta. 
Al resolver esta consigna, los chicos suelen afirmar, por ejemplo, que para la 
figura A hay 4 cuadraditos más 4 cuadraditos más los otros dos son diez cua-draditos. 
Para aclarar esta confusión entre lados y cuadraditos es conveniente 
2 
que intervengamos _preguntando ¿dónde están los diez cuadraditos? o bien, ¿y 
esos 10 cuadraditos ¿cuántos cm son, aproximadamente? Al responder, es 
posible que los chicos aclaren que se referían a la longitud del lado o traduzcan 
ese valor a cm, tomando la longitud del cuadradito como 1cm. 
Estos fueron algunos procedimientos que utilizaron los chicos para calcular el 
perímetro de cada figura. 
- Asocian los segmentos de igual longitud: 2 cm, 2 cm, 
0,5 cm, 0,5 cm. 
- Suman segmentos consecutivos: 2 cm + 0,5 cm + 2 
cm + 0,5 cm. 
Respuesta: 5 cm.
Nap 
Matemática 6 
173 
EJE 
Geometría 
y Medida 
- Asocian los segmentos de igual longitud: 1,5 cm + 1 
cm + 1 cm + 0,5 cm + 0,5 cm + 0,5 cm. 
- Suman segmentos consecutivos: (1,5 cm + 0,5 cm + 
1 cm + 0,5 cm + 0,5 cm + 1 cm). 
- Hacen otro tipo de asociaciones (2 cm + 1 cm + 1 cm 
Respuesta: 5 cm. + 1 cm). 
Respuestas: - 5 cm. 
En la mayoría de los grupos, los alumnos discuten sobre 
la longitud de los segmentos que están sobre las dia-gonales 
- Más de 5 cm. 
del cuadrado (0,5 cm o más de 0,5 cm) y utili-zan 
la regla diciendo que es un milímetro más (0,6 cm). 
En la puesta en común, podremos propiciar la discusión respecto del perímetro 
de la figura C, ya que generalmente no les da a todos igual. Podremos acordar 
que el valor del perímetro tiene una diferencia más o menos de 1 mm. Algunas 
expresiones de los chicos suelen ser: tiene la culpa la regla; no se ve bien por-que 
la rayita del lápiz es casi la diferencia o bien: Mirá, si me corro un poqui-to 
para este lado, ya veo que mide más.... Esto permite aclarar que siempre que 
medimos hay un error que se relaciona con el instrumento o con nosotros. 
Con respecto a la figura D, los alumnos suelen asombrarse de las diferencias 
que existen entre el perímetro del rectángulo y del cuadrado, y es habitual que 
lo calculen varias veces. La discusión respecto de la variación de la forma y del 
perímetro para figuras de igual área permite concluir que las figuras dadas que 
tienen igual área, no tienen igual el perímetro. 
Para continuar trabajando con la relación entre perímetro y área es posible pro-poner 
una secuencia como la que sigue, con actividades en las que, a diferencia de 
las anteriores, los alumnos producirán figuras con un área o perímetro indicado. 
Secuencia para relacionar perímetros y áreas: “Dibujando figuras” 
Actividad 1 
Una primera propuesta consiste en que solicitar a los alumnos que dibujen figu-ras 
de igual área y distinto perímetro. Los alumnos trabajarán por parejas y a 
cada una se le dará una hoja de papel cuadriculado de malla 1cm2. Daremos una 
consigna como la siguiente: En la hoja que les entregué tienen que dibujar 
figuras de 12 cm2 de área pero que tengan diferente perímetro. Acuerden con 
sus compañeros para que entre las producciones no se repita la forma de la 
figura y calculen los perímetros.
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
174 Serie 
Cuadernos para el aula 
Las que siguen son algunas respuestas de los alumnos al cumplir la consig-na 
dada. Son figuras de área equivalente 12 cm2, en las que se ha variado la 
forma y el perímetro. 
Cuando los alumnos realizan estas producciones, en los intercambios con sus 
compañeros es posible escuchar reflexiones como: Para lograr mayor perímetro 
los cuadraditos deben estar más sueltos, así se aumenta el contorno de la figu-ra, 
o Hay que hacer figuras con muchas vueltas, o Para tener menor perímetro 
hay que ponerlos uno al lado del otro y uno arriba del otro, o En el rectángu-lo, 
que ponés los cuadraditos uno al lado del otro tiene mayor perímetro que 
el otro que ponés los cuadraditos uno al lado de otro y también arriba. 
En la discusión final, propondremos que compartan las estrategias que utiliza-ron 
los alumnos. Es posible que al observar el registro de las figuras en el pizarrón 
y los valores de los perímetros, los chicos intenten lograr figuras con el mayor o 
menor perímetro posible, que traten de buscar figuras con medidas de perímetros 
que no aparecieron, por ejemplo: 15 cm, 18 cm, 49 cm, etc., y realicen algunas afir-maciones, 
tales como El valor más grande del perímetro es de 48 cm (apenas si 
se tocan por un punto), o Siempre te da un número par el valor del perímetro. 
En las figuras que realizan los chicos, generalmente se observa que las medi-das 
de sus lados son números enteros. 
Actividad 2 
En función de las formulaciones de los alumnos, podremos continuar con la 
segunda actividad. Pediremos la figura de menor y de mayor perímetro posible 
para un área de 16 cm2. Este cambio en el valor del área permite que aparez-ca 
el cuadrado como figura de menor perímetro pues solo se consideran por 
ahora valores enteros para el lado de cuadrado.
Nap 
Matemática 6 
175 
EJE 
Geometría 
y Medida 
Si consideramos el caso del cuadrado para 12 cm2, habría que discutir el cálcu-lo 
de la raíz cuadrada cuyo resultado no es un número entero, para averiguar la 
longitud del lado. 
Actividad 3 
En esta actividad los alumnos continúan trabajando en parejas. Nuevamente, 
les daremos papel cuadriculado de malla 1 cm2 y papel liso. La consigna de la 
actividad consiste en que dibujen figuras de 12 cm de perímetro variando el 
área. Propondremos que en cada grupo se pongan de acuerdo para que varíen 
las formas y el área. En los dibujos de los alumnos pueden aparecer figuras 
como las siguientes: 
Para resolver esta actividad, es probable que aparezcan estrategias en las que 
los chicos utilicen sumas y propiedades de las figuras, por ejemplo, plantear que 
pueden hacer rectángulos de lados 5 cm y 1 cm (5 + 5 +1 + 1), ó 4 cm y 2 cm 
(4 + 4 + 2 + 2), o un cuadrado de lado 3 cm. También es probable que reutili-zando 
lo realizado en las actividades anteriores, realicen los cuadrados en dia-gonal 
o los cuadrados que se tocan por un vértice de lados 1 cm (4 + 4 + 4). 
Es interesante comparar esta figura y el cuadrado, ya que sus áreas son 3 cm2 
y 9 cm2 respectivamente. 
Otros alumnos, sin realizar ninguna anticipación, van construyendo las figuras 
sobre la cuadrícula contando hasta llegar a 12 cm. Esta estrategia los conduce 
en varias oportunidades a no poder cerrar la figura y a preguntarse si esas for-mas 
tienen área, y se dan cuenta de que no pueden decir cuál es el área, por-que 
la figura no es cerrada.
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
176 Serie 
Cuadernos para el aula 
Algunos alumnos seguramente utilizarán el papel liso y la regla, lo que les per-mitirá 
realizar otras figuras con formas diferentes. 
En la puesta en común, es conveniente ordenar según la variación de las 
áreas las figuras de 12 cm de perímetro, para orientar la reflexión de los alum-nos 
hacia la relación que se establece cuando el perímetro permanece cons-tante 
y las áreas toman valores diferentes. El análisis sobre sus conjeturas o la 
problematización de las mismas permitirá avanzar en los conceptos de períme-tros 
y áreas. 
En general, con actividades de estas características, los problemas de conser-vación 
de alguna de las dos magnitudes (longitud y superficie) se ponen en juego 
a través de trasformaciones que se observan al mantener invariante una de ellas. 
Actividad 4 
También es importante explorar la variación del perímetro de una figura cuando 
varían las dimensiones de sus lados. 
• Un grupo de alumnos construyó figuras con la condición dada por la 
maestra. Hicieron lo siguiente. 
a) ¿Cuál creés que fue la condición que les dio la maestra? 
b) ¿Qué relación encontrás entre los lados de la figura A y los de la figura C? 
c) ¿Es posible obtener los lados de la figura B conociendo los lados de la 
figura A? ¿Cómo? 
d) Si el perímetro de la figura A es 12 cm, ¿es posible con una sola 
operación obtener el perímetro de la figura C? ¿Cuál es esa operación?
Nap 
Matemática 6 
177 
EJE 
Geometría 
y Medida 
• En otro grupo, los chicos tuvieron que construir una figura cualquiera con 
la misma consigna que en la actividad anterior. En este caso, la maestra les 
dio las medidas de los lados en una tabla. Completá los valores que faltan. 
FIGURA 
LADOS 
AB BC CD DE EF 
P 4 6 8 3 
R 10 15 25 
Reproducir una figura a escala diferente, es decir achicar o agrandar una figura, 
implica para los alumnos lograr que las relaciones de la figura dada se conser-ven 
en la reproducción. En el ejemplo se plantea la necesidad de descubrir la 
relación multiplicativa de proporcionalidad entre los datos de una y otra figura. 
En el apartado “Plantear situaciones para operar con distintos significados y 
en distintos portadores” de este Cuaderno se analizan situaciones en las que 
la constante de proporcionalidad asume valores naturales como racionales. 
Otro tipo de actividades que podremos plantear para avanzar en el análisis de 
variaciones en contextos geométricos y que permiten, a la vez, reinvertir lo 
aprendido sobre propiedades de las figuras es, por ejemplo, la siguiente: 
• Para cada figura analizá cómo aumenta el perímetro cuando la longitud de 
los segmentos que miden 3 cm se duplica, se triplica, se reduce a la mitad 
o se reduce a la cuarta parte. 
a) ¿En algún caso podrías decir que la longitud del lado y el perímetro se 
relacionan de forma proporcional? 
b) ¿Cambia la respuesta que diste en el ítem a) si en los casos II y IV todos 
los lados aumentan el doble, el triple, etc.?
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
178 Serie 
Cuadernos para el aula 
I. II. 
III. IV. 
Una vez más los alumnos podrán justificar sus respuestas utilizando dibujos, 
mediciones, cálculos y la elección dará cuenta de los conocimientos que tienen 
disponibles tanto en relación con las propiedades de las figuras y el cálculo del 
perímetro como con la proporcionalidad. La variación de las figuras y de las con-diciones 
permitirá que los alumnos encuentren ejemplos de variaciones de perí-metros 
tanto proporcionales como no proporcionales. 
Plantear situaciones para analizar la escritura de cantidades 
Habitualmente, utilizamos el término cantidad para referirnos al valor que toma 
una magnitud en un objeto particular, por ejemplo, el largo de una varilla. Pero 
esa longitud también hace referencia a cualquier objeto que pueda superponer-se 
exactamente con el largo de esa varilla. 
Para comunicar cantidades sin necesidad de tener a la vista las unidades que 
se usaron para medir, se crea un sistema de unidades. Si bien cualquier sistema 
podría ser válido y cómodo para expresar las mediciones, hay razones que justi-fican 
el uso de un sistema regular común acordado universalmente. En la actua-lidad, 
el sistema métrico decimal de uso más extendido es aquel que realiza los 
cambios de diez en diez, en las magnitudes lineales, y según las potencias de 
diez en las otras magnitudes.
Nap 
Matemática 6 
La utilización de cambios regulares es, precisamente, lo que asemeja el siste-ma 
de medidas al sistema de numeración y, en ambos casos, se hace necesaria 
la comprensión de los diferentes órdenes de unidades para entender y elaborar 
escrituras numéricas. La escritura de la medida tiene su equivalente en lo que 
refiere a la descomposición de un número en unidades, decenas y centenas, etc. 
El dominio de las escrituras de cantidades a partir de un sistema regular de 
medidas es objeto de trabajo en 6º año/grado. El problema de las escrituras 
equivalentes es complejo, ya que en su comprensión se involucran otros concep-tos, 
por ejemplo el valor de posición y la importancia del cero. A los problemas 
relativos a los números decimales se añaden los propios de la medida en lo refe-rente 
a escrituras con diferentes unidades. Frecuentemente, los alumnos suelen 
cometer errores para pasar de la lectura a la escritura de cantidades cuando 
estas tienen ceros. 
La siguiente actividad, que presentaremos eventualmente con modificaciones 
teniendo en cuenta las unidades ya conocidas por la clase, tiene como propósi-to 
favorecer en los alumnos el establecimiento de relaciones entre los distintos 
órdenes de magnitud. 
• Dadas las siguientes cantidades, agrupalas según sean mayores que un 
metro o menores que un metro. 
0,1 km 900 cm 86.000 mm 750 dm 1,6 hm 12 dam 
Luego de un tiempo breve de trabajo individual, es posible realizar un plenario 
para discutir sobre las respuestas de los alumnos. En un grupo de 6º año/grado, 
los alumnos manifestaron, por ejemplo: 
- Todas las cantidades son mayores que un metro. 
- Hay una menor (0,1 km) y el resto son mayores que un metro. 
- Hay tres menores (señalando 900 cm, 86.000 mm, 750 dm) y las demás 
son mayores. 
Entre las justificaciones que dan los alumnos es posible observar que algunos 
consideran la medida sin tener en cuenta la unidad, por ejemplo 0,1 km es 
menor que un metro porque 0,1 es menor que 1. Otros tienen presente la uni-dad 
de medida, independientemente de la medida: 0,1 km es mayor que el 
metro porque tiene el km y 900 cm, 86.000 mm, 750 dm las agrupan como 
menores que el metro. Para el caso del 1,6 hm, en general aparece como mayor 
que el metro, ya sea porque consideraron la unidad de medida o la medida. 
179 
EJE 
Geometría 
y Medida
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
180 Serie 
Cuadernos para el aula 
En el momento de la discusión, podremos intervenir con preguntas o proble-matizaremos 
las afirmaciones de los alumnos para favorecer la posibilidad de 
imaginar o concretar esas cantidades, de pensar en la relación que existe entre 
la medida y la unidad de medida y también de buscar información respecto de 
las equivalencias conocidas. 
Seguramente, nos encontraremos con reflexiones como las siguientes: 
- Te engaña, ¿viste?, te parece que es más chica que el metro porque decís 
centímetro y no te fijás en el número. 
- Hay que mirar bien los dos, porque puede ser un número grande con una 
unidad chiquita (la del mm) o un número chiquito con la unidad grande (1 
km). Pero cuando las dos son grandes, seguro que es mayor que un metro 
(1,6 hm y 12 dam). 
- Para estar seguro hay que pensar cuanto es de largo, con algo que conocés. 
Para seguir trabajando con estas relaciones, continuando con esta propues-ta, 
es posible pedirles a los chicos que ordenen de mayor a menor las cantida-des 
anteriores. En este caso, no es suficiente compararlas con un metro para 
encontrar la respuesta, deberán comparar las cantidades entre ellas. 
Es posible que la mayoría de los alumnos expresen las cantidades en metros 
y luego las ordenen. En este caso, una intervención posible es: si un chico 
expresa todas las cantidades en otra unidad, van a quedar ordenadas de igual 
manera e incluso podremos pedirles que anticipen cómo será el tamaño de los 
números en función de la unidad elegida: Si pasamos todos a hm o dm, ¿en 
qué caso los números serán más grandes? 
Para analizar diversos procedimientos, si es que no surgieron espontáneamen-te 
en el grupo, es posible intervenir diciendo Un chico leyó en letras: la décima 
parte de un kilómetro y escribió en números: 0,1 km = 1_ 
10 de 1000 m = 100 m. 
¿Es correcto? 
O bien, Un chico dijo dijo que 1 hm es una cuadra, es decir 100 metros, 
entonces 1,6 hm son 160 metros. ¿Están de acuerdo? 
A partir de esta actividad, es posible concluir: para ordenar cantidades o 
compararlas es conveniente expresarlas siempre en una sola unidad de medi-da, 
no tiene porque ser siempre el metro, pueden ser otras. 
Para avanzar en las relaciones que explicitaron los alumnos en relación a 
cuánto más chica es la unidad de medida, mayor es la medida y viceversa, 
podremos plantear situaciones donde se pongan en juego las equivalencias 
entre cantidades y se expliciten las relaciones entre medidas y unidades de 
medidas, como en la siguiente.
Nap 
Matemática 6 
• Teniendo en cuenta lo discutido sobre unidades y medidas respondé a las 
preguntas. 
a) ¿Será verdad que si elegimos unidades mayores el valor de la medida 
será menor? ¿Por qué? 
b) ¿En qué unidad expresarías 86 m, sin variar la cantidad, para que la 
medida sea mayor que la dada? 
c) La siguiente cantidad: 25 cm, se quiere expresar en una unidad de 
medida 100 veces mayor. ¿Cuál es la unidad? ¿Cuántas veces más 
pequeña es la medida? 
d) ¿En que unidad expresarías la cantidad 86.000 mm para que la medida 
(el número) sea más pequeño y no varié la longitud? 
En estas actividades, observaremos que los alumnos suelen poner en juego algu-nas 
relaciones y conocimientos que han aprendido anteriormente, por ejemplo: 
- Las relaciones entre múltiplos y submúltiplos en relación específica con el 
metro: 1 m = 100 cm, 1 m = 1_ 
10 dam. 
- La relación 1 cuadra igual a 100 metros a partir de la experiencia cotidiana. 
Asocian como si fueran sinónimos la cuadra y el hectómetro, o la regla del aula 
tiene 100 centímetros. 
- Las correspondencias entre la numeración hablada y las escrituras fraccio-narias 
y decimales de los números y las relaciones 1_2 
ó 0,5 metro equivale 
a 50 centímetros; 1 cuadra es un hectómetro, 100 metros; 1_2 
cuadra 
equivale a 50 metros; 1_4 
de cuadra son 25 metros; dos cuadras y media son 
250 metros (2,5 hm = 250 m). 
Otras actividades que podemos proponer para avanzar en la explicitación de 
la estructura del sistema métrico son las siguientes: 
• Dado el segmento A y sabiendo que este segmento tiene el 
doble de longitud que el segmento U, construí y ordená en forma creciente 
las longitudes de los segmentos A, B, C, D, E, F, G. 
B = 2 A C = 2,5 A D = 4 U 
E = 1/2 A + 1 U F = 2 A + 1 U G = 5 U 
Para realizar la actividad, los alumnos tendrán que interpretar las relaciones de 
las escrituras que se presentan, para luego poder construir los segmentos. Al 
ordenarlos, y con la ayuda que les proporciona el dibujo, los chicos podrán deter-minar 
tres grupos de segmentos de igual longitud y establecer relaciones como 
las siguientes. 
181 
EJE 
Geometría 
y Medida
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
182 Serie 
Cuadernos para el aula 
A = E B = D E menor que B 
C = F F = G D menor que C 
2 
_En plenario, es importante que dirijamos la reflexión sobre: 
- Las relaciones entre las unidades de medida y los valores de las medidas. 
- Al utilizar las unidades A o U los números de las medidas varían en relación 
inversa, porque si A es el doble que U, la medida expresada en A es la mitad de 
la medida expresada en U. 
- Las diferentes escrituras de la medida 1 U = 1A = 0,5 A, utilizando núme-ros 
enteros o no (expresión fraccionaria o decimal) en función de la unidad de 
medida elegida. 
- Los significados de las escrituras unificadas, por ejemplo, 5 U (respecto de 
una unidad) en relación con las escrituras complejas 2 A + 1_2 
U y sus equiva-lencias 
2 A + 1_2 
U = 5 U = 2,5 A. 
- Las lecturas de las escrituras equivalentes y la significación que estas pue-den 
aportar para imaginar una cantidad. Por ejemplo, pensar que C es dos veces 
y media el segmento A es más simple que pensar que C es dos veces el seg-mento 
A más una vez el segmento U. 
Otras actividades que favorecerían la construcción de estas relaciones podrí-an 
ser las siguientes. 
• Indicá en cada caso qué relación encontrás entre U y M. 
a) 2 U = 8 M b) 6 U = 3 M 
c) 10 U = 100 M d) 1 U = 1000 M 
• Dadas las siguientes equivalencias, ¿cuántas veces mayor o menor son U, 
M, y P que la unidad A? Justificá tu respuesta. 
a) 2 A = 6 U b) 10 A = 1 M c) 5 A = 50 P 
Como ya lo mencionamos, en todos estos casos es importante la reflexión 
permanente sobre las equivalencias de cantidades de diferentes magnitudes, 
utilizando unidades no convencionales y convencionales con las relaciones de 
décimas, centésimas, etc.
Nap 
Matemática 6 
De forma similar, podemos proponer actividades como la anterior para poner en 
juego las relaciones que se establecen en el Sistema Legal de medidas. Por ejemplo: 
• Completá para que las expresiones resulten equivalentes. 
10 cm = … m 10 cm = … 0,1… 
10 … = 0,1 m … cm = 0,1… 
Si bien los ejemplos anteriores se han desarrollado teniendo en cuenta la longi-tud, 
que es la magnitud que con mayor frecuencia aborda el tratamiento esco-lar 
y permite comprobaciones empíricas muy accesibles, el mismo tipo de traba-jo 
puede plantearse para situaciones que se refieran a capacidades o pesos. 
Cabe advertir que para los alumnos no es directa la generalización: si 1 kilóme-tro 
equivale a 1000 metros, kilolitro equivale a mil litros y kilogramo a mil gra-mos, 
o que si para expresar una misma cantidad la unidad se reduce a la déci-ma 
parte la medida resulta 10 veces mayor, tanto para longitudes como para 
capacidades y pesos. En este sentido, no basta con trabajar en profundidad la 
longitud para pasar luego a sistematizar las relaciones entre unidades para otras 
magnitudes sin desarrollar antes actividades específicas al respecto. 
Para trabajar con la información 
Tal como hemos planteado, el trabajo sobre el tratamiento de la información es 
transversal a los ejes de contenidos. En el caso de los problemas espaciales, 
geométricos y de medida, este trabajo también concierne a la consideración de 
aspectos que pueden ser retomados en algunas de las actividades planteadas. 
Es el caso de la actividad con el plano de la sala de video de una escuela, presen-tada 
en el aparado “Plantear situaciones para producir e interpretar representaciones 
a escala”, donde se presenta información en un dibujo y en un texto. Aquí, la informa-ción 
del dibujo permite determinar la ubicación de las ventanas. Si no se diera el dibu-jo, 
no se conocería el lugar en el que colocar las mesas en relación con la ventana. 
Otro caso es el de la consideración del número de respuestas, por ejemplo 
en “Plantear situaciones para analizar la escritura de cantidades”, al completar 
… cm = 0,1 … Se podría discutir con los alumnos si este problema tiene una 
única respuesta y promover una búsqueda exhaustiva de todos los completa-mientos 
posibles. 
Si bien aquí hemos mostrado solo dos ejemplos, combinar los modos de pre-sentar 
la información y analizar cuando sea pertinente el número de soluciones 
son aspectos que permitirán al docente enriquecer el trabajo con problemas. 
183 
EJE 
Geometría 
y Medida
En diálogo 
siempre abierto
Nap 
Matemática 6 
185 
siempre abierto 
En diálogo 
Las propuestas 
y la realidad del aula 
Para ampliar el repertorio y recrear las actividades 
Al desarrollar el enfoque para trabajar en la clase de Matemática hemos insisti-do 
en las elecciones que debemos realizar respecto de los tipos de problemas, 
sus modos de presentación y su secuenciación. También hemos señalado que 
la gestión de la clase será determinante respecto del sentido que los alumnos 
construyen sobre las nociones matemáticas, tanto por las interacciones que el 
docente promueva entre los alumnos y con las situaciones como por sus pro-pias 
intervenciones a lo largo del proceso de enseñanza. 
Por otra parte, hemos planteado que es necesario incorporar, más allá de la 
resolución de problemas, otras actividades, pues este no debiera ser el único 
tipo de práctica matemática que funcione en el aula, ya que es fundamental que 
las clases incluyan instancias de reflexión sobre lo que se ha realizado. En estas 
instancias, podrán plantearse, por ejemplo, actividades de comparación de pro-blemas 
realizados con alguna operación, o de comparación de diferentes estra-tegias 
para resolver un cálculo, algunas acertadas y otras no. También se podrá 
poner en consideración de los alumnos la recuperación de las propiedades de 
cada una de las figuras que han estudiado, a modo de síntesis. 
Para comparar problemas es posible revisar lo trabajado en el cuaderno duran-te 
una semana y señalar todos los problemas que se resolvieron con una determi-nada 
operación para comparar los enunciados, encontrar semejanzas y diferen-cias1 
y pensar nuevos enunciados que podrían resolverse con la misma operación. 
En el caso de querer comparar estrategias de cálculo se puede recuperar, por 
ejemplo, el repertorio de sumas de fracciones que ya hayan memorizado todos 
los alumnos y registrarlo a modo de síntesis en un afiche que se cuelgue en el 
aula para luego utilizar esos resultados como ayuda para resolver otros cálculos. 
1 Un ejemplo de este tipo de actividad se presenta en este Cuaderno, en el apartado “Plantear 
situaciones para operar con cantidades expresadas en fracciones o decimales con distintos 
significados”, en el que se presenta un fragmento de registro de clase.
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
186 Serie 
Cuadernos para el aula 
Entre ellos, se podrá señalar cuáles son los que ya conocen de memoria y cada 
chico podría ir armando una tarjeta con todos los cálculos que él sabe o las pro-piedades 
que conoce y, de este modo, tomar conciencia de su progreso. 
Asimismo, en este apartado queremos avanzar sobre actividades que forman 
parte de la tradición escolar: las tareas para el hogar, y precisar algunas cues-tiones 
relacionadas con el Segundo Ciclo. Estas tareas, pensadas para que el 
alumno las desarrolle fuera de la escuela, renuevan su sentido en relación con 
los aprendizajes prioritarios y con el tiempo necesario de apropiación individual 
de los conocimientos trabajados en clase. 
La realidad compleja con la que hoy interactúa la escuela presenta aspectos 
que pueden hacer difícil llevar adelante el estudio. Sin embargo, aun en este esce-nario, 
es posible plantear alguna actividad desafiante para resolver fuera del aula. 
En este sentido, es imprescindible asegurarnos de que todos hayan comprendido 
cuál es el desafío que se propone, para evitar la creación de un obstáculo excesi-vo 
para los niños, o para los adultos que los acompañan cuando realizan sus ta-reas, 
que podrían intervenir en una dirección distinta de la que pretendemos. 
Deberemos ser muy claros para distinguir si la tarea debe hacerse con o sin 
ayuda y, en este último caso, precisar cuál es la ayuda que se espera. En el caso 
de los alumnos del Segundo Ciclo, a diferencia de los de Primer Ciclo, es posi-ble 
pensar en una mayor independencia de los adultos en la realización de estas 
tareas. Esto requiere que los mayores comprendan la importancia de este plan-teo 
y, al mismo tiempo, exige que las características de las actividades sean lo 
suficientemente similares y, a su vez, diferentes respecto de las discutidas en 
clase, de tal manera que todos los alumnos comprendan lo que se espera de 
ellos como producción; que tengan asegurado un lugar de importancia en el pro-yecto 
de aprendizaje del docente y que se garanticen con ellas verdaderas situa-ciones 
de aprendizaje para los alumnos. 
Las actividades que se pueden plantear para realizar fuera de la clase tam-bién 
podrán ser de distinto tipo. Por ejemplo, se podría seleccionar un conjunto 
de cuentas ya resueltas y pedir la comparación de los números que intervienen 
en los cálculos y los resultados para analizar semejanzas y diferencias y adver-tir 
regularidades. O también, proponer partidas simuladas sobre un juego que se 
realizó en clase en donde intervengan los números y cálculos con los que se 
estuvo trabajando y que den lugar a la práctica del cálculo mental. 
En cualquier caso, recuperar lo producido fuera de la escuela supone 
mucho más que “corregir” la tarea: se trata, en cambio, de organizar una 
nueva actividad diseñada de modo que tome como punto de partida lo reali-zado 
fuera de clase. Así, también es una excelente oportunidad para una inte-racción 
más personalizada con los alumnos y sus dificultades. Nos estamos 
refiriendo a plantear una tarea focalizada en aquellos aspectos que necesite 
profundizar cada niño o cada grupo. Todo esto permite que el alumno perci-
Nap 
Matemática 6 
ba que se valora su producción individual, al mismo tiempo que él mismo valo-re 
el tiempo que dedica para su estudio individual como una instancia más de 
su proceso de aprendizaje. 
Para construir espacios de debate 
Todas las actividades propuestas en este Cuaderno están sostenidas y funda-mentadas 
en una concepción del aprendizaje que implica una idea de lo que 
pensamos que debiera significar “hacer matemática” para los alumnos. Sin 
embargo, para transmitir y sistematizar esta idea del quehacer matemático a los 
niños y las niñas no es suficiente proponerles actividades “interesantes” que pro-picien 
en los alumnos aprendizajes diferentes y que los desafíen a buscar estra-tegias 
propias de resolución. Esperamos también que los alumnos desarrollen 
recursos de control sobre sus procedimientos y los ajenos, puedan fundamentar 
sus estrategias y argumentar en favor de ellas, descentrarse de sus produccio-nes 
e introducirse en las de sus compañeros, siendo capaces de apoyarlas o cri-ticarlas 
con fundamentos matemáticos. 
Hay momentos de la clase que son especialmente propicios para lograr este 
tipo de aprendizaje. Por eso afirmamos que además de la buena selección de 
actividades es fundamental tener en cuenta la organización y gestión de la clase 
que el docente es capaz de llevar a cabo para alcanzar estos objetivos. Los 
espacios de debate, como la confrontación de procedimientos, ponen a los 
alumnos en la situación de tener que dar cuenta de las estrategias utilizadas y 
de entender estrategias ajenas. Cuando los niños tienen que explicar a sus com-pañeros 
algo que no entienden, o hacerles entender por qué dicen que “está 
mal” o “está bien” tal o cual cosa, es cuando se les genera la necesidad de pen-sar 
la forma más clara de comunicar sus argumentos y fundamentos. Este es un 
plus frente a la actividad de resolver un problema, porque implica un trabajo de 
comprensión y dominio de la situación mucho mayor que solo resolverlo. El 
hecho de justificar “qué se hizo”, “cómo se hizo” “por qué se hizo” “si está mal o 
bien” implica de hecho una reflexión sobre la tarea realizada y una nueva mira-da 
sobre el problema, pero desde la posición de alguien que ya lo ha “desmenu-zado”, 
porque ya lo ha resuelto. Es decir, lo que les pedimos a los alumnos en 
estos momentos de debate involucra un aprendizaje diferente (y más complejo) 
del que implica la resolución de la actividad planteada. De aquí que la falta de 
gestión de estos espacios de debate limite los aprendizajes matemáticos en los 
alumnos. Desde la perspectiva de esta concepción del aprendizaje, no es lo 
mismo realizar una confrontación que no hacerlo, pues estos espacios son el 
corazón mismo de la diferencia en los aprendizajes que esperamos propiciar en 
los alumnos desde esta propuesta. 
187 
siempre abierto 
En diálogo
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
188 Serie 
Cuadernos para el aula 
La organización y gestión de estos espacios de debate entre los alumnos 
implica también un aprendizaje por nuestra parte, ya que debemos aprender 
cómo intervenir, de manera de propiciar este tipo de aprendizajes en los alum-nos. 
Cuando los alumnos comienzan a producir solos y aparecen diferentes pro-cedimientos, 
de diferentes niveles de complejidad, con diferentes tipos de 
errores, se presenta la dificultad para nosotros, por un lado, para decidir qué dis-cutir 
y, por el otro, para saber cómo hacer para que los alumnos hablen y se pon-gan 
a discutir acerca de sus producciones. Decidir cuáles podrían ser buenas 
preguntas y cuáles desorientan más aun al alumno en este nuevo tipo de traba-jo 
en el que estamos embarcándolo es un desafío permanente. Es muy útil y 
conveniente en un primer momento no realizar preguntas abiertas como A ver, 
Juan, ¿qué te parece este procedimiento?, ya que la amplitud de la pregunta 
hace que un alumno que se está iniciando en este tipo de trabajo no pueda ima-ginarse 
cuál podría ser una respuesta razonable en este caso. En cambio, pre-guntas 
como A ver, Juan, fijate en lo que hizo Martín en esta cuenta, ¿qué son 
estos números?, ¿manzanas?, ¿cajones?, ¿qué tiene que ver esta cuenta con 
el enunciado del problema? ¿Para qué creés que la hizo?, son más concretas 
y más fáciles para imaginarse una posible respuesta. 
También es conveniente que estemos atentos especialmente a que estos 
debates no se transformen en una corrección de los procedimientos utilizados, 
en los que nuestra intervención esté asociada al control de lo realizado. Si es el 
docente el que finalmente tiene la palabra y queda depositado solo en él dar o 
no por válido lo que se hizo, los alumnos no sienten la necesidad de emitir su 
opinión más que para rendir examen frente al maestro y frecuentemente no se 
muestran interesados en responder a las preguntas que este formula en ese 
momento de trabajo colectivo. En ese caso, la Matemática sería vivida como una 
serie de reglas y definiciones predeterminadas que hay que reconocer y aplicar. 
Si, en cambio, nuestra intervención en el debate intenta recuperar lo que los 
alumnos están haciendo y promovemos la discusión alrededor de esas produc-ciones, 
habrá un verdadero espacio de discusión, una situación genuina de 
comunicación en la que intercambiarán distintos puntos de vista, para llegar a 
una conclusión aceptada por el conjunto de la clase. En este caso, el trabajo se 
valida por la comunidad clase, y el maestro interviene conduciendo el debate 
entre los chicos o introduciendo preguntas nuevas y sistematizando las conclu-siones 
a las que se arribe; en principio, estas conclusiones podrán ser registra-das 
tal como las formulen los alumnos aunque su expresión no se ajuste com-pletamente 
a las expectativas del docente. En una etapa posterior se podrán 
revisar estas enunciaciones y, por ejemplo, compararlas con lo que se dice al 
respecto en un libro de texto, para avanzar en el uso del vocabulario específico 
y/o discutir cuestiones ligadas al uso de distintas anotaciones. Asimismo se
Matemática 6 
podrá volver sobre estos enunciados para analizar su “campo de validez” y modi-ficarlos, 
si fuera necesario, para avanzar en el nivel de generalidad de lo que se 
afirma, ya que algunas afirmaciones son verdaderas en un campo numérico, o 
para un conjunto de figuras, y no lo son para otro. 
Si esta práctica forma parte de lo que queremos enseñar, es imprescindible 
considerar que necesita construirse a lo largo de toda la escolaridad, teniendo 
en cuenta las características propias de los niños en cada etapa. 
Las propuestas incluidas en este Cuaderno forman, sin duda, una pequeña 
colección de casos con algunas sugerencias para su implementación y gestión. 
Su uso en el aula dependerá de las decisiones que, al respecto, se tomen en 
cada institución, atendiendo tanto a los proyectos institucionales como a las par-ticularidades 
de cada grupo de alumnos y de la comunidad. 
En muchas ocasiones, la lectura y discusión de estos casos derivará, segura-mente, 
no en la “aplicación” de los ejemplos analizados, sino en nuevas propues-tas 
adaptadas tanto a los conocimientos del grupo de alumnos como a la forma 
de trabajo del docente que las desarrolle. 
En este sentido, resultará muy interesante el debate que se genere en el 
equipo de la escuela a propósito de su uso, los intercambios de lo ocurrido en 
las puestas en aula con los colegas y la sistematización de las nuevas propues-tas 
que se puedan formular. 
Del mismo modo, la consulta de los materiales recomendados en la sección 
“Bibliografía” de este Cuaderno permitirá ampliar la perspectiva presentada, 
multiplicar la variedad de propuestas y abrir nuevas preguntas sobre la enseñan-za 
de la Matemática. 
Nap 
189 
siempre abierto 
En diálogo
Bibliografía
Nap 
Matemática 6 
Bibliografía recomendada para docentes 
BRESSAN, A. M. y BOGISIC, B. (1996), La estimación. Una forma importante de 
pensar en matemática. Desarrollo Curricular, Consejo Provincial de Educación 
de Río Negro. (También disponible en Internet.) 
BROITMAN, C. (COORD.), ESCOBAR, M. y SALGADO, M. (2007), División en 5º y 6º 
años de la escuela primaria. Una propuesta para el estudio de las relaciones 
entre dividendo, divisor, cociente y resto, Documento de apoyo para la capaci-tación, 
DGCyE / Subsecretaría de Educación. (También disponible en Internet.). 
CHARNAY, R. (1994), “Enseñar matemática a través de la resolución de proble-mas” 
en: PARRA, C. y SAIZ, I. (comps.) (1994), Didáctica de las Matemáticas. 
Aportes y reflexiones, Buenos Aires, Paidós. 
CHEMELLO, G. (COORD.), HANFLING, M. y MACHIUNAS, V. (2001), Juegos en 
Matemática EGB 2, El juego como recurso para aprender. (Material para 
docentes y recortable para alumnos), Buenos Aires, Ministerio de Educación 
Ciencia y Tecnología. (También en Internet.) 
FUENLABRADA, I., BLOCK, D., BALBUENA H., CARVAJAL, A. (2000), Juega y aprende 
Matemática. Propuestas para divertirse y trabajar en el aula, Buenos Aires, 
Novedades Educativas. 
GARCÍA, A. M., ZORZOLI, G. (1998), Revista Lápiz y papel. Matemática, La medi-da, 
Buenos Aires, Tiempos Editoriales. 
PANIZZA, M. (1997), “Aproximación al análisis del error desde una concepción 
constructivista del aprendizaje”, en: BRESSAN, A. y OTROS (1997), Los CBC y la 
Matemática, Buenos Aires, AZ. 
PANIZZA, M. (2003), “Reflexiones generales acerca de la enseñanza de la 
Matemática”, en: Enseñar Matemática en el Nivel Inicial y el Primer Ciclo de 
la EGB. Análisis y propuestas, Buenos Aires, Paidós. 
PANIZZA, M. y SADOVSKY, P. (1991), El papel del problema en la construcción de 
los conocimientos matemáticos, Buenos Aires, FLACSO. 
191 
Bibliografía
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
192 Serie 
Cuadernos para el aula 
PONCE, H. (2000), “Proporcionalidad: del dogma a la construcción de los pro-cedimientos”, 
“Proporcionalidad: entre los procedimientos y la búsqueda de 
regularidades” y “Nociones de estadística” en: Enseñar y aprender matemáti-ca. 
Propuestas para el Segundo Ciclo, Buenos Aires, Novedades Educativas. 
PUJADAS, M. y EGUILUZ, M. L. (2000), Fracciones, ¿un quebradero de cabeza? 
Sugerencias para el aula, Buenos Aires, Novedades Educativas. 
SADOVSKY, P (COORD.) LAMELA, C., CARRASCO, D. (2005), Matemática. Fracciones 
y números decimales. 6º grado. Apuntes para la enseñanza. Gobierno 
de la Ciudad de Buenos Aires, Secretaría de Educación. Dirección General de 
Planeamiento. Dirección de Currícula. 
SADOVSKY, P. (COORD.), BROITMAN, C.; ITZCOVICH, H., QUARANTA, M. E. (2001), “Acerca 
de los números decimales. Una secuencia posible”, en: Aportes para el 
Desarrollo Curricular Matemática, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. 
(También disponible en Internet.) 
Documentos curriculares para Nivel Primario – EGB 2, en Internet 
La enseñanza de la división en los tres ciclos. 
La enseñanza de la geometría en la EGB. 
La enseñanza de la multiplicación en los tres ciclos. 
En: http://abc.gov.ar/LaInstitucion/SistemaEducativo/EGB/default.cfm 
Matemática. Documento de trabajo Nº 4. Actualización curricular, 1997. 
Matemática. Documento de trabajo Nº 5. Actualización curricular, 1998. 
En: http://www.buenosaires.gov.ar/educacion/docentes/planeamiento/primaria.php 
Matemática, fracciones y números decimales. 6º grado. Apuntes para la 
enseñanza. 
En: http://www.buenosaires.gov.ar/areas/educacion/curricula/plan_pluri.php 
Enseñar Geometría en el 1° y 2° Ciclo. Diálogos de la capacitación. 
En: http://www.buenosaires.gov.ar/areas/educacion/cepa/geometria.pdf 
Acerca de los números decimales. Una secuencia posible. 
En: http://www.buenosaires.gov.ar/areas/educacion/curricula/primaria.php
Nap 
Matemática 6 
Desarrollo curricular Nº 1. 
Una forma de uso de la proporcionalidad: las escalas. Desarrollo curricular Nº 2. 
Las regularidades: fuente de aprendizaje matemático. Desarrollo curricular Nº 3. 
La medida, un cambio de enfoque. Desarrollo curricular Nº 4. 
La división por dos cifras: un mito escolar Desarrollo curricular Nº 5. 
La estimación, una forma importante de pensar en Matemática. 
En: http://www2.educacion.rionegro.gov.ar/v2005/gcurri/matematica/matemat.htm 
Propuestas para el aula. Material para docentes. Matemática EGB 2. 
Juegos en Matemática EGB 2. El juego como recurso para aprender (material 
para alumnos). Subsecretaría de Educación Básica, Ministerio de Educación. 
Juegos en Matemática EGB 2. El juego como recurso para aprender (material 
para docentes). Subsecretaría de Educación Básica, Ministerio de Educación. 
En http://www.me.gov.ar/curriform/matematica.html 
Bibliografía general de consulta 
A.A.V.V. (1996), “La medida”, Revista de Didáctica de las Matemáticas Uno 
Nº 10, Barcelona, Graó. 
ARTIGUE, M., DOUADY, R. y OTROS (1995), Ingeniería didáctica en educación 
matemática, Bogotá, Grupo Editorial Iberoamericano. 
BERTHELOT, S. (1993), “La enseñanza de la Geometría en la escuela primaria” 
Artículo de la Revista Grand Nº 53, traducido para el PTFD, Ministerio de 
Educación. 
BIDEAU, J.; MELJAC, M. y FISHER J. P. (1991), “L’appropriation du concept de nom-bre: 
un processus de lounge halaine” en: Les chemins du nombre, Lille, 
Presses Universitaires de Lille. 
BRESSAN, A. M., BOGISIC, B. y CREGO, K. (2000), Razones para enseñar 
Geometría en la Educación Básica, Buenos Aires, Novedades Educativas. 
BROUSSEAU, G. (1987), Fundamentos y métodos de la didáctica de la 
Matemática, Córdoba, Facultad de Matemática, Astronomía y Física, 
Universidad Nacional de Córdoba. 
193 
Bibliografía
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 
BROUSSEAU, G. (1994), “Problemas de la enseñanza de los decimales. 
Problemas de didáctica de los decimales”, Córdoba. IMAF, Universidad 
Nacional de Córdoba. Traducción: Dilma Fregona y Rafael Soto (1981). 
“Problemes en didactiques des décimaux” en: Recherches en didactique des 
mathématiques, Vol. 2, Nº 1, Grenoble, La Pensée Sauvage Editions. 
CAMUYRANO M. B., CRIPPA, A. y OTROS (1998), Matemática. Temas de su 
Didáctica, PRO CIENCIA Conicet, Programa de perfeccionamiento docente, 
Ministerio de Cultura y Educación de la Nación. 
CENTENO PÉREZ, J. (1988), Números decimales, ¿Por qué? ¿Para qué? Nº 5 
Madrid, Síntesis. 
CHAMORRO, M. del C. (2003), Didáctica de las Matemáticas, Madrid, Pearson 
Prentice Hall. 
CHAMORRO, M. del C.; BELMONTE, J. M. (1994), El problema de la medida, Madrid, 
Síntesis. 
CHEVALLARD, I. (1997), La transposición didáctica. Del saber sabio al saber 
enseñado, Buenos Aires, Aique. 
CHEVALLARD, I., GASCÓN, J. y BOSCH, M. (1997), Estudiar Matemática. El eslabón 
perdido entre la enseñanza y el aprendizaje, Barcelona, Ice-Horsori. 
CORBALÁN, F. (1995), La matemática aplicada a la vida cotidiana, Barcelona, 
Graò. 
FIOL MORA, M. L., FORTUNY AYMEMI, J. (1990), Proporcionalidad directa. La forma 
y el número. Nº 20, Madrid, Síntesis. 
IFRAH, G. (1987), Las cifras. Historia de una gran invención, Madrid, Alianza. 
ITZCOVICH, H. (2005), Iniciación al estudio didáctico de la Geometría, Buenos 
Aires, Libros del Zorzal. 
LABORDE, C. Y CAPPONI, B. (1994), “Cabri-Geometre Constituant d´un millieu por 
láprentissage de la notion de Figure géometrique” en: Recherches en didacti-que 
des mathématiques, Vol. 14, Nº 12,. París, La Pensée Sauvage Editions. 
194 Serie 
Cuadernos para el aula 
´
Nap 
Matemática 6 
OLMO ROMERO Y OTROS (1993), Superficie y Volumen Nº 19, Madrid, Síntesis. 
PANIZZA, M. (COMP.) (2003), Enseñar Matemática en el Nivel Inicial y el Primer 
Ciclo de la EGB. Análisis y propuestas, Buenos Aires, Paidós. 
PARRA, C. Y SAIZ, I. (COMPS.) (1994), Didáctica de las Matemáticas. Aportes y 
reflexiones, Buenos Aires, Paidós. 
SEGOVIA ALEX, I.; CASTRO MARTINEZ, E.; RICO ROMERO, L. (1989), Estimación en 
cálculo y medida. Nº 9, Madrid, Síntesis. 
SIERRA VÁZQUEZ, M. y OTROS (1991), Divisibilidad Nº 7, Madrid, Síntesis. 
VERGNAUD, G. (1991), El niño, la matemática y la realidad, México, Trilla. 
——————— (1997) (COMP.), Aprendizajes y didácticas: qué hay de nuevo, Buenos 
Aires, Edicial. 
——————— (1990). “La théorie des champs conceptueles” en: Recherches en 
didactique des mathématiques, Vol. 10, París, La Pensée Sauvage Editions. 
(También es posible encontrar la Traducción de Juan D. Godino en Internet.) 
195 
Bibliografía
NOTAS
Matematica06
NOTAS
Matematica06
Se terminó de imprimir 
en el mes de enero de 2007 en 
Gráfica Pinter S.A., 
México 1352 
Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Matematica06

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Matematica06

  • 3. 2 Ministerio de Educación Ciencia y Tecnología de la Nación Cuadernos para el aula: Matemática 6. - 1a ed. - Buenos Aires: Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación, 2007. 200 p.; 22 x 17 cm. ISBN 978-950-00-0628-6 1. Formación Docente. I. Título CDD 371.1
  • 4. 3 Presidente de la Nación Dr. Néstor Kirchner Ministro de Educación, Ciencia y Tecnología Lic. Daniel Filmus Secretario de Educación Lic. Juan Carlos Tedesco Subsecretaria de Equidad y Calidad Educativa Lic. Alejandra Birgin Directora Nacional de Gestión Curricular y Formación Docente Lic. Laura Pitman
  • 5. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 4 Serie Cuadernos para el aula Subsecretaría de Equidad y Calidad Educativa Área de producción pedagógica Cuadernos para el aula Coordinación y supervisión pedagógica general Adela Coria Equipo del Área de Matemática, de la Dirección Nacional de Gestión Curricular y Formación Docente Coordinación y supervisión pedagógica Mónica Agrasar Silvia Chara Graciela Chemello Autores Yudith Murugarren Olga Vírgola Área de producción editorial Coordinación de Publicaciones Raquel Franco Brenda Rubinstein, Asistencia de coordinación Silvana Franzetti, Edición Félix De las Mercedes, Corrección Carolina Mikalef, Alejandro Luna, Dirección de arte Geni Espósito, Coordinación gráfica Alberto Caut, Diagramación Mariana Pereyra, Gastón Caba, Eugenia Mas, Ilustración María Celeste Iglesias, Documentación
  • 6. En las décadas pasadas, diversos procesos económicos, sociales y políticos que tuvieron lugar en nuestro país pusieron en crisis el sentido de nuestra democra-cia. Aún la sociedad argentina es profundamente desigual a lo largo y a lo ancho de nuestro territorio. Estamos realizando importantes esfuerzos en materia de políticas públicas que revelan indicios alentadores en el proceso de contribuir a revertir esas desigualdades. Pero ello no ha sido hasta ahora suficiente. Niñas, niños y jóvenes son parte de una realidad donde la pobreza y la exclusión social expresan todavía de manera desgarradora la enorme deuda que tenemos con ellos y con su futuro. Las brechas sociales se manifiestan también en la fragmentación de nues-tro sistema educativo, en la desigualdad de trayectorias y aprendizajes, y en las dificultades que enfrentan los docentes al momento de enseñar. En las circunstancias más difíciles, las escuelas se sostuvieron como uno de los lugares en los que se continuó albergando un sentido de lo público, res-guardando las condiciones para que hayamos podido volver a pensar en la posi-bilidad de un todos. Maestros y maestras redoblan sus esfuerzos, persisten en la búsqueda de alternativas, y todos los días ponen en juego su saber en la cons-trucción de nuevas prácticas. Al reasumir desde el Estado la responsabilidad de acompañar el trabajo coti-diano de los docentes, buscamos recrear los canales de diálogo y de aprendi-zaje, afianzar los espacios públicos y garantizar las condiciones para pensar colectivamente nuestra realidad y, de este modo, contribuir a transformarla. Creemos que es preciso volver a pensar nuestra escuela, rescatar la impor-tancia de la tarea docente en la distribución social del conocimiento y en la recreación de nuestra cultura, y renovar nuestros modos de construir la igualdad, restituyendo el lugar de lo común y de lo compartido, y albergando a su vez la diversidad de historias, recorridos y experiencias que nos constituyen. 5 Presentación
  • 7. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 6 Serie Cuadernos para el aula Transitamos una época de incertidumbre, de cuestionamientos y frustracio-nes. No nos alcanza con lo que tenemos ni con lo que sabemos. Pero tenemos y sabemos muchas cosas, y estamos vislumbrando con mayor nitidez un horizon-te alentador. Como educadores, nos toca la inquietante tarea de recibir a los nuevos alum-nos y de poner a disposición de todos y de cada uno de ellos nuestras mejores herramientas de indagación, de pensamiento y de creación. En el encuentro que se produce entre estudiantes y docentes reside la posibilidad de la transmisión, con todo lo que ello trae de renovación, de nuevos interrogantes, de replanteos y de oportunidades para cambiar el mundo en el que vivimos. Lo prioritario hoy es recuperar y consolidar la enseñanza como oportunidad de construir otro futuro. Frente a ese desafío y el de construir una sociedad más justa, las escuelas tienen encomendada una labor fundamental: transmitir a las nuevas generacio-nes los saberes y experiencias que constituyen nuestro patrimonio cultural. Educar es un modo de invitar a los niños y a los jóvenes a protagonizar la histo-ria y a imaginar mundos cada vez mejores. La escuela puede contribuir a unir lo que está roto, a vincular los fragmentos, a tender puentes entre el pasado y el futuro. Estas son tareas que involucran de lleno a los docentes en tanto trabajadores de la cultura. La escuela también es un espacio para la participación y la integración; un ámbito privilegiado para la ampliación de las posibilidades de desarrollo social y cultural del conjunto de la ciudadanía. Cada día, una multitud de chicos y chicas ocupa nuestras aulas. Cada día, las familias argentinas nos entregan a sus hijos, porque apuestan a lo que podemos darles, porque confían en ellos y en nosotros. Y la escuela les abre sus puertas. Y de este modo no solo alberga a chicos y chicas, con sus búsquedas, necesi-dades y preguntas, sino también a las familias que, de formas heterogéneas, diversas, muchas veces incompletas, y también atravesadas por dolores y reno-vadas esperanzas, vuelven una y otra vez a depositar en la escuela sus anhelos y expectativas. Nuestros son el desafío y la responsabilidad de recibir a los nue-vos, ofreciéndoles lo que tenemos y, al mismo tiempo, confiando en que ellos emprenderán la construcción de algo distinto, algo que nosotros quizás no ima-ginamos todavía. En la medida en que nuestras aulas sean espacios donde podamos someter a revisión y crítica la sociedad que nos rodea, y garantizar el derecho de todos los niños, niñas, jóvenes y adultos de acceder a los saberes que, según creemos, resultan imprescindibles para participar en ella, podremos hacer de la educación una estrategia para transformarla. La sanción de la Ley de Educación Nacional inscribe en el plano legal ese sentido de apuesta por un futuro más justo, y plasma en sus principios y
  • 8. decisiones fundamentales, un fuerte compromiso de los Estados nacional y pro-vinciales por construir ese horizonte de igualdad al que aspiramos como ciudada-nos. La definición de los Núcleos de Aprendizajes Prioritarios forma parte así de una política educativa que, en la firme perspectiva de un mediano plazo, busca garantizar una base común de saberes para todos los chicos del país. Detrás de esta decisión, existe una selección deliberada de conocimientos fundada en apre-ciaciones acerca de cuáles son las herramientas conceptuales que mejor con-densan aquello que consideramos valioso transmitir en la escuela. También, una intención de colocar la enseñanza en el centro de la deliberación pública sobre el futuro que deseamos y el proyecto social de país que buscamos. Es nuestro objetivo hacer de este conjunto de saberes y del trabajo en torno a ellos una oportunidad para construir espacios de diálogo entre los diversos actores preocupados por la educación, espacios que abran la posibilidad de desarrollar un lenguaje y un pensamiento colectivos; que incorporen la experien-cia y los deseos de nuestros maestros y maestras, y que enfrenten el desafío de restituir al debate pedagógico su carácter público y político. Lic. Alejandra Birgin Lic. Daniel Filmus Subsecretaria de Equidad Ministro de Educación, y Calidad Educativa Ciencia y Tecnología 7
  • 9. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 8 Serie Cuadernos para el aula Para dialogar con los Cuadernos para el aula La serie Cuadernos para el aula tiene como propósito central aportar al diálo-go sobre los procesos pedagógicos que maestros y maestras sostienen cotidia-namente en las escuelas del país, en el trabajo colectivo de construcción de un suelo compartido y de apuesta para que chicos y chicas puedan apropiarse de saberes valiosos para comprender, dar sentido, interrogar y desenvolverse en el mundo que habitamos. Quienes hacemos los Cuadernos para el aula pensamos en compartir, a tra-vés de ellos, algunos “hilos” para ir construyendo propuestas para la enseñanza a partir de los Núcleos de Aprendizajes Prioritarios. Así, estos Cuadernos bus-can tramar algunos saberes priorizados en múltiples itinerarios de trabajo, dejan-do puntas y espacios siempre abiertos a nuevos trazados, buscando sumar voces e instancias de diálogo con variadas experiencias pedagógicas. No nos mueve la idea de hacer propuestas inéditas, de “decir por primera vez”. Por el contrario, nos mueve la idea de compartir algunos caminos, secuencias o recur-sos posibles; sumar reflexiones sobre algunas condiciones y contextos especí-ficos de trabajo; poner a conversar invenciones de otros; abrir escenas con múl-tiples actores, actividades, imágenes y lecturas posibles. Con ese propósito, el Ministerio Nacional acerca esta serie que progresiva-mente se irá nutriendo, completando y renovando. En esta oportunidad, damos continuidad a la colección presentando un nuevo libro para el Nivel Inicial y uno para cada campo de conocimiento priorizado para el Segundo Ciclo de la EGB/Nivel Primario: uno de Lengua, uno de Matemática, uno de Ciencias Sociales y uno de Ciencias Naturales para cada año/grado. En tanto propuesta abierta, los Cuadernos para el aula también ofrecen aportes vinculados con otros saberes escolares. En esta oportunidad, se suma una propuesta para tra-bajar en los dos primeros ciclos de la escolaridad primaria en el área Tecnología. En todos los casos, siempre incluyendo reflexiones que traman los aspectos específicos de las disciplinas escolares con reflexiones sobre temas pedagógico-didácticos que constituyen renovadas preocupaciones sobre la enseñanza. Sabemos que el espacio de relativa privacidad del aula es un lugar donde resuenan palabras que no siempre pueden escribirse, que resisten todo plan: espacio abierto al diálogo, muchas veces espontáneo, otras ritualizado, donde se condensan novedades y rutinas, silencios y gestos, lugar agitado por preguntas
  • 10. o respuestas impensadas o poco esperadas, lugar conocido y enigmático a la vez, lugar de la prisa. En esos vaivenes de la práctica, paradójicamente tan rei-terativa como poco previsible, se trazan las aristas que definen nuestra comple-ja identidad docente. Una identidad siempre cambiante -aunque imperceptible-mente- y siempre marcada por historias institucionales del sistema educativo y sociocultural más general; una identidad que nos hace ser parte de un colectivo docente, de un proyecto pedagógico, generacional y ético-político. Desde los Cuadernos para el aula, como seguramente podrá ocurrir desde muchas otras instancias, nos proponemos poner en foco las prácticas desplega-das cada día. En ese sentido, la regulación y el uso del tiempo y el espacio en el aula y fuera de ella, las formas que asumen la interacción entre los chicos y chi-cas, las formas en que los agrupamos para llevar adelante nuestra tarea, la mane-ra en que presentamos habitualmente los conocimientos y las configuraciones que adopta la clase en función de nuestras propuestas didácticas construidas para la ocasión son dimensiones centrales de la vida en el aula; una vida que muchas veces se aproxima, otras niega y otras enriquece los saberes cotidianos que construyen los chicos en sus ámbitos de pertenencia social y cultural. Queremos acercarnos a ese espacio de las prácticas con una idea importante. Las propuestas de los Cuadernos para el aula dialogan a veces con lo obvio, que por conocido resulta menos explorado. Pero al mismo tiempo parten de la idea de que no hay saberes pedagógico-didácticos generales o específicos que sean universales y por tanto todos merecen repensarse en relación con cada contexto singular, con cada historia de maestro y de hacer escuela. Este hacer escuela nos reúne en un tiempo en el que subsisten profundas desigualdades. Nuestra apuesta es aportar a superarlas en algún modesto sen-tido, con conciencia de que hay problemas que rebasan la escuela, y sobre los cuales no podemos incidir exclusivamente desde el trabajo pedagógico. Nuestra apuesta es contribuir a situarnos como docentes y situar a los chicos en el lugar de ejercicio del derecho al saber. Desde ese lugar hablamos en relación con lo prioritario hoy en nuestras escuelas y aulas; desde ese lugar y clave de lectura, invitamos a recorrer estos Cuadernos. Sabemos que es en el patio, en los pasillos, en la sala de maestros y maestras y en cada aula donde se ponen en juego novedosas búsquedas, y también las más probadas respuestas, aunque las reconozcamos tentativas. Hay siempre un texto no escrito sobre cada práctica: es el texto de la historia por escribir de los docentes en cada escuela. Esta serie precisamente pretende ser una provocación a la escritura. Una escri-tura que lea y recree, una escritura que discuta, una escritura que dialogue sobre la enseñanza, una escritura que seguirá agregando páginas a estos Cuadernos. El equipo de Cuadernos para el aula 9
  • 11. 12 Enseñar Matemática en el Segundo Ciclo 14 Palabras previas 14 Pensar la actividad matemática en la ciencia y en la escuela 15 Reconsiderar el sentido de la Matemática en la escuela 16 Priorizar un tipo de trabajo matemático 17 Elegir los problemas 18 Los contextos 20 Los significados 20 Las representaciones 21 Las relaciones entre preguntas y datos 22 Construir condiciones para resolver problemas 23 Las situaciones de enseñanza 24 La gestión de la clase 28 Evaluar para tomar decisiones 29 Avanzar año a año en los conocimientos de Segundo Ciclo 32 Articular el trabajo en la clase de 6º año/grado 34 Eje: Número y Operaciones 36 Los saberes que se ponen en juego 38 Propuestas para la enseñanza 38 Para analizar las relaciones entre los números y entre las representaciones 41 Plantear situaciones para comparar cantidades y números 48 Plantear situaciones para analizar distintas escrituras de un número 57 Plantear situaciones para analizar relaciones y propiedades de los números 59 Para avanzar en el uso de las operaciones con distintos tipos de números 62 Plantear situaciones para operar con distintos significados y en distintos portadores 72 Plantear situaciones para analizar relaciones de proporcionalidad 84 Plantear situaciones para sistematizar relaciones numéricas y propiedades de las operaciones 88 Plantear situaciones para analizar las relaciones de múltiplo y divisor 99 Para avanzar en los procedimientos de cálculo con distintos tipos de números 101 Plantear situaciones para elaborar y comparar diferentes procedimientos de cálculo Índice
  • 12. 105 Plantear situaciones para sistematizar estrategias de cálculo 112 Para trabajar con la información 113 Plantear situaciones para establecer relaciones entre datos e incógnitas 117 Plantear situaciones para obtener y organizar datos 122 Eje: Geometría y Medida 124 Los saberes que se ponen en juego 125 Propuestas de enseñanza 125 Para establecer y representar relaciones espaciales 127 Plantear situaciones para ubicar puntos en un sistema de referencia 127 Secuencia para avanzar en el uso de coordenadas: “ubicar posiciones” 133 Plantear situaciones para producir e interpretar representaciones a escala 136 Para avanzar en el conocimiento de las figuras y de los cuerpos geométricos 138 Plantear situaciones para comparar y describir figuras y cuerpos 142 Plantear situaciones para construir figuras con distintos procedimientos 147 Plantear situaciones para sistematizar propiedades de figuras y cuerpos 153 Para avanzar en el conocimiento del proceso de medir 155 Plantear situaciones para estimar, medir y expresar cantidades 170 Plantear situaciones para avanzar en la exploración de relaciones entre perímetros y áreas 179 Plantear situaciones para analizar la escritura de cantidades 183 Para trabajar con la información 184 En diálogo siempre abierto 185 Las propuestas y la realidad del aula 185 Para ampliar el repertorio y recrear las actividades 187 Para construir espacios de debate 190 Bibliografía
  • 14. Enseñar Matemática en el Segundo Ciclo
  • 15. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 14 Serie Cuadernos para el aula Enseñar Matemática en el Segundo Ciclo Palabras previas Quienes enseñamos necesitamos revisar permanentemente qué hacemos y para qué lo realizamos. Sabemos, por una parte, que cada una de nuestras expe-riencias tiene características singulares e irrepetibles; así, cada año, un nuevo grupo de alumnos nos plantea un desafío renovado. Por otra parte, los conoci-mientos que enseñamos y nuestras estrategias de enseñanza también se modi-fican; y son, además, cajas de resonancia de múltiples transformaciones y nece-sidades que tienen lugar en la sociedad, en sentido amplio y, en particular, en los campos de saber. Por eso, en estas páginas volvemos sobre ciertos aspectos de la tarea de enseñar que seguramente no son nuevos, pero sí centrales para promover mejo-res aprendizajes. Preguntarse qué significa aprender Matemática; qué se entiende por enseñar mediante la resolución de problemas y qué se concibe como problema; analizar cómo influye la gestión de la clase en el tipo de aprendizaje que logren los alumnos; estar actualizado respecto de algunos avances de las investigaciones didácticas; todo ello puede ayudarnos a realizar una relectura de las prácticas habituales, encontrar nue-vos sentidos para lo que hacemos y reinventar así nuestras propuestas. Pensar la actividad matemática en la ciencia y en la escuela El conocimiento matemático, como ocurre con otros conocimientos y con las producciones culturales en general, ha ido generándose y transformándose en diferentes momentos históricos, en diálogo permanente con problemas que tie-nen lugar en los distintos entornos sociales y culturales. Cuando se quiere estudiar una determinada situación o interactuar con ella desde la Matemática, se formulan preguntas que pueden referirse tanto al mundo natural y social como a la misma Matemática. Para responderlas, se uti-lizan modelos matemáticos conocidos o se elaboran conjeturas y se produ-cen nuevos modelos. En todos, las conclusiones que se elaboran se interpretan para determinar si responden o no a las preguntas planteadas inicialmente.
  • 16. Nap Matemática 6 También forma parte de este proceso mejorar la eficacia de los modelos que se crean y de las formas de comunicar los descubrimientos, así como establecer relaciones entre lo nuevo y lo que ya se conoce. El proceso de construcción y las conclusiones resultantes tienen rasgos espe-cíficos: un modo particular de pensar y proceder, y conocimientos con caracterís-ticas particulares. Estos conocimientos permiten anticipar el resultado de algunas acciones sin realizarlas efectivamente. Por ejemplo, para determinar de cuántas formas distintas puedo combinar 5 entradas, 12 platos centrales y 10 postres diferentes en un restaurante, es posible calcular el producto 5 x 12 x 10 sin necesidad de armar las diferentes posibilidades y contarlas. Por otra parte, los resultados se consideran necesariamente verdaderos si, para obtenerlos, se han respetado reglas matemáticas. Por ejemplo, para la multiplicación planteada en el problema anterior, se puede justificar que 5 x 12 x 10 = 5 x 2 x 6 x 10 = (5 x 2) x x 10 x 6 = 10 x 10 x 6, aplicando propiedades de la multiplicación. En el mismo sentido, al trabajar con figuras en Geometría es posible afirmar, aun sin hacer nin-gún dibujo, que si se construye un cuadrilátero cuyas diagonales son distintas, este no puede ser un cuadrado pues, si lo fuera, tendría sus diagonales iguales. A la vez, la obtención de nuevos resultados conlleva la necesidad de crear un lenguaje para comunicarlos. Los números, las figuras y las relaciones tienen representaciones cuyo uso se conviene entre los matemáticos. De esta manera, la actividad matemática en la ciencia está muy fuertemente ligada a la resolución de problemas y a un modo particular de razonar y comu-nicar los resultados. Esta forma de trabajar en Matemática debería ser también la que caracterice la actividad en el aula desde los inicios de la escolaridad. Se trata de que los alumnos entren en el juego matemático, es decir, que se ocupen de producir conocimientos nuevos (para ellos) frente a los problemas que se les planteen, y que debatan para validarlos. Luego, con la intervención del maestro, los recono-cerán como conocimientos que forman parte de la Matemática. Así, en la escue-la, los niños deberían ser introducidos en la cultura matemática, es decir, en las formas de trabajar “matemáticamente”. Desde esta perspectiva, entendemos que saber Matemática requiere domi-nar los conocimientos de esta disciplina para utilizarlos como instrumentos en la resolución de problemas, y también para definirlos y reconocerlos como objetos de una cultura. Reconsiderar el sentido de la Matemática en la escuela La concepción que cada persona se va formando de la Matemática depende del modo en que va conociendo y usando los conocimientos matemáticos. En este proceso, la escuela tiene un rol fundamental, ya que es allí donde se enseña y se 15 Enseñar Matemática en el Segundo Ciclo
  • 17. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 16 Serie Cuadernos para el aula aprende de un modo sistemático a usar la Matemática. El tipo de trabajo que se realice en la escuela influirá fuertemente en la relación que cada persona constru-ya con esta ciencia, lo que incluye el hecho de sentirse o no capaz de aprenderla. Cuando la enseñanza de la Matemática, en lugar de plantearse como la introducción a la cultura de una disciplina científica, se presenta solo como el dominio de una técnica, la actividad en el aula se limita a reconocer, luego de las correspondientes explicaciones del maestro, qué definición usar, qué regla hay que aplicar o qué operación “hay que hacer” en cada tipo de pro-blema. Se aprende qué hacer, pero no para qué hacerlo ni en qué circunstan-cia hacer cada cosa. Esta enseñanza ha derivado en dificultades que ya cono-cemos: por una parte, aunque permite que algunos alumnos logren cierto nivel de “éxito”, cuando el aprendizaje se evalúa en términos de respuestas correc-tas para problemas tipo, deja afuera a muchos alumnos que no se sienten capaces de aprender Matemática de este modo. Por otra parte, lo así apren-dido se demuestra claramente insuficiente en el momento en que se trata de usar los conocimientos para resolver situaciones diferentes de aquellas en las que se aprendieron. Otras veces, la actividad en el aula incluye la resolución de problemas diversos, y se pasa de uno a otro y a otro sin un trabajo reflexivo que vuelva sobre lo realizado. Trabajar solo resolviendo problemas, sin explicar o fundamentar “matemáticamente”, también es insuficiente. El trabajo que implica volver sobre lo realizado, por uno mismo o por los compañeros, exige siempre una explicitación, un reconocimiento y una sistematización del conocimiento que se pone en juego en la resolución de los problemas, en las formas de obtenerlo y de validarlo. Sin este proceso, los conoci-mientos matemáticos aprendidos en la escuela (las nociones y las formas de traba-jar en Matemática) no tendrán, a futuro, las mismas posibilidades de reutilización, ya que quedarían asociados a su uso en algunos casos particulares. En síntesis, “cómo” se hace Matemática en el aula define, al mismo tiempo, “qué” Matemática se hace, y “para qué” y “para quiénes” se la enseña, lo que plantea una disyuntiva central en relación con la construcción de las condicio-nes que posibilitan el acceso a la Matemática de unos pocos o de todos. Priorizar un tipo de trabajo matemático Resulta pues vital que prioricemos en la escuela, desde el momento en que los niños se inician en el estudio de la Matemática, la construcción del sentido de los conocimientos por medio de la resolución de problemas y de la reflexión sobre estos, para promover así un modo particular de trabajo matemático que esté al alcance de todos los alumnos y que suponga para cada uno: • Involucrarse en la resolución del problema presentado, vinculando lo que se quiere resolver con lo que ya se sabe y plantearse nuevas preguntas.
  • 18. Nap Matemática 6 • Elaborar estrategias propias y compararlas con las de sus compañeros consi-derando que los procedimientos incorrectos o las exploraciones que no los llevan al resultado esperado son instancias ineludibles y necesarias para el aprendizaje. • Discutir sobre la validez de los procedimientos realizados y de los resultados obtenidos. • Reflexionar para determinar qué procedimientos fueron los más adecuados o útiles para la situación resuelta. • Establecer relaciones y elaborar formas de representación, discutirlas con los demás, confrontar las interpretaciones sobre ellas y acerca de la notación con-vencional. • Elaborar conjeturas, formularlas, comprobarlas mediante el uso de ejemplos o justificarlas utilizando contraejemplos o propiedades conocidas. • Reconocer los nuevos conocimientos y relacionarlos con los ya sabidos. • Interpretar la información presentada de distintos modos, y pasar de una forma de representación a otra según su adecuación a la situación que se quiere resolver. • Producir textos con información matemática avanzando en el uso del vocabu-lario adecuado. Elegir los problemas Estamos afirmando que el sentido de los conocimientos matemáticos se cons-truye al resolver problemas y reflexionar sobre ellos. Esto nos plantea, en princi-pio, algunos interrogantes centrales: ¿qué problemas presentamos?, ¿cómo con-viene seleccionar el repertorio de actividades para un determinado contenido y un grupo particular de alumnos? En principio, la posibilidad de dominar una noción matemática con suficiente nivel de generalidad como para poder utilizarla en distintas situaciones dependerá de que la variedad de problemas considerados al estudiarla sea representativa de la diversidad de contextos de uso, de significados y de representaciones asocia-dos a la noción. También habrá que tener en cuenta que la noción que se quiere enseñar surja como una “herramienta necesaria” para resolver el problema y no como una definición que hay que aplicar, y que la presentación de la información no fomente ideas estereotipadas acerca de los modos de resolución. Consideramos que cada actividad constituye un problema matemático para un alumno en la medida en que involucra un enigma, un desafío a sus conoci-mientos matemáticos, es decir, si estos le permiten iniciar la resolución del pro-blema y, para hacerlo, elabora un cierto procedimiento y pone en juego las nocio-nes que tiene disponibles, modificándolas y estableciendo nuevas relaciones. En este sentido, la actividad que puede resultar problemática para un alumno no lo es necesariamente para otro, puesto que depende de los conocimientos de que dispone. Así, para atender la heterogeneidad en cada grupo de alumnos 17 Enseñar Matemática en el Segundo Ciclo
  • 19. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 18 Serie Cuadernos para el aula respecto de sus conocimientos iniciales y dar a todos la posibilidad de construir una solución es necesario plantear buenas preguntas, confiar en que todos los niños pueden responderlas de algún modo, admitir diferentes procedimientos y, luego, trabajar con los conocimientos que surjan para avanzar hacia los que se quiere enseñar por medio del planteo de nuevas preguntas. Los contextos Se parte de la idea de que una noción matemática cobra sentido a partir del con-junto de problemas en los cuales resulta un instrumento eficaz de resolución. Esos problemas constituyen el o los contextos para presentar la noción a los alumnos. Por ejemplo, el cálculo de puntos en un juego, la construcción de una figura, la elaboración de un procedimiento para realizar un cálculo son contex-tos posibles para presentar la suma, los rectángulos o la propiedad conmutativa. Para cada noción es posible considerar diferentes contextos que nos permi-tan plantear problemas en los que la resolución requiera su uso. Estos contex-tos podrán ser matemáticos o no, incluyendo entre estos últimos los de la vida cotidiana, los ligados a la información que aparece en los medios de comunica-ción y los de otras disciplinas. Por ejemplo, la noción de multiplicación de decimales es frecuentemente trata-da por medio de la resolución de problemas, como ¿Cuál es el precio de 2,5 kg de carne sabiendo que el kg vale $ 8,7? En este caso, se trata de un contexto no matemático de la vida cotidiana. También habrá que plantear que calculen el área de un rectángulo de 2,5 de base y 8,7 de altura (expresadas en una unidad arbitraria de longitud), que también requiere realizar una multiplicación. En este caso se trata de un contexto matemático. En los dos casos, la multi-plicación es el instrumento que resuelve el problema: la noción está contextua-lizada y “funciona” en esos casos particulares. En este sentido, al producir la solución, el alumno sabe que en ella hay cono-cimiento matemático, aunque no logre identificar cuál es. Para que pueda reco-nocerlo, tendremos que intervenir nombrando las nociones del modo en que se usa en la disciplina y reformulando las conclusiones alcanzadas por el grupo con representaciones lo más próximas posibles a las convencionales, es decir reco-nociendo como conocimientos matemáticos los que se usaron como instrumen-to de resolución, ahora independientemente del contexto. Asimismo, se podrán relacionar esos conocimientos con otros que fueron trabajados anteriormente. Al presentar cada noción en diferentes contextos, y descontextualizarla cada vez, se amplía el campo de problemas que los alumnos pueden resolver con ella. De este modo, con cada nuevo problema, los chicos avanzan en la construcción de su sentido. En todos los casos, los contextos tendrán que ser significativos para los alumnos, es decir que implicarán un desafío que puedan resolver en el marco de
  • 20. Nap Matemática 6 sus posibilidades cognitivas y sus experiencias sociales y culturales previas. Asimismo, los conocimientos involucrados en el problema deberán cobrar inte-rés para ellos y ser coherentes desde el punto de vista disciplinar. Al interactuar en su vida social, los niños aprenden las prácticas habituales de cada comunidad y construyen saberes, algunos de los cuales están ligados a la Matemática. Son estos saberes los que debemos recuperar en la escuela para vincularlos con los conocimientos que deben aprender, ya sea para reconocer-los como parte de ellos y sistematizarlos, como para utilizarlos en nuevos con-textos. De este modo, es esperable que los alumnos puedan incorporar en su vida cotidiana nuevas prácticas superadoras y valorar el aporte brindado por la escuela para su adquisición. Los resultados de investigaciones realizadas sobre el uso de conocimientos matemáticos en situaciones de la vida cotidiana, como hacer compras de alimen-tos, dan cuenta de los múltiples factores que determinan las decisiones que toma-mos acerca de “cuánto” compramos y muestran que a veces no utilizamos conocimientos matemáticos. Por ejemplo, tenemos en cuenta las preferencias o necesidades de los integrantes de la familia y no solo la relación precio/cantidad o restringimos la compra a la cantidad de dinero disponible. Al formular ese tipo de problemas con propósitos de enseñanza, seleccionamos algunos datos que inter-vienen en la situación o contexto real. Así, las relaciones que se establecen entre los datos para encontrar la respuesta están más relacionadas con los conocimien-tos que se quieren enseñar que con la situación real que da origen al problema. Al elegir los problemas, también es esencial revisar los enunciados y las pre-guntas que presentamos, pues muchas veces se incluyen preguntas que care-cen de sentido en sí mismas, pues no aluden a problemas reales o verosímiles. Por ejemplo, si en un enunciado se habla de la suma de las edades de dos her-manos o de la cantidad de hormigas de dos hormigueros, cabe preguntarse quién puede necesitar estos valores y para qué. Un contexto muy utilizado en la clase de Matemática es el de los juegos. El sentido de incluirlo va más allá de la idea de despertar el interés de los alumnos. Jugar permite “entrar en el juego” de la disciplina matemática, pues se eligen arbitrariamente unos puntos de partida y unas reglas que todos los participan-tes acuerdan y se comprometen a respetar. Luego, se usan estrategias que anti-cipan el resultado de las acciones, se toman decisiones durante el juego y se realizan acuerdos frente a las discusiones. No debemos perder de vista que, al utilizar el juego como una actividad de aprendizaje, la finalidad de la actividad para el alumno será ganar, pero nuestro propósito es que aprenda un determinado conocimiento. Por eso, el hecho de jugar no es suficiente para aprender: la actividad tendrá que continuar con un momento de reflexión durante el cual se llegará a conclusiones ligadas a los conocimientos que se utilizaron durante el juego. Luego, convendrá plantear pro- 19 Enseñar Matemática en el Segundo Ciclo
  • 21. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología blemas de distinto tipo en los que se vuelvan a usar esos conocimientos: parti-das simuladas, nuevas instancias de juego para mejorar las estrategias, tareas a realizar con los conocimientos descontextualizados. Los significados Cada noción matemática resuelve un cierto conjunto de problemas; sin embar-go, no tiene el mismo significado en todos los casos. Por ejemplo, el número racional 3/4 es respuesta a distintos problemas. Veamos algunos: Si de 4 boli-tas, 3 son negras, ¿qué parte de las bolitas es negra?; María tiene 3 tortas para repartir en partes iguales entre sus 4 hijos, ¿cuánto come cada uno?; si el segmento A mide 3 cm y el segmento B mide 4 cm, ¿cuál es la medida de A en relación a B? En estos problemas se establecen diferentes relaciones entre las cantidades involucradas. En el primer problema, 3/4 representa la relación entre una parte (en este caso subconjunto de cardinal 3) con el todo (conjunto de cardinal 4). En el segundo problema, 3/4 indica el resultado de dividir 3 entre 4 (en este caso repartir 3 entre 4), mientras que en el tercer pro-blema, indica la medida de un objeto, resultado de la comparación entre los tamaños del segmento A y del segmento B. Cada uno de estos significados exige y pone en funcionamiento aspectos diver-sos del concepto de número racional y también de distinto orden de complejidad. Esto obliga a pensar en cómo es posible organizar su abordaje en el tiempo. A lo largo de su recorrido por el Segundo Ciclo, los alumnos deben ir traba-jando con estos significados, pero a su vez en cada uno de ellos se requiere del planteo de distintos problemas que permita tratar aspectos relativos al orden de racionales, a la equivalencia, a la operatoria aditiva y multiplicativa. Esto indica que para cada significado es necesaria la construcción de un conjunto de pro-blemas de diferentes niveles de complejidad. Las representaciones En el conjunto de problemas que seleccionamos también es necesario tener en cuenta las distintas representaciones posibles de la noción que queremos ense-ñar, ya que la posibilidad de avanzar en la comprensión de una noción implica reconocerla en sus distintas representaciones pudiendo pasar de una a otra y elegir la más conveniente en función del problema a resolver. Es importante señalar que, por ejemplo, cuando no se articulan las distin-tas representaciones del mismo número racional, muchos niños conciben “las fracciones” como objetos distintos de “los números decimales”. Para repre-sentar un mismo número racional se pueden escribir las siguientes expresio-nes: 1 + 1/2; 1 1/2; 3/2; 3 x 1/2; 1,5 y 1,50, utilizar la recta numérica, 20 Serie Cuadernos para el aula
  • 22. Matemática 6 establecer equivalencias con otras expresiones fraccionarias y decimales o expresiones como: 1 + 5 x 1/10 o 150%. Sin embargo, y aunque podrían ser usadas indistintamente en tanto refieren al mismo número, los contextos de uso y las estrategias de cálculo suelen determinar la conveniencia de utilizar una u otra representación. Otras representaciones de las fracciones que suelen aparecer en las produc-ciones de los alumnos son distintas formas gráficas, como círculos o rectángu-los. En estos casos, deberían ser analizadas en el grupo, socializadas, para dar-les un lugar entre los conocimientos construidos en la clase y, posteriormente, incluirlas en las actividades que presentemos. El tiempo que aparentemente se “pierde” en este trabajo de analizar las representaciones en función del proble-ma que se está resolviendo, se “gana” en la significatividad que cobran para el alumno. Del mismo modo, el uso o no de materiales “concretos” debería ser deci-dido por el alumno en función de sus necesidades, que estarán ligadas al esta-do de sus conocimientos. Asimismo, en Geometría, para representar una figura se usan dibujos, textos que describen el conjunto de propiedades que cumple e instructivos que permi-ten construirla. Durante este Ciclo, habrá que propiciar discusiones acerca de las características de estas distintas representaciones, y la transformación de una en otra, para que los alumnos avancen en la conceptualización de los objetos mate-máticos y los diferencien de sus representaciones. En este caso, el obstáculo fun-damental es la identificación de una figura con un dibujo particular. Al plantear los problemas, deberemos promover que la representación que cada alumno utilice sea una forma de expresar lo que está pensando, y que el debate posterior a las producciones sobre la pertinencia y economía de estas permita su evolución hacia las representaciones convencionales. Que los alumnos vayan evo-lucionando en el uso de las representaciones será una tarea a largo plazo. Las relaciones entre preguntas y datos Algunos de los problemas que se presentan y funcionan como contexto para utili-zar una noción permiten trabajar lo que denominamos tratamiento de la informa-ción. En estos casos, tanto para los contenidos del Eje “Número y Operaciones”, como para el de “Geometría y Medida”, lo que se pone en juego es la relación entre las preguntas y la construcción de datos para responderlas. Muchas veces, detectamos que los alumnos intentan resolver un problema aritmético buscando la operación que deben realizar para solucionarlo. Esa forma de enfrentarse al problema está fomentada por la estructura y el conteni-do de muchos enunciados que forman parte de la tradición escolar y por el tra-tamiento que se les da en clase. En ellos suelen aparecer todos los datos nece-sarios para responder a la pregunta que se hace y esta se refiere al resultado Nap 21 Enseñar Matemática en el Segundo Ciclo
  • 23. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 22 Serie Cuadernos para el aula de una operación entre ellos. En muchos casos, además, el maestro que ya enseñó los cálculos propone a los alumnos que identifiquen “la” operación y espera que resuelvan el problema sin dificultad. La resolución de problemas requiere, en cambio, generar en los chicos la necesidad de leer e interpretar el enunciado o la información que se presenta para construir una representación mental de la situación que les permita plan-tearse alguna estrategia inicial para su resolución. Esta necesidad se puede ins-talar variando tanto la forma de presentación del enunciado como el tipo de tarea que el alumno debe realizar, e incluyendo problemas que tengan una, varias o ninguna solución. Los enunciados pueden ser breves relatos o textos informativos de otra área de conocimiento, tener datos “de más” e incluir imágenes. Las preguntas tam-bién serán variadas: algunas no se podrán contestar, otras se contestarán con un dato y sin operar, y otras requerirán hacer una operación, pero la respuesta podrá ser una información diferente del resultado de la misma. También los alumnos podrán proponer problemas, para lo cual se puede dar información y pedir que formulen preguntas o presentar datos y respuestas para elaborar una pregunta que los relacione. A la vez, tendremos que organizar la clase de modo que cada alumno pueda interpretar el problema y tomar una primera decisión autónoma a propósito de su resolución. En Geometría, la tradición escolar solo incluye problemas para el caso de cálculos de medidas, como el perímetro, la superficie y el volumen, y su trata-miento es el mismo que el mencionado. La propuesta de este enfoque es problematizar el trabajo con las construccio-nes, considerándolas un medio para conocer las propiedades geométricas. En este sentido, las actividades de reproducción de figuras permiten a los alumnos poner en juego en forma implícita las propiedades involucradas y avanzar luego hacia otras que requieran su explicitación. Además, en Segundo Ciclo es importante proponer problemas con una, varias o ninguna solución, como por ejemplo determinar cuáles son las figuras que cumplen un conjunto de condiciones iniciales. Construir condiciones para resolver problemas Para que cada alumno se involucre en el juego matemático, además de elegir un problema desafiante pero adecuado para sus conocimientos, y en el que la noción a enseñar sea un instrumento eficaz de resolución, es necesario tener en cuenta un conjunto de condiciones: cuáles son los materiales necesarios, qué interacciones prevemos derivadas de la forma de organizar la clase y nuestras intervenciones durante su transcurso. Cuidar estas condiciones, anticiparlas al planificar la clase es, en realidad, uno de nuestros grandes desafíos como maestros.
  • 24. Nap Las situaciones de enseñanza En algunas ocasiones, la tarea que se propone al alumno puede presentarse solo mediante el enunciado de un problema o con una pregunta para un conjun-to bien elegido de cálculos o con un interrogante que deba ser respondido a par-tir de una información publicada en el diario o en un texto de Ciencias Naturales o de Ciencias Sociales. En otras ocasiones, habrá que proporcionar los instru-mentos de Geometría para realizar una construcción o los materiales para un juego –por ejemplo dados y tablas para anotar puntajes–, el croquis de un reco-rrido, un mapa, etc. En todos los casos, una primera condición es asegurarnos de tener disponibles los materiales a utilizar. También habrá que anticipar cuál es el tipo de interacciones que queremos que se den para organizar distintos momentos de la clase: las de cada alumno y el problema, las de los alumnos entre sí y las de los alumnos con el maestro. Para ello, habrá que proponer, según convenga y de manera no excluyente, momentos de trabajo en forma individual, en pequeños grupos o con toda la clase. Los niños podrán realizar diferentes tareas. En algunas ocasiones, trabajarán usando los conocimientos matemáticos de manera implícita, sin nombrarlos ni escribirlos, por ejemplo, al medir, construir, decidir cómo jugar o calcular. En otras, utilizarán los conocimientos matemáticos de manera explícita: tendrán que descri-bir cómo midieron o calcularon, qué instrumentos usaron para construir y qué hicie-ron en cada paso, o producirán un instructivo para que otro construya una figura o realice un cálculo, explicarán por qué decidieron utilizar un procedimiento u otro, cómo pueden comprobar que un resultado es adecuado. También darán razones para convencer a otro compañero de que los números encontrados o las figuras dibujadas cumplen con las condiciones del problema; tendrán que argumentar sobre si un procedimiento es o no correcto. En otras oportunidades, será el maes-tro el que presente una afirmación para que los alumnos discutan sobre su validez. En Segundo Ciclo, es importante también que los alumnos comiencen a ana-lizar el nivel de generalidad que tienen las respuestas a los problemas que resuelven. Así, comprobar que se pueden obtener dos triángulos iguales plegan-do un cuadrado de papel glasé no es suficiente para afirmar que las diagonales de cualquier cuadrado son congruentes. Asimismo, habrá que descubrir y expli-citar que algunas afirmaciones son verdaderas en un campo numérico, o para un conjunto de figuras, y no lo son para otros. Por ejemplo, el producto de una mul-tiplicación es mayor que cualquiera de sus factores, siempre que se opera con números naturales, pero esto no es cierto si, por ejemplo, los factores son núme-ros racionales menores que 1. Al anticipar el desarrollo de la clase y prever las condiciones necesarias para que ocurran las interacciones que nos interesan, diseñamos una situación pro-blemática a propósito del conocimiento que queremos enseñar. Esta situación Matemática 6 23 Enseñar Matemática en el Segundo Ciclo
  • 25. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 24 Serie Cuadernos para el aula incluye un conjunto de elementos y relaciones que estarán presentes en la clase: el problema, los materiales, una cierta organización del grupo, un desarro-llo con momentos para distintos intercambios. Al planificar, también anticipamos los diferentes procedimientos y las representaciones que podrán usar los alum-nos, nuestras preguntas y las conclusiones matemáticas posibles. La gestión de la clase Hemos planteado ya que, para que los alumnos desarrollen el tipo de trabajo matemático que buscamos promover, serán fundamentales las intervenciones del docente durante la clase. El trabajo de resolución de problemas que se propone en este enfoque gene-ra muchas veces inseguridad. Pensamos: ¿cómo voy a presentar este problema si no muestro antes cómo hacerlo?, ¿cómo voy a organizar la clase si cada uno responde de una manera distinta? o ¿cómo voy a corregir si hay distintos pro-cedimientos en los cuadernos? Respecto de la primera pregunta, para iniciar el aprendizaje de un nuevo conocimiento en el proyecto de cada año escolar ten-dremos que presentar un problema asegurándonos de que todos hayan com-prendido cuál es el desafío que se les propone. Para que cada alumno acepte ocuparse de él, es esencial generar el deseo de resolverlo. Este tipo de interven-ción, que busca que el alumno se haga cargo de la resolución, es siempre parte del inicio de la clase, pero puede reiterarse en distintos momentos, toda vez que sea necesario y oportuno. Es una invitación para que el chico resuelva por sí solo y no una orientación sobre cómo debe hacerlo o qué debe hacer. Para comenzar, los niños lo resuelven de manera individual o en pequeños grupos, con diferentes procedimientos, según los conocimientos de los que dis-pone cada uno. Por ejemplo, en 4º año/grado, aunque aún no se haya trabaja-do sobre las cuentas de dividir es posible plantear a los niños un problema como: Los lápices se venden en paquetes de a 10, ¿cuántos paquetes se deben comprar para dar un lápiz a los 127 niños de la escuela? ¿Y si fueran 250 niños? Los niños podrán recurrir a una variedad de procedimientos para resol-verlo: procedimientos aditivos o sustractivos, de a diez, de a dobles; o procedi-mientos multiplicativos. Luego, habrá que dar lugar a un intercambio donde participen todos los alumnos y en el que se vayan explicando las diferentes aproximaciones al cono-cimiento que se quiere enseñar, y debatir sobre ellas. Al analizar las diferentes soluciones, tendremos que valorizar de igual modo todas las producciones, ya sea que permitan o no arribar a una respuesta al problema planteado. Al dar lugar a la presentación y explicación de los procedimientos utilizados por los chicos, es necesario animarlos a dar razones de lo realizado, a explicar por qué lo hicieron de cierta forma, a argumentar sobre la validez de sus produc-
  • 26. Nap Matemática 6 ciones. Esto les permitirá volver sobre lo que han pensado, para analizar sus acier-tos y errores, y controlar, de este modo, el trabajo. Alentarlos a hablar o participar a aquellos que no lo hacen espontáneamente significa trabajar suponiendo que los chicos pueden progresar y no que van a fracasar. En algún caso, recuperar todas las producciones escritas distintas, y presen-tarlas en conjunto para compararlas y discutir cómo mejorar cada una, puede contribuir a “despersonalizar” las mismas, focalizando el análisis en su validez o nivel de generalidad y no en los conocimientos de quienes las elaboraron. Así el “error” de unos se capitaliza en la reflexión de todos. Este trabajo incorpora a los alumnos en el proceso de evaluación en un lugar diferente del habitual, donde quedan a la espera de la palabra del docente que les ratifica de inmediato si lo que hicieron está bien o no. Si han asumido como propia la tarea de resolución, querrán saber si lo producido es o no una respues-ta a la pregunta que organizó el quehacer matemático en el aula. El debate del conjunto de la clase dará por válida o no una respuesta, y llevará a la modifica-ción de los procedimientos que conducen a errores. En un comienzo, las razones que los alumnos den al debatir se apoyarán en ejemplos, comprobaciones con materiales como plegar papeles o tomar medi-das, entre otros casos, para luego avanzar hacia el uso de propiedades. A la vez, estas últimas se enunciarán con distintos niveles de generalidad; por ejemplo, pasaremos de: Podés hacer 4 + 3 y te da lo mismo que 3 + 4, en el Pri-mer Ciclo, a: Al sumar es posible cambiar el orden de los números, en el Segundo Ciclo. Con la intervención del maestro, se reconocerán y sistematizarán los saberes que se van descubriendo. Esta tarea de establecer relaciones entre las conclu-siones de la clase y el conocimiento matemático al que se pretende llegar, intro-duciendo las reglas y el lenguaje específicos, y entre los conocimientos ya incor-porados y los nuevos, es una tarea que está siempre a cargo del maestro y que resulta imprescindible para que los alumnos identifiquen qué han aprendido. Para esto, no tenemos que basarnos en ningún esquema rígido. Esas interven-ciones pueden darse en distintos momentos, siempre que sean oportunas; es decir que lleguen después de que los alumnos hayan desplegado sus propios razonamientos. El camino propuesto no implica diluir la palabra del maestro. Cuando los chicos están resolviendo los problemas solos o con su grupo, el maestro podrá pasar cerca de cada uno, atendiendo lo que van haciendo, los términos que usan, lo que escriben, quiénes no participan y quiénes siguen atentamente –aun sin hablar– lo que hacen sus compañeros. De tal modo, el maestro tendrá un regis-tro del conjunto de conocimientos que se despliegan en la clase. Esta informa-ción será fundamental para tomar decisiones en el momento del debate: ¿qué grupo conviene que hable primero?, ¿cuáles tienen una respuesta similar?, 25 Enseñar Matemática en el Segundo Ciclo
  • 27. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 26 Serie Cuadernos para el aula ¿qué procedimiento es el más potente para hacer avanzar el debate hacia el conocimiento que se espera enseñar? Esto permitirá optimizar el tiempo dedica-do a la puesta en común, de manera que no resulte tediosa para los alumnos ya que, cuando los procedimientos son muy similares, bastará con tomar como objeto de análisis la producción de uno solo de los grupos. El docente tampoco queda al margen del debate de la clase, puesto que es él quien lo conduce. A veces, las conclusiones a las que los chicos llegan en con-junto son parcialmente válidas. Allí, el maestro podrá decir, por ejemplo: Por ahora acordamos que resolvemos así; en la próxima clase lo seguiremos viendo. De esta manera, interviene en el proceso sin anticiparse, pero dejando marcas, plan-teando la provisoriedad de lo acordado o alguna contradicción que queda pen-diente por resolver. Así, no invalidaremos el trabajo de la “comunidad clase”, pero dejaremos instalado que hay alguna cuestión que hay que seguir discutiendo. En relación con el modo de organizar la clase frente a las distintas respues-tas y tiempos de trabajo de los niños, los docentes muchas veces planteamos situaciones para que sean resueltas por todo el grupo, lo que nos permite valo-rar, corregir, hacer señalamientos a las intervenciones de los alumnos. Es cierto que es más fácil llevar adelante el trabajo colectivo sobre un único procedimiento, pero de este modo se corre el riesgo de que solo un grupo de alumnos participe activamente siguiendo al maestro, mientras otros se quedan al margen de la propuesta; y aunque todos lo siguieran, lo aprendido se limita a una única manera de pensar. La alternativa que proponemos a la organización habitual de la clase, según nuestros objetivos, será armar la actividad de distintas maneras: individual, por pares o grupos de más alumnos, y aun con distintos tipos de tareas para cada grupo o dentro del mismo grupo, alentando la movilidad de los roles y estando atentos a la posible configuración de estereotipos que, lamentablemente, algu-nas veces hacen que la discriminación se exprese en la clase de Matemática. Tanto los momentos de trabajo individual como los compartidos en grupo apor-tan al alumno un tipo de interacción diferente con el conocimiento, por lo que ambos deberán estar presentes en la clase. Muchas veces, cuando estamos a cargo de un plurigrado, separamos a los niños según el año/grado que cursan, y vamos atendiendo a un grupo por vez. Sin embargo, a la hora de realizar adaptaciones a las actividades presentadas, es importante tener en cuenta el enfoque de enseñanza, de manera de no per-der la riqueza de las propuestas que ofrecemos. Por ejemplo, para alcanzar determinados aprendizajes, es indispensable generar espacios de debate en los que deberían participar alumnos que compartan repertorios de conocimien-tos y niveles de análisis similares. Sin embargo, ocurre muy frecuentemente que en estos escenarios haya solo uno o que sean muy pocos los alumnos en alguno de los años/grados, lo que hace imposible organizar un verdadero deba-
  • 28. Nap Matemática 6 te entre ellos. En estos casos, proponemos agrupar niños de varios años/gra-dos y organizar actividades con un contexto común, proponiendo una tarea dis-tinta a cada grupo, de modo que los desafíos sean adecuados a los distintos conocimientos de los alumnos. Esto permite que en el momento de la confron-tación todos los alumnos puedan entender las discusiones que se generen e incluso puedan participar de las mismas, aunque no sean originadas por la acti-vidad que le correspondió a su grupo. Por ejemplo, se podría proponer para gru-pos armados con niños de 4º, 5º y 6º años/grados un juego como “La escoba del uno”1 de cartas con fracciones, diferenciando la complejidad a la hora de analizar las partidas simuladas. En esta propuesta, el cuaderno o la carpeta tiene diferentes funciones: en él, cada chico ensaya procedimientos, escribe conclusiones que coinciden o no con su resolución y, eventualmente, registra sus progresos, por ejemplo, en tablas en las que da cuenta del repertorio de cálculos que ya conoce. De este modo, el cuaderno o la carpeta resultan un registro de la historia del aprendiza-je y los docentes podemos recuperar las conclusiones que los alumnos hayan anotado cuando sea necesario para nuevos aprendizajes. En este sentido, conviene además conversar con los padres que, acostumbra-dos a otros usos del cuaderno, pueden reclamar o preocuparse al encontrar en él huellas de errores que para nosotros juegan un papel constructivo en el aprendizaje. De todos modos, es recomendable discutir con el equipo de cole-gas de la escuela cómo se registra en el cuaderno la presencia de una produc-ción que se revisará más adelante. También el pizarrón tiene diferentes funciones. Allí aparecerá todo lo que sea de interés para el grupo completo de la clase, por ejemplo: los procedimientos que queremos que los alumnos comparen, escritos por un representante del grupo que los elaboró o por el maestro, según lo que parezca más oportuno. Convendrá usar también papeles afiche o de otro tipo para llevar el registro de las conclusiones, como tablas de productos, acuerdos sobre cómo describir una figura, etc., para que el grupo las pueda consultar cuando sea necesario. Promover la diversidad de producciones es un modo de incluir a todos en el aprendizaje, de generar confianza en las propias posibilidades de aprender y de poner en evidencia la multiplicidad de formas de pensar frente a una misma cuestión, así como la necesidad de acordar cuáles se consideran adecuadas en función de las reglas propias de la Matemática. 27 Enseñar Matemática en el Segundo Ciclo 1 Actividad propuesta en este Cuaderno.
  • 29. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 28 Serie Cuadernos para el aula Es muy importante instalar en la escuela las condiciones necesarias para que los niños sientan que los errores y los aciertos surgen en función de los cono-cimientos que circulan en la clase, es decir que pueden ser discutidos y validados con argumentos y explicaciones. Es así como pretendemos que los chicos vayan internalizando progresivamente que la Matemática es una ciencia cuyos resulta-dos y progresos se obtienen como consecuencia necesaria de la aplicación de ciertas relaciones y del debate entre quienes las plantean, y no como una prácti-ca de la adivinación o del azar o un saber que no sufre transformaciones. De todos modos, sabemos que seleccionar problemas y secuencias de acti-vidades que puedan ser abordadas por los alumnos de la clase con distintas herramientas, e intervenir convenientemente para que todos puedan avanzar, supone para nosotros una dificultad mucho mayor que la de presentar un pro-blema que la mayoría resuelve de la misma manera. Quizá nos dé un poco de tranquilidad saber que a trabajar en grupo se aprende y que, en el inicio de este aprendizaje, hay que tolerar una cuota de desorganización, hasta que los alum-nos incorporen la nueva dinámica. Una cuestión ligada a la organización de la enseñanza que conviene tener en cuenta es la de articular, en cada unidad de trabajo, algún conjunto de actividades que formen una secuencia para desarrollar cierto contenido. El criterio que utilizamos al presentar algunos ejemplos en el apartado “Propuestas para la enseñanza” es que en cada nueva actividad de una misma secuencia se tome como conocimiento de partida aquel que haya sido sistematizado como conclusión en la anterior. Otra cuestión también ligada a la elaboración de una unidad de trabajo, y que permite mejorar el uso del tiempo de clase, es la articulación de contenidos. Algunos contenidos relacionados con distintos NAP pueden abordarse en una misma unidad y aún en una misma secuencia. Por ello, es conveniente tener en cuenta que la presentación de los NAP no indica un orden de enseñanza y que, antes de armar las unidades, es indispensable tener un panorama de la totalidad de la propuesta. Evaluar para tomar decisiones En cuanto a los objetivos con que presentamos los problemas, podemos plantear distintas opciones: para introducir un tema nuevo, para que vuelvan a usar un cono-cimiento con el que trabajaron pero en un contexto distinto o con un significado o representación diferentes, o para recuperar prácticas ya conocidas que les permi-tan familiarizarse con lo que saben hacer y lo hagan ahora con más seguridad. Pero los problemas son también un tipo de tarea que plantearemos para evaluar. Sin desconocer que cada maestro tomará decisiones de promoción y acre-ditación en función de acuerdos institucionales y jurisdiccionales sobre criterios y parámetros, queremos poner énfasis en la idea de que un sentido fundamen-
  • 30. Nap Matemática 6 tal de la evaluación es recoger información sobre el estado de los saberes de los alumnos, para luego tomar decisiones que permitan orientar las estra-tegias de enseñanza. Las producciones de los niños dan cuenta tanto de los resultados derivados de nuestras propias estrategias de enseñanza, como de lo que aprendieron y de sus dificultades. El modo de trabajo propuesto en estas páginas introductorias permite tomar per-manentemente información sobre qué saben los chicos acerca de lo que se ha enseñado o se desea enseñar. Los problemas seleccionados para iniciar cada tema pueden funcionar para tener algunos indicios de los conocimientos del grupo y con-siderarlos en un sentido diagnóstico para terminar de elaborar la unidad didáctica. De este modo, la evaluación diagnóstica, en lugar de focalizarse en el inicio del año, se vincula con la planificación de cada unidad y de cada secuencia de trabajo. Al considerar las producciones de los alumnos, pueden aparecer errores de diferente origen, pero muchas veces los que llamamos “errores” no son tales. Algunos de ellos están vinculados con una distracción circunstancial, como copiar mal un número del pizarrón que solo habrá que aclarar. Otros, en cambio, estarán mostrando una forma de pensar provisoria, por ejemplo, cuando los chicos dicen, frente al dibujo de un cuadrado, Esta figura no es un rectángulo. Esto último no es cierto si se considera que el cuadrado es un paralelogramo con cuatro ángu-los rectos, condición que caracteriza a los rectángulos. Sin embargo, las primeras clasificaciones que realizan los niños parten de la idea de que un objeto pertene-ce a una única clase: si una figura es un cuadrado, no puede ser un rectángulo. Frente a los “errores” descubiertos será necesario analizarlos, intentar compren-der cómo y por qué se producen y plantear actividades de distinto tipo. Tanto en el caso de cuestiones presentes en las producciones de muchos alumnos del grupo como respecto de algunas ideas provisorias como las mencionadas respecto de la multiplicación de números racionales y de las relaciones entre cuadrado y rectán-gulo, habrá que volver sobre la noción involucrada en ese momento, cuestionán-dolos con ejemplos que contradigan sus ideas. No es evitando los “errores” como se acorta el proceso de aprendizaje, sino tomándolos como se enriquece. Avanzar año a año en los conocimientos de Segundo Ciclo La mayoría de las nociones matemáticas que se enseñan en la escuela llevan mucho tiempo de elaboración, por lo que es necesario delinear un recorrido pre-cisando el punto de partida y atendiendo al alcance progresivo que debiera tener el tratamiento de las nociones en el aula. El Eje “Número y Operaciones” incluye como aprendizajes prioritarios, duran-te el Segundo Ciclo, avanzar en el conocimiento del sistema de numeración y de fracciones y decimales; y en el uso de las operaciones y las formas de calcular 29 Enseñar Matemática en el Segundo Ciclo
  • 31. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 30 Serie Cuadernos para el aula con naturales, fracciones y decimales para resolver problemas. Al finalizar el Ciclo, se espera lograr que los chicos puedan analizar las relaciones entre las distintas clases de números y sus distintas representaciones, iniciando la siste-matización de relaciones numéricas y propiedades de las operaciones. Para ello, en relación con los números naturales y según lo abordado en el Primer Ciclo, en el Segundo Ciclo se parte de los conocimientos que los niños tienen sobre las relaciones entre la serie numérica oral y la serie numérica escri-ta hasta el orden de las unidades de mil y las vinculaciones entre la descompo-sición aditiva y la descomposición aditiva y multiplicativa de los números (456 se puede descomponer como 400 + 50 + 6 y como 4 x 100 + 5 x 10 + 6 x 1) para trabajar con números más grandes, analizando equivalencias de escrituras, procedimientos de orden y comparación basados en distintas representaciones y la conveniencia de una u otra, según el problema puesto en juego. Con respecto a los números racionales, en 3er año/grado los niños han teni-do aproximaciones a algunas fracciones y algunos decimales surgidas al abordar situaciones del Eje “Geometría y Medida”. En 4º año/grado se usan expresiones fraccionarias y decimales de los números racionales asociadas a contextos que les dan significado, como el de la medida, el de sistema monetario, situaciones de reparto y partición, para resolver problemas de equivalencia, orden, comparación, suma y resta o producto por un natural. También se inicia el trabajo con proble-mas en contexto matemático que se profundiza en 5º y 6º años/grados. A partir de 5º año/grado, se aborda la equivalencia entre expresiones fraccionarias y decimales, y se incluye la representación en la recta numérica. En 6° año/grado se incorpora la escritura porcentual y se avanza en la transformación de una expresión en otra, reconociendo además la conveniencia del uso de unas u otras según los pro-blemas a resolver. Además, se inicia el reconocimiento de que las reglas del sistema de numeración estudiadas para los naturales se extienden a los racionales. Otro aprendizaje prioritario del Eje “Número y Operaciones” es el de las ope-raciones básicas, tanto en relación con los problemas aritméticos que deben resolver los niños, como con las formas de calcular. En Segundo Ciclo, es espe-rable que los alumnos avancen en nuevos significados de la suma, la resta, la multiplicación y la división de los números naturales, y que calculen en forma exacta y aproximada con distintos procedimientos, incluyendo la construcción de otros más económicos. Este trabajo contribuirá a lo largo del Ciclo a sistemati-zar relaciones numéricas y propiedades de cada una de las operaciones. En particular, se iniciará en 5º año/grado la explicitación de las relaciones de múltiplo/divisor en la resolución de problemas, así como la relación entre dividendo, divisor, cociente y resto en contextos matemáticos. También comienzan a tratarse en forma sistemática las relaciones de pro-porcionalidad, ligadas inicialmente a la operatoria multiplicativa y avanzando hacia el análisis de sus propiedades. Los problemas que incluyen la representa-
  • 32. Nap Matemática 6 ción de un conjunto organizado de datos mediante gráficos estadísticos (gráfi-cos de barras, circulares y de líneas) resultan de interés para enriquecer los con-textos de uso de estas relaciones. En relación con las formas de calcular, es importante considerar como inicio del trabajo el uso de diferentes procedimientos en función de los conocimientos disponibles de los alumnos sobre los números involucrados y sobre las operacio-nes, antes de analizar y utilizar procedimientos más económicos. La evolución de las formas de calcular con números naturales dependerá de la disponibilidad que tengan los alumnos tanto del repertorio multiplicativo como de las propiedades, de las intervenciones del docente, y de las comparaciones y validaciones que se hagan de las distintas formas de calcular que conviven en la clase. En particular, el cálculo escrito de la división debiera evolucionar desde estrategias de sucesivas aproximaciones en 4º año/grado, hasta lograr aproxi-maciones al dividendo en menos pasos. La operatoria aditiva y la multiplicación por un entero con fracciones y deci-males se inicia en 4º año/grado ligada a los contextos que le dan sentido. La misma avanza en 5º y 6º años/grados, tanto con las expresiones fraccionarias como con las decimales, con la intención de elaborar y comparar procedimien-tos de cálculo para llegar a sistematizarlos. Al hablar de tratamiento de la información en relación con los contenidos del Eje “Número y Operaciones”, nos referimos a un trabajo específico que per-mita a los alumnos desplegar en forma progresiva ciertas capacidades, como interpretar la información que se presenta en diferentes portadores (enunciados, gráficos, tablas, etc.), seleccionar y organizar la información necesaria para res-ponder preguntas, diferenciar datos de incógnitas, clasificar los datos, planificar una estrategia de resolución, anticipar resultados. La lectura y organización de la información, así como su eventual recolección a partir de experiencias significativas para los alumnos, se iniciará en 4º año/ grado y avanzará en el Ciclo en las formas de representación en gráficos, fina-lizando en 6º año/grado con problemas que requieran tomar decisiones entre distintas alternativas de organización y presentación de datos. En el Eje “Geometría y Medida” incluimos el estudio del espacio. Las referen-cias espaciales construidas en el Primer Ciclo se articulan progresivamente en un sistema que permite ubicar los objetos en el espacio sensible, y en la repre-sentación de ese espacio en el plano. En este Ciclo se avanza en el tamaño del espacio que se representa y en las referencias que se usen, comenzando por la elección de referencias por parte del alumno en 4º año/grado, y evolucionando hacia la inclusión de representaciones convencionales en función de un sistema de referencia dado, en 6° año/grado. 31 Enseñar Matemática en el Segundo Ciclo
  • 33. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 32 Serie Cuadernos para el aula En paralelo con el estudio del espacio, se estudian los objetos geométricos, es decir las formas de dos y tres dimensiones. Para ello, es posible trabajar con las figuras y los cuerpos sin relacionarlos necesariamente con objetos del mundo sensible. El avance de los conocimientos geométricos, en este Ciclo, no se plantea en relación con el repertorio de figuras y cuerpos, sino en función de las propiedades que se incluyan. Se inicia en 4° año/grado la consideración de bordes rectos o cur-vos, número de lados y de vértices, ángulos rectos o no para las figuras, y de las superficies curvas o planas, número y forma de las caras para el caso de los cuer-pos. Para las figuras se avanza incluyendo el paralelismo de los lados y las propie-dades de las diagonales. Se evolucionará también en el tipo de argumentaciones que se acepten como válidas –desde las empíricas hacia otras basadas en propie-dades–, lo que irá en paralelo con la conceptualización de las figuras como obje-tos geométricos y con el uso de un vocabulario cada vez más preciso. Los problemas del Eje “Geometría y Medida” en el Segundo Ciclo en princi-pio funcionan como articuladores entre la Aritmética y la Geometría, porque permiten atribuir sentido a los números racionales y cuantificar ciertos atribu-tos de los objetos y de las formas. Los problemas reales de medición efectiva de longitudes, capacidades, pesos y tiempo que se incluyan en cada año deben permitir al alumno elaborar una apreciación de los diferentes órdenes de cada magnitud y utilizar instrumentos para establecer diferentes medidas. En este Ciclo se hace necesario, además, un trabajo profundo en relación con los cambios de unidades. En 4º año/grado habrá que establecer, a propó-sito de diferentes magnitudes, qué relación existe entre las unidades elegidas y las medidas correspondientes. Luego, se hace necesario avanzar en la com-prensión de la organización decimal de los sistemas de unidades del SIMELA, lo que constituye un soporte interesante para la comprensión de la escritura decimal de los racionales. En 6° año/grado habrá que explicitar las relaciones de proporcionalidad involucradas en la expresión de una misma cantidad con distintas unidades. Articular el trabajo en la clase de 6º año/grado Al organizar unidades de trabajo, es necesario tener en cuenta, además de las decisiones didácticas que tome el docente, las vinculaciones matemáticas entre las nociones que se enseñan y que tienen que ver con su origen y, por lo tanto, con las características que le son propias. El trabajo con los contenidos vinculados a “Número” y los vinculados a “Ope-raciones” supone, tanto para los naturales como para las fracciones y decimales, considerar relaciones de distinto tipo. El trabajo sobre numeración se relaciona con el de cálculo, dado que los métodos de cálculo, redondeo, aproximación y
  • 34. Nap Matemática 6 encuadramiento están ligados a la estructura del sistema de numeración decimal. Por su parte, las diferentes estrategias de cálculo exacto y aproximado dependen del significado que se les da a las operaciones en los distintos contextos. En relación con los contenidos vinculados a “Geometría” y los vinculados a “Medida”, es necesario considerar que el estudio de las propiedades de las figu-ras y los cuerpos incluye nociones de medida, por ejemplo, las longitudes de los segmentos o las amplitudes de los ángulos. A su vez, los contenidos de “Medida” se relacionan con los de “Número y Operaciones”, ya que la noción de número racional, entendida como cociente entre enteros, surge en el contexto de la medición de cantidades. Por lo tanto, habrá que avanzar simultáneamente con la comprensión de los usos de los números racionales y del proceso de medir. En relación con las decisiones didácticas, solo señalaremos en este apartado que los contenidos de tratamiento de la información son transversales a todas las unidades de trabajo. Presentar la información de diferentes modos en los problemas y variar la tarea, tanto en los problemas aritméticos como geométri-cos, dará lugar a que los alumnos no conciban la idea de problema de una mane-ra estereotipada, tanto en lo que se refiere a la forma de los enunciados como a las formas de resolución y el número de soluciones a investigar. 33 Enseñar Matemática en el Segundo Ciclo
  • 35. El reconocimiento y uso de los números naturales, de expresiones decimales y fraccionarias, de la organización del sistema decimal de numeración y la explicitación de sus características. El reconocimiento y uso de las operaciones entre números naturales, fracciones y expresiones decimales, y la explicitación de sus propiedades nap
  • 37. EJE Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología Serie Cuadernos para el aula Número y Operaciones Los saberes que se ponen en juego Para que los alumnos puedan aprender los saberes incluidos en los Núcleos de Aprendizajes Prioritarios, en la escuela tendremos que proponer situaciones de enseñanza en las que se pongan en juego distintos aspectos de estos. Se trata de que los conocimientos matemáticos se introduzcan en el aula asociados con los distintos problemas que permiten resolver, para luego identificarlos y siste-matizarlos. • Interpretar, registrar, comunicar y comparar cantidades y números tanto para los números naturales como para fracciones y/o expresiones decimales y eligiendo la representación más adecuada en función del problema a resolver. • Argumentar sobre la equivalencia de distintas representaciones y descompo-siciones de un número1. • Comparar la organización del sistema decimal con la de otros sistemas, atendiendo a la posicionalidad y a la función del cero. • Comparar fracciones y/o expresiones decimales a través de distintos proce-dimientos, incluyendo la representación en la recta numérica e intercalando fracciones y decimales entre otros números. • Analizar afirmaciones sobre las relaciones y propiedades que diferencian los números naturales de las fracciones y las expresiones decimales. 1 Se incluyen tanto las descomposiciones ligadas a la estructura del sistema de numeración como la conversión de expresiones fraccionarias, decimales y porcentajes usuales (50 % = 1/2 = 0,5).
  • 38. Nap Matemática 6 • Operar seleccionando el tipo de cálculo y la forma de expresar los números involucrados2 que resulten más convenientes en función de la situación y eva-luando la razonabilidad del resultado obtenido. • Elaborar y comparar distintos procedimientos –incluyendo el uso de la cons-tante de proporcionalidad– para calcular valores de cantidades que se corres-ponden o no proporcionalmente, evaluando la pertinencia del procedimiento en relación con los datos disponibles. • Explicitar las características de las relaciones de proporcionalidad directa. • Analizar relaciones entre cantidades y números para determinar y describir regularidades, incluyendo el caso de la proporcionalidad. • Argumentar sobre la validez de un procedimiento o el resultado de un cálcu-lo usando propiedades de las operaciones en distintos campos numéricos. • Producir y analizar afirmaciones sobre relaciones numéricas vinculadas a la divisibilidad y argumentar sobre su validez. • Interpretar y organizar información presentada en textos, tablas y distintos tipos de gráficos, incluyendo los estadísticos. • Elaborar y comparar procedimientos3 de cálculo –exacto y aproximado, men-tal, escrito y con calculadora– de multiplicaciones de fracciones y expresiones decimales incluyendo el encuadramiento de los resultados entre naturales y analizando la pertinencia y economía del procedimiento en relación con los números involucrados. • Sistematizar resultados y estrategias de cálculo mental para operar con números naturales, fracciones y expresiones decimales. 37 EJE Número y Operaciones 2 Seleccionar la forma de expresar los números implica decidir si se va a operar con fracciones o con expresiones decimales y, en este último caso, evaluar la cantidad de cifras decimales que se necesitan para expresar el resultado en función de la situación. 3 Se incluye la comparación de procedimientos elaborados por los alumnos y de estos con otros, como estimaciones, representaciones gráficas, uso de escrituras aditivas y/o multiplicativas o equivalencias.
  • 39. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 38 Serie Cuadernos para el aula Propuestas para la enseñanza En este apartado, intentamos precisar el alcance y el sentido de los conocimien-tos que se priorizan en el Eje “Número y Operaciones” a partir de algunos ejem-plos de actividades para desarrollar en el aula y de producciones de los niños. Además, presentamos posibles secuencias de actividades que apuntan al apren-dizaje de un contenido y muestran el tipo de trabajo matemático propuesto desde el enfoque explicitado al inicio de este Cuaderno, en el apartado “Enseñar Matemática en el Segundo Ciclo”.4 Para analizar las relaciones entre los números y entre las representaciones Sin duda las concepciones numéricas constituyen una de las construcciones cognitivas más importantes de la escolaridad. La apropiación de los conocimien-tos numéricos es un proceso largo y complejo. Al respecto, Gerard Vergnaud,5 psicólogo dedicado al aprendizaje matemático, afirma: Si las propiedades más elementales del concepto de número comienzan a ser comprendidas a la edad de 3 o 4 años, la plena comprensión de los números relativos (los enteros) y de los números racionales no está adquiri-da para la mayoría de los alumnos de 15 años; y es bien claro que les queda a los alumnos un largo camino por recorrer aún, para comprender todas las propiedades de los números reales. Es posible inferir entonces que la evolución, desde las primeras ideas intuiti-vas que tienen los niños hasta el conocimiento de carácter algebraico que pue-den lograr en algún momento de la escuela media, se desarrolla en un tiempo prolongado. En este sentido, resulta valioso que las propuestas estén orientadas a dar significado a los nuevos números que van apareciendo en las diferentes etapas de la escolaridad. Conocer los números implica no solo conocer los modos de referirse a ellos en forma escrita u oral, es decir, sus representaciones (con símbolos numéricos, en la recta numérica), sino también sus propiedades, las relaciones que pueden estable- 4 Recomendación de lectura: en reiteradas ocasiones se propondrán actividades a partir de lo que se ha realizado el año/grado anterior. En los casos en que los chicos no hayan realizado dicho trabajo u otro similar, es conveniente consultar Cuadernos para el aula: Matemática 5, para que, en función de los conocimientos del grupo, el docente decida cómo adaptar la pro-puesta que allí se incluye. 5 “L’appropriation du concept de nombre: un processus de lounge halaine”, en: Bideau, J., Meljac, M. y Fisher J. P. (1991), Les chemins du nombre, París, Presses Universitaires de Lille.
  • 40. Matemática 6 cerse entre ellos (de orden, aditivas o multiplicativas), cómo intervienen en los cál-culos, cómo se usan en las operaciones que resuelven problemas y, más adelante, el tipo de estructura que forman. En este apartado, nos referiremos a los números naturales y racionales, sus diferentes formas de representación y también a sus propiedades y las relacio-nes de orden entre ellos. El número es un objeto matemático que remite a un cierto número de relaciones lógico matemáticas y existen diferentes tipos de números que permiten dar respuesta a diferentes tipos de problemas. Entre ellos, los números naturales se comienzan a estudiar desde los primeros años de la escolaridad primaria y los números racionales, abordados como fracciones y como números decimales, se incorporan entre 3er y 4° año/grado. Las formas de representación de los números con símbolos y las reglas para combinarlos, es decir, los sistemas de numeración, son productos culturales. A lo largo de la historia, distintos pueblos han producido sistemas de numeración con diferentes símbolos y reglas. Entre ellos, el sistema de numeración decimal se estudia desde el inicio de la escolaridad para representar, primero, los números naturales y, luego, los números decimales. En consecuencia, en 6° año/grado ya es posible reflexionar sobre sus características, comparándolo con otros sistemas. Con respecto a los números racionales, una mirada sobre el origen de las fracciones y de los decimales, para conocer qué problemas permitieron resolver y cómo aparecieron sus representaciones numéricas, nos permitirá focalizar las decisiones didácticas tomadas al proponer las actividades para el aula. Las fracciones de numerador 1 ya se conocían en la Antigüedad. El proble-ma de expresar las partes de un todo y la necesidad de medir cantidades con-tinuas constituyeron para los antiguos egipcios el motor de la invención de las fracciones, dado que los números naturales resultaban insuficientes. Posteriormente, cuando se descubrió que al operar con ellos se cumplían las mismas propiedades que en las operaciones con enteros, los matemáticos las consideraron números. Cuando se descubrieron las fracciones llamadas decimales, se advirtió poco a poco que se podía utilizar la numeración de posición para expresar cantidades menores que la unidad, introduciendo la coma para separar la parte entera de la decimal. Esto permitió expresar esas fracciones sin dificultad y los enteros apa-recieron como fracciones particulares: aquellas cuya representación no lleva nin-guna cifra después de la coma. Casi a fines del siglo XVI, Simón Stevin publica el primer libro de la historia que trata únicamente de los números decimales: La Disme, que significa la décima. Esta obra, dirigida a todos los lectores de la época que utilizaban números, como astrólogos, agrimensores y comerciantes, tuvo como propósito mostrar que los cálculos y las medidas pueden simplificar-se considerablemente con la utilización de los decimales. Para expresar cantida-des menores que la unidad, Stevin propone fraccionar la unidad en décimas, Nap 39 EJE Número y Operaciones
  • 41. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 40 Serie Cuadernos para el aula centésimas, milésimas, adoptando un criterio de posición, en lugar de usar los denominadores para indicar las partes de la unidad. En consecuencia, cuando hablamos de números decimales, nos referimos a los racionales, para los cuales se puede encontrar una fracción decimal representante, cuyo denominador es una potencia de 10. De esta manera, es posible utilizar un sistema de repre-sentación decimal posicional, que sea equivalente al sistema definido para los 4 _números naturales. El interés por la representación decimal de las fracciones decimales se debe a la posibilidad que ofrece esta forma de escritura de utilizar los algoritmos de cálculo definidos para los naturales. Los números decimales se han convertido en protagonistas de todos los cálculos debido a la disponibilidad creciente del uso de las calculadoras. En este sentido, uno de los propósitos de la enseñanza de las fracciones y los decimales es que los estudiantes reconozcan ambos sistemas numéricos de notación como modos de representar los mismos conceptos, y que puedan determinar cuál es el que tiene ventajas en la utilización, según la situación. Efectivamente, aunque los numerales 0,75 y 3representan la misma cantidad, en algunos contextos es más fácil pensar en 3_4 y en otros es más adecuada la expresión decimal. Además, en relación con los problemas que permiten resolver las fracciones y los decimales, presentaremos algunos problemas de contexto extramatemáti-co6, donde se deben expresar las partes de un todo y medir cantidades conti-nuas, como se planteó en el origen de estos números, y otros problemas de con-texto intramatemático que incluirán también la representación de los números como puntos en la recta numérica. En cuanto al establecimiento de relaciones de orden entre fracciones y deci-males, deberemos precisar cuáles son los criterios que permiten determinar este 5 orden cuando se 5 _comparan distintos tipos de escrituras, pues para los niños que intentan conservar y extender los conocimientos adquiridos en relación con los números naturales, no es fácil advertir que 0,0867 no es mayor que 1,2 aunque tiene más cifras. O bien que 4no es el siguiente de 3, y esta situación se com-plica _aún más cuando se trata de comparar 1,5 y 1_5 . La idea de que no hay un racional que sea “el siguiente” de otro dado, supone un salto en la manera de pensar y usar los números. 6 Recomendación de lectura: véase el apartado “Los contextos”, en “Enseñar Matemática en el Segundo Ciclo” de este Cuaderno.
  • 42. Nap Matemática 6 La comprensión de los números racionales implica disponer de diversas nociones relacionadas: fracciones, razones, decimales como así también una rica y compleja variedad de situaciones de uso y formas de representación. Asimismo, su comprensión implica concebir los números naturales como parte de los racionales y, para ello, debemos saber qué ideas de las conocidas para los naturales pueden extenderse al nuevo campo numérico y cuáles pueden modificarse. Para que los alumnos adquieran estos conocimientos, es importan-te proponer situaciones7 que permitan a los alumnos explorar, ensayar, buscar nuevas estrategias y argumentos para validar su propio trabajo, con el propósi-to de que vayan logrando cada vez un trabajo más autónomo. Plantear situaciones para comparar cantidades y números En Cuadernos para el aula: Matemática 5 se han presentado situaciones para explorar y explicitar los límites de utilización de diferentes criterios de compara-ción de fracciones y de fracciones con números naturales, cuando estas se representan en forma numérica. Asimismo, se ha explicitado cómo comparar dos racionales, cuando uno está representado como fracción y el otro como decimal. En 6° año/grado, es interesante que las actividades para comparar cantidades (expresadas con un número y la unidad correspondiente) y números incluyan tanto las comparaciones de fracciones entre sí y con los números naturales, las de números decimales entre sí y con los números naturales, como así también aque-llas que implican comparar fracciones con números decimales y naturales. En todos los casos, esas actividades estarán orientadas a que los alumnos elaboren sus propias estrategias y propiciarán el planteo de distintas tareas, como ordenar fracciones o números decimales, ubicar fracciones o decimales entre naturales o intercalar una fracción entre otras dadas, o un decimal entre otros dados. Una situación como la siguiente, ya planteada en años anteriores, puede pro-vocar una discusión interesante acerca de las estrategias propias de compara-ción de números decimales que utilizan los alumnos. • Colocá el signo mayor, menor o igual según corresponda. 0,2 ....... 0,12 1,20 ........ 1,050 2,324 ....... 5,54 7 Recomendación de lectura: véase el apartado “Las situaciones de enseñanza”, en “Enseñar Matemática en el Segundo Ciclo” de este Cuaderno. 41 EJE Número y Operaciones
  • 43. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 42 Serie Cuadernos para el aula Al corregir esta actividad en forma conjunta, es conveniente detenernos solo en los resultados que no coinciden. En estos casos, promoveremos que, en sus argumentaciones, los alumnos utilicen la ubicación en la recta numérica o se val-gan de la posicionalidad de las cifras (décimas, centésimas, etc.). Algunos chicos cometen errores cuando trasladan propiedades de los núme-ros naturales a los números decimales. Por esto, es conveniente que al elegir los pares de números a comparar, incluyamos aquellos que pueden poner en evi-dencia algunos de estos errores8. Para avanzar en la comprensión de los números decimales, podríamos pre-sentar situaciones que promuevan el análisis y la reflexión de los conceptos a partir de la problematización de estos errores. Por ejemplo: • Un grupo de alumnos resolvió la actividad anterior, dando diferentes argumentos para cada caso. Estos son dos argumentos. Analizalos y respondé. a) Ana dice que 0,2 es menor que 0,12 porque 2 es menor que 12. ¿Estás de acuerdo? ¿Por qué? b) Pedro y María no están de acuerdo en sus respuestas. Pedro quiere convencer a María de que 1,20 es menor que 1,050. ¿Cuál creés que pudo ser el argumento que utilizó Pedro para convencer a María? ¿Quién creés que tiene razón? • ¿Estás de acuerdo con alguna de las siguientes argumentaciones? ¿Por qué? a) Dos coma trescientos veinticuatro es mayor que cinco coma cincuenta y cuatro porque tiene más cifras. b) El número 2,324 es menor que 5,54 porque la parte entera 2 es menor que 5. c) 2,324 es mayor que 5,54, porque el 324 es mayor que el 54. En la puesta en común de una actividad como la anterior, el docente podrá orientar la discusión hacia cuáles son las estrategias válidas para comparar números deci-males y cuál es la utilidad de pensar en la equivalencia de números decimales. Otro recurso que resulta útil para comparar fracciones, y también para deter-minar entre qué números naturales se encuentra una fracción y para encontrar fracciones entre dos dadas, es la recta numérica. Sin embargo, es necesario 8 Recomendación de lectura: Panizza, M. (1997), “Aproximación al análisis del error desde una concepción constructivista del aprendizaje”, en: Bressan, A. M. y otros (1997), Los CBC y la Matemática, Buenos Aires, AZ.
  • 44. Nap reconocer la dificultad que supone para los alumnos comprender este tipo de representación9. La comprensión de la noción de recta numérica implica que los alumnos construyan la idea de que un punto representa un número, y que ese número representa, a la vez, la distancia al cero en la escala elegida, o bien la diferencia entre ese número y cero. Por otro lado, tienen que ir aceptando la idea de que a un número le corresponden diferentes escrituras y más tarde tendrán que llegar a la generalización de que los números racionales equivalentes tienen la misma ubicación en la recta numérica. Una ventaja de la representación lineal es que las fracciones comienzan a “rellenar” los huecos dejados por los núme-ros naturales en la recta numérica. Dada la complejidad del trabajo con esta representación, posiblemente resul-te beneficioso comenzar con situaciones de contexto extramatemático, para luego presentar otras de contexto intramatemático. Los siguientes10 podrían ser ejemplos del primer tipo de situaciones: • En este dibujo se ha representado una ruta que va desde la ciudad C hasta la ciudad M. A lo largo del camino, se han colocado carteles indicadores de la distancia del cartel hasta la ciudad C. ¿Qué deberían decir los carteles ubicados en los puntos señalados? 3 • En _este caso, está representada la ruta entre la ciudad T y la ciudad A. Teniendo en cuenta el cartel que indica 1 km, ubicá los carteles que indiquen: a) la ciudad B, que se encuentra a 1 2km de T. b) la ciudad G, que se halla a 2 1_6 km de T. Matemática 6 43 EJE Número y Operaciones 9 Recomendación de lectura: bajo el título “Juego de la tele”, en la página 42 del Cuadernos para el aula: Matemática 4, se analiza el uso de la recta numérica como recurso para el encua-dramiento de números naturales. Este constituye un antecedente útil que se puede retomar a propósito del encuadramiento de números racionales. 10 Recomendación de lectura: estas situaciones son tomadas o adaptadas de las que se incluyen en Sadovsky, P. (coord.), Lamela, C., Carrasco, D. (2005), Matemática. Fracciones y Números decimales. 6º grado. Apuntes para la enseñanza. Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Secretaría de Educación, Dirección General de Planeamiento, Dirección de Currícula.
  • 45. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 44 Serie Cuadernos para el aula El contexto de la ruta y la referencia de 1 km permitirá a los alumnos pensar en la ubicación de los carteles en kilómetros enteros y fracciones de los mismos, a partir de la representación gráfica. En el contexto intramatemático, los conocimientos que es necesario invertir para establecer cuál es el número correspondiente a una cierta posición en la recta pue-den ser muy diversos y, como ocurre en otras situaciones, dependen de la informa-ción que se dé y de la que se pide. Por ejemplo, en las siguientes situaciones, donde hay que averiguar a qué números corresponden las siguientes letras. • Encontrá los números “escondidos” en la recta numérica que sigue: En este caso, dado que la unidad está representada en la recta, la ubicación de los “números escondidos” es bastante directa, ya que la división más pequeña representa 1_5 y está explicitada en la recta. Puede ser que, para descubrir el número que está escondido en A, los niños cuenten de quinto en quinto y así lle-guen a asignarle a A el valor de 4_5 . Luego, es probable que le asignen a B 7_5 y que al pasar por la unidad, la nombren 5_5 llegando al valor de C como 10_5 , que 5 es equivalente 5 a 2 enteros. En esta estrategia es importante la discusión que podamos impulsar respecto de las fracciones que se corresponden _con los _números naturales, como 5y 10. Otros alumnos pueden considerar que la uni-dad se corresponde con 5_5 , entonces retrocederán un quinto para llegar a 4_5 y avanzarán para llegar a 7_5 , y luego al 10_5 ó 2. En estos casos, es importante en la discusión establecer relaciones entre cada número natural con su expresión fraccionaria equivalente. De igual forma, es posible que para descubrir C trasladen el segmento uni-tario y encuentren que C es 2, sin que piensen en el 2 como 10_5 o que digan que B es 1 más 2_5 o que A es 1 menos 1_5 . En este último caso, podremos interve-nir recuperando los conceptos de fracciones menores y mayores que la unidad, y analizar la expresión mixta de las fracciones mayores que la unidad (1 2_5 y 7_5 ). Cuando los alumnos formulen sus estrategias, es posible que muchas de ellas se combinen, pero la riqueza de la actividad estará dada por la discusión que el maestro puede plantear respecto de los contenidos que se fueron utilizando: conteo de fracciones de igual denominador, expresiones fraccionarias que representan enteros, expresión mixta de un número fraccionario, inclusión de los naturales en los números fraccionarios, etc.
  • 46. Nap Matemática 6 Para complejizar la actividad, podríamos proponer a los alumnos que encuen-tren un número que está escondido en la mitad, en la cuarta parte de A y 1, y avanzar en la idea que entre dos puede haber otros. • Observá esta recta y encontrá los números escondidos en A y en B. 6 _En este ejemplo, el hecho de que la unidad no esté dividida en parte iguales hace que la actividad sea más compleja (entre 0 y 1 está dividida en sextos y entre uno y dos está dividida en cuartos). Además, no están presentes todas las divisiones en cada unidad. Para encontrar el número escondido en A, es necesario descubrir la parte que representa de la unidad, es decir la menor división que se explicitó en el interva-lo (0;1), que es 1. De igual manera, para B, en el intervalo (1; 2), hay que encon-trar el valor de la parte en la que se dividió el entero. En estos casos, se juegan relaciones que pueden ser expresadas como la tercera parte de la mitad es 1_6 y la mitad de la mitad es un cuarto. Para encontrar el número escondido en B, puede ser que lo descubran con-tando de mitad en mitad hasta llegar a 3_2 , o bien contando de 3_6 en 3_6 hasta llegar a 9_6 , lo que permitirá discutir sobre estas equivalencias. Puede ser que reconozcan que este intervalo (1; 2) está dividido en cuartos y que piensen en el 1 como cuatro cuartos, y que luego cuenten para llegar a 6_4 o que vean al 2 como 8_4 y que retrocedan para llegar a 6_4 . En el momento de la confrontación, podremos proponer situaciones simuladas que permitan discutir otras relaciones a partir de la situación anterior. Por ejemplo: 3 • ¿Qué opinás acerca de lo que dicen Juan y Pedro? Justificá tu a) Pedro dice que en A _respuesta. está escondido 1. b) Juan dice que entre 1_2 y 1 se puede ubicar 3_4 . En el primer caso, se pretende que los alumnos busquen justificaciones utilizan-do equivalencias de fracciones o que procedan trasladando el segmento OA y así descubran que está contenido 3 veces en (0;1) y puedan ver, en la recta, que a la tercera parte de la mitad le corresponde el mismo lugar en la recta que a la sexta parte de un entero. En el segundo caso, nuevamente, se juega la idea de intercalar una fracción entre otros dos números, pero se complejiza, porque esa unidad ya está dividida en sextos. Si bien los alumnos pueden estar pensando 45 EJE Número y Operaciones
  • 47. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 46 Serie Cuadernos para el aula en la mitad del intervalo ( 1_2 ;1), hay que hacer jugar la relación mitad de mitad. Puede ocurrir que vean el 1 como 4_4 y retrocedan un cuarto para decir que hay tres cuartos o que superpongan las divisiones de la primera mitad del segmen-to (tercios) a la división en cuartos. Estas son otras actividades que podemos proponer para trabajar con la recta numérica. • ¿Dónde está el 0? • ¿Dónde está el 1? 2 4 6 3 _En la primera actividad, se propone que a partir de la información disponible logren indicar donde está el 0. Si bien en este caso se presentan fracciones de igual denominador, podrían variarse utilizando 2y 9ó 3_y 3o combinar expre-siones __fraccionarias y decimales. Otra posibilidad es brindar como información solo la ubicación de las dos fracciones, quedando a cargo de los chicos la ubi-cación de la unidad para luego indicar donde está ubicado el 0. 5 En la segunda actividad, el problema está centrado en poder establecer que el segmento del intervalo dado debe dividirse en ocho partes, y que cada parte representa 1de la unidad que no está marcada. En este caso, el numerador _estaría informando que ese segmento contiene 8 de esas partes (quintos), que es necesario encontrar para identificar la unidad. También podremos proponer que encuentren el 0 y el 1, dando dos fraccio-nes de igual denominador o de diferente denominador: por ejemplo, entre 1_4 y 5_4 o entre 1_2 y 3_4 . De manera similar, se podría proponer la misma actividad traba-jando con fracciones lejanas a la unidad, como 27_4 y 29_4 y pedir a los alumnos que encuentren los dos enteros más próximos al número. Como puede observarse, para resolver estas actividades los alumnos usarán distintos procedimientos según la información disponible en cada caso. Otra propuesta interesante para trabajar con la recta numérica es el siguiente juego:
  • 48. Nap Matemática 6 “Un mensaje para cada punto”: ubicar puntos en la recta numérica Materiales: cada equipo debe recibir dos hojas lisas, una en blanco para escribir el mensaje y otra con dos rectas numéricas graficadas en las que aparecen marcados los puntos 0 y 1 (a 12 cm de distancia) y un punto M o P, incluido en dicho intervalo. Es importante que estos números representen fracciones conocidas. Organización de la clase: se dividirá en un número par de equipos, integrados por 2 ó 3 alumnos. Cada equipo desempeñará los roles de emisor y receptor, ya que debe enviar un mensaje y recibir otro. Desarrollo: a la mitad de los grupos se le entrega la representación de una recta numérica, donde se ha marcado el punto M. Y a la otra mitad se le entrega la representación de una recta numérica donde se ha marcado el punto P. Pediremos a los alumnos que, en unos pocos minutos, escriban un mensaje para que el otro grupo pueda marcar el punto que le indicarán, en el mismo lugar. Dicho mensaje no puede incluir dibujos. Cuando todos los alumnos terminan de escribir el mensaje, se lo entregan al grupo receptor, quien tiene que marcar el punto M o el P. Luego, los alumnos analizan si los puntos marcados por los equipos receptores coinciden con los que tienen marcados los equipos emisores en sus respectivas rectas. En caso de que no haya coincidencia, emisores y receptores discutirán si la causa está en la interpretación del mensaje o en la fracción explicitada en el mensaje. A continuación, organizaremos una puesta en común en la que recuperaremos los mensajes o soluciones al problema que consideremos más ricos para la discusión. En aquellos casos en que hubo errores en los mensajes o en la interpreta-ción, sería interesante que los pongamos a consideración de la clase, para rea-lizar un análisis que permita establecer alguna conclusión con respecto a las estrategias que conviene utilizar para decir qué fracción está representada en el punto indicado (M ó P). Por último, propondremos que analicen los mensajes que fueron bien elaborados por los emisores e interpretados por los receptores, ya que permitieron marcar el punto en el mismo lugar. Un tipo de actividad en la que los chicos pueden invertir la representación de fracciones en la recta es la de comparar fracciones entre sí y con números natu-rales. En estas actividades también convendrá recuperar los procedimientos de comparación conocidos desde el año anterior. Para ello, podremos proponer la comparación en forma abierta, con el fin de que los alumnos decidan, entre los diferentes recursos de que disponen, cuál utilizar en función de los números involucrados. Así, es posible proponer una actividad como la siguiente. 47 EJE Número y Operaciones
  • 49. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 48 Serie Cuadernos para el aula • Decidí cuál es la fracción menor en los siguientes pares de fracciones. 11 Si bien todas estas actividades se presentaron con expresiones fraccionarias, las mismas pue-den proponerse con escrituras decimales o combinando ambas representaciones. 2_3 y 4_5 10_8 y 6_4 3_8 y 5_ 12 3_5 y 5_7 5 _ 11 y 6_ 13 6_ 10 y 5_7 En la puesta en común, será oportuno retomar los diferentes recursos de compa-ración utilizados en cada caso (representar en la recta, ubicar las fracciones entre los dos enteros más próximos y entre el entero y el medio más próximo, transfor-mar en fracciones equivalentes de igual numerador o igual denominador) y dis-cutir la conveniencia de su uso en función de los números involucrados11. Plantear situaciones para analizar distintas escrituras de un número Uno de los propósitos de la enseñanza de las fracciones y de los números deci-males es que los alumnos reconozcan que ambos tipos de escritura son formas diferentes de representar los mismos números. Es necesario que, en la ense-ñanza de los decimales, se incluyan experiencias que lleven a los alumnos a establecer relaciones o conexiones entre los dos sistemas. Por ejemplo, si los chicos ya 4 _reconocen que 0,75 y 3representan la misma cantidad, a la hora de comparar 3_4 con otros números decimales como 0,743 ó 0,8, pueden pensarlo como 0,75 y valerse, entonces, de esta relación para determinar que 0,743 es menor que 0,75 y que 0,8 es mayor. El significado que el alumno da a un número se enriquece progresivamente a medida que aumenta la cantidad de situaciones en que ese número tiene sen-tido para él. Por ejemplo, el 0,1 puede surgir en el contexto de la medida para materializar la décima parte del metro, para representar el resultado de repartir 1 entre 10, para aproximar el valor de una medida dividiendo una unidad cual-quiera en 10 partes iguales, para escribir números menores que 1 al extender el sistema de numeración, etc. Es importante que el alumno comprenda que el objeto matemático (el número 0,1) es el mismo en todas las situaciones. En con-secuencia, desde el trabajo del aula, es necesario que dediquemos especial atención a presentar actividades que den lugar a que los niños conozcan los dis-tintos significados de cada una de las representaciones utilizadas para los números racionales.
  • 50. Matemática 6 Los modos de representación son instrumentos para construir comprensión, comunicar información y trabajar con ella. La utilización de diferentes modos de representación para comunicar las ideas matemáticas y saber transformar una en otra, permite que los niños aprendan a elegir formas alternativas de repre-sentar sus ideas y poder decidir acerca de la validez de las representaciones uti-lizadas por sus compañeros. Para comprender la relación entre los dos sistemas de representación, la fraccional y la decimal, es conveniente que las actividades favorezcan la traduc-ción entre ambos. Por ejemplo, si los niños reconocen que 1_2 es la misma can-tidad que 0,5 pueden utilizar esta relación para saber que 0,4 ó 0,45 es un poco menos que 1_2 y que 0,6 es un poco más que 1_2 . Las actividades se centrarán en instalar y favorecer en los alumnos la significación que dan a los símbolos en las escrituras y demás representaciones que utilizan. Para favorecer el dominio de las diferentes formas de representación, es posible proponer un juego como el que sigue. “¿Qué parte?”: establecer relaciones entre distintas representaciones de un número. Materiales: papel para escribir mensajes y cuadrados de papel cuadriculado de 10 x 10. Organización de la clase: equipos integrados por 2 ó 3 alumnos, que actuarán como emisores primero y como receptores luego. Desarrollo: el docente entrega a cada equipo una tarjeta distinta con la representación gráfica de una fracción. Por ejemplo: Nap 49 EJE Número y Operaciones
  • 51. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 50 Serie Cuadernos para el aula Cada equipo tiene que escribir un mensaje con la expresión fraccionaria que corresponda a la representación que recibió. Cuando todos los equipos terminan de escribir el mensaje, cada uno lo entrega a otro, para que la represente nuevamente en forma gráfica y, además, escriba la expresión decimal. Luego, analizan entre los equipos si la representación gráfica realizada por el equipo receptor es la misma o es equivalente a la que recibió el equipo emisor al inicio de la jugada. En caso de error, emisores y receptores, discutirán si la causa está en la escritura fraccionaria del mensaje emitido o en la representación gráfica de los receptores. Además, podrán discutir si la escritura decimal es la “traducción” de la fraccionaria. En una puesta en común, los grupos expondrán las diferentes representaciones que obtuvieron de un mismo número. Si hubiera errores, propondremos el análisis necesario para que los alumnos los descubran. Es importante que los momentos de confrontación permitan que los niños vayan avanzando en sus concepciones.
  • 52. Nap Matemática 6 Se puede jugar varias veces con distintas variantes, cambiando la represen-tación del número elegido en la tarjeta que se entrega, en lugar de gráficos incluir escrituras fraccionarias, o se pueden proponer también escrituras deci-males o expresiones coloquiales. En estos casos, habrá que cambiar en la con-signa la forma de representación que se usa para escribir en el mensaje, como así también la que usarán los receptores al “traducir”. Luego, como siempre después de un juego, conviene que propongamos situaciones simuladas que permitan a los niños seguir enfrentando problemas dentro de un contexto que conocen, en el que ya actuaron y que funciona con reglas de las que ya se apropiaron. Un ejemplo es el siguiente. • Cuando la maestra preguntó qué habían representado en la cuadrícula, los chicos de un grupo discutían así: Tomás dijo: –Yo representé una décima. Javier, rápidamente aclaró: –Yo pinté el 10 %12. Mayra expresó: –Yo pienso igual que Tomás, pinté 0,1 (cero coma uno). Sofía afirmó: –A mí me parece que se trata de 0,10. Antonio dijo: –Yo, en cambio, pienso que la representación corresponde a _2 20 . Discutí con tu grupo quién o quiénes tienen razón. Justifiquen sus respuesta. En la puesta en común que seguirá a esta actividad sería interesante establecer discusiones acerca de que es posible representar un mismo número con dife-rentes escrituras, así como la equivalencia entre las expresiones y alguna de las representaciones gráficas asociadas (por ejemplo los décimos) se pueden ver en el gráfico como la tirita de diez cuadraditos o cada veinteavo como una tirita de cinco cuadraditos, etc. El material puede resultar útil, como soporte, para jus-tificar las argumentaciones de los alumnos y reflexionar sobre los errores fre-cuentes. Por ejemplo, si un alumno piensa que 0,10 es diferente a 0,1 porque no tiene en cuenta la estructura global de la expresión numérica y considera las cifras decimales como si fueran números naturales, la representación con mate-rial le permitirá comprobar la equivalencia. Otro tipo de situaciones que favorecería que los alumnos comiencen a inter-pretar y dar significado a las diferentes representaciones y escrituras de canti-dades podrían ser: 12 Es habitual que en el desarrollo de los contenidos de 6º año/grado se aborden primero los números racionales y, luego, la proporcionalidad incluyendo el porcentaje como un caso especí-fico de proporcionalidad. Por tanto, la relación con el porcentaje surgirá en la medida que se haya trabajado el concepto previamente. El docente evaluará si puede adaptar esta actividad o la presentará en el momento oportuno tal como está. 51 EJE Número y Operaciones
  • 53. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 52 Serie Cuadernos para el aula • Completá, en cada caso, el espacio en blanco para que cada escritura corresponda al siguiente gráfico: . . . _4 . . . _1 000 _. . . 20 veinticinco . . . 0, 2 . . . . . . 5 % • Controlá tus respuestas con un compañero. En los casos en los que no coincidan, discutan hasta llegar a un acuerdo. En estos casos, es posible cambiar la cantidad y la forma de la parte sombre-ada, (siempre sobre la cuadrícula de 10 x 10 como soporte), para que los niños tengan que cambiar las justificaciones, ampliando el significado de la cantidad representada. También puede resultar interesante, para que los niños avancen en la cons-trucción de argumentos, que incorporemos otras fracciones, como por ejemplo 3 _ 12 , o cambiar la cuadrícula por otra, por ejemplo de 4 x 4 (cuadrada o rectangu-lar), esto les exigiría tener que explicar cómo hacer para ver los doceavos, las centésimas, etc., utilizando las equivalencias entre las expresiones numéricas. Lo mismo sucederá si incorporamos gráficos circulares. Cuando los alumnos han realizado este tipo de actividades, es sumamente valioso el momento de la puesta en común en la que se comunican los signifi-cados atribuidos a las representaciones y el docente plantea la discusión para que los alumnos avancen en la construcción de argumentos propios. En este sentido, es importante tener en cuenta que para que los dibujos lle-guen a ser representaciones, los alumnos deben darles significado. Por otra parte, las representaciones no deben ser enseñadas como un fin en sí mismo, sino como una herramienta para construir la comprensión y comunicar informa-
  • 54. Nap Matemática 6 ción. La construcción e interpretación de representaciones son dos actividades que apoyan los procesos de comunicación y la construcción de imágenes (representaciones internas). Comprender una representación incluye conocer que puede haber diferentes interpretaciones asociadas. Para llevar a los chicos a pensar en las diferentes formas de escribir un núme-ro a partir de su expresión oral, es posible presentar situaciones simuladas como la siguiente, en la que el análisis los llevará a validar soluciones correctas e iden-tificar escrituras incorrectas de un número. • La señorita dictó una serie de números. Entre otros números, dijo: doscientos dos centésimos. Aquí aparecen algunas de las escrituras que hicieron los chicos para ese número. Decidí cuáles son correctas y justificá tu respuesta. 2,02 202,100 202 0,202 100 En este tipo de situaciones, es muy interesante la reflexión que se puede plan-tear luego del análisis individual o de los grupos pequeños acerca del significa-do de los centésimos y su relación con los décimos, los milésimos o la unidad, que se pone de manifiesto al escribir un número decimal. Además, resultará valioso que los alumnos formulen sus propias estrategias para escribir números a partir del dictado. Para favorecer el dominio de las relaciones de equivalencia entre las diferentes escrituras, es posible proponer juegos13 como el siguiente. “Memotest de fracciones y decimales”: relacionar escrituras equivalentes. Materiales: un mazo de 36 cartas con distintas escrituras numéricas, como las que aparecen a continuación, lápiz y papel para anotar el puntaje. 13 Recomendación de lectura: para encontrar otras propuestas de juegos, se sugiere consultar Chemello, G. (coord.), Hanfling, M. y Machiunas, V. (2001), El juego como recurso para apren-der. Juegos en Matemática EGB 2 (Material para docentes y recortable para alumnos), Buenos Aires, Ministerio de Educación Ciencia y Tecnología (también en Internet) y Fuenlabrada, I., Block, D., Balbuena H., Carvajal, A. (2000), Juega y aprende Matemática. Propuestas para divertirse y trabajar en el aula, Buenos Aires, Novedades Educativas. 53 EJE Número y Operaciones
  • 55. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 54 Serie Cuadernos para el aula Organización de la clase: cuatro jugadores o dos parejas. Desarrollo: se colocan las cartas boca abajo, de modo que formen una disposición rectangular. Por turno, cada jugador levanta dos cartas y se las muestra al resto de los integrantes del grupo. Si reconoce en esas cartas dos representaciones de un mismo número, lee en voz alta ambas tarjetas. Si los otros tres integrantes acuerdan, entonces el que levantó se lleva las cartas y se anota ese número como puntaje. Si alguien no acuerda, se
  • 56. Matemática 6 discute en el grupo para ver quién tiene razón. Si la lectura de alguna de las cartas es incorrecta, se anota la mitad del valor de la carta. Si el integrante que levantó las cartas considera que estas no corresponden a representaciones del mismo número, las vuelve a colocar en el mismo lugar, boca abajo. En ambos casos, le toca el turno al compañero siguiente. El juego finaliza cuando ya no quedan más tarjetas sobre la mesa. Para determinar quién ganó, cada jugador suma los números que anotó como puntaje. Gana el jugador que obtuvo la suma mayor. Este juego propone a los alumnos utilizar procedimientos para que identifiquen equivalencias entre diferentes escrituras de un mismo número racional. Mientras los alumnos juegan, podremos recorrer los bancos observando las interacciones de los chicos, respondiendo dudas, pero sin sugerir o indicar los procedimientos que podrían utilizar. En caso de desacuerdo, es importante que promovamos, en los pequeños grupos, la discusión y justificación de sus afirmaciones. Cuando todos los grupos hayan terminado de jugar, organizaremos una pues-ta en común con el fin de que los alumnos cuenten los procedimientos que uti-lizaron para decidir si las dos cartas que levantaron representan el mismo número. Formularemos preguntas, recuperando alguna de las discusiones que hayamos escuchado al recorrer los grupos. Es importante que conozcamos los procedimientos que usaron los chicos antes de la puesta en común, porque a partir de sus producciones podremos hacerlos avanzar en sus conocimientos. Una discusión interesante que podríamos plantear es cuáles fueron las escri-turas usadas para anotar los puntajes de cada jugador. Probablemente, en la pri-mera partida, aparecerán las distintas representaciones, lo que hace difícil la suma. Por otro lado, es posible reflexionar respecto de cuál de las representacio-nes facilita la suma. Por tanto, en nuevas partidas, los alumnos optarán por hacer la conversión a medida que van registrando. Luego de la situación de juego, sería interesante simular situaciones donde se problematicen cuestiones que lleven a la reflexión acerca de los conocimientos puestos en juego. Por ejemplo: 8 • ¿Qué cartas pudo haber levantado Juan para llevarse ambas, si que dio vuelta _la primera es 1? • María levantó dos tarjetas cuyas escrituras eran: 1_5 y 20 %, y se las lleva, porque dice que son equivalentes. Juan estuvo en desacuerdo. ¿Quién tiene razón? Explicá por qué. • La maestra les pidió que dibujen tres cartas diferentes de las que están en el juego que representen 0,8. ¿Cuáles pudieron haber dibujado? Nap 55 EJE Número y Operaciones
  • 57. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología Con respecto a los números naturales, es necesario que los chicos puedan com-parar diferentes escrituras pues esto contribuye, como ocurre con todos los objetos matemáticos, a diferenciar determinado número natural y sus represen-taciones, y también a reconocer la idea de que un sistema de numeración impli-ca la elección de una forma particular de representación con símbolos y reglas que le son propias. Para ello, es posible incluir el estudio de otros sistemas de numeración, con otros símbolos y otras reglas, como por ejemplo el sistema romano de numera-ción, cuya enseñanza es parte de la tradición escolar y que tiene como interés particular que su presencia aún persiste en el uso para numerar siglos, relojes y volúmenes de colecciones de libros. Sin embargo, desde el punto de vista de la caracterización del sistema deci-mal, es más interesante su comparación con un sistema como el egipcio, que tiene otros símbolos y otras reglas de combinación entre ellos. Para escribir un número, es necesario considerar la suma de los valores de cada símbolo y saber que se puede repetir hasta 9 veces, puesto que al tener 10 símbolos iguales, se sustituyen por otro que los representa. Este es un sistema aditivo y decimal, y dado que el valor de los símbolos no depende de la posición, el cero no se nece-sita. Por ejemplo, 121.200 se escribe 56 Serie Cuadernos para el aula 100 + 100 + 1000 + 10.000 + 10.000 + 100.000 También es interesante comparar nuestro sistema con otro sistema posicional, pero con símbolos y base diferentes al nuestro, como el sistema maya. En este sistema, se empleaban tres símbolos básicos: el punto representaba una unidad, la raya representaba cinco unidades y una concha representaba el cero. 10 18 Las cifras (puntos y rayas) se escriben por niveles, colocados verticalmente, y en el nivel superior cada símbolo tiene un valor 20 veces mayor. Por ejemplo,
  • 58. Matemática 6 El objetivo del trabajo con otros sistemas no se vincula con transformar a los alumnos en “escritores de números en otros sistemas”, sino que apunta a refle-xionar sobre las semejanzas y diferencias entre los sistemas. ¿Cuántos símbo-los utiliza?, ¿de a cuántos se agrupan los elementos?, ¿tienen el cero?, si se cambian las cifras de lugar, ¿cambia el número?, ¿hay alguna relación entre la cantidad de cifras y el tamaño del número? o, lo que es lo mismo, ¿es cier-to que a mayor cantidad de cifras el número es más grande? Plantear situaciones para analizar relaciones y propiedades de los números Luego de realizar actividades de ubicación de puntos en la recta numérica como los propuestos en el apartado “Plantear situaciones para comparar cantidades y números”, es posible plantear problemas que den lugar a discutir una diferencia fundamental entre los números naturales y los números racionales. Mientras que para los naturales se puede encontrar siempre el número siguiente, para los racionales esta relación no existe, pues siempre es posible encontrar un nuevo número racional entre otros dos que se elijan. Para comenzar a discutir con los chicos esta cuestión, podremos comenzar proponiendo una actividad de intercalación de números en la recta, como la siguiente. • En cada recta numérica, intercalá cinco números entre los números indicados. Nap 57 EJE Número y Operaciones 20 220
  • 59. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 58 Serie Cuadernos para el aula Los números propuestos se han elegido para que los alumnos empleen diferen-tes estrategias para encontrar números que pueden intercalarse entre los dos dados. Para el primer ejemplo, puede ocurrir que en las respuestas solo aparez-can números naturales, pero ya el segundo par de números los obliga a pensar 4 2 _en fracciones o decimales. _En el caso de 1y 1, es posible que las transformen en fracciones equiva-lentes de denominador cuatro ( 1_4 y 2_4 ), que las expresen como fracciones deci-males ( 2_5 100 y 5_0 100 ); o bien como expresiones decimales (0,25 y 0,50), y encuen-tren otras fracciones comprendidas entre esas. En el cuarto par de números, se hace necesario que piensen en las milésimas para poder justificar los números que escriban. En estos dos últimos ejemplos, la recta numérica ofrece un sopor-te que a veces es limitado desde el plano físico, pero que permite a los alumnos pensar en la ampliación de la longitud con que se representa el intervalo numé-rico, como acercando una lupa para incorporar más divisiones y como conse-cuencia, la posibilidad de pensar en más números comprendidos entre otros dos. Otra posibilidad es proponer actividades donde se presenten explicaciones realizadas por otra persona sobre cuál es el número siguiente para analizar, como por ejemplo: • Ramiro dice que el siguiente de doscientos treinta y seis milésimos es doscientos treinta y siete milésimos. ¿Estás de acuerdo? ¿Por qué? Es importante que en la puesta en común se plantee la discusión sobre las razo-nes por las que se está o no de acuerdo con la explicitación de Ramiro. Esto dará lugar a reflexiones sobre el límite de esta relación en los números raciona-les. El límite, en este caso, está dado por cuál es la cantidad de cifras decimales de los números que se consideran; efectivamente, si se consideran solo los números decimales que tienen hasta tres cifras decimales, entonces 0,237 es el siguiente de 0,236. Esta cuestión se vincula con las propiedades de “discre-titud” para el conjunto de los números naturales y “densidad” para el conjunto de los números racionales. También habrá que discutir sobre las relaciones entre los números naturales y los números racionales, por ejemplo, planteando cuestiones como la siguiente. • Guillermo dice que un número natural siempre se puede escribir como una fracción y también como un número decimal. ¿Estás de acuerdo? ¿Por qué? • Gabriela se pregunta si al revés es cierto. ¿Qué le contestarías?
  • 60. Nap Matemática 6 En la puesta en común14 es importante que los chicos, además de dar ejemplos de números naturales escritos como fracción y como decimal, y de responder a las preguntas del docente respecto de otros ejemplos con números alejados de los de los ejemplos que aparecieron, expliciten las razones por las que piensan que Guillermo tiene razón. En este sentido, podrían decir, por ejemplo, que siem-pre que una fracción tenga el numerador y el denominador iguales será igual a 1 y que si el numerador es múltiplo del denominador, al simplificar queda un número natural. Con respecto a la escritura como número decimal, si bien es posible, en muchas ocasiones no tiene sentido usarla. Sin embargo, cuando se plantea un cálculo de resta entre un número natural y uno decimal, como 4 – 2,55 se suele escribir el 4 como 4,00. Con respecto a la respuesta a la pregunta de Gabriela, además de los ejem-plos de fracciones y decimales que no se pueden escribir como naturales, se puede discutir si con esos ejemplos alcanza para afirmar que no es cierto que siempre un número decimal o una fracción se puede escribir como un número natural. Es decir, comenzar a hacer circular en la clase la regla según la cual un contraejemplo alcanza para asegurar la falsedad (no es cierto) de una afirmación (siempre un número decimal o una fracción se puede escribir como un número natural). Asegurar que “siempre se cumple” es afirmar que es cierto para “todos” los números decimales y fracciones, y esto es cierto solo en algunos casos. Una formulación de la conclusión a la que se pretende arribar con esta acti-vidad es que todo número natural se puede escribir como racional, pero la inversa no es cierta. Sin embargo, habrá que considerar que esta es una formu-lación general y que, en muchas ocasiones, no es planteada ni comprendida como tal por los alumnos de 6o año/grado. Para avanzar en el uso de las operaciones con distintos tipos de números Los alumnos irán construyendo el significado de las operaciones en la medida que tengan la oportunidad de trabajar con problemas en diferentes contextos donde las mismas cobren sentido. Al respecto, Ronald Charnay15 plantea lo siguiente: haciendo aparecer las nociones matemáticas como herramientas para resol-ver problemas es como se permitirá a los alumnos construir el sentido. Sólo después, estas herramientas podrán ser estudiadas por sí mismas. 14 Recomendación de lectura: véase el apartado “La gestión de la clase”, en “Enseñar Matemática en el Segundo Ciclo” de este Cuaderno. 15 Recomendación de lectura: véase Charnay, R. (1994), “Enseñar matemática a través de la resolución de. problemas”, en: Parra, C. y Saiz, I. (comps.) (1994), Didáctica de las Matemáticas. Aportes y reflexiones, Buenos Aires, Paidós. 59 EJE Número y Operaciones
  • 61. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 60 Serie Cuadernos para el aula En el caso de las operaciones, deberemos tener en cuenta, para cada una, distin-tos aspectos con el fin de dar oportunidad a los alumnos de construir su sentido. Así, los niños deberán tener conocimientos disponibles para: • reconocer en qué situaciones esa operación es una herramienta útil para resolverla, y también reconocer sus límites, es decir reconocer en qué situacio-nes no es una herramienta adecuada de resolución; • establecer relaciones entre los diferentes significados de esa operación; • elegir las estrategias más económicas según el problema que esté resolviendo; • decidir qué procedimiento utilizar para realizar los cálculos y • utilizar mecanismos de control sobre los resultados. La propuesta de trabajo con operaciones de 6o año/grado deberá contemplar los campos de problemas aditivos y multiplicativos incluyendo problemas que involucren tanto cantidades discretas (que se expresan con naturales) como continuas (que se expresan con fracciones y decimales). En principio, debere-mos retomar brevemente los problemas aditivos (que se resuelven con sumas y/o restas) y centrarnos más ampliamente en la resolución de problemas del campo multiplicativo (que se resuelven con la multiplicación y división), que dan lugar a la aparición de los números racionales. Este campo incluye problemas de producto de medidas, proporcionalidad, combinatoria, reparto e iteración (repetir una cantidad cierto número de veces), así como aquellos que, funda-mentalmente en contextos intramatemáticos, dan lugar a la puesta en juego de las propiedades de las operaciones y las relaciones de divisibilidad. Los números racionales aparecen en el campo multiplicativo considerando los distintos significados de la división. Así, los problemas que incluyen magnitudes continuas en contextos de medida plantean la necesidad de incorporar fraccio-nes y expresiones decimales. Por otra parte, la comprensión de estos números aporta a la comprensión de las operaciones aritméticas con ellos. En cuanto a los números racionales y sus operaciones, es fundamental tener en cuenta que su aprendizaje supone una “ruptura” con lo que el niño sabe hasta el momento, dado que al resolver problemas con este tipo de números no siempre pueden usar los mismos procedimientos que usaban con los naturales. Por ejemplo, falla el conteo de colecciones que utilizaba con los números naturales y que está en la base de la suma y de la multiplicación con esos números, porque en este nuevo campo numérico no hay un número racional siguiente a otro dado y, además, la idea de multiplicación no está aso-ciada a la de “veces”. Asimismo, trabajar con números grandes o con números menores que la unidad, en determinadas situaciones, hace que resulte más difícil el control sobre los resultados o la significación de los mismos. Sabemos que la multiplicación 0,5 x 2 = 1 da un resultado menor que uno de los facto-res (1 > 0,5 y 2 > 1) y esto pone en cuestión el sentido de la multiplicación que se construyó con los números naturales. Es decir, que la práctica y el dis-
  • 62. Nap Matemática 6 curso que se ponen en juego con los números racionales suponen un salto importante en la manera de pensar y usar los números, y esto origina dificul-tades en muchos alumnos. Para que los chicos puedan construir significados de las fracciones y de los números decimales, tendrán que apoyarse en una red de conceptos que se relaciona con la reconstrucción de la unidad, la comparación de partes con-gruentes, el valor de posición del sistema de numeración decimal (para los déci-mos, centésimos, milésimos) y la correspondencia entre diferentes escrituras de un número (expresiones decimales, porcentuales, fraccionarias). Esto les dará la posibilidad de realizar apreciaciones sobre la razonabilidad de resultados al resolver problemas, generar algoritmos convencionales y relacionar fracciones y decimales con las propiedades de las operaciones. Al trabajar en el campo de las fracciones y decimales también es preciso tener en cuenta que, para los alumnos, operar con magnitudes continuas supo-ne una representación mental menos inmediata de la situación que operar con magnitudes discretas en el campo de los naturales. Hay magnitudes continuas que admiten una medición directa, como la longitud, la capacidad y el peso, y otras magnitudes cuyo tratamiento es más complejo, como en el caso de la superficie o de la velocidad. La superficie, si bien puede medirse directamente, también puede calcularse como el producto de dos magnitudes y la velocidad surge como el cociente entre dos magnitudes. Con respecto a los algoritmos de las operaciones con fracciones y decima-les, si bien podemos enseñar técnicas para que los alumnos logren cierta des-treza en el cálculo del denominador común para sumar o restar, y multiplicar o dividir fracciones sencillas, esta forma de trabajo implica algunos riesgos. Por un lado, ninguna de las técnicas ayuda a los alumnos a pensar sobre el significado de las operaciones o por qué funcionan y, por otro lado, es posible que los alum-nos pierdan rápidamente ese dominio, porque corren el riesgo de confundir u olvidar las reglas tan rápido como las aprendieron. Entonces, es primordial que los problemas permitan a los alumnos avanzar en la comprensión del tipo de situaciones, para cuya resolución son útiles determinadas operaciones. Así, irán construyendo estrategias de cálculo mental antes de llegar a la sistematización de los algoritmos16. 16 Recomendación de lectura: véase Sadovsky, P. (coord.), Broitman, C., Itzcovich, H., Quaranta, M. E. (2001), “Acerca de los números decimales. Una secuencia posible”, en el documento Aportes para el Desarrollo Curricular. Matemática, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (también disponible en Internet). 61 EJE Número y Operaciones
  • 63. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología Plantear situaciones para operar con distintos significados y en distintos portadores Tal como hemos dicho, el aprendizaje de los números racionales es un largo pro-ceso que abarca varios años de escolaridad. Por eso, es importante que a medi-da que los alumnos avancen en este Ciclo vayamos proponiendo problemas con diferente nivel de complejidad, con el fin de poner en juego los distintos senti-dos de las operaciones. En Cuadernos para el aula: Matemática 4, se proponen problemas para favorecer en los alumnos la construcción de los sentidos de la suma y de la resta de números racionales. En 5º año/grado, se avanza con situaciones que le dan sentido a la multiplicación y división de un racional por un número natural, abor-dando los significados de las cuatro operaciones ya presentados para los núme-ros naturales. En 6° año/grado, avanzaremos hacia las situaciones que le dan sentido a la multiplicación y división de dos números racionales. El significado de combinatoria que funcionaba para la multiplicación de núme-ros naturales ya no se mantiene, es decir, no tiene sentido para el caso de las fracciones y de los decimales. Tampoco la idea de reparto con divisor racional. En cambio, sí tienen sentido los significados de proporcionalidad y de producto de medidas. En general, podemos decir que los problemas de combinatoria involu-cran magnitudes discretas y números naturales, mientras que los problemas de producto de medidas y los de proporcionalidad pueden trabajarse con magnitu-des discretas o continuas y con números naturales o racionales. Podremos complejizar los problemas de combinatoria que se vienen plante-ando desde el Primer Ciclo incluyendo algunos con más de dos variables y otros con repetición de elementos. • Mariela está preparando una fiesta de disfraces y quiere ayudar a sus invitados a diseñar los disfraces de payasos. Si tiene cinco chaquetas, cuatro pantalones, dos pares de zapatos y tres gorros todos distintos, averiguá cuántos disfraces diferentes se pueden formar. • ¿Cuántos números de cuatro cifras se pueden armar con las cifras 5, 6, 7? El problema de los disfraces involucra cantidades discretas: multiplicando los núme-ros que expresan la cantidad de chaquetas por el número que expresa la cantidad de pantalones por el que expresa la cantidad de gorros y por el que expresa la can-tidad de zapatos, da como resultado el número de disfraces posibles de armar. En este caso, es esencial considerar el papel de las representaciones gráficas como diagramas de árbol o tablas para favorecer que los alumnos reconozcan la estruc-tura multiplicativa de este tipo de problemas y puedan recurrir al cálculo. 62 Serie Cuadernos para el aula
  • 64. Nap Matemática 6 En el segundo problema, para armar todos los números posibles hay que con-siderar que los números se pueden repetir y que cada uno de ellos se puede repetir hasta cuatro veces. Aquí será interesante que promovamos la discusión con los chicos acerca de las diferentes maneras de sistematizar la búsqueda, para asegurarse de que esta ha sido exhaustiva. Con respecto a los problemas de proporcionalidad directa, los chicos vie-nen resolviendo algunos problemas simples desde 2º año/grado que en los libros de texto habitualmente se presentan como “de multiplicación” o “de divi-sión”. Por ejemplo, ¿cuántas pastillas hay en 36 paquetes, si en cada paquete hay 12 pastillas? Si 360 caramelos masticables se envasan en 36 paquetes, ¿cuántos caramelos masticables hay en cada uno? En una caja de 12 paquetes hay 144 caramelos, ¿cuántos caramelos hay en 30 paquetes? Sin duda, los dos primeros problemas son más simples, dado que se resuelven con una sola operación (12 pastillas por paquete x 36 paquetes = 432 pastillas, y 360 caramelos : 36 paquetes = 10 caramelos por paquete), mientras que el tercero puede pensarse como la composición de dos problemas, uno “de multi-plicar” y otro “de dividir”. Asimismo, los tres responden a las relaciones de propor-cionalidad directa. En este sentido, y tal como hemos afirmado en Cuadernos anteriores, es esencial que la proporcionalidad no se presente como un conteni-do nuevo sin conexión con lo aprendido hasta este momento sobre multiplicación y división. Al respecto Panizza y Sadovsky17 plantean: [...] no se trata de que el docente anuncie en los primeros años que estos son problemas elementales de proporcionalidad. Se trata de recuperar explí-citamente tales problemas en el momento en que la proporcionalidad adquiere el status de un contenido para aprender. Desde 5o año/grado, se propone avanzar incluyendo problemas en los que las cantidades que se vinculan estén expresadas con expresiones decimales y frac-cionarias, relacionadas a través de constantes de proporcionalidad con valores naturales. En 6o año/grado, avanzaremos con constantes de proporcionalidad racionales, haciendo hincapié en el estudio de la constante. Inicialmente, podremos plantear problemas que se puedan resolver aplican-do las propiedades de la proporcionalidad directa conocidas ya desde 5° año/ grado, en los que se pueden incluir números racionales y constante de propor-cionalidad natural. Por tanto, para la resolución, será necesario plantear multi- 17 Recomendación de lectura: véase “Proporcionalidad: del dogma a la construcción de los pro-cedimientos”, en: Ponce, H. (2000), Enseñar y aprender matemática, Propuestas para el Segundo Ciclo, Buenos Aires, Novedades Educativas y Panizza, M. y Sadovsky, P. (1991), El papel del problema en la construcción de los conocimientos matemáticos, Buenos Aires, FLACSO. 63 EJE Número y Operaciones
  • 65. plicaciones y divisiones de fracciones o expresiones decimales por un núme-ro natural. Si además, se elige que la constante sea racional, las operaciones para resolver serán entre racionales. El siguiente es un ejemplo de este últi-mo tipo de problemas. • Para preparar un flan para 7 personas, Jimena usa una receta para 4 personas, en la que los ingredientes son 8 huevos, 1_4 kg de azúcar y 1_2 l de leche. ¿Qué cantidades de cada ingrediente debe utilizar? La resolución de este problema puede dar lugar a pensar primero en los ingre-dientes necesarios para una persona, dividiendo por 4, y luego los necesarios para 7 personas, multiplicando por 7, con lo que cada cantidad resulta multipli-cada por 7_4 , que es la constante de proporcionalidad. Se deberá resolver enton-ces 7_4 x 8 para averiguar la cantidad de huevos, 7_4 x 1_4 , para averiguar cuánto de azúcar, y 7_4 x 1_2 , para saber cuánto de leche. Como veremos más adelante en este mismo apartado, esto implica calcular la parte de una cantidad, en el caso de los huevos y la parte de una parte, en el caso del azúcar y de la leche. En el apartado “Plantear situaciones para analizar relaciones de proporcionali-dad” se desarrollará el trabajo que se podría realizar en 6° año/grado con pro-blemas de proporcionalidad que dan sentido a las multiplicaciones y divisiones de fracciones o expresiones decimales. Los problemas de producto de medidas son aquellos donde intervienen tres magnitudes. Es el caso, por ejemplo, de los problemas donde intervienen el ancho, el largo y el área de un rectángulo, o el área de la base, la altura y el volu-men de un prisma, o la velocidad de un móvil, el espacio que recorre y el tiem-po que tarda en hacerlo. En 6° año/grado, podemos plantear algunos problemas de este tipo, como los siguientes. • ¿Cómo hacer para averiguar la cantidad de baldosas de un patio rectangular, sabiendo que tiene 30 baldosas de ancho y 45 baldosas de largo? • Calculá el área de un rectángulo de 3 1_2 de largo y 2 1_4 de ancho. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 64 Serie Cuadernos para el aula
  • 66. Nap Matemática 6 El problema de las baldosas que cubren un patio puede resolverse multiplican-do el número de baldosas de ancho por el número de baldosas de largo, para obtener el total de baldosas. También se puede abordar este problema con una relación de proporcionali-dad, pensando que son 45 filas de 30 baldosas cada una. Por ejemplo: Nº filas 1 10 5 40 45 Nº baldosas 30 300 150 1200 1350 El cálculo de la medida de una superficie (un área) planteado en el segundo pro-blema es un ejemplo con el largo y el ancho expresados en fracciones. El cálcu-lo del área resulta un contexto que aporta significado a la multiplicación de expresiones fraccionarias o decimales, pues habrá que resolver 3 1_2 x 2 1_4, ó 7_2 x 9_4 , ó 3,5 x 2,25, que nos remite al cálculo de la parte de una parte. Antes de avanzar sobre cómo se podría pensar este problema, veamos qué se ha realiza-do 4 _en 5° año/grado en relación con esto. En Cuadernos para el aula: Matemática 5 se señaló que algunos problemas ligados a la multiplicación refieren al cálculo de una parte de una cantidad. Esto se planteó en situaciones de reparto en partes iguales, al calcular la cuar-ta parte, la mitad o las tres cuartas partes, usando escrituras fraccionarias. En 6° año/grado, podremos retomar este tema proponiendo problemas como el del flan, planteado en la página anterior, donde la búsqueda de los 7de 8 huevos puede pensarse como dividir el 8 por 4, para buscar la cuarta parte y tomar esa parte 4 _7 veces, lo que supone pensar a 7como el séptuplo de la cuarta parte o 7 veces un cuarto, es decir 7 x 1_4 . 4 En este _año, la tarea nueva es calcular la parte de otra parte, tanto en proble-mas de proporcionalidad, por ejemplo el de los flanes, como en los de producto de medidas, por ejemplo el del área del rectángulo. En el problema del flan, para los 7del medio litro de leche es interesante 8 observar que, al 2 _igual que cuando se calcula la parte de una cantidad entera, es indistinto respecto del resultado qué operación se hace primero, si la división o la multiplicación. En efecto, si se calcula primero la cuarta parte de 1( 1) y luego se _8 hace el séptuplo ( 7), se obtiene el 22 mismo resultado que si se calcula primero el séptuplo de 1( 7) y después la cuarta parte ( 7), aunque el significado de lo que _8___se hace sea distinto. 65 EJE Número y Operaciones
  • 67. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 66 Serie Cuadernos para el aula En el caso del problema del área, se puede pensar 3 1_2 x 2 1_4 , expresando cada número racional como número mixto con una suma y usando la propiedad dis-tributiva. (3 + 1_2 ) x (2 + 1_4 ) = (3 x 2) + (3 x 1_4 ) + (2 x 1_2 ) + ( 1_2 x 1_4 ) = = 6 + 1_4 + 1_4 + 1_4 + 1_2 + 1_2 + 1_8 = = 6 + 3_4 + 1 + 1_8 = = 7 + 3_4 + 1_8 = = 7 + 7_8 = 56_8 + 7_8 = 63_8 También se puede pensar expresando cada número racional como una fracción y vinculando cada una con el producto de un natural por una fracción de nume-rador 1. En ambos casos, hay que advertir que la parte sombreada es la cuarta parte de la mitad, o la mitad de la cuarta parte.
  • 68. Matemática 6 3 1_2 x 2 1_4 = 7_2 x 9_4 = = 7 x 1_2 x 9 x 1_4 = = 7 x 9 x 1_2 x 1_4 = = 63 x 1_8 = 63_8 La cuestión del cálculo de un área donde aparecen medidas con números decimales también puede ser presentada con una tarea diferente para los chicos, la de analizar procedimientos de resolución realizados por otros. Por ejemplo: • Antonio, Pedro y Ana debían calcular el área que se ha pintado en un rectángulo de 3 cm por 5 cm. Nap 67 EJE Número y Operaciones Discutí con tus compañeros si las siguientes formas que eligió cada uno para calcular el rectángulo son válidas. a) Antonio contó todos los cuadrados de 1 cm2 y llegó a 6 cm2, a estos sumó 4 mitades de 1_2 cm2 para formar 2 cm2 más (6 cm2 + 2 cm2 = 8 cm2) y luego contó y sumó al resultado anterior los 3_4 cm2. El resultado le dio 8 cm2 y 3_4 cm2.
  • 69. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología b) Pedro usó la fórmula del rectángulo y multiplicó el largo por el ancho usando fracciones 7cm2 x 5cm2 = 7 x 1x 5 x 1= 35 x 1x 1= 4 4 2 2 2 2 2 2 35 x 1= 35cm2. ________c) Ana multiplicó 3,5 cm2 x 2,5 cm2 = 8,75 cm2. Al plantear este problema18, durante la discusión se observó que los alumnos: - entendieron fácilmente cómo Antonio había medido los 8 cm2 y, para interpre-tar 18 Las respuestas fueron dadas en el marco de Prácticas III del Profesorado de EGB 1 y 2 del Instituto Superior de Formación Docente Nº 803 de Puerto Madryn, por alumnos de la “Escuela de la Costa” de Puerto Madryn, provincia de Chubut. 19 Recomendación de lectura: véase Pujadas, M. y Eguiluz, M. L. (2000), Fracciones, ¿un que-bradero de cabeza? Sugerencias para el aula, Buenos Aires, Novedades Educativas. los 3_4 cm2, reconstruyeron 1 cm2 en forma gráfica y pintaron sobre el mismo los tres cuadraditos de 1_4 ; - asociaron la expresión fraccionaria 3_4 a la expresión decimal 0,75; - dividieron la expresión fraccionaria 35_4 y la asociaron con la expresión deci-mal 8,75; - al recurrir al gráfico para interpretar la expresión decimal 8,75 reconocieron la parte entera pero tuvieron dificultades para interpretar 0,75; - solo luego de la intervención del docente, pudieron entender que 0,75 cm2 repre-sentaba 75 mm2. En este caso, el docente se valió del papel milimetrado y las argumentaciones de los alumnos respecto de la estrategia planteada por Antonio. Los problemas de proporcionalidad y de producto de medidas aportan signi-ficado también a la división de dos números racionales. Para ello, será posi-ble plantear, por ejemplo, un problema de área de una figura donde se informa el área y una de las dimensiones y se pregunta por la otra o un problema con magnitudes directamente proporcionales en el que se dan cantidades corres-pondientes y no se conoce la constante19. Entre los problemas que se puedan resolver con una división es importante presentar situaciones en las que los cocientes sean exactos, como también otras en las que los cocientes se expresen en fracciones o decimales. Es con-veniente que los alumnos vayan, poco a poco, tomando decisiones acerca de cuándo es conveniente utilizar la división exacta o la división entera (es decir, con restos) en función de la situación que modelizan, lo que les permitirá avanzar en la construcción del sentido de esta operación. Cuando propongamos situaciones que se resuelvan utilizando la división entera, es importante que estas no solo exijan calcular los cocientes, sino tam-bién el análisis de los restos y la relación entre el divisor, el cociente y el resto. 68 Serie Cuadernos para el aula
  • 70. Matemática 6 Algunos ejemplos de este tipo de problemas son los siguientes. • Analía tiene que acomodar 245 discos compactos en estuches en los que caben 24. ¿Cuántos estuches necesitará si tiene que guardarlos a todos? 4 • Pedro dice que acomodó todos sus discos y llenó dos estuches de 24 fundas y 3de otro. ¿Cuántos discos tiene Pedro? _• La maestra repartió un block de hojas entre sus 32 alumnos, dándoles 5 hojas a cada uno y le sobraron 20 hojas ¿Puede ser que el block tuviera 180 hojas? 4 Ante el _primer problema es posible que los alumnos digan que Analía necesita 10 estuches porque el cociente de dividir 245 : 24 es igual a 10, sin reparar en que es necesario guardarlos a todos, por lo tanto hay que analizar el resto. En el caso del segundo problema, los 3vinculan el resto y el cociente. Los tres cuartos implican las 3_4 partes de la capacidad que tiene el estuche (24), que es el resto (18) de la división por 24, es decir que ese cociente es un número mixto (2 1_8 24 ). Nap 69 EJE Número y Operaciones D = (24 x 2) + 18 24 2 18 También en la tercera situación, se pone en juego la relación D = d x c + r que se verifica en la división entera. Para resolverla, los alumnos pueden dividir 180 dividido 32 y constatar que el cociente es 5 y el resto 20 o bien multiplicar 32 x 5 y sumar 20 con lo que podrán dar la respuesta. Es interesante también que el análisis se centre en cómo varía el cociente en fun-ción de los restos, si se divide por el mismo número un intervalo de números conse-cutivos. La situación que sigue exige no solo el análisis del resto, sino también el aná-lisis acerca de qué ocurre con el cociente si se aumentan unidades al dividendo. • Una lancha transporta pasajeros de una orilla del río a la otra. En cada viaje, transporta como máximo 24 personas. a) ¿Cuántos viajes hará para transportar 360 pasajeros? ¿Y si se suman 24 más a los anteriores? b) ¿Cuantos viajes hará para transportar 270 pasajeros? ¿Y 271? c) ¿Hasta cuántos pasajeros se pueden agregar a los 271, sin que sea necesario aumentar el número de viajes?
  • 71. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 70 Serie Cuadernos para el aula • Virginia y Agustín discuten acerca de la siguiente situación. El quiosquero de la escuela tiene 280 caramelos y 15 bolsas. Si en cada una quiere poner 20 caramelos, ¿cuántos caramelos le faltan para completar todas las bolsas? Agustín dice que para resolver la situación anterior no es necesario hacer una división. Virginia dice que sí. ¿Quién de los dos tiene razón? • Cuatro amigos van a la heladería y deciden comprar entre todos un kilo de helado que cuesta $22. ¿Cuánto dinero tiene que aportar cada uno, si acuerdan en que todos van a pagar lo mismo? Al día siguiente, solo vuelven tres amigos a la heladería y deciden comprar igual un kilo de helado. ¿Cuánto dinero tendrá que aportar cada uno para reunir lo necesario? Para resolver la situación de los viajes en lancha, los alumnos podrán utilizar la divi-sión o aproximar productos de 25 por un número, hasta llegar a 360. En el caso de que usen la división, comprobarán que el resto es cero, y que si se aumenta al menos un pasajero, ya aumenta el número de viajes, porque no pueden quedar pasajeros sin viajar. Por otro lado, analizar hasta cuántos pasajeros se pueden aumentar sin que aumente el número de viajes, implica ir analizando el resto. La discusión de Virginia y Agustín, como hemos planteado en otras situacio-nes similares, aporta a la construcción del sentido de la división, pues los alum-nos tienen que analizar si esa operación es útil o no para resolverlas. Además, en esta situación es posible discutir sobre el resto de la división, ya que con los 280 caramelos se podrá colocar 18 caramelos en cada bolsa y sobran 10 caramelos. Como en este problema se trabaja con cantidades discretas, aunque al dividir aparecen restos, para este caso el cociente es 18,66..., entonces no es posible “bajar decimales” y vemos que el 0,66... no tiene sentido en este contexto. En el problema de la compra de helados, en cambio, las cantidades son continuas y es posible expresar el cociente con un número decimal. Además, esta cuestión plantea el tema del número de cifras decimales. Para la primera pregunta, un proce-dimiento posible es que los alumnos utilicen la división 22 : 4, cuyo cociente entero es 5, pero la situación implica la necesidad de “sacar decimales”, con lo que se obtie-ne un cociente exacto: $ 5,50. En el segundo caso, al dividir 22 : 3 se obtiene cocien-te 7 y resto 1 y, como es necesario reunir el dinero, se tienen que obtener cifras decimales. Sin embargo, aquí las cifras decimales son infinitas. Es interesante plan-tear la discusión acerca de si es posible que cada uno aporte $ 7,33 en función de nuestro sistema monetario, donde las monedas de 1 centavo no son de uso corrien-te y si en el caso de poder hacerlo, se reuniría el dinero para la compra. Estas relaciones entre dividendo, divisor, cociente y resto, también se pueden analizar en situaciones de contexto intramatemático como las siguientes.
  • 72. Matemática 6 • Marisa y Pablo están haciendo cuentas de dividir. a) Marisa dice que en una división el divisor es 5, el cociente es 25 y el resto es cero. ¿Cuál es el dividendo? ¿Cuál sería el dividendo, si el resto fuera 2? ¿Cuál sería el dividendo, si el resto fuera el máximo posible para una división con el mismo divisor y cociente de los que habla Marisa? b) Pablo le dice a Marisa que si divide 125, 126, 127, 128 y 129 por 5, el cociente es siempre el mismo, solo cambia el resto. ¿Vos que pensás? Si en la división 125 : 5 el dividendo tuviera 7 unidades menos, ¿cuál es el valor del resto? ¿Se puede determinar sin hacer la cuenta? c) Marisa dividió un número por otro y obtuvo cociente 20 y resto 12. ¿Cuáles pueden ser los números que dividió? d) Pablo dice que resolvió la división 37 : 4 con la calculadora y en el visor apareció como cociente 9,25. Si la maestra le pidió el cociente y el resto sin sacar decimales, ¿cómo puede hacer Pablo para calcular el resto? Con este conjunto de problemas se apunta a trabajar las relaciones que se dan en la división entera: D = d x c + r con r < d. Al plantearlos, damos lugar a tomar como objeto de estudio las cuentas de dividir que se resuelven desde los prime-ros años de la escuela. En la cuenta que plantea Marisa en el primer problema, hay un único dividen-do posible, el 125. Sin embargo, si se pregunta a los alumnos si es posible encontrar otro dividendo, es frecuente observar que emprenden la búsqueda, pues aún no han elaborado la idea de que, cuando se han determinado tres de los números, el cuarto es único. En el resto de las preguntas, se propone el aná-lisis de cómo se modifica uno de esos números cuando se modifica otro (el resto y el dividendo) si se dejan fijos el cociente y el divisor. En el segundo problema, son dos los números que faltan: el divisor y el divi-dendo. El divisor debe cumplir con el requisito de ser mayor que el resto, de modo que esto permite asegurar que el divisor debe ser 13, o cualquier otro número natural mayor que él. En consecuencia, el problema tiene muchas (infi-nitas) soluciones. En cuanto al último problema, se puede calcular el resto pensando en la dife-rencia entre el dividendo y el producto del divisor y la parte entera del cociente, 37 – 9 x 4 = 1, o como el producto de la parte decimal del cociente por el divi-sor, 0,25 x 4 = 1. Nap 71 EJE Número y Operaciones
  • 73. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 72 Serie Cuadernos para el aula Plantear situaciones para analizar relaciones de proporcionalidad En 6° año/grado nuestro desafío será ofrecer a los alumnos la oportunidad de avanzar en los procedimientos de resolución de los problemas donde intervienen magnitudes directa e inversamente proporcionales. Reflexionar sobre las propie-dades que actúan como instrumentos de resolución en los problemas de propor-cionalidad y dominarlas para decidir cuál usar según los números que aparecen, significará para los alumnos contar con herramientas cada vez mejores. Creemos que no ayudará a los alumnos comunicar y mostrar cómo funciona la regla de tres para resolver este tipo de problemas para que luego ellos la apli-quen, sino que nuestra tarea será generar situaciones donde estas estrategias se puedan poner en juego. Luego, habrá que proponer el análisis de esas estra-tegias para separarlas del problema con el propósito de que puedan reinvertir-las en otras situaciones. Para que los alumnos puedan analizar las relaciones involucradas en los pro-blemas donde intervienen magnitudes directamente proporcionales, habrá que considerar, en primera instancia, que avancen en los procedimientos de resolución utilizando conocimientos no tratados hasta 5° año/grado, ya que solo después de haberlos utilizado podrán reflexionar sobre ellos. En este caso, para los problemas donde intervienen magnitudes directamente proporcionales, lo nuevo es la propiedad de la constante de proporcionalidad. Para caracterizar estos problemas consideremos uno como el siguiente, donde los chicos podrían comenzar a resolver usando propiedades de la proporcionalidad conocidas desde 5° año/grado y que muestra cómo, en muchos casos, no tiene sentido el pasaje por la unidad. Teniendo un par de valores de la tabla, 15 y $ 1,5, es posible preguntar por el precio de diferentes cantidades de fotocopias. • Calculá el costo de las cantidades de fotocopias que aparecen en la tabla. Cantidad de fotocopias 15 60 10 5 1 27 Precio ($) 1,5 Si la cantidad de fotocopias es múltiplo de 15, como ocurre para 60, los alum-nos podrán usar las siguientes estrategias: • pensar en multiplicar por 4 las fotocopias: 15 x 4 = 60; y su precio: $ 1,5 x 4 = $ 6; • pensar en el valor de 30 fotocopias, porque es más fácil calcular el doble de 1,5 y luego volver a duplicar las 30 fotocopias, y así obtener el costo de las 60 fotocopias.
  • 74. Matemática 6 En los dos procedimientos anteriores se pone en juego la propiedad Si en una relación de proporcionalidad directa se multiplica una cantidad de una magnitud por un número la cantidad correspondiente, en la otra magnitud queda multiplicada por el mismo número. Algunos chicos podrían usar esta otra estrategia: • pensar en el valor de 30 fotocopias, porque es más fácil que calcular el doble de 1,5 y luego sumar 30 + 30 para llegar a 60 y $ 3 + $ 3. Este procedimiento en cambio, involucra otra propiedad: En una relación de proporcionalidad directa, se cumple que a la suma de dos cantidades de una misma magnitud, le corresponde la suma de las cantidades correspondientes en la otra magnitud. Si tomamos como dato el mismo par de valores de la tabla, y pedimos el pre-cio de 27 fotocopias, es posible que los chicos lo resuelvan con dos tipos de estrategias: • pensar en dos pasos, dividir primero por 15 para saber el precio de una foto-copia y luego multiplicar por 27 para calcular el costo total. • advertir que, para todos los pares de valores de la tabla, la relación entre la cantidad de fotocopias y el precio es 1_ 10 , es decir, que si se multiplica por 1_ 10 la cantidad de fotocopias se obtiene el precio. El primer procedimiento implica el “paso por la unidad” o búsqueda del valor unitario, y el segundo involucra el uso de la propiedad En una relación de pro-porcionalidad directa, se cumple que el cociente entre los pares de cantida-des correspondientes a ambas magnitudes es constante. Podemos pensar el segundo procedimiento como una generalización del pri-mero, pues en uno se busca la relación entre dos cantidades (15 fotocopias y $ 1,5) y en el otro, la relación entre todos los pares de cantidades. El análisis de este problema nos ha permitido ver que, al cambiar los datos, se modifican los conocimientos que se pueden utilizar para resolverlo. De este modo, el mismo problema permite, con unos datos, revisar propiedades conoci-das y con otros, dar lugar al uso de otras nuevas. La situación anterior muestra que entre las magnitudes directamente propor-cionales que intervienen se pueden establecer dos tipos de relaciones: • una relación entre cantidades de una misma magnitud, relación escalar ( 1_5 60 ). • una relación funcional, que vincula magnitudes diferentes como es precio/fotocopia (precio por fotocopia) y que refleja el sentido de la unidad de razón o la constante de proporcionalidad. A medida que presentemos en la clase problemas como el anterior, con tablas de números proporcionales, los alumnos harán explícitas, mediante los procesos de resolución y comunicación de procedimientos, las dos relaciones que caracteri-zan a la proporcionalidad: la constancia de las relaciones escalares y la constante Nap 73 EJE Número y Operaciones
  • 75. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 74 Serie Cuadernos para el aula de proporcionalidad. La reflexión por parte de los chicos al usar estas relaciones, tanto de manera cuantitativa como cualitativa, les permitirá avanzar en la con-ceptualización de la proporcionalidad. Consideremos dos nuevos ejemplos: 2 _• Don Juan desea completar la siguiente lista de precios del queso sardo, haciendo solo una cuenta con su máquina de calcular. Si 1kg cuesta $ 12,20, ¿qué cuenta podría hacer para saber cuánto debe cobrar? Completá la tabla. Peso 1_2 kg 1_4 kg 3_4 kg 1 kg 2 kg 4 kg 5 kg 100 g 150 g Precios $12,20 • Una industria posee una máquina que produce en 4 horas, 752 barras de aluminio. El gerente de producción desea saber lo que puede producir la máquina, si se trabaja en forma continua durante los tiempos indicados en la siguiente tabla: Tiempo 4 hs 5 hs 6 hs 8 hs 1 día 1 mes Número de barras 752 En el primer caso, pedir la realización de una sola cuenta favorecerá centrar las discusiones, especialmente en la relación que permite determinar la constante de proporcionalidad. Este valor permitirá a los alumnos determinar los diferentes pre-cios con solo multiplicar el valor de dicha constante por las diferentes cantidades. Al preguntar, además, por 100 g ó 150 g se plantea la necesidad de conocer las relaciones entre las unidades de medida, en este caso que 1 kg = 1000 g. En el segundo problema, preguntar, por ejemplo, ¿qué pasaría si la máquina dejara de funcionar? o ¿cómo expresamos simbólicamente el día que la máquina no tuvo producción?, nos permitiría avanzar sobre la idea de que si no hay producción, al cero de una magnitud le corresponde el cero en la otra. Además, como parte del análisis, nuevamente podremos propiciar la discusión en relación con los siguientes aspectos. - la cantidad de datos dados y cuántos calcularon a partir de los mismos, - las magnitudes que se involucran, para luego concluir que a partir de dos datos se pueden encontrar otros, relacionando magnitudes (horas y cantidad de barras producidas), siempre que la máquina funcione en forma constante. - la conveniencia de utilizar las relaciones escalares (aditivas o multiplicativas) y las relaciones funcionales para obtener los diferentes resultados. - las relaciones entre la diferentes unidades de tiempo que aparecen.
  • 76. Matemática 6 Cuando se aborda el trabajo sobre proporcionalidad en el aula, es interesan-te proponer actividades que planteen la discusión acerca de las características que hacen que determinado problema pueda ser considerado de proporcionali-dad, por ejemplo, el análisis de varios problemas en los que se den relaciones de proporcionalidad y otros en los que no. Esto ayudará a los alumnos a aproximar-se al sentido del concepto de razón y comprender el significado de los símbolos utilizados para expresar proporciones. Por ejemplo, si preguntamos qué planta ha crecido más en esta semana si los registros nos dicen que la planta A medía 8 cm y ahora mide 12 cm y que la planta B medía 10 cm y ahora mide 14 cm, podríamos tener dos respuestas: - Ambas plantas crecieron lo mismo (si se miran solo los cambios absolutos). - La planta A creció 4 cm más de los 12 cm que medía inicialmente y la planta B creció 4 cm de los 14 cm que medía, por lo tanto creció más la planta A ya que 4 _ 12 es mayor que 4 _ 14 . Cuando se razona sobre situaciones en las que se ponen en juego relaciones de proporcionalidad, es importante pensar que en las relaciones aditivas y multiplicativas hay cambios absolutos y cambios relativos. La habilidad de pensar en términos rela-tivos se vincula con el razonamiento proporcional. La noción de razón como índice comparativo entre dos cantidades fundamenta este segundo tipo de aproximación. Una actividad cuyo propósito es analizar la existencia o no de la proporciona-lidad podría ser la siguiente. a) Analizá los siguientes problemas e indicá cuáles creés que son de proporcionalidad. 1. La receta para preparar milanesas de soja dice que con 200 gramos de soja preparamos milanesas para tres porciones. ¿Cuánta soja se necesitará para 5 porciones? 2. Cuando cumplió 6 meses, Federico pesaba 9 kg. ¿Cuánto habrá pesado al cumplir 1 año? 3. Si por 5 CD pagué $ 9, ¿cuánto dinero necesitaré para comprar 12? 4. Si para recorrer 25 km mi auto consume 2 litros de nafta, ¿cuánto combustible consumirá para recorrer 200 km? 5. Si al nacer, Juliana medía 0, 52 m, ¿cuánto medirá a los tres meses? ¿Y al año? 6. Cuando Javier cumplió 3 años, su papá tenía 28 años. ¿Cuántos tendrá el papá cuando Javier cumpla el triple? b) Discutí con tu grupo los resultados a los que llegó cada integrante para llegar a un acuerdo. c) Por último, buscá con los integrantes de tu grupo un argumento que convenza a los otros grupos acerca de la clasificación que hicieron. Nap 75 EJE Número y Operaciones
  • 77. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 76 Serie Cuadernos para el aula Analizar cómo y cuánto cambia una cantidad en relación a otra ayuda a com-prender qué sucede en estos problemas, ya que hay relaciones no proporciona-les, pero que parecen serlo. De hecho, el análisis de la constante resulta una herramienta útil para decidir si existe o no proporcionalidad. Los problemas anteriores se plantean en diferentes contextos, algunos de los cuales permiten evidenciar más claramente la no existencia de una constante de proporcionalidad. Por ejemplo, en el segundo problema, los alumnos saben que no es posible que una persona aumente 9 kg por cada seis meses. Utilizar esta relación para resolver el problema haría que el niño, al año, pese 18 kg, a los dos años 36 kg a los 3 años 54 kg, etc. El conocimiento que tienen de la relación que existe entre el aumento del peso de una persona respecto del tiempo, les permitirá descartar un razonamiento de tipo proporcional para resolverlo. Otros ejemplos de relaciones de proporcionalidad directa son aquellas situa-ciones en las que la constante de proporcionalidad representa un índice com-parativo de cantidades de la misma magnitud.20 • Para hacer jugo de frutilla, Juana vierte 3 litros de agua en 1 jarra donde previamente colocó 2 cucharadas de jugo concentrado. Para la fiesta de su hermana, Juana necesita calcular cantidades mayores. Decide hacer una tabla como la siguiente y así saber cuántos litros de agua necesita para las siguientes cantidades de jugo concentrado, de manera que el jugo tenga el mismo sabor. Completá la tabla. Cantidad de cucharadas de jugo concentrado 2 4 6 12 20 Cantidad de litros de agua 3 • Antes de preparar la pintura, Carlos lee las siguientes instrucciones: 4 a. ¿Qué cantidad de agua necesita Carlos si usa 1 kg de polvo? b. ¿Y si usa 1kg de polvo? _c. ¿Y si usa 3_4 kg de polvo? 20 Tomado de Sadovsky, P. (coord.), Lamela, C., Carrasco, D. (2005), Matemática. Fracciones y Números decimales. 6º grado. Apuntes para la enseñanza. Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Secretaría de Educación. Dirección General de Planeamiento. Dirección de Currícula.
  • 78. Matemática 6 ¡Una ayudita! Podés construir una tabla como la siguiente: Cantidad de polvo en kg 1_2 1 1_4 3_4 Cantidad de agua en litros 3_4 • Se necesita reducir este plano. Para eso, hacé 3 cm por cada 4 cm. Nap 77 EJE Número y Operaciones 10 cm 6 cm 4 cm 2 cm En el primer problema, más allá de las diferentes estrategias para completar la tabla, se recupera el concepto de equivalencia asociado a la conservación de la proporción entre las partes de jugo concentrado y agua, y no a la conservación de la cantidad de jugo. Los pares de números que aparecen en la tabla son fraccio-nes equivalentes cuyo significado está asociado ahora a la concentración del jugo o a la mezcla entre las cucharadas de jugo concentrado y la cantidad de agua. Siendo esta relación la constante de proporcionalidad 3_2 (1,5 de agua por cada cucharada de jugo) que queda explícita cuando es necesario determinar el valor que se corresponde con el 1 (en este ejemplo, expresa la cantidad de litros de agua por cada cucharada de jugo). En el segundo problema, que la constante sea una fracción exige que los alumnos busquen formas de encontrar resultados a los productos de dos frac-ciones, en función de relaciones como: el doble, la cuarta parte, la mitad… En el tercer problema, se trabaja con escalas. En este caso, las fracciones son un índice comparativo de una misma magnitud. Cuando se resuelven pro-blemas de escalas de mapas, ampliaciones o reducciones es interesante anali-zar el significado del valor de la constante en relación a lo que su aplicación pro-duce, si es menor que la unidad se vincula a una reducción y si es mayor que la unidad da como resultado una ampliación.
  • 79. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 78 Serie Cuadernos para el aula Una actividad interesante para proponer a nuestros alumnos es la ampliación del rompecabezas que se adapta de una secuencia diseñada por Brousseau21 y que seguramente han visto en otros textos. “Agrandar el rompecabezas entre todos”: analizar el valor de la constante. Materiales: un rompecabezas por grupo y uno de mayor tamaño completo para colocar en el pizarrón. Organización de la clase: grupos de 6 integrantes. Desarrollo: podemos comenzar con una consigna oral, como la siguiente: Tienen que ampliar el rompecabezas, de modo que lo que en cada pieza mide 4 cm en el rompecabezas que les di, mida 5 cm en el que hacen ustedes. Cada integrante tiene que hacer una pieza. Como las piezas son cinco, habrá un alumno que será el observador, cuya tarea será anotar todo lo que se diga o discuta en el grupo. Antes de empezar a trabajar elijan quién será el observador. En muchos casos, los chicos creen que a cada pieza tienen que agregarle 1 cm y se sorprenden cuando las piezas no encajan. Esto les exige dudar sobre su construcción, pero la mayoría piensa que no usó bien los instrumentos de medi-ción y vuelven a construir las piezas, porque no siempre ponen en duda el crite-rio que usaron en la confección de las piezas. 21 Brousseau, G. (1994), Problemas en la Enseñanza de los decimales. Problemas de didáctica de los decimales. Publicación de IMAF, Universidad Nacional de Córdoba. Traducción realizada por Dilma Fregona y Rafael Soto con autorización del autor. Brousseau, G. (1981), “Problemes en didactique des décimaux”, en: Recherches en didactique des mathématiques, La Pensée Sauvage, Vol. 2, Nº 1.
  • 80. Nap Matemática 6 Si la consigna fuera que los lados de las piezas que miden 4 cm deberán medir 8 cm en el nuevo rompecabezas, seguramente lo ampliarán sin dificultad, dado que la relación del doble no exige pensar otras relaciones y las piezas resultan ampliadas proporcionalmente. Los alumnos reconocen que el modelo de proporcionalidad les es útil para ampliar el rompecabezas cuando se dan cuenta de que tienen que averiguar la imagen de 1 cm para poder encontrar las nuevas medidas da cada pieza. En el caso del rompecabezas, se pone de manifiesto que la relación entre cada lado y su imagen es una constante. Esto ocurre en cualquier situación de escalas, dado que una escala presenta información sobre una relación que se establece entre una medida en una representación gráfica y una medida de la realidad.22 Los problemas de escalas pueden plantearse a propósito del trabajo en otras áreas, como Ciencias Sociales. Por un lado, se puede continuar confeccionan-do planos de espacios de diversas dimensiones y por otro se puede promover la interpretación de mapas. Por ejemplo, al comparar las distancias entre dos pares de localidades en mapas representados en distintas escalas. En otros problemas, la constante de proporcionalidad está expresada con frac-ciones y representan un índice comparativo que vincula dos magnitudes dife-rentes. Veamos dos ejemplos. • Un caminante recorre 5 km en 2 horas. Suponiendo que mantiene la velocidad de la marcha, completá la tabla que sigue: Tiempo de marcha del caminante en hs 2 4 6 3_4 Distancia recorrida en km 5 • En la siguiente tabla, se muestra el consumo de nafta de un automóvil al recorrer cierta cantidad de kilómetros. Completá la tabla sabiendo que el automóvil consume lo mismo por cada kilómetro recorrido. 22 Recomendación de lectura: véase Ponce, H. (2000), “Proporcionalidad: entre los procedimien-tos y la búsqueda de regularidades”, en: Enseñar y aprender matemática, Propuestas para el Segundo Ciclo, Buenos Aires, Novedades Educativas. 79 EJE Número y Operaciones
  • 81. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 80 Serie Cuadernos para el aula Kilómetros recorridos 1 2 3 5 1_2 3_2 Consumo de nafta en litros 1_ 10 En el caso de las velocidades, las dos magnitudes son el espacio recorrido en una unidad de longitud (km, m, millas, nudos) y el tiempo utilizado en una unidad de tiempo (horas, segundos, minutos), en tanto que las unidades correspondien-tes 2 a las _velocidades son compuestas: km/h, m/seg, etc. En el caso del consu-mo de nafta, la unidad compuesta expresa el rendimiento en litros/km. En el primer problema, la constante de proporcionalidad 5permite “pasar” de 4 _tiempo a distancia. Este problema pone en juego el concepto de fracción y en el caso de saber la distancia que recorre un automóvil en 3de hora, da sentido a la multiplicación de fracciones. Si bien los alumnos aún no han sistematizado la multiplicación de fracciones, estarán en condiciones de averiguar dicha dis-tancia utilizando las propiedades de la proporcionalidad directa. En el segundo problema,23 los alumnos podrán completar sin dificultad las casillas de la tabla que representan números enteros, dado que son productos de una fracción por un número natural. Es posible que la dificultad se dé para calcular _1 10 por 3_2 porque aún no han multiplicado fracciones, pero sin embargo podrán calcular cuánto consume en 1_2 kilómetro como así también la mitad de lo que consume en 1 kilómetro. Y si para 1_2 la cantidad que le corresponde es 1_ 20 , para 3_2 será 3_ 20 . A partir de aquí, podremos proponer otros casos, para dar a los alumnos la oportunidad de ir construyendo estrategias para multiplicar dos fracciones a partir de herramientas propias. En el caso de porcentaje, aparece nuevamente la fracción como índice com-parativo o constante de proporcionalidad. Al tratar de interpretar el 50 % de 20, estamos comparando las partes con el todo. Así, buscamos vincular la relación 50 por cada 100 con una fracción equivalente de denominador 20. En el apartado “Plantear situaciones para obtener y organizar datos”, se propo-ne el trabajo con gráficos circulares en los que el uso de los porcentajes cobra especial sentido. 23 Recomendación de lectura: véase Sadovsky, P. (coord.), Lamela, C. y Carrasco, D. (2005), Matemática. Fracciones y números decimales. 6º grado. Apuntes para la enseñanza, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Secretaría de Educación. Dirección General de Planeamiento. Dirección de Currícula.
  • 82. Nap Matemática 6 • En la ciudad de Trelew se realizaron los juegos deportivos interescolares en los que participaron 80 alumnos. De acuerdo con las diferentes categorías y juegos, lograron estos premios: - 3 alumnos obtuvieron el primer puesto en salto en largo y 5 alumnos el primer puesto en velocidad, - 2 equipos de fútbol (22 alumnos) lograron el segundo puesto y - 15 alumnos obtuvieron los terceros puestos en diferentes juegos. Decidí, haciendo cálculos mentales, cuáles de las siguientes afirmaciones de los chicos son ciertas: 1. Más del 50% de los alumnos trajeron premios. 2. El 10% logró estar en los dos primeros puestos. 3. Más del 25% de los alumnos alcanzó el segundo puesto. 4 En este problema se incluyen porcentajes que se pueden calcular mentalmente en forma sencilla, si 2 __se asocia el 50% con 1, el 25% con 1y el 10% con la déci-ma parte. También es interesante analizar algunos problemas en los que es habitual suponer algunos datos que no están explicitados en el enunciado y que permiten profundizar el sentido de la proporcionalidad directa. Veamos varios ejemplos: • Este mes, la biblioteca de la escuela recibió 48 libros nuevos. Si se quieren acomodar en 4 estantes, ¿cuántos libros se colocan en cada uno? • Una persona que vive a 15 cuadras del trabajo, paga un boleto de $ 0,90. ¿Cuánto pagará otra persona que toma el mismo micro y vive a 40 cuadras del trabajo? • Si cinco litros de aceite cuestan $ 18,50, ¿cuánto pagaremos por 10 litros? En el primer caso, el dato supuesto es la repartición en partes iguales, aunque esta no sea una condición expresada en el enunciado. En el segundo caso, puede cuestionarse un procedimiento de proporcionalidad, ya que el contexto que permite imaginar la situación nos hace saber que la tarifa de los colectivos no depende de la cantidad de cuadras que nos traslada. Normalmente, la tarifa corresponde a tramos o a un recorrido completo. En el último caso, es bastante habitual considerar la existencia de la constante cuando no existe alguna con-dición por la cual se hace algún descuento como en el caso de las ofertas (pagué 9 litros y llevé 10). 81 EJE Número y Operaciones
  • 83. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología En esta clase de problemas, deberemos discutir sobre las condiciones que se debieran agregar o cambiar a las distintas situaciones y, con este fin, tendremos que pedir a los alumnos que agreguen los datos necesarios para resolverlos, uti-lizando el concepto de proporcionalidad. De este modo, daremos lugar a discu-tir sobre los datos necesarios para poder utilizar el concepto de proporcionali-dad directa como modelo de resolución como así también reflexionar sobre los límites24 que tiene el concepto. Otro contexto que favorece la discusión sobre la utilidad del modelo de pro-porcionalidad es el de las ofertas. También aquí el análisis de la constante resul-ta una herramienta útil para decidir si existe o no proporcionalidad. 24 Recomendación de lectura: en Matemática. Propuestas para el aula. EGB 2. Materiales para el docente, Programa Nacional de Innovaciones educativas del Ministerio de la Nación, Propuesta Nº 5, se plantea una actividad para discutir acerca de los límites y la utilidad del con-cepto de la proporcionalidad directa en problemas de oferta (también disponible en Internet). 82 Serie Cuadernos para el aula • Lorena fue a comprar 3_4 kg de helados y en el cartel figuraban los precios de la lista. Lorena pensaba pagar $ 7,50 y el heladero le dijo que debía pagar $ 10. a) ¿Por qué pensó Lorena que debía pagar $ 7,50? b) ¿Cómo habría explicado el heladero cómo calculó el valor de $ 10? c) Modificá el enunciado de la situación para evitar la confusión. 4 2 4En esta actividad, los chicos pueden responder que Lorena pensó en el precio unitario y calculó el valor de los 3kg utilizando la proporcionalidad, en tanto _que el heladero sumó los precios de 1kg más 1kg ($ 6 + $ 4) independien-temente __de cualquier relación de proporcionalidad. Es interesante que promova-mos la discusión acerca de que, en los datos de la lista de precios, cuando la cantidad del helado es menor, el costo es menor, pero el mismo no disminuye en la misma relación; por otra parte, el precio por cada kilo no representa la cons-tante que permitirá determinar los valores de 1_2 y 1_4 . De los datos, resulta que para 3_4 kg hay 3 precios posibles: $ 12, $ 10 y $ 7,50. Además, conviene com-prar 1 kg y no dos medios kilos, pues la suma de los costos de los dos medios
  • 84. Matemática 6 kilos es mayor que el precio por kilo. Por otra parte, si la relación fuera de pro-porcionalidad, considerando el costo unitario, el 1_2 kilo debería valer $ 5 y el 1_4 kilo $2,50. Por último, en la lista de precios podríamos agregar alguna inscrip-ción, como Oferta: ¡lleve 1 kg y pague solo $ 10! El análisis de los precios de diferentes artículos presentados en distintos tamaños (gaseosa, aceites, jabón en polvo, yerba, etc.) en las góndolas de los supermercados favorecerá la lectura inteligente de la información y la toma de decisiones respecto de la presencia o no de ofertas. En cuanto a los problemas donde intervienen magnitudes inversamente proporcionales, es necesario plantear primero su resolución para luego consi-derar el análisis de las relaciones involucradas. Los problemas de fraccionamien-to y envasado de productos proporcionan un contexto que permite otorgarles significado. Por ejemplo, los siguientes. • Una pequeña bodega, en la provincia de La Rioja, decidió fraccionar en envases de menor capacidad el contenido de 80 damajuanas de 5 litros cada una. Averiguá qué cantidad de cada tipo de envases sería necesaria, según las capacidades que aparecen indicadas en la tabla. Capacidad del envase (litros) 5 2 1 1_2 3_4 Cantidad de envases 80 4 A partir 4 del primer __par es posible hallar el correspondiente de 1 litro pensando que, si el envase tiene 5 veces menos capacidad, serán necesarias 5 veces más unidades, por lo que habrá que hacer 80 x 5 = 400. En este caso, se usa una relación escalar, es decir donde se multiplica una cantidad y se divide otra, en ambos casos, por el número 5 sin unidades. Todos los demás pares podrán ser completados utilizando relaciones escalares y advirtiendo que para saber el correspondiente de 3, convendrá calcular primero el de 1. También se podría resolver calculando la constante de proporcionalidad. En este caso, la constante representa la cantidad total de litros a envasar, y se puede obtener haciendo 5 litros por envase x 80 envases = 400 litros. Esta es una relación funcional que vincula magnitudes diferentes, la capacidad de cada envase con el número de envases necesarios. La situación anterior muestra que entre las magnitudes inversamente propor-cionales se pueden establecer dos tipos de relaciones: • una relación entre cantidades de una misma magnitud, es decir una relación escalar. • una relación funcional que vincula magnitudes diferentes y que refleja el sen-tido de la unidad de razón o la constante de proporcionalidad. Nap 83 EJE Número y Operaciones
  • 85. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 84 Serie Cuadernos para el aula Estas relaciones pueden explicitarse del siguiente modo: a) Si en una relación de proporcionalidad inversa se multiplica una canti-dad de una magnitud por un número, la cantidad correspondiente en la otra magnitud queda dividida por el mismo número. b) En una relación de proporcionalidad inversa, el producto de las cantida-des correspondientes es constante. Las relaciones entre bases y alturas de rectángulos que tienen la misma área (ver el apartado “Plantear situaciones para avanzar en la exploración de rela-ciones entre perímetros y áreas”) o las relaciones entre la distancia recorrida y el tiempo necesario al aumentar la velocidad son otros contextos en los que se establecen relaciones de proporcionalidad inversa. Plantear situaciones para sistematizar relaciones numéricas y propiedades de las operaciones Las actividades de cálculo mental, es decir aquellas donde se realizan cálculos sin los algoritmos convencionales, invitan a reflexionar sobre las propiedades de los números y de las operaciones. Al plantearlas, propiciaremos que los alumnos avancen en el conjunto de relaciones que se pueden establecer entre determi-nados grupos de fracciones, entre ciertas fracciones y enteros, y entre los núme-ros decimales. Si permitimos y favorecemos que los niños resuelvan explorando a su propio modo, seguramente inventarán procedimientos mediante los cuales utilizarán las propiedades de las operaciones, y recurrirán a descomponer los números y a escribirlos de diferentes formas. Para poder resolver este tipo de actividades, los niños se suelen apoyar en los cálculos que tienen disponibles (el repertorio memorizado de productos de naturales, de sumas y restas de fracciones senci-llas y de números decimales) en las relaciones entre números que conocen (por ejemplo 1_2 es el doble de 1_4 ) y en diferentes expresiones escritas de números racionales (0,25 es lo mismo que 1_4 ). Al proponer a los chicos estas actividades, podemos avanzar en dos sentidos: analizar las propiedades y relaciones de las operaciones y números que ya usaron para sistematizarlas, y luego, discutir sobre la economía de los procedi-mientos que desarrollaron y su validez cuando se quieren utilizar con otros números. En este apartado nos ocuparemos del primer aspecto y en el aparta-do “Para avanzar en los procedimientos de cálculo con distintos tipos de núme-ros” del segundo.
  • 86. Matemática 6 La actividad que se plantea a continuación, de completamiento de recua-dros, permitirá discutir el “efecto” de operar con 0 cuando se suma y cuando se multiplica. • Sin cambiar las operaciones, en cada tira, ¿qué variaciones es necesario hacer en los números, si partiéramos desde el cero? 1 + 1999 2000 - 1500 500 : 500 1 1 x 2000 2000 : 4 500 : 500 1 El 0 es el “elemento neutro” para la suma y el “elemento absorbente” para la multiplicación. En el primer caso, al comenzar con el 0, el número que va es el 1999, es decir el mismo, En esta operación, el cero es neutro. En el segundo caso, cuando solo hay operaciones de multiplicación y de división, es imposible encontrar un número que multiplicado por 0 permita continuar con la secuencia, porque el 0 “absorbe” cualquier otro y siempre el resultado será cero. También es interesante plantear una actividad resuelta para problematizar algunas posibles soluciones de completado de recuadros, como por ejemplo la siguiente: • Un grupo de chicos debía resolver el siguiente problema. Escribí un número y una operación en cada recuadro para obtener el resultado: 2000 500 1 Para el primer recuadro, encontraron las expresiones siguientes: 2000 - 1500 = 500 2000 : 4 = 500 2000 - 3____0__00 2 = 500 2000 x 1_4 = 500 2000 x 0,25 = 500 a) Discutí con tu grupo si estas opciones son verdaderas o falsas y justificá tus respuestas. b) Algunos alumnos dijeron que pasar de 500 al 1 es más fácil y lo explicaron haciendo las siguientes afirmaciones. ¿Estás de acuerdo? Para obtener 1 divido por el mismo número. Para obtener 1 hay que restar el anterior. Para obtener 1 multiplico por el inverso de 500 siempre da 1. c) Las explicaciones que dieron los alumnos, ¿se cumplen para otros números enteros, fraccionarios o decimales? Nap 85 EJE Número y Operaciones
  • 87. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 4 _A propósito de la misma situación, podremos proponer la discusión sobre las relaciones entre las operaciones - dividir por 4 es equivalente a multiplicar por 1o por 0,25, - dividir por el mismo número siempre dará uno y es equivalente a multiplicar por el inverso del número. Asimismo, si extendemos dichas relaciones a todos los números de un campo numérico obtendremos la generalización, es decir, podremos presentarlas a los alumnos como propiedades. También es posible variar la actividad para completar recuadros, presentando ciertas restricciones, por ejemplo utilizando las cuatro operaciones y números decimales, o fraccionarios. Esto implicaría una complejidad en la actividad, pero favorecería la utilización de expresiones equivalentes de un número. O bien podrí-amos pensar en la utilización de algunas relaciones entre las operaciones, por ejemplo para pasar de 1 al 2000, la restricción puede ser que no podrán sumar al 1 el anterior de 2000, lo que los conducirá a elegir la división 1 : 2000. Otras actividades, como las de realizar cálculos sin usar los algoritmos conoci-dos, promueven que los alumnos busquen estrategias propias y pongan en juego propiedades que ya han verificado que “funcionan”. Por ejemplo, la siguiente. • Sin hacer la cuenta convencional, resolvé 70,5 x 5 y explicá cómo lo hiciste. Para esta actividad, es posible que aparezcan en las carpetas algunas produc-ciones como las que comentamos a continuación: 86 Serie Cuadernos para el aula En esta primera estrategia, aparece la descomposición del número en su parte entera y en su parte decimal, y la propiedad distributiva de la multiplicación. Además, aunque no esté escrito, para hacer 70 x 5, pudo pensarse en la des-composición del número 70 en dos factores 70 = 10 x 7, y luego en tres fac-tores 70 = 2 x 5 x 7. A continuación se pudo haber pensado en reemplazar el producto a realizar 70 x 5 = 2 x 5 x 7 x 5. Luego, pudo haberse asociado 70 x 5 = 10 x 35, para simplificar el cálculo utilizando productos que tienen dis-ponibles como 7 x 5 = 35 y regularidades tales como la de agregar un cero a la derecha al multiplicar por 10.
  • 88. Nap Matemática 6 En este caso, se ha expresado setecientas cinco décimas como fracción deci-mal y luego aparece la multiplicación de dos naturales 705 x 5, conocida por los alumnos, y la utilización de la regularidad de la división seguida de ceros. Este ejemplo permite discutir por qué vale cambiar el orden según el cual primero se divide por 10 y luego se multiplica por 5 por el orden mediante el cual primero se multiplica por 5 y luego se divide por 10, que justificaría poder usar el segun-do signo igual entre las expresiones. La discusión para determinar la validez de estos procedimientos nos permiti-rá compararlos con los algoritmos convencionales y acercarnos a su compren-sión, ya que hay aspectos de los procedimientos que los alumnos utilizan que también se juegan en el algoritmo convencional. Por ejemplo, conectando la pri-mera expresión y la última en 70,5 x 5 = 325,5, se puede ver que se podría mul-tiplicar como si fueran enteros y luego correr la coma. Además, si ponemos en cuestión algunos procedimientos o partes de los mis-mos posibilitaremos el trabajo con otros conceptos. Por ejemplo, separar el número decimal en parte entera y en parte decimal (expresado como fracción o como decimal), para luego multiplicar ambas partes por 5, nos permitiría explici-tar el uso la propiedad distributiva de la multiplicación respecto de la suma. Se pone de manifiesto aquí la importancia de propiciar el uso y la explicitación de propiedades conocidas y su aplicación para resolver cálculos nuevos. Así, se ponen en juego ciertos conocimientos, como la aplicación de cálculos mentales al interior de cálculos parciales, la utilización de ciertos productos o divisiones básicas y la habilidad para descomponer cantidades de diversas formas. En este sentido, las discusiones podrán estar orientadas por la pregunta ¿cómo vale transformar una cuenta en otra que dé el mismo resultado, pero sea más fácil de hacer? Las conclusiones que se buscará obtener tendrán formulaciones del tipo: Para multiplicar y para sumar puedo descomponer en factores o sumandos y conmutar. Para restar y dividir es posible usar equivalentes. 87 EJE Número y Operaciones
  • 89. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 88 Serie Cuadernos para el aula Plantear situaciones para analizar las relaciones de múltiplo y divisor La escuela pitagórica25, cuyo pensamiento fundamental es que todos los fenó-menos del universo se pueden explicar mediante números, se dedicó a la explo-ración de los números, de sus propiedades y de sus relaciones con otras ramas del saber, como la geometría y la música. En esa búsqueda, los filósofos pitagó-ricos estudiaron muchos tipos de números a partir de ciertas relaciones y diver-sas regularidades. Entre ellas, las relaciones numéricas de múltiplo y divisor. Si bien desde el Primer Ciclo los niños comienzan a descubrir en forma intui-tiva ciertas características de las series numéricas, por ejemplo la cadencia de 0, 5, 0, 5 en la serie 0, 5, 10, 15, 20, 25…, que luego ponen en juego en situa-ciones de cálculo mental, el estudio de las propiedades de los números primos y compuestos que se reconoce como “divisibilidad” se inicia en el Segundo Ciclo y se profundiza en el Tercer Ciclo. Esto es así, porque los problemas que involu-cran este tipo de relaciones numéricas pertenecen al campo multiplicativo y resulta necesario que los alumnos hayan iniciado el estudio de las nociones de multiplicación y división y sus propiedades para construir las nociones que se ponen en juego en la divisibilidad. Desde las propuestas de aula es necesario que propongamos problemas que permitan la progresiva comprensión de la reversibilidad de las relaciones de múl-tiplo y divisor a partir de otras relaciones, como doble-mitad, triple-tercio y otras. Por otra parte, los problemas que involucran los conceptos de división exacta y entera, así como el estudio del resto, permiten, durante el Tercer Ciclo, una apro-ximación al concepto de congruencia. Asimismo, el reconocimiento de las regu-laridades numéricas en las situaciones que se propongan favorecerá la sistema-tización posterior de los criterios de divisibilidad o las propiedades de múltiplos y divisores. Secuencia para establecer relaciones de reversibilidad: “Múltiplos y divisores” Con el fin de favorecer la comprensión de la reversibilidad entre “múltiplo” y “divi-sor”, se puede proponer una secuencia de actividades como la que sigue. 25 Corriente filosófica y matemática presocrática fundada por Pitágoras, en el siglo VI a. C.
  • 90. Matemática 6 Actividad 1 “Los nueve divisores”: encontrar divisores comunes. Materiales: una cuadrícula como la siguiente para cada alumno y un dado por grupo. Organización de la clase: grupos de cuatro alumnos. Desarrollo: antes de comenzar el juego, se decide quién va a tirar el dado. En el desarrollo del juego se irá tirando el dado en forma sucesiva y “cantando” el número. Cada jugador escribe el número cantado en uno de los nueve lugares posibles dentro de la cuadrícula, siempre que el número sea divisor de uno de los números que encabezan las filas o las columnas o de ambos a la vez. El dado se tira nueve veces. Cuando se escribe un número en la casilla, no se puede cambiar. Gana el integrante que obtiene mayor puntaje, que se obtiene así: 2 puntos por cada número que es divisor del que encabeza la fila y del que encabeza la columna; 1 punto si el número es divisor solo del número que encabeza la fila o la columna; 0 punto por las casillas vacías. Transcribimos, a continuación, algunas expresiones que dijeron los chicos luego de jugar varias veces con la cuadrícula anterior. Es interesante observar cómo en estas expresiones los alumnos ponen en juego las relaciones entre múltiplos y divisores cuando aún no las han formalizado. Por ejemplo: —El uno es el comodín, puede ir en cualquier lugar o en el casillero corres-pondiente al 10 - 9, porque los demás números del dado nunca te permi-ten sumar 2 puntos en ese casillero. —Conviene que el cinco salga una sola vez. El primer cinco que sale hay que ponerlo en el casillero 10 - 20 solo ahí suma 2 puntos. —En los lugares que puede ir el cuatro también puede ir el dos. —Hay que guardar los lugares del cuatro y no usarlos con el dos, porque para el dos tenés más opciones. —Si a la fila del 20 y del 24 la ocupás con los dos y después te salen varios cuatros, no podés ponerlos. Conviene guardar la fila del 24, ahí los cuatro dan más puntos. Nap 89 EJE Número y Operaciones 20 9 36 24 25 30 20 9 36 24 42p 32p 62p 10 52p 31p 22p 18 22p 0p 62p
  • 91. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 90 Serie Cuadernos para el aula —Los primeros tres que te salen te conviene ponerlos en la columna del 9, pero no en el medio. Arriba y abajo (en 24 - 9 y 18 - 9) suman 2 puntos. Actividad 2 Luego de que los alumnos se han familiarizado con el juego y han explorado relaciones entre los múltiplos y divisores, podremos proponer actividades que lleven a reflexionar sobre estrategias para establecer relaciones y propiedades de los múltiplos y divisores. En las actividades que propongamos, es importante variar algunos de los números que encabezan las filas y las columnas, para que los chicos transfieran algunas relaciones conocidas y piensen en otras. Por ejemplo: • Ubicá en la cuadrícula los números 1 y 5 para obtener el mayor puntaje posible. • Observá la cuadrícula e indicá los números que encabezan la fila y la columna, donde el 6 suma dos puntos. ¿En cuántos casilleros diferentes puede escribirse el número 6? ¿Qué números cambiarías para que en todos los casilleros donde puede ir el número el 6 se sumen 2 puntos? En los casos anteriores, los alumnos tendrán que decidir por un casillero donde 1, 5, 6 son divisores de dos números diferentes a la vez. Tener que cambiar los números que encabezan las filas o columnas los lleva a pensar en números que sean múltiplos de un mismo divisor. Actividad 3 • Completá con diferentes números el cabezal de cada fila y de cada columna sabiendo que todos los números que están escritos te dan 2 puntos. 20 9 36 24 6 2 4 25 1 30 2 1 3 1 5 6 6 2 3 4 2 3
  • 92. Matemática 6 • Al completar la tabla, Juan iba a colocar el 12 en el casillero que encabeza la fila con los divisores 4, 2 y 3 y se dio cuenta de que ya lo había escrito en la columna de divisores 1, 6, 4. Entonces dijo: Escribo cualquier otro número que sea múltiplo de 12. ¿Estás de acuerdo?, ¿por qué? ¿Qué números pudo escribir Juan? Completar los números que encabezan cada fila y cada columna, bajo una con-dición (sumar 2 puntos), implica tener distintas posibilidades para resolver y esto hay que tenerlo en cuenta para la puesta en común. Así, los chicos debe-rán pensar en esos números utilizando las relaciones de múltiplo y divisor, para luego descentrarse de la producción propia y analizar las producciones de sus compañeros y validarlas. Es posible que la situación que se plantea involucrando a Juan sea parecida a lo que les pasó a ellos, ya que el 12 admite ser colocado en 4 de los 6 núme-ros que encabezan las filas o columnas. Elegir otros múltiplos de doce nos per-mite instalar que: Si un número es múltiplo de otros (4, 2, 3) los múltiplos del primero son múltiplos de los segundos. Actividad 4 • En esta cuadrícula, se necesita cambiar el 6 para que no se repita. a) Si se cambia el 6 por el 0 y por el 18, ¿qué opción da más posibilidades? b) Discutí con tus compañeros qué otros números pueden sustituir al 6. ¿Cuántos hay? c) Ana dijo que podían ser los múltiplos de 6. ¿Qué te parece? Nap 91 EJE Número y Operaciones 1 5 6 6 2 3 4 2 3 10 9 6 6 30 6
  • 93. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 92 Serie Cuadernos para el aula En esta situación, incluir el cero implica ponerlo en discusión para ver que el mismo admite como divisores a todos los números (del dado y otros), ya que es múltiplo de todos los números. Al preguntar por la cantidad de números que pueden ser solución, llevamos a los alumnos a pensar en un conjunto de núme-ros tal, que la mejor forma de comunicar lo que tienen en común es haciendo referencia a todos aquellos que son múltiplo de 6. La afirmación de Ana ayuda a volver sobre la respuesta elaborada por los chicos para poder generalizarla. Actividad 5 • De manera individual armá un nuevo tablero escribiendo los 6 números que encabezan las filas y columnas para que luego se puedan comparar las diferentes producciones. Tratá que el tablero te permita obtener el mayor puntaje posible. Luego, respondé con tus compañeros de grupo a las siguientes preguntas. a) Si al tirar el dado sale siempre uno, ¿cuál es máximo puntaje que se puede obtener? ¿Y el mínimo? Pensá en los distintos tableros. ¿Varían las respuestas si cambian los números que encabezan cada fila y cada columna? ¿Por qué? b) Si al tirar el dado salen todos cincos, ¿cuál es máximo puntaje que se puede obtener? ¿Y el mínimo? ¿Varían tus respuestas si cambiás los números cabezales de cada fila y cada columna? ¿Por qué? c) Armá un nuevo tablero que te permita obtener un puntaje final elevado, escribiendo los números que encabezan las filas y las columnas. En ambas situaciones, podremos discutir sobre todos los números que pudieron escribir y preguntar por otros que no aparezcan (números de una cifra, de dos, de tres, el cero, etc.). Esto permitiría acercarnos a la conclusión de que los núme-ros que encabezan las filas y las columnas podrían ser todos, inclusive el cero. También podríamos recuperar la idea de que el uno es divisor de cualquier número. A diferencia de la situación donde salen todos unos, la segunda lleva a concluir que las soluciones posibles son todos los números que son múltiplos de 5 inclusive el cero. Si variamos esta actividad, cambiando los números que se mencionan en el punto a) (al tirar los dados salen todos dos, o todos tres, o cuatros o seis), nos llevaría a darle un mayor grado de generalidad a la propiedad del uno como divi-sor de todos los números. También podríamos dar lugar, por ejemplo en el caso de todos divisores dos, a discusiones que refieran a que los números posibles para el dos como divisor pueden ser los múltiplos de 4 o de 6 y así avanzar en relaciones tales como si un número es múltiplo de 4, también es múltiplo de 2 o si un número es múltiplo de 6 también lo es de 2.
  • 94. Matemática 6 También es posible en 6º año/grado avanzar en el estudio de otras propiedades ligadas a la noción de divisor. Es el caso de todo divisor de un divisor de un núme-ro es divisor de ese número, que puede trabajarse a partir del juego siguiente: “¿Es divisor de….?”: establecer la relación divisor del divisor. Materiales: dos dados para cada pareja, dos tableros iguales, uno para cada jugador y fichas. Organización de la clase: dividida en parejas. Desarrollo: cada jugador tira primero un dado y luego otro que compondrá un número de dos cifras, considerando que el primer número que sale en el dado es el de las decenas. El jugador elige una casilla desocupada en la que haya un divisor del número formado. Por ejemplo, si el número es 36, puede poner la ficha en el 3. Hace el cociente entre 36 y 3, es 12. Entonces busca un divisor de 12, por ejemplo 2 y pone allí otra ficha. Hace el cociente entre 12 y 2, es 6. Busca un divisor de 6, por ejemplo 3 y pone una ficha en él. Hace el cociente entre 6 y 3, es 2. Como ya puso una ficha allí, no agrega otra. Sigue así hasta que no encuentre más divisores. Entonces le toca el turno al otro jugador. Si el número formado por las dos cifras resultara primo y el jugador se da cuenta, debe decirlo y puede tirar de nuevo los dados. Pero si no lo descubre, le tiene que ceder el turno al otro jugador. En cambio, si el jugador dice que el número es primo y no lo es, el contrincante podrá poner fichas en los divisores que descubra de ese número y a continuación le toca su turno. Gana el jugador que logra completar una fila y una columna. Nap 93 EJE Número y Operaciones 3 2 5 5 3 7 11 5 7 3 3 13 5 2 11 2 2 2 5 2 3 5 5 3 7 2 3 13 2 7 2 11 5 3 2 7 2 17 5 3 7 3 5 11 3 5 2 19 7
  • 95. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 94 Serie Cuadernos para el aula Con este juego se pretende que los alumnos utilicen estrategias propias para encontrar los divisores de un número. La discusión posterior al juego permitirá plantear las relaciones entre los números y divisores que los alumnos hayan uti-lizado. Esto quedará explícito cuando los ganadores cuenten cómo fueron encontrando los divisores. A partir de esos comentarios, podremos intervenir con preguntas tales como Si un número tiene varios divisores, ¿es lo mismo ele-gir cualquiera? ¿Cuál conviene elegir primero? De esta manera, los alumnos sacarán conclusiones y se aproximarán a formular la propiedad Si 14 es divisor de 28 y 7 es divisor de 14, entonces 7 es divisor de 28. Como siempre que se plantea un juego, es interesante plantear problemas donde intervengan situaciones simuladas, como las siguientes. • Javier y Sofía jugaron al juego de los divisores. Al tirar los dados, Javier obtuvo el 51, y dijo que es un número primo. Sofía dijo que no, y colocó fichas en el 3 y en el 17. ¿Quién de los dos tiene razón? • En otra partida, Sofía había colocado fichas en las casillas que se muestran en la columna 2 y en la fila 3. ¿Con qué números podría completar las casillas que le faltan para ganar en solo dos jugadas más? ¿Y en una? 3 2 5 5 3 7 11 5 7 3 3 13 5 2 11 2 2 2 5 2 3 5 5 3 7 2 3 13 2 7 2 11 5 3 2 7 2 17 5 3 7 3 5 11 3 5 2 19 7 También es importante que planteemos problemas extramatemáticos, donde los chicos puedan poner en juego las relaciones entre múltiplos y divisores. Estos son algunos ejemplos de situaciones problemáticas en diferentes contextos.
  • 96. Matemática 6 • El kiosquero de la escuela tiene 48 chupetines de leche y 30 de frutilla. Si quiere embolsarlos colocando en cada bolsa la misma cantidad, pero de modo que cada una contenga la mayor cantidad posible, no se mezclen los gustos y no sobren chupetines. ¿Cuántos tiene que colocar en cada bolsa? • Tres amigos Facundo, Romina y Federico ponen sus relojes en hora a las trece horas del día martes. Pero se sabe que el reloj de Romina adelanta 8 minutos, el de Federico adelanta 10 minutos y el de Facundo 12. ¿A qué hora de ese día volverán a tener la misma hora los tres? ¿Y del día siguiente? • Don Juan, el dueño del kiosco de la esquina de la escuela, tiene una caja de bolitas. Para venderlas, las quiere colocar en bolsitas que contengan la misma cantidad. Si coloca 2 en cada bolsita, le queda una suelta. Pero si coloca 3 en cada una le sobran 2. En cambio si coloca 4 les sobran 3. Al fin descubre que si coloca 5 no le sobra ninguna. ¿Cuántas bolitas había en la caja de Don Juan si se sabe que había más de 80 y menos de 100? Escriban cómo lo pensaron. Otro tipo de actividades que resultan interesantes son aquellas en que se pro-pone validar situaciones que han sido resueltas por otro. Estas situaciones favo-recerán el desarrollo del pensamiento reflexivo, siempre que se planteen en relación a problemas que ponen en juego conocimientos sobre los que se está trabajando. Algunos ejemplos son los siguientes. • Mayra y Luciana discuten acerca de lo que les planteó la maestra. Mayra dice: Si se suman dos números que son divisibles por 3, el resultado también es un número divisible por 3. Luciana dice: Si un número no es divisible por 6, entonces tampoco puede ser divisible por 2. ¿Vos qué pensás acerca de lo que expresa cada una? • En un grupo, los chicos discutían. María dijo: Quiero encontrar un número que sea divisible por 8 pero que no sea divisible por 4. Federico le contestó: Yo creo que no lo vas a encontrar porque no hay. Agustín dijo: Yo creo que sí es posible que lo encuentre, porque yo encontré un número que es divisible por 4 y no lo es por 6: el 16. ¿Qué pensás acerca de lo que discuten los chicos? ¿Quién tiene razón? Explicá tus respuestas. • Mariano dice: Si 6 x 4 me da 24, eso significa que todos los múltiplos Nap 95 EJE Número y Operaciones
  • 97. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de 24, serán divisibles por 4 y también por 6. ¿Es cierto lo que dice Mariano? ¿Hay números que sean divisibles por 4 y por 6 a la vez? Proponer este tipo de situaciones en el aula favorece que los alumnos vayan reconociendo que la revisión y el análisis forman parte del quehacer matemáti-co. Son recursos muy eficaces para que los alumnos busquen argumentos para validar mientras promovemos que actúen, hablen, registren, comenten o discu-tan sus producciones, lo que favorece sin duda la construcción del sentido. Como ejemplo del trabajo con múltiplos y divisores ofrecemos una adaptación de una situación problemática diseñada por la profesora Esther Grossi26. Los alumnos de la clase se organizan en grupos de 4 o 5 integrantes, y se reparte en cada uno el mazo de cartas como el de la página siguiente. La actividad se inicia entregando un mazo de cartas con señales y se formula la consigna: • A cada mazo de cartas que les entregué se le ha perdido algunas cartas. Dado que es un mazo de 50 cartas, después de analizarlo, ustedes tienen que dibujar las cartas que faltan. Cuando se propone esta situación en la clase, en general los alumnos comien-zan ordenando las cartas por decenas. Con este ordenamiento empiezan a manifestar por ejemplo que todas las cartas terminadas en 2, 4, 6, 8 tienen puntos. También observan fácilmente que a las cartas terminadas en 5 o en 0 les falta una esquina. A medida que van encontrando estas regularidades, empiezan a realizar formulaciones, por ejemplo para construir la carta 48 dicen que la carta no tiene una esquina cortada. Saben que tiene que llevar puntos porque termina en 8 y discuten sobre la cantidad de puntos dado que también han observado que algunas cartas tienen uno, dos, tres y hasta cuatro puntos. Otro procedimiento que suelen utilizar los chicos es apilar las cartas que tienen 26 La profesora e investigadora brasileña Esther Pilar Grossi fundó el Geempa, en Porto Alegre (inicialmente Grupo de Estudios sobre Enseñanza de las Matemáticas de Porto Alegre y actual-mente Grupo de Estudios sobre Educación, Metodología de Encuestas y Acción). Realizó su Maestría en La Sorbonne y su Doctorado en Psicología de la Inteligencia en la École des Hautes Études en Sciences Sociales, Universidad de París (Francia). Se destaca por la búsque-da de soluciones para los grandes problemas de la escuela pública brasilera. 96 Serie Cuadernos para el aula
  • 98. Nap Matemática 6 97 EJE Número y Operaciones
  • 99. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología las mismas marcas, por ejemplo todas las que tienen puntos, todas las que tie-nen rayas debajo, o las que tienen figuras geométricas iguales, por ejemplo las que tienen cuadrados o triángulos o círculos. Esto hace que aparezcan algunas reflexiones como las siguientes: —Cada punto vale dos. Y señalan las marcas sobre las cartas del 2, 4, 8, 16 diciendo dos por dos, cuatro; y luego dos por dos, cuatro y por dos ocho. En tanto que para el 16 dicen: dos por dos, cuatro; por dos, ocho y por dos dieciséis, y con el 32 confirman su regla. —Cada raya abajo del número es tres. En la carta del nueve, señalan cada raya diciendo: tres por tres es nueve. —Mirá la del seis, tiene punto y raya abajo, entonces es como tener dos por tres, que es seis. Y de manera análoga explican para los números 12, 18 y 24. En tanto que para la del 48 dicen: la carta del 48 tiene una raya más que la del 24, es como la del 16. —La del veinticinco tiene dos cortes, significa cinco por cinco, o sea que la del cincuenta tiene que ser con dos cortes y con punto. —Los números que tienen un punto están en la tabla del dos, los números en las cartas con cortes están en la tabla del cinco, los que tienen raya abajo están en la tabla del tres. Luego de las discusiones y de encontrar algunas dificultades cuando tienen marcas diferentes, empiezan a observar las que solo tienen una marca y dicen: —La raya de abajo indica que son los de 3 en 3, el corte en la carta los de 5 en 5, el cuadrado lo tienen los que van de 7 en 7. La raya a la derecha la tienen los de 11 en 11. Los de 13 en 13, tienen un óvalo debajo, el cua-drado arriba a la derecha es el 17, etc. Luego conjugan algunas de estas afirmaciones y prueban con alguna de las cartas que tienen diferentes marcas, por ejemplo: Mirá, el 14 es dos (señalan el punto) por siete (señalan el cuadrado de abajo). De forma similar, ven si se cum-ple para el 10,12 y otros. En los comentarios que realizan los chicos en sus grupos, se puede escuchar que algunos hablan de que la tabla sigue, es decir que se dan cuenta de que los números de la tabla del 2, por ejemplo siguen de 20, porque 22, 24,26, etc., tie-nen el mismo símbolo. Es importante que en el momento de la discusión permitamos que los alum-nos expliciten los diferentes procedimientos y las respuestas encontradas. Este será el momento en el que podremos recuperar lo que ha surgido en los grupos y decidiremos sobre qué discutir: si aquello que los alumnos han pues-to en juego acerca de los conjuntos de múltiplos o acerca de los factores pri-mos de un número. 98 Serie Cuadernos para el aula
  • 100. Nap Matemática 6 El desarrollo de la actividad nos permite observar cómo los alumnos, aún sin utilizar un lenguaje adecuado, nos muestran que tienen muchos conocimientos acerca de factores y múltiplos. Por eso es esencial que en el cierre de la clase recuperemos esos conocimientos e introduzcamos los términos apropiados de aquellos conceptos que adquirieron significado para los alumnos. También es interesante organizar la clase para que en algunos grupos falte el 48 y en otros el 50, de tal manera que se involucren diferentes números, o pro-poner a los alumnos que confeccionen otras cartas (60, 61...) para ampliar el mazo. Si proponemos, por ejemplo, que diseñen la carta número 47 suelen apa-recer dificultades, ya que por ser primo deben inventar una nueva marca. Para avanzar en los procedimientos de cálculo con distintos tipos de números Concebimos el cálculo mental como un conjunto de procedimientos no algorít-micos para encontrar resultados de cálculo que se apoyan en las propiedades del sistema de numeración decimal y en las leyes que rigen el funcionamiento de las operaciones. La característica principal es la de ser un cálculo pensado, reflexionado, inde-pendientemente de que pueda ser un cálculo realizado con lápiz y papel y de que sea más rápido que la aplicación del algoritmo. La posibilidad de plantear el uso o no del papel como soporte del cálculo pensado puede ser una variable didáctica que proponga el docente. Podríamos decir que en el cálculo mental pensado: - existen muchas técnicas o procedimientos entre los que hay que elegir el que mejor se adapte, - hay variaciones de una persona a otra, - se hace un uso más explícito y conciente de las propiedades, - se logra que los alumnos dispongan de la traza de la red de relaciones entre los conceptos que usan, lo que permite una mejor movilización de los mismos, - se permite la anticipación de un resultado y provoca una vigilancia conciente sobre el error en situaciones de estimación y aproximación. En el cálculo algorítmico, en cambio, se observa que el funcionamiento es homogéneo, igual en cada individuo. Las propiedades aparecen en forma implí-cita (no es fácil el reconocimiento de las mismas), es más tranquilizador, pero cuando hay errores, son más difíciles de detectar. 99 EJE Número y Operaciones
  • 101. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología El cálculo mental y el cálculo algorítmico son dos formas de calcular que deben interactuar y complementarse, si se quiere asegurar un buen dominio del cálculo. Como se explicó en Cuadernos anteriores, un objetivo de la enseñanza del cálculo mental es que el alumno se apropie de los conocimientos necesa-rios, para que, de forma autónoma, pueda elegir procedimientos apropiados, encontrar resultados y juzgar la validez de las respuestas. Si las actividades se orientan a lograr mayor fiabilidad de los resultados, lle-gará el momento en que el cálculo algorítmico o con calculadora puede ser “supervisado” por el cálculo mental. Es importante que los alumnos aprendan a evaluar en qué casos es conveniente usar la calculadora, en qué casos pueden resolver la operación mediante cálculos mentales y en qué casos conviene usar los algoritmos usuales. La capacidad de los alumnos para resolver problemas diversos depende, en parte, del dominio progresivo de recursos de cálculo. Para favorecer tal dominio, es necesario que planteemos un trabajo ya sea a partir de procedimientos para resolver problemas o bien de actividades específicas del campo numérico. Numerosas investigaciones muestran la posibilidad que tienen los niños de crear estrategias de cálculo, pero es importante que el desarrollo del cálculo mental no quede solo bajo la responsabilidad del alumno. El conocimiento de una mayor cantidad de relaciones numéricas facilita el cálculo mental, pero a su vez el planteo de actividades para cálculo mental per-mite desarrollar el conocimiento de las relaciones y propiedades. Como ya hemos dicho, el cálculo puede ser trabajado desde diversas situaciones proble-máticas ante las cuales los alumnos pueden usar diferentes procedimientos. La propuesta es tomar estos procedimientos como objetos de trabajo, compararlos, mejorarlos y también vincularlos con los algoritmos convencionales. Son muchas las situaciones vinculadas al cálculo mental: la estimación de los gastos de una compra de supermercado para no exceder el dinero que se quiere gastar, el cálculo de los ingredientes de una receta para el doble de personas, la decisión para comprar o no una oferta, el redondeo de precios y situaciones vinculadas específicamente con las propiedades y relaciones entre los números. Los avances en el estudio de los números y las operaciones en los campos natural y racional, requieren establecer relaciones multiplicativas entre núme-ros. La construcción de estas relaciones (repertorio multiplicativo) se inicia en el Primer Ciclo y debe continuar en el Segundo Ciclo. Construir el “repertorio” significa no solo memorizar, sino también trabajar sobre las propiedades, esta-blecer relaciones, organizar resultados, analizar la pertinencia de los mismos según la situación etc. Dentro de las relaciones que los chicos necesitan dis-poner, además de las “tablas” hasta el nueve, se incluyen, entre otras, las mul-tiplicaciones y divisiones por la unidad seguida de ceros y las propiedades de 100 Serie Cuadernos para el aula
  • 102. Matemática 6 las operaciones (asociativa, conmutativa y distributiva). Estas relaciones son particularmente útiles para la aproximación de productos y para la estimación de cocientes. El trabajo que proponemos implica promover en nuestros alumnos la utilización de diversos procedimientos de cálculo favoreciendo la discusión, la justificación de opciones, el esfuerzo por lograr formulaciones adecuadas. Al organizar la puesta en común, tendremos en cuenta los siguientes aspectos: - coordinar que los alumnos expliciten los procedimientos utilizados, tanto los correctos como los incorrectos, - favorecer la comparación de diversas estrategias y el análisis de los errores, - promover la invención de nuevas estrategias entre los alumnos. Plantear situaciones para elaborar y comparar diferentes procedimientos de cálculo Muchas veces, frente a un problema de cálculo que se presenta fuera de la escuela, hemos escuchado a un niño que dice: no puedo hacer esta cuenta, por-que todavía no me enseñaron a multiplicar decimales. Desde la perspectiva que se sostiene en estos Cuadernos, no se pretende que los alumnos aprendan algo-ritmos que se aplican mecánicamente, sino que, frente a un desafío de cálculo, y en función de los números involucrados, puedan elegir una estrategia que resul-te útil para resolverlo apoyándose en los conocimientos que ya tienen. Ahora bien, para que esto sea posible, es necesario ofrecer situaciones que permitan cons-truir un repertorio de propiedades y resultados memorizados con los que se pueda contar. En este sentido, habrá que dar oportunidades para utilizar escritu-ras equivalentes de un número, dobles, mitades y complementos para llegar al entero más próximo de expresiones decimales y fracciones. Comparar procedimientos propios con los de otros niños, o con alguno pre-sentado por nosotros, permitirá tomar distancia de la urgencia por hallar el resul-tado y analizar para explicitar las propiedades que los sostienen. Este tipo de tra-bajo permitirá, luego, sistematizar las distintas estrategias de cálculo, entre las que se podrán incluir los algoritmos tradicionales. En relación con el repertorio aditivo, podrán proponerse, entre otras, activida-des como las siguientes. 4 _• Completá haciendo cálculos mentales: a) 1, 06 + ....... = 1,12 b) 1,05 + ....... = 1,1 c) 2,30 + ....... = 3 d) 3+ ........ = 2 e) 3_4 + ........ = 1 1_4 Nap 101 EJE Número y Operaciones
  • 103. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 102 Serie Cuadernos para el aula • Sin escribir ninguna cuenta, decidí cuánto hay que agregar o quitar al número de la izquierda para que se verifique la igualdad. 5,21 …… = 5,31 1,97 …… = 1 10 …… = 9,991 1,97 …… = 0,06 1_4 …… = 2 1,97 …… = 0,9 • Respondé y justificá respuestas: a) ¿Cuántas centésimas hay que sumar a nueve décimas para obtener la unidad? b) ¿Qué resultado se obtiene si a 0,8 le sumamos 0,20; 1; 0,28; 0,10 ó 1,00? En el análisis de las situaciones anteriores pondremos de manifiesto la relación de equivalencia entre unidad, décimos, centésimos y milésimos y la reconstruc-ción de la unidad a partir de adicionar o quitar. Por ejemplo, en la consigna b) del primer problema, es importante discutir sobre la equivalencia entre décimos y centésimos, ya que hay que agregar 5 centésimos y el resultado está expresa-do en décimos. En la consigna c) del primer problema, se puede descomponer 2,30 y pensar que a treinta centésimos le faltan setenta centésimos para formar una unidad más. Este modo de pensar también es útil para alumnos que, acostumbrados a aplicar el algoritmo tradicional, se equivocan cuando encolumnan. Para 3_4 + ........ = 2 los alumnos podrían, por ejemplo, afirmar que tres cuartos y un cuarto más es uno, así que hay que agregar uno y un cuarto apoyándo-se sobre la reconstrucción del entero o sobre las relaciones de equivalencia: dos es ocho cuartos, que menos tres cuartos da cinco cuartos. En el caso e) del primer problema, podrían aparecer estrategias que permitan discutir sobre el significado de la fracción mayor que la unidad expresada como número mixto o sobre ciertos cálculos que combinen la descomposición del número con fracciones equivalentes convenientes, tal como se expresa en el siguiente diálogo.
  • 104. Nap Luego de resolver estas actividades, es conveniente indagar si estas estrategias pueden usarse en otros casos. Por ejemplo, plantear de qué modo conviene des-componer para resolver 7, 05 – 4,98 ó 4_5 + 1_2 + 2. En las actividades siguientes, se pretende que los alumnos puedan encontrar el resultado de multiplicaciones que no han resuelto antes, estableciendo rela-ciones con un cálculo del que se conoce el resultado. • Conociendo que 4 x 2,5 = 10, elegí el o los resultados que consideres correctos y justificá: a) 2 x 2,5 = 4,10 5 _5_0 10 ; b) 40 x 2,5 = 82,0 100 10 1_0_0 10 c) 0,2 x 2,5 = 0,410 0,05 0,50 _5_0 10 _5_0 100 d) 4 x 0,25 = 10 1 100 0,100; e) 0,4 x 0,25 = 10 1 0,010 0,01 • Sabiendo que 2,4 x 1,5 = 3,6 resolvé las siguientes operaciones haciendo cálculos mentales. Después controlá tus resultados usando la calculadora. 2,4 x 0,75 = 2,4 x 4,5 = 4,8 x 0,75 = 4,8 x 1,5 = • Seleccioná las operaciones cuyo resultado sea 25,75. Justificá en cada caso. 25 + _7_5 1000 = 0,2575 x 100 = 257,5 x 0,1 = 25 + 3_4 = 257,5 : 10 = Matemática 6 103 EJE Número y Operaciones Tres cuartos es un medio más un cuarto. Si agrego medio más, llego a uno y un cuarto más. Uno es cuatro cuartos, y un cuarto más... cinco cuartos, así que lo que le falta es dos cuartos.
  • 105. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología En la puesta en común, promoveremos que los alumnos formulen sus estrate-gias y los modos de verificar los resultados y puedan registrar las propiedades que se han puesto en juego. Por ejemplo: si uno de los factores se duplica el resultado dado también se duplica. Las situaciones en las que se trata de determinar la validez de las afirmaciones producidas por otros, promueven en los alumnos la búsqueda de argumentos y jus-tificaciones muy valiosas a la hora de establecer relaciones y formular conclusiones. Estas son algunas propuestas. 4 _• En un grupo, los chicos discuten sobre cuál es el mayor de estos dos números: 4,15 ó 17 . Analía dice: Yo pensé que 17 : 4 es igual a 16_4 + 1_ 4 y eso es 4 + 0,25 o sea 17 _4 es igual que 4,25, que es mayor que 4,15. Pablo explica: Yo hice 4,15 = _41_5 100 y _17_ 4 = _42_5 100 , por lo tanto este es el mayor. Belén afirma: Yo dividí 17 : 4 y eso me dio 4,2... y no seguí porque ese dos ya me dice que este número es mayor que 4,15. ¿Cuál de estos razonamientos creés que es correcto? ¿Por qué? Es importante que recuperemos las nociones que se usaron en estos razona-mientos: equivalencia de fracciones, comparación del valor de las décimas en 4 una expresión _decimal, descomposición de una fracción mayor que la unidad en fracciones equivalentes, utilizando la fracción equivalente a números naturales. Con una estructura similar, la actividad siguiente permitirá usar expresiones equivalentes 3= 0,75 = _7_5 100 , multiplicar y dividir por la unidad seguida de ceros y argumentar sobre la equivalencia entre dividir por 10 o multiplicar por 0,1. • ¿Estás de acuerdo con las siguientes justificaciones que hicieron algunos chicos para decir que 257,5 x 0,1 = 257,5 : 10? Marcela: 257,5 x 0,1 y 257,5 : 10 son equivalentes, porque multiplicar por un décimo es lo mismo que dividir por 10. Adrián: 257,5 x 0,1 y 257,5 : 10 son lo mismo, porque en la primera multiplico por uno y me da el mismo número, y después pienso qué décimo por décimo me da centésimo en el denominador y eso es _25_7_5 10 x 1_ 10 . Olivia: En el segundo veo 257,5 x 1:10, y 257,5 es el primer número y (1: 10) = 0,1 como en el primero, entonces me da el mismo resultado. • ¿Qué conocimientos usaron los chicos que hicieron estas justificaciones? En estas actividades, las descomposiciones y escrituras equivalentes de los núme-ros y las propiedades de las operaciones permiten controlar la validez de los resul-tados que se obtienen. La posibilidad de avanzar en la sistematización de 104 Serie Cuadernos para el aula
  • 106. Matemática 6 estrategias de cálculo para multiplicar y dividir fracciones y expresiones decimales requerirá además, pensar las fracciones como cocientes y recuperar la idea de “parte de parte”. Así, en la actividad anterior, un alumno puede asegurar que déci-mo 6 4 por décimo da centésimo, porque piensa en la décima parte de la décima parte. __De modo análogo, para calcular 3x 5los alumnos pueden descomponer en 3 x 1_4 x 5 x 1_6 , conmutar y pensar en la sexta parte de la cuarta parte de tres por cinco. En este caso, algún alumno podría pensar que la cuenta no se puede hacer, porque la cuarta parte de quince no da justo, lo que llevará a expresar el resultado como 1_ 24 x 15 = _15_ 24 , volviendo una vez más sobre la idea de fracción como cociente. Este mismo tipo de razonamiento permite avanzar en la multipli-cación de expresiones decimales. Plantear situaciones para sistematizar estrategias de cálculo Tal como ya señalamos en el apartado anterior, para lograr que los alumnos com-prendan algunos de los algoritmos usuales es esencial que propongamos pro-blemas de exploración en los que utilicen diferentes procedimientos para poner en juego las propiedades de los números y de las operaciones. Este trabajo es posible si los alumnos se han habituado a utilizar cálculos mentales, a elegir entre diversos procedimientos, a disponer de diferentes recursos de estimación y control de los resultados de las operaciones y a usar la calculadora. Este proceso de resolución y análisis por parte de los alumnos contribuirá al progreso de la utilización de estrategias más económicas de cálculo y a su sis-tematización. Las cuentas se convierten así en objeto de reflexión y estudio compartido en el aula y en este trabajo se negocian los avances y se realizan acuerdos tendientes al dominio de algunos algoritmos. A continuación, se transcribe una secuencia de actividades en la que un grupo de alumnos de 6° grado/año inició el trabajo comparando distintas formas de escribir 8_ 12 para terminar acordando una regla para sumar fracciones. Inicialmente, a cada grupo se le entregó una hoja donde aparecía un rectán-gulo con una parte pintada y un papel afiche para registrar las producciones, con la siguiente consigna: Expresar la parte sombreada mediante fracciones y ope-raciones entre fracciones (no está permitido hacer nuevas divisiones). Nap 105 EJE Número y Operaciones Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3
  • 107. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 106 Serie Cuadernos para el aula Grupo 4 Grupo 5 Grupo 6 Cuando el maestro consideró que el tiempo trabajado era suficiente, unos quin-ce minutos, les pidió a los grupos que expusieran la hoja con la parte sombrea-da y el afiche con los registros de las producciones. Luego observaron y regis-traron semejanzas, diferencias, aciertos y errores de las diferentes producciones y se fue discutiendo y reelaborando lo trabajado en los pequeños grupos. A modo de ejemplo, se transcriben algunas producciones y expresiones de los alumnos.
  • 108. Nap Matemática 6 —Las operaciones que más aparecen en primer lugar son sumas, luego restas. —En todos los gráficos se pintó ocho doceavos. —El resultado de todas las operaciones que aparecen debe dar ocho docea-vos, si no da es porque hay algo mal. (Algunos alumnos identifican 3_3 - 1_3 = 2_3 como erróneo, ya que no ven la equivalencia entre 8_ 12 y 2_3 ). —Las sumas de denominador doce son las que más aparecieron porque son más fáciles. En general, el orden en el que aparecían las fracciones escritas y las ope-raciones, estaba muy condicionado por cómo estaban dispuestas las partes sombreadas. Es más, cuando se comentó que en ningún afiche aparece 1_12+ 1_12+ 1_12+ 1_12+ 1_12+ 1_12+ 1_12+ 1_12 , los alumnos argumentaron que es válido, pero que es más cómodo asociar. Otros niños afirmaron que en las partes pintadas no se veía eso, porque los cuadraditos están pintados juntos. 107 EJE Número y Operaciones 2 6 __También se discutieron otras cuestiones, ligadas al vínculo entre el cálculo y el gráfico: —Nos parece que algunas cuentas las ponen para que les dé ocho doceavos y que no tienen relación con lo pintado, como en ( 4. 1) . 2. ¿Para qué ave-riguan la mitad si luego multiplican por dos?
  • 109. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 108 Serie Cuadernos para el aula Disponer de un repertorio de distintos cálculos de los que se sabe el resulta-do permite analizarlos y establecer relaciones entre los numeradores y denomi-nadores. De las producciones presentadas por los grupos y de los aportes rea-lizados en plenario, el docente fue rescatando aquellas preguntas y afirmaciones que consideró más potentes para avanzar hacia la sistematización de las estra-tegias de cálculo que se explicitaron. A modo de ejemplo se transcriben algunos registros de lo ocurrido en clase. Registro de clase Docente: —¿Por qué les parece que la suma de fracciones es la operación que más aparece? (Los alumnos comentan en pequeños grupos y luego se da el espacio para que un representante del grupo, elegido por la docente, exponga la respuesta.) Alumno del grupo 1: —Porque es más fácil ir tomando partes e ir agregando otras y luego sumarlas, que pensar en un todo y luego quitar lo que no está pintado. Alumno del grupo 2: —Porque las sumas con denominador 12 son más fáciles porque se suman los numeradores. Alumno del grupo 3: —Porque si tomamos todas las de igual denominador, que representan todas las partes iguales, se suman la cantidad de partes iguales por eso este tipo de sumas son las que más aparecen. Alumno del grupo 4: —Algunos ejemplos están repetidos en los afiches y faltan otros que también podrían ser ejemplos. Solo hace falta asociar o disociar. (Escribe 1_ 12 + 1_ 12 + 1_ 12 + 2_ 12 + 3_ 12 = en el pizarrón.) Docente: —Registren en sus carpetas 6 o más sumas de igual denominador. (Durante el trabajo individual, aunque físicamente sentados en grupo, se observa que algunos chicos copian los ejemplos que están en los afiches, otros inventan nuevas sumas, controlando que el resultado sea 8_ 12 y en un grupo se escuchan estos comentarios.) Alumno 1: —Es más fácil inventarlas que copiarlas del pizarrón. Alumno 2: —Sí, las de igual denominador. Alumno 3: —Hay que poner …_ 12 + …_ 12 + …_ 12 + …_ 12 = 8_ 12 dos, tres, cuatro sumandos y luego poner los numeradores a cada uno para que te de 8. Alumno 4: —Yo puedo simplificar el 8_ 12 y me da igual a 2_3 . 2_3 , no tiene denominador 12. Alumno 3: —Te da de igual denominador que se puede simplificar o no. Si te pinto siete doce, no se puede simplificar y te queda de igual denominador. Si todas las fracciones tienen igual denominador, sumás los numeradores y listo. Si te da una suma que da 1_2 12 , el resultado simplificado te da 1, uno no es una fracción, pero se lo puede escribir como fracción 1_2 12 .
  • 110. Nap Matemática 6 (En otro grupo se escuchan estos comentarios.) Alumno 5: —Si todas tienen igual denominador se suman los numeradores y listo. Alumno 6: —Claro porque cuando el denominador es igual es porque la parte que representa es igual y entonces se puede sumar los numeradores que indican cuantos de esas partes hay. Alumno 5: —¿Y cuánto me da, como en aquel caso, que tienen distintos los denominadores? Alumno 6: —Escribís en lugar de las fracciones que son equivalentes a esas, hasta tener a todas de igual denominador. Docente: —Vamos a recuperar el trabajo que acaban de hacer. Mientras ustedes trabajaron, yo fui escuchando comentarios interesantes y quiero someterlos a discusión. Si las fracciones que se suman tienen el mismo denominador, el resultado, ¿tiene que expresarse con ese denominador? ¿puede escribirse de otra manera? Es más, ¿puede no ser una fracción? (En plenario se acuerda que: para sumar fracciones es necesario que todas tengan el mismo denominador, porque eso significa que las partes son iguales. Entonces, se suman los numeradores y el resultado se puede escribir con una fracción de igual denominador, o con otra equivalente de distinto denominador o ser un número entero que también se lo puede expresar como fracción. El docente pide que escriban las conclusiones en las carpetas y, a continuación, que agreguen los ejemplos.) En otra clase, el docente propuso avanzar un poco más retomando algunas pre-guntas que habían surgido sobre cómo operar cuando las fracciones no tienen el mismo denominador. Después de acordar en sus grupos de trabajo, los alumnos expusieron sus conclusiones. 109 EJE Número y Operaciones Registro de clase Alumno 1: —Si las fracciones son de distinto denominador, hay que hacer otro paso más para hallar las equivalentes a las otras. Alumno 2: —Se busca el común denominador, se escriben las fracciones equivalentes a cada una de ellas, y al final cuando todas tienen igual denominador recién se suman los numeradores. Alumno 3: —En ese caso hay que encontrar fracciones equivalentes a las dadas, todas de igual denominador. (Otros alumnos manifiestan acuerdos, con las expresiones anteriores.) Docente: —Registren en sus carpetas al menos seis de las sumas que están en los afiches que tienen distinto denominador y expliquen por
  • 111. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología escrito cómo se puede realizar la cuenta cuando no se conoce el resultado. (Dos alumnos que “inventaron otras”, las escribieron en el pizarrón para que todos pudieran resolverlas.) En clases posteriores, se siguió trabajando con preguntas como: Si los siguien-tes números son denominadores de distintas fracciones: 6, 12, 24, 36, 96. ¿Cuál es el denominador común que eligen? ¿Por qué ese y no otro? En este proceso, que llevó casi una semana de trabajo, los alumnos fueron acercándose al algoritmo de manera reflexiva, apoyándose en sus conocimientos anteriores, lo que resulta fértil tanto en términos del tipo de trabajo matemático que se rea-liza como de la disponibilidad de distintas estrategias de cálculo. Otra actividad para analizar distintas estrategias de cálculo y compararlas con los algoritmos usuales, es pedir a los alumnos que elaboren un mensaje que dé cuenta del procedimiento utilizado para resolver un cálculo. Cada grupo de alum-nos recibe una tarjeta con una cuenta y deben decidir entre todos cómo escri-bir un mensaje para que otro grupo pueda hacer esa cuenta siguiendo el mismo procedimiento. Es importante destacar que debemos armar las tarjetas teniendo en cuenta las estrategias que han utilizado los alumnos en otras oportunidades y las pro-piedades que conocen, pero también debemos incluir nuevas escrituras o modos de organizar el cálculo para generar un problema. En este caso, mostramos ejemplos de tarjetas preparadas para analizar la multiplicación con expresio-nes decimales. 110 Serie Cuadernos para el aula Las estrategias que se presentan a los grupos A y C se apoyan en la propiedad distributiva de la multiplicación respecto de la suma.
  • 112. Nap Matemática 6 111 EJE Número y Operaciones La estrategia que se presenta al grupo B se basa en la descomposición en fac-tores y la aplicación de las propiedades asociativa y conmutativa de la multipli-cación. En la estrategia que se propone al grupo D se recupera la posibilidad de analizar la equivalencia entre 0,25 y 1_4 , aplicar luego la conmutatividad de la mul-tiplicación y reconocer la fracción como el cociente. En el caso del grupo E, el procedimiento utilizado es prácticamente el algoritmo convencional. Si la idea de parte de parte está disponible, la multiplicación entre dos expre-siones decimales no presentará dificultades, pues los alumnos ya han discutido antes que, por ejemplo, la décima parte de la centésima parte en la milésima parte y, por lo tanto: 6,4 x 4,25 = 64/10 x 425 /100 = 1/10 x 64 x 1/100 x 425 = 1/10 x 1/100 x 64 x 425 = 1/1000 x 64 x 425 = 64 x 425 : 1000 En el caso de los algoritmos para la división, si se recupera la idea de divi-siones equivalentes, no hace falta diferenciar los casos en los que el dividendo, el divisor, o ambos, son enteros o decimales. Solo basta con transformar el dividen-do y el divisor, de modo de obtener una división equivalente con divisor entero. Es decir, una vez más, la técnica experta y general se presenta como el cie-rre de los aprendizajes obtenidos a partir de todo un proceso de enseñanza que dura varios años y que, en este caso, se ha iniciado en 4º año/grado con los números naturales.
  • 113. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 112 Serie Cuadernos para el aula Para trabajar con la información En este apartado incluimos propuestas que toman la idea de tratar la informa-ción desde una perspectiva amplia que implica no solo cómo trabajar con los datos, sino también como obtener, organizar y representar conjuntos de datos. En principio, y como ya se ha expresado en Cuadernos anteriores, cada vez que se resuelve un problema se trata información. Por lo tanto, el análisis de los datos en un contexto es un aspecto propio de la resolución del problema, así como el modo en que estos se presentan (con enunciado verbal, gráficos o tablas), selección de incógnitas, número de soluciones (una, varias, ninguna, etc.). En este sentido, la variación en la presentación y en las preguntas asegu-ra una mejor posibilidad de resolución de situaciones fuera de la escuela, pues en general, los problemas que se deben resolver en estos casos, no se presen-tan con un enunciado. Además, modificar la tarea que debe realizar el alumno, también adecua la forma de trabajo de las situaciones con su tratamiento fuera de la escuela. Por ejemplo, muchas veces, para una cierta pregunta, no tenemos toda la información que permite elaborar su respuesta. Por otra parte, en el Segundo Ciclo las actividades ligadas a la obtención, organización y representación de conjuntos de datos enfrentan a los chicos con nociones que luego invertirán al estudiar estadística. Estas actividades, ya propuestas para años anteriores, comienzan con la inter-pretación de tablas y gráficos ya confeccionados, proponiendo luego pasar la información de una forma de presentación a otra incluyendo tablas, gráficos de barras y pictogramas. Estas representaciones permiten, con una sola mirada, establecer relaciones de proporcionalidad entre los elementos intervinientes en una situación determinada, asociándola visualmente con alguna característica de los mismos. En este año/grado, se podrá incluir también la interpretación de gráficos circulares sencillos. Los procedimientos que cuentan con el recuento de objetos (diagramas de árbol, tablas de frecuencia, etc.) y las formas de agruparlos o combinarlos (per-mutaciones o combinaciones) pueden ser trabajados por los alumnos a partir de situaciones que promuevan ese tipo de procedimientos, sin entrar en las defini-ciones formales de conceptos de estadística o de probabilidad. Plantear situaciones para establecer relaciones entre datos e incógnitas Una tarea interesante es la producción de problemas a partir de diferentes infor-maciones. Así, cuando un alumno produce un problema o lo transforma, inclu-yendo otros datos o ideando posibles preguntas, intervienen en el proceso tanto su posibilidad de interactuar con la información como el sentido matemático que le otorga a las nociones involucradas en el contexto planteado.
  • 114. Matemática 6 Por ejemplo, podríamos dar informaciones con referencia a un contexto y pedir a los chicos que formulen preguntas que se puedan responder con esos datos. También podemos ofrecerles cálculos realizados con algunos datos apor-tados por el contexto elegido y que ellos deban responder, si es posible, utilizan-do la información brindada o buscando nueva información. • Alicia quiere comprar una caja de sopa instantánea y encuentra en la góndola del supermercado dos del mismo gusto con información diferente. Lee las fechas de vencimiento y encuentra que ambas están en condiciones, pero al compararlas supone que la caja B fue elaborada con posterioridad a la caja A. Respondé a las preguntas que se hace Alicia. Nap 113 EJE Número y Operaciones CAJA A Contenido: 5 sobres de 10 g Información nutricional Valor energético (en kilocalorías) 29 Proteínas (en g) 0,5 Glúcidos (en g) 5,5 Lípidos (en g) 0,6 Fibra alimentaria (en g) 0,8 CAJA B Contenido: 5 sobres de 11 g Información nutricional Valor energético (en kilocalorías) 33,2 Proteínas (en g) 0,94 Glúcidos (en g) 6,28 Lípidos (en g) 0,46 Fibra alimentaria (en g) 0,85 a) Al comparar el contenido de un sobre de ambas cajas, Alicia ve que los sobres de la caja B contienen 1 g más, y que las calorías pasaron de 29 a 33,2 y piensa: ¿es verdad que el peso aumentó en un 10 %? b) Alicia sigue leyendo y se pregunta: ¿las calorías aumentaron en la misma proporción? ¿y los otros componentes? c) En la caja A, se informa que la sopa reúne el equilibrio nutricional propuesto por la pirámide alimentaria. Conseguí la información que necesites para analizar si esa información es cierta. d) ¿Sería posible incluir esa información en la caja B? En este caso, las preguntas son variadas y requieren que los alumnos realicen distintos trabajos, como analizar la validez de una afirmación, dar una respuesta aproximada, buscar información adicional. También es posible realizar una acti-vidad similar, a partir de los prospectos de medicamentos, como se presenta a continuación.
  • 115. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 114 Serie Cuadernos para el aula • El médico le ha dado a Juan Ignacio el siguiente recetario con las respectivas indicaciones. ¿Son suficientes las cajas indicadas en el recetario? En este caso, se hace necesario comparar información a través del cálculo para decidir una respuesta que no es numérica (alcanza, no alcanza, alcanza justo etc.), es decir, hace falta contextualizar en la situación los resultados numéricos. Otro análisis interesante sería averiguar cuáles son los datos irrelevantes, para dar respuesta a la pregunta planteada (125 mg; 5 mg). Como hemos planteado en Cuadernos anteriores, también es importante pre-sentar problemas donde la pregunta tiene más de una respuesta, para que los chi-cos no construyan la idea de que un problema tiene siempre una única solución. Para iniciar a los alumnos en un trabajo de probabilidad, es posible propo-ner un juego como el siguiente y promover luego el análisis de datos y la extrac-ción de inferencias.
  • 116. Matemática 6 “¿Qué sumas me convienen?”: armar conjeturas a partir de datos. Materiales: cada grupo contará con un par de dados y una cuadrícula como la siguiente. Nap 115 EJE Número y Operaciones 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12. Organización de la clase: grupos de 4 ó 5 integrantes. Desarrollo: antes de comenzar a jugar, cada alumno elegirá dos columnas encabezadas por un posible resultado de la suma de ambos dados. Los números que no hayan sido elegidos por los alumnos serán representantes de “jugadores fantasmas” y se marcará un punto en el cuadrito respectivo cada vez que salgan esos números. A su turno, cada jugador tira los dados y canta la suma obtenida. El integrante que eligió dicha columna pinta un cuadradito. Gana el jugador cuyo número haya completado las 10 casillas de su columna. Luego de jugar, promoveremos que los alumnos, mirando los distintos tableros completos del juego, respondan a la pregunta Si ahora volviéramos a jugar, qué números elegirían. Es probable que al comparar los diferentes tableros se observe que en general ganan las sumas que dan 6, 7 y 8. A continuación transcribimos un fragmento de una clase y algunas expresio-nes que aparecieron en la puesta común, luego que el docente preguntara: ¿Por qué creen ustedes que en muchos grupos ganaron las sumas, 6, 7 y 8?
  • 117. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 116 Serie Cuadernos para el aula Registro de clase Javier: —Yo elegí el 2 y solo esperaba que saliera el 1 + 1, en cambio Juan eligió el 6 y tenía más suerte porque le podía salir 3 + 3, 4 + 2 o 5 + 1. Sandra: —Porque siempre tiraba Juan. Docente: —Pero... ¿En los demás grupos, tiraban otros chicos? Marcos: —Porque tiramos pocas veces.... Docente: —Podríamos jugar a tirar más veces... Pero miremos en todos los cuadros: si sumáramos las tiradas de todos los grupos vemos que el dos salió mucho menos. Pensemos en el argumento que dijo Javier y discutan con sus compañeros: ¿cuántas sumas pueden dar 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10 ,11 y 12? (En el trabajo de los pequeños grupos se escuchan breves diálogos como los siguientes.) Alumno 1: —Nos conviene 6, 7, 8 porque tenés tres sumas que dan 6, tres que dan 7 y tres que dan 8. Alumno 2: —Sí, pero puede ser que no te salga. Alumno 3: —Entonces, cuanto más grande, tenés más posibilidades de que te salga. Alumno 4: —¡No! El dado tiene hasta 6. Alumno 3: —A nosotros nos salió muchas veces 6 + 6... ¡eso fue suerte! Alumno 4: —Sí, pero si elegís primero, ¿elegís el 12? Alumno 5: —No te conviene elegir el 2 y el 3, y tampoco el 11 y el 12, porque tenés una sola suma que te dan esos números. Alumno 6: —Van en orden los dos primeros (Se refieren a las sumas que dan 2 y 3.), tienen una sola suma posible, los dos que le siguen (Se refieren a las sumas que dan 4 y 5.) tienen dos sumas posibles y los del medio (Se refieren a las sumas que dan 6, 7 y 8.) tienen tres sumas posibles, después les siguen los que tienen dos sumas (Se refieren a las sumas que dan 9 y 10.) y con los dos últimos tienen la misma posibilidad que los dos primeros. En el momento de discusión se recuperarán algunas de las conclusiones expre-sadas por los grupos que permiten iniciar a los alumnos en el análisis de datos y en la extracción de inferencias, llegando a conclusiones tales como: —Hay números que tienen las mismas posibilidades de ganar o perder. Los números que te dan menos posibilidades de ganar son los números de los extremos, pero aunque elijas el 6, 7 o el 8 también podés perder. Queda todavía por discutir que si bien para el 2 y el 3 tienen una sola suma posible, al tirar los dados, el 2 tiene una única posibilidad de salir (1 en cada dado) y el 3 tiene dos posibilidades (2 + 1 y 1 + 2).
  • 118. Matemática 6 Así, este juego favoreció la conveniencia de interpretar información analizan-do datos concretos y formulando preguntas que los inicia en nuevos problemas donde se pueden hacer predicciones y contrastarlas con los resultados. Plantear situaciones para obtener y organizar datos Desde su origen, la estadística se ocupó del registro ordenado y sistemático de datos, pero sin embargo estuvo más relacionada con la política y la economía que con la matemática. En la sociedad tecnológica actual, la destreza en la lectura crítica de datos es una necesidad, ya que diariamente se encuentran tablas y gráficos en la prensa y otros medios de comunicación referidos tanto al comercio, como a temáticas de otras disciplinas. ¿Quién no ha visto un gráfico de barras que ilustre la evo-lución del precio del petróleo año a año, o los canales de TV más vistos por los argentinos, o un gráfico circular que muestra el porcentaje de votos que obtuvo cada candidato? Es precisamente la estadística la que brinda la oportunidad de dominar estos conjuntos de datos y hacerlos utilizables. Para ello, es necesario llevar a cabo un proceso de organización y análisis que permita comprender el funcionamiento de ciertas poblaciones. El trabajo de estadística27 en el aula podría estar vinculado a discutir y resol-ver el problema de definir y describir una muestra como así también inferir con-clusiones a partir de los datos que se han representado. En el análisis de la información, es importante distinguir si los datos hacen referencia a todos los elementos que son objeto de estudio o solo a una parte de ellos. Si la informa-ción da cuenta de la totalidad de los elementos del conjunto en cuestión, se trata de una “población”. Si, en cambio, se ha elegido un subconjunto de la población que permite inferir características de esta, se ha trabajado con una “muestra”. En el Primer Ciclo, cuando los chicos juegan a los dados o se realiza una vota-ción, por ejemplo, para elegir el nombre de la biblioteca del aula, y se registran en una tabla los puntos o votos obtenidos, se inician las actividades para obte-ner y organizar datos. Otras actividades implican la interpretación de tablas y gráficos ya confeccio-nados. En este sentido, en 5º año/grado, se han incluido actividades para inter-pretar los gráficos estadísticos denominados gráficos de barra y pictogramas. Nap 117 EJE Número y Operaciones 27 Recomendación de lectura: véase “Nociones de estadística”, en: Ponce, H. (2000), Enseñar y aprender Matemática. Propuestas para el Segundo Ciclo, Buenos Aires, Novedades Educativas.
  • 119. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 118 Serie Cuadernos para el aula En 6º año/grado, es posible incluir la interpretación y producción de gráficos de torta o circulares. Esta representación, al igual que los gráficos de barra y los pictogramas, permite apreciar las variaciones en forma rápida y visual, pues se usan escalas que conservan la proporcionalidad entre las magnitudes que inter-vienen en la situación. En el caso de los gráficos de torta, intervienen dos variables, una cualitativa que se suele representar con distintos colores para cada valor y otra variable cuantita-tiva. Esta última se representa con diferentes amplitudes de sectores circulares, que se traducen antes en porcentajes de la magnitud correspondiente, conside-rando con 100% los 360° de la vuelta completa. En este sentido, podemos proponer actividades de interpretación de diferen-tes niveles de complejidad. Una primera alternativa es considerar la representa-ción del resultado de una votación que tiene la ventaja en términos de asignación de significado por parte de los alumnos, de ser similares a las que aparecen en los medios de comunicación cuando se realizan elecciones de autoridades. En este caso, la variable cualitativa o nominal es “la lista por la que vota” y la cuantitativa “el número de votos obtenidos”, con números naturales. • El siguiente gráfico muestra la información recogida, al comenzar las clases, por el profe de Educación Física, quien preguntó a sus alumnos de 6º año cuál es su deporte favorito. Ningún alumno dejó de responder y cada uno eligió un solo deporte como favorito. Analizá el gráfico y luego respondé a las preguntas. a) ¿Cuántos alumnos respondieron la pregunta? b) ¿Cuáles son los deportes favoritos de los alumnos?
  • 120. Nap Matemática 6 c) ¿Cuál es el deporte que menos les gusta? d) ¿Qué deportes les gustan menos que el voley? e) ¿Cuántos alumnos prefieren basquetball o voley? f) ¿Cuántos alumnos prefieren los deportes de equipo? g) ¿Qué deporte es preferido por el triple de los alumnos que ahora prefieren natación? Algunas preguntas se pueden responder comparando simplemente la altura de las barras en tanto que otras apuntan a obtener información numérica, como a), e), f) y g). También podemos pedir que formulen preguntas que se puedan res-ponder a partir de este u otros gráficos. Con el fin de cuestionar uno de los supuestos que los alumnos sostienen al resolver situaciones respecto de si una afirmación es “la falsa” entonces la otra es la verdadera, es posible dar interpretaciones erróneas del gráfico para que los chicos analicen la veracidad de las mismas. Por ejemplo, a partir de la siguiente consigna. • Juan dice que el triple de los alumnos prefieren basquetball a maratón y Gabriel dice que el triple de los alumnos prefieren natación a handball. ¿Quién tiene razón? En este caso, ambas afirmaciones son falsas, pero los errores cometidos apun-tan en un caso a la lectura del eje vertical y en otro a la interpretación del texto. A partir de esta actividad, es posible proponer a los alumnos que realicen la misma encuesta en otro año/grado. Si la información recogida pretendiera ser usada por alumnos que escribirán artículos para el periódico escolar con los siguientes títulos Qué deporte es el más elegido entre los chicos, Las nuevas generaciones y los deportes grupales o bien Todos los chicos practican depor-tes, sería posible abrir la discusión respecto de la elección del tipo de represen-tación según la información que se pretende mostrar más claramente. Otra opción es presentarles 2 ó 3 gráficos diferentes y sin datos, y pedirles que indiquen cuál es el que corresponde a una situación determinada. 119 EJE Número y Operaciones
  • 121. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 120 Serie Cuadernos para el aula Cabe destacar que muchas veces se manipula la información mediante el uso intencional de determinadas formas de representación. En algunos casos, el tipo de gráfico hace que se distorsione la información. Así, por ejemplo, en un gráfico circular es diferente si es bidimensional que si está en 3D y en perspectiva. En otros casos, cuando se utilizan gráficos de barras o columnas, lo que muestran los gráficos depende de la escala que se elija y del origen de coordenadas.28 Un ejemplo de actividad de mayor complejidad que la anterior es el que resul-ta de incluir números racionales. En este sentido, se podrían proponer distintas actividades a partir de tablas como las siguientes. • Analizá los siguientes cuadros y luego respondé. Gases fundamentales de la atmósfera Nitrógeno (N2) 78,08 % Oxígeno (O2) 20,95 % Argón (Ar) 0,93 % Neón, Helio, Kriptón 0,0001 % Superficie de la Tierra cubierta por cada océano Océanos Superficie (km2) Pacífico 165.000.000 Atlántico 82.000.000 Índico 73.000.000 Antártico 20.000.000 Ártico 14.000.000 a) ¿Es posible construir un gráfico circular que muestre con claridad la información de cada tabla? ¿Por qué? b) Cuando sea posible, construí el gráfico. c) ¿Qué relación tienen los componentes de la atmósfera con las posibilidades de vida sobre la Tierra? d) Conseguí la información que necesites y construí un gráfico de torta que permita comparar a simple vista la superficie de la Tierra cubierta de agua con la que corresponde a los continentes. 28 En Propuestas para el aula. Material para el docente. Matemática. EGB 2. Programa Nacional de Innovaciones educativas del Ministerio de Nación. En la propuesta ¡Salven la merluza!, se pro-pone una actividad interesante al respecto.
  • 122. Nap Matemática 6 Los valores expresados en la primera tabla son muy diferentes, por tanto resul-ta complejo incluir todos los valores de la variable nominal en el gráfico circular. Al intentar volcar la información en un gráfico circular, una discusión que no puede faltar consistiría en la necesidad de aproximar algunas cantidades para hallar los porcentajes que facilitarían la confección de los mismos. En Ciencias Naturales, en el Eje “La Tierra, el Universo y sus cambios” es posi-ble que aparezca información organizada de diferente manera, tabla, gráfico circular, de barras o pictograma. Una intervención posible, en esos casos, es preguntar si dicha información era posible representarla de otra manera y qué ventajas podría tener hacerlo. 121 EJE Número y Operaciones
  • 123. El reconocimiento y uso de relaciones espaciales y de sistemas de referencia. El reconocimiento de figuras y cuerpos geométricos y la producción y el análisis de construcciones considerando las propiedades involucradas. La comprensión del proceso de medir, considerando diferentes expresiones posibles para una misma cantidad. El análisis y uso reflexivo de distintos procedimientos para estimar y calcular medidas nap
  • 125. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología Serie Cuadernos para el aula 1 La complejidad de la tarea estará dada por el repertorio de figuras y propiedades involucradas y por los materiales que se utilicen. 2 La complejidad de las afirmaciones estará dada por el repertorio de figuras y propiedades invo-lucradas, promoviendo el avance desde comprobaciones empíricas (plegados, superposiciones, comparación de dibujos o usando regla o compás, mediciones) hacia argumentaciones más generales, utilizando propiedades conocidas. EJE Geometría y Medida Los saberes que se ponen en juego Para que los alumnos puedan aprender los saberes incluidos en los Núcleos de Aprendizajes Prioritarios es necesario que propongamos situaciones de ense-ñanza en las que se pongan en juego distintos aspectos de los mismos. Se trata de que los conocimientos matemáticos se introduzcan en el aula asociados con los distintos problemas que permiten resolverlos, para luego identificarlos y sis-tematizarlos. Esto es: • Ubicar puntos en el plano en función de un sistema de referencia dado. • Interpretar, elaborar y comparar representaciones del espacio (croquis, pla-nos) explicitando las relaciones de proporcionalidad utilizadas; teniendo en cuenta las relaciones espaciales entre los elementos representados. • Describir, comparar y clasificar figuras en base a las propiedades conocidas. • Producir y comparar desarrollos planos de cuerpos argumentando sobre su pertinencia. • Copiar y construir figuras1 a partir de diferentes informaciones sobre propie-dades y medidas utilizando compás, regla y transportador y escuadra evaluando la adecuación de la figura obtenida. • Ampliar y reducir figuras explicitando las relaciones de proporcionalidad invo-lucradas. • Componer y descomponer figuras y argumentar sobre las propiedades de las figuras obtenidas utilizando las de las figuras iniciales. • Analizar afirmaciones2 acerca de las propiedades de las figuras y argumentar sobre su validez.
  • 126. Nap Matemática 6 • Estimar y medir efectivamente cantidades, eligiendo el instrumento y la uni-dad en función de la precisión requerida3. • Argumentar sobre la equivalencia de distintas expresiones para una misma cantidad, utilizando las relaciones de proporcionalidad que organizan las unidades del SIMELA. • Calcular cantidades, estimando el resultado que se espera obtener y evaluan-do la pertinencia de la unidad elegida para expresar el resultado. • Elaborar y comparar procedimientos para calcular áreas de polígonos, estable-ciendo equivalencias entre figuras de diferente forma mediante composiciones y descomposiciones para obtener rectángulos. • Analizar la variación del perímetro y del área de la figura cuando varía la lon-gitud de sus lados. Propuestas de enseñanza En este apartado, intentamos precisar el alcance y el sentido de los conocimien-tos que se priorizan en el Eje “Geometría y Medida”. Para ello, proponemos algu-nos ejemplos de actividades para desarrollar en el aula y de producciones de los niños. Además, presentamos posibles secuencias de actividades que muestran el tipo de trabajo matemático propuesto desde el enfoque explicitado en el ini-cio de este Cuaderno.4 Para establecer y representar relaciones espaciales Cuando se habla de “enseñanza de la Geometría”, en la escuela generalmente se hace referencia a dos campos de conocimientos: el de los conocimientos que el niño necesita para controlar sus relaciones habituales con el espacio, conocido como “estructuración del espacio” y el de los “conocimientos geométricos propia-mente dichos”. A pesar de las diferencias entre el conocimiento geométrico y el conocimiento espacial, ambos están fuertemente vinculados. El estudio histórico muestra que la geometría euclidiana surgió a partir de la resolución de problemas espaciales ligados a la medida de espacios físicos. Sin embargo, la Geometría se 3 Se incluyen las construcciones de figuras geométricas y la elaboración de gráficos estadísticos. 4 En reiteradas ocasiones se propondrán actividades a partir de lo que se ha realizado en el año/grado anterior. En los casos en que los chicos no hayan realizado dicho trabajo u otro simi-lar, es conveniente consultar Cuadernos para el aula: Matemática 5 para que, en función de los conocimientos del grupo, el docente decida cómo adaptar la propuesta que allí se incluye. 125 EJE Geometría y Medida
  • 127. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 126 Serie Cuadernos para el aula desarrolló desprendiéndose de sus orígenes espaciales y su objeto de estudio es, actualmente, un espacio ideal con objetos teóricos que obedecen a las reglas del trabajo matemático. La construcción del espacio, considerado como un proceso cognitivo de interac-ciones, se desarrolla desde un espacio intuitivo en el que se manipulan objetos, se efectúan desplazamientos, medidas, cálculos espaciales de un espacio conceptua-lizado o abstracto, relacionado con la capacidad de representar internamente el espacio, reflexionando y razonando propiedades geométricas, adoptando diferentes sistemas de referencia y anticipando relaciones. El dominio del espacio, es decir, la posibilidad de control eficaz de las relaciones del sujeto con el espacio sensible, se facilitará si dispone de los conocimientos geométricos que podrá poner en juego para resolver los problemas a los que se enfrente. La resolución de problemas se apoya en la modelización del espacio en cuestión. El mundo físico tiende a ser expli-cado a través de modelos matemáticos y la Geometría es muy útil en estos casos. La Geometría se ha constituido en parte como una modelización del espacio físico. A ella le compete la particular relación entre los datos que se obtienen a través de la percepción y la medición del espacio físico y de los objetos teóricos (figuras, cuerpos, etc.), así como la formulación de sus propiedades que funcionan en la Matemática. Podemos afirmar, entonces, que el sentido del espacio se inicia en los niños a través de la experiencia directa con los objetos del espacio circundante, pero es necesario enriquecer esos conocimientos a través de actividades que impli-quen representaciones del espacio, transformaciones, discusión de ideas, con-jeturas y comprobación de hipótesis, priorizando la anticipación y el control de las acciones sobre el espacio. El trabajo en el aula tendrá la intencionalidad de que los alumnos logren desarrollar una concepción del espacio que les permita un control adecuado de sus relaciones espaciales a partir de plantearles problemas relativos al espacio que puedan resolver a partir de sus concepciones espontáneas. Como ya hemos afirmado al comienzo de este Cuaderno, el sentido de un conocimien-to está vinculado a las nociones que se ponen en juego para resolver un pro-blema. En este caso, las situaciones pueden ser tomadas de la vida cotidiana o del contexto propio de la Geometría5. La propuesta para 6º año/grado es continuar el trabajo ya iniciado sobre las representaciones del espacio, para avanzar en el uso de sistemas de referencia para la ubicación de puntos en el plano. 5 Recomendación de lectura: véase el apartado “Los contextos” en “Enseñar Matemática en el Segundo Ciclo” de este Cuaderno.
  • 128. Nap Matemática 6 Plantear situaciones para ubicar puntos en un sistema de referencia Las experiencias de ubicación de objetos en el espacio realizadas en años ante-riores sirven de base para determinar la posición de un punto en el plano o en el espacio. Si bien cada una de las relaciones espaciales es importante en sí misma, para la estructuración del espacio y para los saberes prácticos de los alumnos, la construcción de un sistema de coordenadas es el modelo matemá-tico que resuelve el problema de la representación. Hay diferentes maneras de definir un sistema. Por ejemplo, para ubicar una ciudad sobre la superficie de la Tierra, se usan dos coordenadas: latitud y longitud, definidas a partir del sistema dado por el Ecuador y el meridiano de Greenwich. Asimismo, para ubicar la posi-ción de una ciudad sobre una ruta, se indica el número de la ruta y la distancia a partir de un punto de origen que, en el caso de nuestras rutas nacionales, es el Congreso de la Nación, en la Ciudad de Buenos Aires. En tanto que para ubi-car un punto en el plano, usualmente se utiliza el sistema de coordenadas rec-tangulares, también llamado sistema de coordenadas cartesianas debido al filó-sofo y matemático René Descartes que introdujo su uso hacia 1600. A veces, se desea establecer mediante coordenadas una calle o un edificio en el plano de la ciudad y se usa un sistema de referencias combinando núme-ros y letras. Si los alumnos no conocen este tipo de sistema, es conveniente que lo exploren antes de trabajar sobre la localización de puntos. Con el fin de que los alumnos adviertan la necesidad de definir dos coorde-nadas para determinar un punto en el plano en un sistema de referencias y puedan apropiarse de la noción de par ordenado, podemos proponer actividades como las que se incluyen en la siguiente secuencia. Secuencia para avanzar en el uso de coordenadas: “Ubicar posiciones” Si los alumnos hubieran trabajado en años anteriores con cualquiera de las pro-puestas más sencillas del tipo “Batalla naval” y “Batalla geométrica”6, en las que utilizaron referencias que combinan una letra y un número para ubicar una cua-drícula determinada, es posible recordar dicha actividad y comenzar esta secuencia desde la segunda actividad. En caso contrario, se recomienda comen-zar por la primera actividad. 6 Recomendación de lectura: estas propuestas se encuentran en el apartado “Plantear situacio-nes para ubicar posiciones en función de distintas referencias”, en “Para establecer y represen-tar relaciones espaciales”, de Cuadernos para el aula: Matemática 4 y Cuadernos para el aula: Matemática 5. 127 EJE Geometría y Medida
  • 129. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 128 Serie Cuadernos para el aula Actividad 1 Se les plantea a los chicos que, en pequeños grupos, discutan cómo armar un código secreto para enviar mensajes utilizando, por ejemplo, una cuadrícula como la siguiente: 9 C F R G L O M I H K 8 B D J H N Ñ Z X V U 7 A T S R P J K E O G 6 H Q N Y U V B U S N 5 O G U M S I W R D X 4 T E K S A T F M J V 3 R P O C Q E L N U Y 2 J U L Z H Q I A P E 1 Ñ M V X O I T L C Q 0 E W S B D R G Z F A 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 Se puede proponer a los alumnos que luego elaboren un mensaje para que otro grupo pueda descifrarlo, utilizando los números del tablero como referencias para localizar las letras. Durante el primer intercambio habrá que discutir la nece-sidad de acordar en qué orden se usan los números, ya que para este tablero, por ejemplo, el par (2; 5) podría indicar una U o una Q. Actividad 2 “Descubrir la clave”: ubicar puntos en el plano. Materiales: cada grupo contará con papel del tamaño de una cartulina y un cartoncito o varilla de madera de 10 cm que funcionará como unidad. Organización de la clase: la clase se dividirá en un número par de grupos, de 4 ó 5 integrantes cada uno. Desarrollo: como se trata de un juego de comunicación, antes de comenzar a jugar se enumeran los grupos y se establece quiénes intercambiarán entre sí sus producciones. Cada grupo recibirá una tarjeta distinta con cinco consignas, que deberán ser resueltas en la cartulina. Por ejemplo:
  • 130. Nap Matemática 6 • Dibujen: a) Un punto a a una distancia de 4 unidades con respecto al borde inferior. b) Un punto b a una distancia de 3 unidades con respecto al borde vertical derecho. c) Un punto c a una distancia de 5 unidades con respecto al borde vertical izquierdo. d) Un punto d a una distancia de 2 unidades con respecto al borde vertical izquierdo y de 4 unidades con respecto al borde inferior. e) Un punto e a una distancia de 3 unidades con respecto al borde vertical izquierdo y a 5 unidades con respecto al borde inferior. Una vez que los distintos grupos hayan resuelto las consignas, se intercambian las cartulinas. Cada grupo receptor deberá producir el mensaje que supone que recibió el grupo que marcó los puntos en la cartulina. Se escriben las consignas y se entregan al grupo emisor. Cada grupo obtiene un punto por cada consigna bien escrita. Gana el grupo que obtenga el mayor puntaje. Seguramente, una de las primeras dificultades de los grupos será determinar cuál se considera el borde inferior de la cartulina, cuestión que podría discutirse al plantear las consignas. En el momento de reflexión posterior al juego podremos plantear preguntas como las siguientes: ¿En qué casos hubo diferencias entre las consignas? ¿Por qué? ¿En qué casos pudieron determinar los puntos sin dificultad? ¿Cuántos datos es necesario definir para ubicar un punto en la hoja de papel? ¿Qué ocurre si se cambia el orden de los datos en relación al punto que se determina? El objetivo del juego es que los alumnos descubran que para fijar un punto en el plano hay que definir dos coordenadas, dado que con solo una hay infinitas posiciones del punto y que cada coordenada indica la distancia del punto en relación con cada borde de la cartulina, que luego se vincularán con los ejes7. 7 Recomendación de lectura: véase el apartado “Las representaciones” en “Enseñar Matemática en el Segundo Ciclo” de este Cuaderno. 129 EJE Geometría y Medida
  • 131. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 130 Serie Cuadernos para el aula Según los conocimientos disponibles de los alumnos, podríamos incluir con-signas con expresiones fraccionarias, como dibujen un punto M a 3 unidades y media con respecto al borde inferior o dar unidades de distinta longitud, para concluir luego que la posición del punto queda determinada en función de las unidades que se definen para los ejes. En este punto del trabajo es necesario precisar que el sistema de coordena-das es una convención con ciertas condiciones. Así, por ejemplo, el sistema de coordenadas cartesianas ortogonales está formado por un par de ejes per-pendiculares sobre los que se define un segmento unidad y, en forma equidistan-te, se representan los números. Es decir, son dos rectas numéricas que se cortan en un punto llamado origen del sistema. El eje horizontal es el de las abscisas y el eje vertical, el de las ordenadas. Todo punto del plano puede ubicarse por medio de un par ordenado de núme-ros llamados coordenadas del punto. Para ubicar, por ejemplo, el punto P (3; 2), tomamos el primer elemento del par, 3, como la abscisa del punto y el segundo elemento del par, 2, como la ordenada del punto. Actividad 3 Otra actividad que podemos plantear, para que los chicos utilicen lo aprendido y ubiquen puntos en el sistema de ejes, es un juego como el siguiente. “Un mensaje con puntos”: ubicar los vértices de figuras geométricas. Materiales: cada grupo contará con una tarjeta con una determinada figura sobre un sistema de ejes, y otra tarjeta en la que solo esté dibujado el sistema de coordenadas de las mismas dimensiones que el sistema anterior. Por ejemplo:
  • 132. Nap Matemática 6 Tarjeta 1 Tarjeta 2 Organización de la clase: en un número par de grupos, de 4 ó 5 integrantes. Desarrollo: cada grupo recibirá una tarjeta con una figura del tipo de la tarjeta 1 y tendrá que elaborar un mensaje para que el grupo receptor pueda construir la figura. El mensaje no podrá contener dibujos ni el nombre de la figura. Al intercambiar los mensajes, los grupos que ahora funcionan como receptores recibirán otra tarjeta como la 2 en la que estará dibujado el sistema de ejes sobre el que dibujarán la figura. Cuando hayan terminado de dibujar la figura, los emisores y receptores que forman el mismo equipo se reunirán para comparar las producciones. Este tipo de actividad promueve que los alumnos reconozcan que las coordena-das de un punto son un recurso útil para definir los vértices que permiten la construcción de la figura. Para complejizar esta actividad, podemos tener en cuenta los contenidos abor-dados en otros apartados, como “Plantear situaciones para comparar cantida-des y números” donde se debe ubicar el vértice entre dos valores enteros determinados en los ejes o en “Plantear situaciones para reproducir figuras”, ya que las figuras pueden ser variadas: cóncavas y convexas. Si quisiéramos aprovechar el trabajo sobre coordenadas para avanzar en el estu-dio de las propiedades de las figuras podríamos incluir actividades como las siguientes. 131 EJE Geometría y Medida
  • 133. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 132 Serie Cuadernos para el aula • a) Julián y Marina estaban jugando al juego de los mensajes, y al ver las coordenadas de los vértices de la figura que recibieron en el mensaje, dijeron que es una figura simétrica. ¿Vos que pensás?, ¿tienen razón Julián y Marina? b) Los chicos que recibieron el mensaje de Julián y María dicen que antes de dibujar la figura, ya saben que es un cuadrado. ¿Cómo creés que se dieron cuenta? • a) Completá las coordenadas de los puntos que faltan para que la figura sea un cuadrado. A: (5;10) B: (5;4) C: (…;…) D: (…;…) b) Completá las coordenadas de los puntos que faltan para que la figura sea un rectángulo. M: (0;3) N: (…;…) P: (6;5) Q: (…;…) c) Explicá por escrito cómo pensaste en a) y en b) y luego discutí tu propuesta con un compañero. d) Discutí en grupo cómo se definirían las coordenadas de los vértices de un rombo. Escriban entre todos un ejemplo y luego verifíquenlo, dibujando el rombo en un sistema de coordenadas.
  • 134. Nap Matemática 6 Cuando, en la discusión final explicitemos los procedimientos de los alumnos resultará interesante que propongamos la discusión acerca de dónde se ubican los puntos cuando una de las coordenadas es cero. Como así también las seme-janzas y diferencias de las coordenadas de los puntos que definen lados con-gruentes de una figura. Plantear situaciones para producir e interpretar representaciones a escala En 6º año/grado, los alumnos seguramente ya han interpretado algunas repre-sentaciones a escala, como mapas o planos8, pero es probable que no hayan explicitado las relaciones de proporcionalidad que han utilizado. El trabajo plan-teado en el Eje “Número y Operaciones”, a propósito de la proporcionalidad, nos habilita ahora a realizar un análisis con mayor profundidad que, a la vez, permite articular estos ejes y ampliar el sentido de las nociones involucradas. En princi-pio, y para profundizar el conocimiento de los sistemas de coordenadas, se podría analizar la importancia de mantener una escala en dichos sistemas plan-teando una actividad como la siguiente. • Observá la figura que sigue: 8 Recomendación de lectura: actividades de este tipo pueden encontrarse en el apartado “Plantear situaciones para producir e interpretar representaciones del espacio bi y tridimensio-nal” incluido en “Para establecer y representar relaciones espaciales” de Cuadernos para el aula: Matemática 5. 133 EJE Geometría y Medida
  • 135. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 134 Serie Cuadernos para el aula a) Discutí con un compañero cómo resultará la figura, si cambian la escala de los ejes así: - conservando la unidad en el eje x y reduciendo a la mitad la unidad del eje y. - reduciendo a la mitad la unidad del eje x y conservando la del eje y. b) Una vez que acuerden cómo piensan que van a quedar las figuras, verifíquenlo dibujando los sistemas y las figuras con las mismas coordenadas que las dadas. Las figuras obtenidas por los alumnos no mantendrán la forma original. Una vez realizada esta exploración, podremos pedir a los niños que anticipen qué ocurre con la figura, si ambas escalas se modifican respetando la misma regla, por ejemplo la mitad de la unidad para el eje x y para el eje y. También se podrí-an presentar ampliaciones y reducciones de la figura para que los alumnos determinen cuál es la constante de proporcionalidad utilizada y adviertan cómo se modifica el tamaño si este número es mayor o menor que 1. En el apartado “Plantear situaciones para analizar relaciones de proporcionali-dad” de este Cuaderno se afirmó que nuestra tarea no consiste en comunicar y mostrar a los alumnos cómo funciona la regla de tres para aplicarla a este tipo de problemas, sino que deberemos generar situaciones, en este caso, de ampliaciones y de reducciones, donde estas estrategias se pongan en juego y promover la reflexión sobre las propiedades que actúan como instrumentos de resolución. Solo de esta manera los chicos podrán dominar las reglas para luego decidir cuál usar según los números que aparecen.
  • 136. Matemática 6 Si consideramos que la figura es muy compleja, podríamos reemplazarla por un cuadrado, un rectángulo u otro polígono. Esto permitiría, a la vez, analizar cuá-les son las propiedades de la figura que se mantienen (amplitud de los ángu-los, paralelismo de los lados) y cuáles se modifican (longitud de los lados), cuando se realizan ampliaciones o reducciones. Estos aspectos también podre-mos retomarlos cuando se analicen las actividades planteadas en los aparta-dos “Plantear situaciones para construir figuras con distintos procedimientos” y “Plantear situaciones para avanzar en la exploración de relaciones entre perí-metros y áreas” en este mismo Eje. Podríamos complejizar las actividades sobre planos, por ejemplo al incluir la consideración de la escala en la siguiente consigna: • Ubicá en este plano, en el que se representa una sala de computación y video de 7 m de ancho por 15 m de largo, los siguientes objetos: cinco mesas de computadora, de 1 m x 60 cm, a la derecha de la puerta de entrada, otras 2 mesas en la pared donde están las ventanas, una mesa rectangular de 1 m x 2,50 m con 8 sillas alrededor, en el centro de la sala y por último, una mesa para ubicar la TV y la reproductora de videos en una esquina. Nap 135 EJE Geometría y Medida En este caso, los alumnos tendrán que descubrir la escala utilizada en el plano que se adjunta, para luego aplicarla al mobiliario que deben incluir en dicho salón. Podríamos aprovechar el trabajo realizado en Ciencias Sociales a propósito de la interpretación de mapas y el uso de distintas escalas. Por ejemplo, en Cuadernos para el aula: Ciencias Sociales 6, en el Eje “Las sociedades a través del tiempo”, se estudian las políticas impulsadas por el Estado nacional para desarrollar la economía agroexportadora. Asimismo, en los mapas con redes ferroviarias de Argentina, se puede observar su confluencia en Buenos Aires y la mayor densidad en la zona pampeana que en otras regiones.
  • 137. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 136 Serie Cuadernos para el aula Para avanzar en el conocimiento de las figuras y de los cuerpos geométricos Pensar en una propuesta de enseñanza acerca de las figuras bi y tridimensiona-les nos lleva a plantearnos ciertos interrogantes: ¿Qué significa estudiar figuras? ¿Reconocerlas, recordar sus nombres? ¿Enunciar sus propiedades o clasificar-las? ¿Cómo favorecer en los alumnos la construcción del concepto de cuerpo geométrico?9 Cuando los niños ingresan en la escuela, consideran las figuras como dibu-jos, es decir que su reconocimiento está basado en la percepción; así, por ejem-plo, reconocen al cuadrado en forma global sin percibir las propiedades que lo caracterizan. Las relaciones entre dibujo y figura son complejas y se van modificando en función de los conocimientos que los niños van elaborando: cada uno identifica en el dibujo las propiedades del objeto geométrico de acuerdo a los conocimien-tos que posee y, a medida que evolucionan sus conceptualizaciones, las propie-dades del objeto geométrico que ese dibujo representa se tornan más observa-bles. Esta evolución es producto de un proceso de aprendizaje que supone la resolución de problemas que exijan y posibiliten la elaboración del conocimien-to del que los niños tienen que apropiarse. Muchos autores han hecho explícitas las diferencias entre dibujo y figura. Entre ellos, Parzysz10: afirma que la figura es el objeto geométrico descrito por el texto que la define, una idea, una creación del espíritu, en tanto que el dibu-jo es una representación de este objeto. A propósito de las relaciones entre dibujo y figura es también interesante destacar que, muchas veces, un dibujo no da cuenta de todas las propiedades y relaciones planteadas en un problema. En otros casos, los alumnos infieren pro-piedades del dibujo que no forman parte del objeto geométrico que están ana-lizando. Por ejemplo, la posición del dibujo con respecto a la hoja de papel. Para muchos niños, un cuadrado “torcido”, deja de ser cuadrado. Si bien en el Primer Ciclo el tratamiento de las figuras como dibujos será pre-ponderante, es importante que en el Segundo Ciclo, desde la propuesta de enseñanza, los alumnos tengan oportunidad de enfrentarse a situaciones que les exijan hacer anticipaciones, tomar decisiones basadas en conocimientos 9 Recomendación de lectura: véase Itzcovich, H. (2005), Iniciación al estudio didáctico de la Geometría, Buenos Aires, Libros del Zorzal. 10 Citado en Laborde, C. y Capponi, B. (1994), “Cabri-Geometre Constituant d´un millieu por láprentissage de la notion de Figure géometrique”. Recherches en Didactique des Mathématiques, Vol. 14, 12. París, La Pensée Sauvage Editions.
  • 138. Matemática 6 geométricos y encontrar la manera de validarlas. En ese proceso, las construc-ciones ocupan un lugar esencial y el dominio de ciertas habilidades, como el uso de instrumentos o la precisión en el trazado, debe estar subordinado al aprendi-zaje de los conceptos y relaciones. Entre los problemas que podemos proponer, distinguiremos los que implican construcciones, para los cuales es preciso que los alumnos elaboren las propie-dades de las figuras, de otros problemas, en los que se usan las propiedades ya conocidas. Para resolver los primeros, buscaremos que los alumnos anticipen resultados sin recurrir a la experiencia de medir. El hecho de no recurrir a la experiencia sensible implica asumir que las relaciones que se establecen son independientes de las medidas. De modo similar, la actividad de clasificación de figuras (de triángulos o de cuadriláteros) quedará a cargo de los alumnos y nuestra tarea será seleccionar el universo de figuras sobre el que se va a trabajar, promoviendo que sean los alumnos los que esbocen criterios de clasificación, los pongan a prueba, los reformulen. Los dibujos sobre el papel constituyen una poderosa herramienta para la resolución de problemas, y también un paso intermedio entre los objetos teóri-cos y los objetos reales. Estas representaciones se construyen en un juego de acuerdos y desacuerdos entre los datos que se apoyan en la percepción y los que responden a las condiciones teóricas del problema y que pueden oponerse a la evidencia. Con esta propuesta de enseñanza deseamos lograr que los alum-nos aprendan a interpretar el dibujo como una referencia y a considerar solo las relaciones dadas en el texto. En general, todos lo docentes nos preocupamos por lograr que los niños sean hábiles en el manejo de instrumentos. En este sentido, creemos que es intere-sante enfrentar a los niños con actividades que les permitan ir logrando cada vez más destrezas en el uso de los instrumentos pero es necesario tener en cuen-ta que ese logro no es el objeto de la enseñanza. La precisión en el uso de los instrumentos de geometría debe estar al servicio de la resolución de problemas y de las conceptualizaciones que sí son objeto de estudio de la Geometría. Autorizar o no el uso de un determinado instrumento es una de las variables que podemos utilizar para poner condiciones a los problemas, de manera que en su solución se involucren diferentes relaciones entre los elementos de las figuras. En 6º año/grado, continuaremos con la sistematización de las propiedades de lados, ángulos y diagonales de triángulos, cuadriláteros y polígonos de más de cua-tro lados. En cuanto a los cuerpos, profundizaremos el estudio de poliedros. Nap 137 EJE Geometría y Medida
  • 139. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología Plantear situaciones para comparar y describir figuras y cuerpos Retomar el juego de adivinar figuras o cuerpos favorece que los alumnos pue-dan observar nuevas propiedades de las mismas. Cuando los chicos disponen de unos primeros conocimientos sobre los elementos de las figuras y de los cuerpos, y algunas de sus propiedades, van descubriendo nuevas relaciones que hasta el momento no podían advertir. Por ejemplo, frente a una colección de cua-driláteros, muchos alumnos podrían preguntar ¿tiene lados opuestos iguales? y luego ¿tiene ángulos iguales?, sin advertir que si un cuadrilátero tiene lados opuestos congruentes, los ángulos opuestos también son congruentes. Así, es posible volver a jugar para favorecer nuevos aprendizajes a partir de un análisis más profundo de las preguntas. Sin embargo, es necesario tener en cuenta que al repetir un mismo tipo de actividad, los alumnos pueden perder interés y, en ese sentido, es importante averiguar si nuestro grupo ya conoce este juego y si lo ha jugado ya varias veces. Para el caso de los cuerpos, es posible entonces proponer el juego para advertir la relación entre la forma y números de sus caras. “Adivinar el cuerpo”: establecer relaciones entre la forma y el número de las caras de distintos cuerpos geométricos. Materiales: una caja de cuerpos geométricos que incluya poliedros (prismas y pirámides) conos y cilindros. Organización de la clase: grupos de cuatro integrantes cada uno. Desarrollo: el maestro elige un cuerpo del conjunto de cuerpos de la caja. Cada grupo va realizando por escrito, de a una, las preguntas que hará al maestro para adivinar el cuerpo elegido. El maestro solo responde por sí o por no a cada pregunta. Gana el grupo que descubre el cuerpo con la menor cantidad de preguntas. En otro momento, podríamos proponer que uno de los integrantes de cada grupo sea quien elige el cuerpo y responda a las preguntas que le hacen sus compañeros. Esto implica que quien responde por sí o por no, tiene que analizar las propiedades del cuerpo elegido. Si el grupo ya ha realizado este tipo de juego, entonces es posible que no aparezcan preguntas como: ¿Cuántas caras tiene? o ¿qué forma tienen sus caras laterales? que no pueden responderse por sí o por no. Pero sí es posible que los alumnos formulen preguntas referidas a las propiedades de los cuerpos que ya han sido descartadas con las preguntas anteriores. Por ello, resulta inte-resante que, para organizar la discusión posterior, contemos con el registro de las preguntas y propiciemos el análisis de su pertinencia en relación con las con-diciones necesarias y suficientes para descubrir el cuerpo elegido. A partir de la 138 Serie Cuadernos para el aula
  • 140. Matemática 6 discusión instalada en el grupo, se pueden registrar en un afiche aquellas pre-guntas necesarias y suficientes para descubrir el cuerpo elegido. Una variante para jugar en otras ocasiones, puede ser limitar el número de preguntas para exigirles a los chicos que identifiquen las propiedades esenciales de cada cuer-po o figura elegido. Otra variante, si los alumnos ya han trabajado antes sobre representaciones de cuerpos, es pedir que el que adivina tenga que hacer un esquema para com-parar luego el dibujo con el cuerpo. Es importante advertir que, si bien las repre-sentaciones en perspectiva de los cuerpos ya aparecen en los libros de texto de Primer Ciclo, la interpretación de estas representaciones requiere un trabajo específico ya que, por ejemplo, algunas propiedades del cuerpo no se observan en el dibujo. Por ejemplo, podremos entregar una fotocopia con un cubo dibuja-do y una pregunta como la siguiente: Nap 139 EJE Geometría y Medida • ¿Podríamos asegurar que este dibujo representa un cubo, si solo una cara es cuadrada, en las otras no se observan ángulos rectos y los lados no son todos congruentes? En este sentido será necesario que propongamos situaciones en las que los alumnos deban dibujar cuerpos desde distintos puntos de vista y discutir luego qué propiedades se “ven” en las distintas representaciones y cuáles no. Luego, ofreceremos situaciones simuladas como las que siguen. • Leticia y María Emilia juegan a adivinar un cuerpo. Leticia le dice a María Emilia: —Ya elegí uno de estos cuerpos. Para adivinarlo, solo podés hacerme tres preguntas. María Emilia pregunta: ¿Tiene alguna cara curva? ¿Termina en punta? a) Si las dos respuestas de Leticia son sí, ¿es necesario hacer otra pregunta? b) Si suponés que la dos repuestas son no, ¿qué pregunta harías para saber de qué cuerpo se trata? Explicá cómo lo pensaste.
  • 141. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 140 Serie Cuadernos para el aula En la discusión posterior analizaremos cómo las respuestas afirmativas o negativas hacen variar el cuerpo elegido y sobre todo propiciaremos que los alumnos descu-bran cuáles son las propiedades que permiten identificar a uno y otro cuerpo. Este juego se puede proponer también con figuras, por ejemplo con el con-junto de los cuadriláteros, para que los alumnos pongan en juego las propieda-des ya exploradas: lados o ángulos congruentes, lados paralelos, ángulos rectos. Así, podrán avanzar en el descubrimiento de otras propiedades, como lados opuestos paralelos y congruentes, ángulos opuestos congruentes, diagonales congruentes y perpendiculares, que permiten identificar cada cuadrilátero. Es interesante poner condiciones, por ejemplo: no se puede preguntar por ángu-los rectos o lados iguales para que surjan otras propiedades. Otro tipo de actividades que podremos plantear para describir cuerpos, esta-bleciendo relaciones entre sus elementos es, por ejemplo, la que sigue. • Analizá los siguientes desarrollos planos y señalá con cuáles es posible armar el prisma dibujado. Explicá cómo lo pensaste.
  • 142. Matemática 6 • Decí con cuál de los desarrollos planos, sin recortarlos, se puede construir un farolito de cartulina en forma de pirámide de base cuadrada. Explicá por escrito cómo lo pensaste en cada caso. Nap 141 EJE Geometría y Medida Las actividades de este tipo favorecen que los alumnos establezcan conclusio-nes sobre la relación entre la forma de la base de una pirámide y la cantidad de triángulos que constituyen las caras laterales. Si bien esperamos que la vali-dación realizada por los alumnos sea de tipo argumentativo en un primer momento, también existe la posibilidad de verificar lo que piensan recortando y armando los cuerpos. Otras actividades relacionadas con la descripción de las propiedades esen-ciales de las pirámides son aquellas en las que se dan algunas de las caras late-rales y la base, y se pide que completen el plano para que sea posible armar una pirámide. Los juegos de comunicación en los que los alumnos tienen que elabo-rar mensajes para dictar una figura o describir un cuerpo, de modo que el que recibe el mensaje pueda construir uno exactamente igual son actividades muy apropiadas para promover no solo que exploren las propiedades esenciales, sino que favorecen la apropiación del vocabulario específico cuando se confrontan las características explicitadas en los mensajes. Para profundizar el análisis de las propiedades que definen cuerpos o figuras, que ya se inició en años anteriores, es necesario plantear también situaciones en las que los alumnos tienen que validar mensajes realizados para describir figuras o cuerpos o completarlos para abordar explícitamente el trabajo sobre la argumentación. Otro factor de complejización es considerar las relaciones entre propiedades, por ejemplo, analizar si es posible que un cuadrilátero tenga, a la vez, dos pares de lados paralelos y ángulos opuestos no congruentes.
  • 143. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 142 Serie Cuadernos para el aula • Cecilia eligió una de estas figuras y escribió este mensaje. Analicen si lo que escribió alcanza para saber cuál es la figura que eligió. El tipo de mensajes que presentemos a los alumnos dependerá de los conoci-mientos que se hayan explicitado hasta el momento. En tal sentido, habrá que articular estas propuestas con las que se presentan más adelante, en el aparta-do “Plantear situaciones para sistematizar propiedades de figuras y cuerpos”. Plantear situaciones para construir figuras con distintos procedimientos Cuando planteamos que las actividades que proponemos desde la enseñanza tienen que favorecer la construcción de los conocimientos por los alumnos y en este caso en particular favorecer la elaboración de las propiedades de las figu-ras y cuerpos geométricos, las construcciones ocupan un lugar esencial. En este caso, estamos considerando las construcciones, no como las utilizamos en nues-tra escolaridad, sino como un recurso muy valioso para la exploración y el des-cubrimiento de propiedades y relaciones a partir del análisis y de la posibilidad de anticipar, conjeturar, confrontar para avanzar en los conocimientos. Estamos pensando en que esas construcciones representen genuinos problemas y no algoritmos que hay que saber repetir. En este sentido, podremos, a través de las actividades, inhibir el uso de algu-nos instrumentos para habilitar otros que exijan a los alumnos desplegar proce-dimientos diferentes para resolver una situación. Las actividades de dictado de figuras y copiado a partir de pedir datos involucran construcciones y dan al alumno la oportunidad de buscar las relacio-nes y los elementos necesarios, como así también discutir acerca de la posibili-dad de construcción y la cantidad de soluciones.
  • 144. Matemática 6 • a) Mariana dibujó un cuadrilátero cuyas diagonales miden 4 y 7 cm. Cada una corta a la otra en el punto medio. Ahora dibujá vos un cuadrilátero con esas características. b) ¿Podés asegurar que la figura que dibujaste es igual a la que hizo Mariana? ¿Por qué? Nap 143 EJE Geometría y Medida • Para que Mariana pudiera construir esta figura sin verla, los chicos escribieron estos mensajes. ¿Cuál creés que permite construir la figura? En actividades como las anteriores, centraremos la discusión en distinguir qué propiedades caracterizan a una figura y cuáles caracterizan a más de una figu-ra. Por ejemplo, si bien el romboide cumple las condiciones del mensaje de Javier, también hay otras figuras, infinitas, que lo cumplen. En este caso, será necesario que los alumnos agreguen alguna condición para que el mensaje sea efectivo. Esta tarea es compleja, pues requiere establecer relaciones entre clases de figuras y llevará más o menos tiempo de clase,
  • 145. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 144 Serie Cuadernos para el aula dependiendo del repertorio de figuras que deseemos abarcar. En este sentido, actividades como las de la siguiente secuencia podrían adaptarse para estudiar otros polígonos. Secuencia para determinar propiedades de una figura: “Construir rectángulos” Actividad 1 Se organiza la clase en grupos. Propondremos a los alumnos discutir lo que indi-ca la consigna. a) En grupo, analicen cada caso y definan si es posible construir una única figura, si se pueden construir figuras diferentes o si no se puede construir ninguna figura. I. Un rectángulo que tenga un lado de 3 cm y otro de 5 cm. II. Un rectángulo que tenga dos lados de 5 cm. III. Un rectángulo que tenga una diagonal de 8 cm. IV. Un rectángulo cuyo perímetro mida 16 cm. V. Un cuadrilátero que tenga sus diagonales que miden 4 y 7 cm. VI. Un cuadrilátero que tenga sus diagonales iguales. b) En los casos en que sea posible construir más de una figura, modifiquen los datos para que sea posible construir una única figura. Esta actividad exige que, a partir de las condiciones dadas, los alumnos antici-pen las construcciones posibles y sobre todo determinen si se trata de una única figura o no. Será importante promover en los grupos no solo la anticipación, sino la justificación de sus afirmaciones. En una puesta en común propondremos registrar las primeras conclusiones sobre las propiedades del rectángulo. Actividad 2 Para recuperar las propiedades de las diagonales que seguramente surgieron de la actividad anterior, podremos continuar con la siguiente actividad de construcción. a) Construí un rectángulo de modo que el segmento AB sea una diagonal. A B b) ¿Podés construir otro rectángulo distinto que también tenga a AB como diagonal? c) ¿Cómo podés asegurar que la figura que obtuviste es un rectángulo?
  • 146. Nap Actividad 3 A continuación, podremos ofrecer una tarea diferente, que consiste en analizar afirmaciones de otros. • Considerá las siguientes afirmaciones y decidí si estás de acuerdo o no con lo que dicen los chicos. Para hacer un cuadrado, las diagonales tienen que ser iguales. Para hacer un cuadrado, las diagonales tienen que ser perpendiculares. Si las diagonales son perpendiculares, no puede ser un rectángulo. Matemática 6 145 EJE Geometría y Medida María Luz Ramiro Jessica Actividad 4 La siguiente es una actividad de síntesis. En la puesta en común, convendrá que solicitemos a los chicos que expliquen por qué creen en cada caso que la figu-ra resulta un rectángulo, e iremos registrando las razones que dan, en las que irán explicitando las propiedades involucradas. • Discutí con tu grupo y anotá qué procedimientos conocen para construir un rectángulo. En cada caso, indicá qué datos y qué instrumentos se necesitan para construirlo.
  • 147. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología A continuación, se transcriben algunos procedimientos que utilizaron alumnos de 6º año/grado para realizar la actividad 2 de la secuencia. Para resolverla, podían recortar, calcar, y disponían de una caja de geometría donde se encon-traban todos los instrumentos: escuadras, reglas, transportador y compás. 146 Serie Cuadernos para el aula Procedimiento 1: Desplazando la escuadra construyeron un triángulo rectán-gulo. Luego, con dos triángulos, compusieron el rectángulo. Cuando terminaron, miraron la figura e intentaron nueva-mente, porque... nos salió cuadrado, justificaron. Reprodujeron el mismo procedimiento trasladando la escua-dra hasta visualizar el rectángulo, ahora sí es rectángulo, afirmaron. Procedimiento 2: Trazaron paralelas por los extremos del segmento, luego las perpendiculares y remarcaron el rectángulo. Procedimiento 3: Marcaron la mitad de AB, trazaron otro segmento congruente con AB y dibuja-ron el rectángulo. Al comunicar los procedimientos y tratar de justificar la construcción del rectán-gulo se explicitan contenidos tales como el trazado de paralelas y perpendicula-res con escuadra, la descomposición del rectángulo en dos triángulos rectángulos iguales, el reconocimiento del paralelismo de los lados opuestos y de la congruencia de diagonales y lados.
  • 148. Nap Matemática 6 En un primer momento, y si bien los rectángulos que se obtienen son distin-tos, los alumnos atribuyen esta variedad a la diferencia de procedimientos. Pero es la discusión sobre el ítem b) de la actividad lo que permite descubrir que, con esa diagonal, pueden construirse tantos rectángulos como se desee11. Ante la pregunta ¿Cómo pueden asegurar que es un rectángulo? aparecen respues-tas como: los lados opuestos son paralelos y sus ángulos son rectos, tiene ángulos rectos, tiene cuatro ángulos rectos, los lados opuestos son iguales y los ángulos son rectos. Si bien los alumnos siguen apoyándose todavía en comprobaciones empíricas, también comienzan a usar las propiedades que conocen y consideran válidas para justificar a partir de esas comprobaciones. Por ejemplo, pueden decir si tiene las diagonales iguales, y que se cortan en el punto medio, seguro es un rectángu-lo, aunque todavía no puedan argumentar sobre la validez de esa afirmación. La actividad 3 permite avanzar en la identificación del cuadrado como un rec-tángulo particular y volver sobre las propiedades de lados y diagonales de los rectángulos, que podrán terminar de explicitarse en la actividad 4. Otra forma de promover la explicitación de las propiedades es transformar la consigna de la actividad 4 y que los alumnos tengan que producir un mensaje para que otro alumno construya un rectángulo. Puede ocurrir que los chicos usen como datos la longitud de los lados, el valor de los lados y la diagonal, o solo el valor de la diagonal, por este motivo es interesante que en el espacio de reflexión propiciemos el análisis sobre la relación entre los mensajes, los datos aportados y las figuras resultantes. Plantear situaciones para sistematizar propiedades de figuras y cuerpos Para avanzar en el aprendizaje de las propiedades de las figuras tendremos que proponer, durante bastante tiempo, situaciones en las cuales los niños puedan elaborarlas. Se trata de un proyecto a largo plazo, en el que los alumnos tendrán la oportunidad de enfrentarse a situaciones que les exijan hacer anticipaciones, tomar decisiones basadas en los conocimientos geométricos que tengan dispo-nibles y encontrar nuevas maneras de validar. Como ya hemos afirmado, describir una figura y construirla a partir de su des-cripción textual hace posible que los alumnos pongan en juego sus concepcio-nes y busquen nuevas relaciones que les permitirán ir sistematizando ciertas 11 Recomendación de lectura: también es posible construir un rectángulo utilizando como diagona-les dos diámetros cualesquiera de una circunferencia. Una secuencia completa al respecto puede encontrarse en el documento de trabajo Nº 5. La enseñanza de la geometría en el Segundo Ciclo. Subsecretaria de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, Dirección de Curricula, 1998. 147 EJE Geometría y Medida
  • 149. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 148 Serie Cuadernos para el aula relaciones y conceptos que la escuela se compromete a enseñar. La reproduc-ción de figuras supone la búsqueda de relaciones y elementos que las caracte-rizan, aunque permanezcan implícitas, pero las actividades de comunicación exi-gen que esas relaciones se hagan explícitas. Tanto la decisión de pedir datos como de explicitarlos supone, por parte de los alumnos, no solo el trabajo de identificación de ciertas relaciones sino la anti-cipación de algún procedimiento. Aceptar este modo de proceder supone un avance importante en la posibilidad de generalizar las relaciones que se estable-cen a propósito de las figuras. Actividades como las siguientes, en las que los alumnos tienen que analizar procedimientos elaborados por otros o enunciar las propiedades que caracteri-zan o no a una figura, promueven la puesta en juego de sus representaciones mentales acerca de los conocimientos geométricos. Luego de realizar activida-des de observación, acción, reflexión e interiorización es posible avanzar hacia la generalización. “¡A dibujar figuras!”: enunciar las propiedades de distintas figuras. Materiales12: 20 tarjetas como las que se muestran a continuación. Papel liso y lápiz para dibujar. Organización de la clase: grupos de no más de cuatro integrantes. Desarrollo: se mezclan las tarjetas y se reparten cuatro a cada jugador. Cada jugador analiza sus tarjetas y dibuja a mano alzada una sola figura que cumpla la mayor cantidad posible de propiedades de las tarjetas que recibió. Cuando muestra la figura dibujada al resto del grupo, si estos acuerdan que es válida, obtiene un punto por cada tarjeta tenida en cuenta. 12 Otras cartas con propiedades de diferentes figuras geométricas están disponibles en Chemello, G. (coord.), Hanfling, M. y Machiunas, V. (2001), Juegos en Matemática EGB 2. El juego como recurso para aprender (Material recortable para alumnos). En el Material para docentes pueden encontrarse otras propuestas que permiten trabajar en el mismo sentido.
  • 150. Nap Matemática 6 Luego del juego, se realiza una puesta en común donde se analizará qué tarje-tas fueron usadas más frecuentemente y cuáles solían no ser utilizadas. A con-tinuación, y para profundizar las relaciones establecidas a partir del juego, se pueden proponer situaciones simuladas, como la siguiente. • ¿En qué figura estaba pensando Federico si cuando recibió las siguientes tarjetas, dijo: Con estas tarjetas no puedo formar más de tres puntos. 13 Recomendación de lectura: véase Fuenlabrada, I., Block, D., Balbuena H., Carvajal, A. (2000), Juega y aprende Matemática. Propuestas para divertirse y trabajar en el aula, Buenos Aires, Novedades Educativas. Es posible encontrar otras propuestas de juego para trabajar en el mismo sentido. 149 EJE Geometría y Medida Según el grupo de tarjetas elegidas, en este caso es posible dibujar un parale-logramo, un trapezoide y un trapecio escaleno recto. La pregunta abierta da lugar a que los alumnos den respuestas diferentes, y sobre esas respuestas se podrá seguir discutiendo para llegar a conclusiones que les permiten avanzar en las conceptualizaciones13. Además de analizar un conjunto de elementos y propiedades, también pode-mos considerar procedimientos de construcción, como por ejemplo:
  • 151. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 150 Serie Cuadernos para el aula • Estos son los mensajes que escribieron los alumnos para algunas figuras. Hay que encontrar cuál puede ser el mensaje que corresponde a cada figura.
  • 152. Nap Matemática 6 Los mensajes formulados admiten, por su nivel de generalidad, la identificación de más de una figura. Por ejemplo, las condiciones del mensaje 5 hacen que la figura, independientemente del tamaño, sea un cuadrado. En cambio, el mensa-je 2 admite un conjunto de figuras: A, B, C, F, G, H, I y J. Podremos centrar la discusión en el análisis que permita visualizar el atributo de una clase, es decir que varias figuras pueden pertenecer a un mismo conjunto y que una misma figura puede pertenecer a distintos conjuntos. La comparación del mensaje 2 con el 4 permitirá ver que, por ejemplo, el paralelogramo propiamente dicho pertenece a una clase de figuras por tener dos pares lados iguales y tam-bién a otra clase de figuras ya que sus diagonales no son iguales ni perpendicu-lares. Estas ideas posibilitan ir trabajando de una manera dinámica la inclusión de las clases según los criterios que las definen. Otro tipo de situaciones que favorecerá la sistematización de las propiedades puede ser una como la siguiente. • Justificá la veracidad o falsedad de las siguientes afirmaciones, utilizando contraejemplos en el caso de que sean falsas. - Un cuadrilátero que tiene todos sus lados iguales es un cuadrado. - Un cuadrilátero que tiene dos pares de lados iguales es un rectángulo. - Una figura de cuatro lados que tiene un ángulo recto es un trapecio rectángulo. - Una figura que no es paralelogramo y tiene sus diagonales perpendiculares es el romboide. La justificación a través de contraejemplos lleva a pensar en las representacio-nes internas que se han ido construyendo a propósito de diferentes conjuntos de figuras. Esta actividad puede concluirse proponiendo que los alumnos com-pleten afirmaciones del tipo: En un conjunto de cuadriláteros cuyas diagonales son iguales puede haber un…………; En un conjunto de cuadriláteros cuyos lados paralelos son iguales puede haber un………… El objetivo de estas actividades es que los alumnos realicen clasificaciones explicitando los criterios que determinan las clases. Por ejemplo: lados iguales y ángulos rectos; diagonales perpendiculares y lados opuestos iguales.... En todos los casos, habrá que ordenar las conclusiones a las que se aborde en las distintas actividades en forma de cuadros, listas de propiedades, esquemas, etc. 151 EJE Geometría y Medida
  • 153. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 152 Serie Cuadernos para el aula Tal como lo señalamos antes, en este Cuaderno se ha desarrollado en pro-fundidad el caso de los cuadriláteros para presentar el sentido del trabajo con las figuras, representadas tanto a través de un texto como de un dibujo, pero las actividades podrían adaptarse para abordar las propiedades de otros polígonos. En relación con los triángulos, hay dos propiedades que es posible trabajar en 6° año/grado: la propiedad triangular y la de la invariancia de la suma de los ángulos interiores. Para la primera, es posible proponer un análisis de casos que los lleve a elaborar una conjetura. Es conveniente que los niños realicen la generalización a partir del análisis de casos, por ejemplo planteando estas con-signas de trabajo. a) Usando segmentos de 3 cm, 4 cm, 6 cm y 9 cm como lados, indicá dos triángulos que se pueden construir y dos que no se puedan construir. b) Juan encontró en un libro la siguiente afirmación: Para que se pueda construir un triángulo, la suma de las longitudes de dos de sus lados debe ser mayor que la longitud del tercer lado. Esto debe cumplirse para las tres sumas posibles. Comprobá si todos los triángulos que construiste cumplen dicha condición. Para la segunda propiedad, podremos proponer problemas en las que los chicos partan de propiedades conocidas. Sabiendo que ABCD es un cuadrado y que MNOP y RSVQ, STUV y RTUQ son rectángulos, calculá el valor de todos los ángulos marcados. Para resolver esta situación los chicos pueden razonar a partir de sus conoci-mientos sobre lados y ángulos de cuadrados, rectángulos y triángulos isósceles y discutir, por ejemplo, por qué MNQ y ONP son triángulos iguales. Luego podrán debatir sobre el valor de la suma de los ángulos interiores de todos los triángulos dibujados.
  • 154. Nap Matemática 6 Para avanzar en el conocimiento del proceso de medir La medida de magnitudes es importante tanto desde el punto de vista social como científico, ya que cumple un rol esencial en la interpretación del mundo físico. En la resolución de los problemas de medida que enfrentamos a diario se involucran también muchos conocimientos geométricos, como cuando se dise-ña un mueble o un folleto, se tiene que cubrir una superficie o se calculan el volumen de una pileta o una distancia en un mapa. Los conocimientos acerca de la medida de magnitudes permiten que los alumnos interpreten y usen datos (relaciones comerciales, lectura de diarios) para tomar decisiones acordes a la realidad, y favorecen de este modo la educación para el consumo. Desde un punto de vista didáctico, en los Cuadernos anteriores la construc-ción de los contenidos tanto geométricos como de medida se desarrollan por caminos diferentes. Pero es posible llegar a un punto de encuentro cuando se trata de calcular la medida de perímetros, áreas o volúmenes de determinadas figuras o cuerpos geométricos. Dado el uso social de la medida, en muchas ocasiones la escuela ha descui-dado la enseñanza de estos saberes por considerar que pueden aprenderse en relación con el medio. Asimismo, es frecuente que la enseñanza de la medida se centre en las equivalencias entre unidades y en la estructura decimal del siste-ma de unidades de medida. Muchas veces se evitan las prácticas efectivas de medición y se usa el sistema métrico legal como un saber ya construido, sin dar la posibilidad de compararlo con otros sistemas no convencionales. Los alumnos realizan conversiones de unidades apoyándose en reglas mecánicas, y es fre-cuente encontrar reflexiones como Para pasar de m a km, ¿voy para la dere-cha o voy para la izquierda? Desde las propuestas curriculares actuales se fundamenta la necesidad de prestar más atención a la estimación y a la medición efectiva para resolver pro-blemas que a la memorización y a la manipulación de fórmulas14. En principio, es necesario distinguir las magnitudes físicas vinculadas al espacio, como la longi-tud, la capacidad y la superficie, en las que se ponen en juego el marco geomé-trico de otras magnitudes donde la forma de los objetos no influye como varia-ble a tener en cuenta, como en el caso del peso y de la masa. Diferenciar las distintas magnitudes requerirá plantear problemas específicos, ya que es difícil comprender que un objeto es más pesado que otro usando solo la vista, que un 14 Un atributo medible es la característica de un objeto que se puede cuantificar. Los segmentos de la recta tienen longitud, las figuras planas tienen superficie, los objetos físicos tienen masa, peso, etc. 153 EJE Geometría y Medida
  • 155. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 154 Serie Cuadernos para el aula recipiente tiene más o menos capacidad sin haber hecho trasvasamientos o que una superficie tiene igual área que otra de diferente forma sin haber recortado, compensado o haber hecho cubrimientos. Toda medición tiene un margen de error. Si se mide el ancho de una hoja varias veces se puede obtener 19 cm, 19,2 cm, 18,9 cm, aun cuando se utilice el mismo instrumento. En el acto de medir se juegan errores provocados por los defectos de la escala del instrumento (errores sistemáticos), errores que se originan en las lec-turas de la persona que esta midiendo (errores de apreciación) o errores que no son previsibles (errores casuales), como la temperatura, la presión, etc. Algunas situaciones que favorecen la construcción del sentido de las medi-ciones son aquellas que permiten trabajar sobre: - la medición efectiva de los atributos medibles de los objetos (longitud, peso, capacidad, área), abordando la inexactitud de la resultados de las medidas (atri-buida al instrumento de medición o al error humano); - la necesidad de seleccionar una unidad de medida y un instrumento adecua-do a la cantidad que se quiere medir, comparando unidades arbitrarias y conven-cionales para comprender las regularidades del sistema de medición y - la construcción de referentes comunes de medidas, para hacer comparacio-nes y estimaciones. La comprensión y el descubrimiento de las relaciones entre unidades se favore-cerá siempre que los alumnos puedan resolver problemas tanto en el marco aritmé-tico como en el geométrico. Abordar las características del Sistema Métrico Legal sin haber realizado mediciones y tratado la expresión de sus resultados con distintas uni-dades, puede dificultar la comprensión de las regularidades propias del sistema. De manera general, podríamos decir que al abordar la enseñanza de las distin-tas magnitudes deberemos incluir actividades que pongan en evidencia la necesi-dad de determinar una unidad de medida, utilizar referentes en relación a medidas de objetos familiares o unidades antropométricas, usar unidades no convenciona-les con múltiplos y submúltiplos de esa unidad, y reflexionar sobre las ventajas de la comunicación al contar con unidades legales y con los múltiplos y submúltiplos de esas unidades. Vale aclarar aquí, y en particular en este año/grado, que la pre-sentación del trabajo con distintos tipos de unidades (no convencionales, sean o no antropométricos, y convencionales) no debe entenderse necesariamente en el orden de su evolución histórica ya que solicitar el uso de unidades no convencio-nales para realizar una medición puede resultar forzado cuando los alumnos cono-cen y disponen de instrumentos convencionales. Así, deberemos cuidar que las consignas para el trabajo con mediciones efectivas tengan en cuenta que el valor que se busca debe tener sentido en función de la necesidad de tomar alguna deci-sión en la resolución de un problema y que podrá resolverse usando distintas uni-dades o instrumentos según lo requiera la situación y no, solamente, en función de una necesidad escolar de trabajar los distintos tipos de unidades.
  • 156. Nap Matemática 6 Si bien en el apartado “Plantear situaciones para analizar las escrituras de can-tidades15” se desarrolla casi al finalizar este Cuaderno, el tratamiento de las equivalencias entre expresiones para una misma cantidad, que llevará en años posteriores a sistematizar la estructura de los sistemas de unidades, debe abordarse de manera articulada con las actividades de los otros apartados del Eje “Geometría y Medida”. Este trabajo de análisis de escrituras requiere que las equivalencias hayan sido producidas por los propios alumnos al resolver problemas que involucren mediciones o cálculos de medidas. Plantear situaciones para estimar, medir y expresar cantidades La estimación es una estrategia de pensamiento, es un proceso mental en el que confluyen la intuición y la lógica para resolver problemas de la vida cotidia-na. Si bien el término “estimación” tiene múltiples usos, podemos decir que la estimación en Matemática es el juicio de valor del resultado de una operación numérica o de la medida de una cantidad, en función de circunstancias indivi-duales del que lo emite16. Estimar la medida de una cantidad es el proceso por el cual se obtiene una medición sin necesidad de utilizar instrumentos. En algunos casos, la estimación consiste en comparar dos cantidades, como cuando un conductor estima si es posible estacionar su auto en el espacio que hay entre otros dos. En otros casos, requiere del empleo de unidades de medida, como cuando le explicamos a una persona la distancia a la que se encuentra de un determinado centro turístico. Los procesos de estimación son muy frecuentes en las actividades de nuestra vida diaria, la mayor parte de las personas realizan estimaciones y algunas llegan a ser expertas en la tarea de estimar en determinados contextos. Así, por ejem-plo, habitualmente utilizamos o escuchamos expresiones como En quince minu-tos podés llegar caminando; Queda a diez cuadras, es casi un kilómetro; Esta mesa no va a pasar por esa abertura, mide más de 1,20 m de ancho; Juan no pasa por esa puerta, mide más de dos metros; Luego de tres minutos de coc-ción, el huevo está listo para comer; La temperatura es bajo cero, el pasto está congelado; Con cinco litros de pintura les alcanza para pintar las habitaciones de la casa; Le doy 4 manzanas grandes, eso es aproximadamente un kg. 15 El citado apartado es el último de este Eje. 16 En Segovia, I. Castro, E., Castro, E. y Rico, L. (1989), Estimación en cálculo y medida. Madrid, Síntesis. 155 EJE Geometría y Medida
  • 157. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 156 Serie Cuadernos para el aula En determinados oficios o profesiones el uso de la estimación es importante para realizar diversas tareas, lo que implica una interiorización de determinadas unidades y referentes17 que permiten llegar a estimaciones de cantidades con una gran precisión. Por ejemplo: - La compra o venta de un fertilizante, un insecticida, un abono o semillas, supone una estimación previa por parte del agricultor, del jardinero o del comer-ciante. Dicha estimación lo llevará a comprar o vender la cantidad mínima, pero que sea la suficiente. El abono se compra por kilo, pero a la hora de distribuirlo en cada planta, suele ser complicado pesar para cada planta 1 o 2 kg. Para solu-cionarlo, muchas veces se recurre a la cantidad de abono que puede contener, por ejemplo, una lata, entonces se utiliza el recipiente como unidad de referen-cia, y para tal fin se lo pesa y se lo utiliza para estimar la cantidad de latas que se deben echar por cada planta (una lata, una lata y media). - La información que nos llega a través de los servicios meteorológicos sobre la temperatura en tal o cual ciudad, nos dice, por ejemplo que la máxima fue de x gra-dos centígrados, pero no se da a conocer exactamente el lugar de medición o las condiciones en las que se tomó. No es extraño, entonces, que en otros puntos de la misma ciudad, la temperatura difiera en varios grados. La velocidad del viento o la lluvia caída también son datos aproximados, puesto que el viento no tiene siem-pre la misma velocidad ni llueve en forma uniforme en todos los lugares. - La compra de comida, el equilibrio del presupuesto familiar, la previsión de gastos extras, la búsqueda constante de comercios donde los gastos se minimi-cen son otras actividades donde es necesario estimar. Los procesos de estimación son importantes para incluirlos en la enseñanza por su utilidad práctica, y por la formación que propicia en el alumno en relación con el conocimiento de la medida. Además, ofrecen una visión según la cual en Matemática son válidos los resultados aproximados, siendo esta razón tan váli-da como las anteriores. Con el fin de que los alumnos realicen estimaciones, es necesario que estén familiarizados con una buena colección de referentes. Algunos referentes pue-den ser su propio peso, altura, longitud de su pie o la palma de su mano, la tira 17 Recomendación de lectura: véase Bressan, A. M., Bogisic, B. (1996), La estimación, una forma importante de pensar en matemática, Documento curricular N° 1. En dicho documento se explicita que los referentes son objetos usuales (tazas, baldosas, goteros, etc.) o partes de nuestro cuerpo (brazos, palmas, pies, etc.) con los cuales es posible establecer una corres-pondencia con las unidades convencionales. de 1_2 o 1_ 10 metros, las baldosas, los azulejos, el papel glasé (1 dm2), la cuadra, el balde de 10 litros, latas de pintura (1 dal), el litro (jarras o botellas), el tanque de agua de las casas (1000 litros), el termotanque (1 hl). Conocer el orden de mag-
  • 158. Nap Matemática 6 nitud de su propia altura, de la longitud de sus pasos (normales), de la capaci-dad de una copa, de una taza, de ciertas distancias domésticas o geográficas, 4 _etc., permitirá realizar estimaciones. Por ejemplo, al estimar la altura de la puerta se puede pensar que es de 1m y un poco más (más o menos) en relación al referente (altura de la persona). Si, por ejemplo, la altura de una persona es de 1,60 m, entonces la altura de la puerta será de 1,60 m más 40 cm, es decir aproximadamente de dos metros, o por ejemplo, para estimar la altura de una ventana se puede pensar es más de la mitad de mi altura ( 3partes), aproximadamente 1,20 m. Todo lo expuesto hasta aquí fundamenta sin duda la inclusión de la estima-ción en la enseñanza de la Matemática. Su importancia no radica solo en poder obtener una respuesta aproximada antes de efectuar un cálculo, sino también como herramienta de comprobación de resultados, como recurso para la ense-ñanza de la medida y para determinar si una respuesta es o no razonable al resolver un problema. Por otra parte, la estimación permite a los alumnos considerar en el cálculo matemático el doble carácter de exacto y aproximado. Para ello, es importante que propongamos actividades que permitan apreciar en qué situación conviene utilizar una u otra. Algunos términos, como aproximadamente, casi, más cerca de, entre, un poco menos que dan cuenta de que la Matemática no se funda solo en la exactitud. Las siguientes, son algunas actividades que podrían proponerse. • En un negocio donde hay un cartel que dice rebajas del 5 % por fin de temporada, una camisa cuesta $ 165. Si Juan tiene $ 150, ¿le alcanzará para comprarla? • Ana pinta una pared en 2 horas. María pinta la misma pared en 4 horas, si las dos trabajan juntas, ¿cuánto tiempo emplearán? En el primer problema, al hacer la estimación del precio para saber si es posible comprar la camisa, es importante observar con los alumnos que se deben des-contar $15 para poder comprarla. Pensar en el 10 % (se puede calcular fácil-mente $16,5) puede servir para pensar que el 5 % es la mitad, en cuyo caso el descuento será un poquito más de $ 8, pero es menor que los quince pesos de descuento que necesita. En el caso del cálculo de tiempo, un error frecuente de los alumnos consiste en aplicar mecánicamente el promedio y decir que demoran 3 horas. En este caso, es necesario discutir respecto del resultado, ya que ambas personas pue-den trabajar en forma conjunta de manera tal que si una persona demora dos horas y tiene alguien que la ayude, seguramente empleará menos de las dos horas, por lo que el modelo de la proporcionalidad puede no ser adecuado para 157 EJE Geometría y Medida
  • 159. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 158 Serie Cuadernos para el aula dar una respuesta precisa en cuanto a la relación trabajo manual, cantidad de personas y tiempo. Otra actividad en la que se propone analizar estrategias de estimación es la siguiente situación: • Juan estaba entusiasmado leyendo un libro, y se dio cuenta de que en una hora había leído 20 páginas. Entonces, quiso saber cuántas palabras por minuto era capaz de leer. Para empezar a resolver el problema, a Juan se le ocurrieron distintos procedimientos: - Cuento todas las palabras de las diez hojas, y las divido por 60 minutos. - Cuento las palabras que puede haber en una página, luego las multiplico por las 20 páginas y al final divido por los 60 minutos. - Cuento los renglones de una página (varias veces para estar seguro), luego las palabras que hay en un renglón (varias veces) y en distintos renglones. Y multiplico ambos números. A ese resultado lo multiplico por las 20 páginas que leí y lo divido por 60. ¿Qué opinás acerca de las estrategias que pensó Juan? ¿Le permitirán resolver el problema? ¿Cuál elegirías? A continuación, presentamos una transcripción del trabajo con la consigna ante-rior, realizado por un grupo de alumnos de 6º año/grado. Registro de clase En la clase, se producen discusiones en pequeños grupos respecto de las tres estrategias. En un grupo donde discutieron la primera estrategia dijeron: Alumno A: —No podés contar todas las palabras... de todas las hojas. Alumno B: –Son muchas para contar una por una, no terminás nunca y seguro que te confundís. En el grupo, cuando discutieron la segunda estrategia dijeron: Alumno C: –Yo ya probé, te perdés. Alumno D: –Contemos callados, y vemos si nos da parecido. Alumno E: –Me dio como quinientas. Alumno F: –Mirá que no siempre te va a dar igual la cantidad de palabras..., (Se ponen de acuerdo entre ellos.) Alumno C: –Vos contá renglones de la página 1, vos de la 2 y nosotros dos contamos las palabras que hay en 5 renglones. En el tercer grupo, al considerar la última estrategia dijeron: Alumno G: –Esta forma me parece más rápida y segura. Alumno H: –Renglones por cada página hay 42, 39, 40, 40, porque en
  • 160. Matemática 6 alguna hojas hay títulos y espacios..., redondeamos en 40, más o menos. Alumno I: –Las palabras dan 10, 11,13, 12, 12, 11, 12, 11, 13 y..., hagamos las cuentas con 12. Estos resultados van a ser más o menos..., no son exactos..., tampoco leemos tanto, porque al final te cansás. Alumno J: –Nos da 12 x 40 = 480 en una página, en 20 nos daría 9600 palabras... ¡tantas! Eso es en una hora entonces… entonces en un minuto… dividí por 60... te da 160 palabras. Alumno K: —A mí me da 11 por 42, que es igual 462 palabras en una página, entonces en 20 da 9240 y al dividir por 60 minutos te da 154 palabras en un minuto. Luego, la maestra organizó la discusión en plenario. Se debatió sobre algunos cálculos, llegando a la conclusión de que el resultado está cercano a los ciento cincuenta. Los alumnos observaron que los resultados están en el orden de magnitud de las 154, 160, 164 palabras por minuto y que varían entre 4, 6 y 10 palabras. Los resultados expresan que esta cantidad de palabras es menor (en promedio) que la cantidad de palabras que hay en un renglón. Algunos alumnos propusieron verificar si más o menos el resultado es razonable, midiendo el tiempo. Sugirieron que en los diferentes grupos unos integrantes leyeran silenciosamente una hoja, y que otros integrantes midieran el tiempo (un minuto). La docente dio lugar a dicha propuesta, porque consideró que los resultados obtenidos necesitaban de una validez experimental. Además, les propuso averiguar este dato, ya que había una propaganda de TV sobre lectura veloz, donde seguramente aparecía el mismo. En esta actividad se trabaja con magnitudes discretas (cantidad de palabras, renglones) y con una magnitud cociente que es la cantidad de palabras por minuto que mide la velocidad de lectura. En el trabajo que realizaron los alum-nos se observaron expresiones que dan cuenta de las posibilidades que brinda esta situación para que discutan especialmente sobre la estrategia que llevará a estimar la cantidad de palabras por página, calcular la cantidad de palabras en las 200 páginas, reflexionar sobre resultados aproximados, distribuir tareas para recuperar datos, extrapolar resultados de una muestra, pensar en la razonabili-dad de los resultados y procedimientos óptimos, necesidad de construir referen-tes a través de la experiencia. Nap 159 EJE Geometría y Medida
  • 161. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 160 Serie Cuadernos para el aula Tal como se afirmó al desarrollar el Eje “Número y Operaciones”, es en las situaciones de estimación, medición efectiva y cálculo de medidas que las expresiones fraccionarias y decimales adquieren sus primeros significados para los chicos, ya que el uso social más difundido de estas escrituras está asociado a medidas de longitud, superficie, peso, capacidad y tiempo. Otras actividades, como la siguiente, permiten avanzar en la conformación de un repertorio de referentes para las distintas magnitudes. • Subrayá las respuestas más razonables para cada caso y explicá tus razonamientos. a) El número de alumnos de una clase de escuela es: 5 25 100 250 b) Juan recorre 60 km en auto y demora: 5 minutos 1 hora 300 minutos 10 horas c) Para coser una cinta en los bordes de un repasador hay que comprar: 15 m de cinta 15 dm de cinta 15 cm de cinta 1,5 m de cinta d) En un kg de naranjas entran: 5 naranjas 50 naranjas 8 naranjas En estos casos, podemos proponer discutir si las soluciones son o no razona-bles en función de un contexto. Para el caso a) la experiencia personal de los alumnos hace que elijan el 25 como respuesta más razonable respecto a la capacidad del aula, argumentando que sería imposible que entren 100 ó 250 alumnos en un aula, pero sí podrían ser 5 los alumnos de una clase aunque no sea lo más normal. Para el caso b), algunos argumentos posibles se referirán a la imposibilidad de realizar 60 km en 5 minutos, una hora sería razonable, aun-que si se hace una pausa en el camino, también se podría demorar 5 horas (300 minutos) o 10 horas. Para el caso c), se descartan 15 m y 15 cm en función de la representación del tamaño del repasador y eligen 1,5 m o 15 dm. Es proba-ble que descarten 15 dm, ya que no es común tener la representación de esa cantidad como un valor de referencia. Luego, la reflexión acerca de cuántos dm hay en un metro, permitirá discutir sobre las equivalencias de dichas expresio-nes e incorporar esa respuesta como razonable. Para el caso d) es posible des-cartar fácilmente las 50 naranjas, no así para el caso de 5 y de 8 naranjas, pues-to que habría que recurrir a mediciones o contar con alguna experiencia previa que nos permita dar la respuesta.
  • 162. Matemática 6 En la actividad siguiente, los alumnos tendrán la posibilidad de estimar y mejo-rar sus estimaciones a partir de determinar los referentes y confrontar datos. • Resolvé en forma individual En un campamento escolar se prepara comida para 300 chicos. Para el postre se quieren servir naranjas y para eso necesitan calcular cuántos kilos tienen que comprar como mínimo para que no le falta a nadie. La encargada de la cocina se plantea estas preguntas: ¿cuánto puede pesar una naranja? ¿Cuántas naranjas entran en un kilo? • Formen un grupo y armen una tabla con los datos que aporta cada uno. Plantearles a los alumnos esta situación podrá generar la discusión acerca de cómo hacer para estimar el peso de una naranja y qué caminos se pueden reco-rrer. Es posible que los alumnos comenten: No sé cuánto pesa una naranja, No todas las naranjas son iguales, por lo tanto pesarán distinto; Hay naranjas más chicas que otras; Si son grandes, entran menos en el kilo. Los alumnos podrán concluir que aún pesando una naranja no es posible generalizar y por lo tanto la respuesta será aproximada. Como tarea para el hogar, el docente podrá pedir que los chicos pesen una naranja y un kilo de naranjas y cuenten cuántas entran en el kilo. • Con los datos que trajo cada uno de los integrantes de tu grupo confeccionen una tabla como la siguiente: Nap 161 EJE Geometría y Medida Alumno Peso de 1 naranja Cantidad por kg a) Analicen la tabla y respondan - El peso de una naranja, ¿entre qué valores está? - El número de naranjas que entran en un kilo, ¿entre qué valores está? b) Comparen los datos de las dos tablas y elijan valores para responder a las preguntas que se hizo la encargada de la cocina En la reflexión final de la actividad sería interesante plantear por qué el prome-dio es una estrategia válida y cuáles son los referentes que sirven en este caso para lograr una mejor aproximación.
  • 163. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 162 Serie Cuadernos para el aula Con respecto a las actividades que favorecen la comprensión del proceso de medición, tal como se afirmó en Cuadernos para el aula: Matemática 5, en cuanto a longitudes, pesos y capacidades proponemos continuar con el uso de equivalencias de unidades para estimar el resultado de un cálculo, la equivalen-cia de cantidades, la reflexión y el análisis de las escrituras, y avanzar sobre algu-nos conocimientos de las magnitudes bidimensionales, como la superficie. La incorporación de nuevos contextos llevará a conocer nuevas unidades y equivalencias para enriquecer el repertorio conocido, sin necesidad de presen-tar, por ejemplo, las unidades de capacidad para usarlas luego en la resolución de algunos ejercicios sobre equivalencias. En el apartado “Plantear situaciones para analizar la escritura de cantidades” se desarrollan actividades en las que se avanza recuperando las unidades que se utilizaron en la resolución de distintos problemas para completar luego las que falten apoyándose en la estructura decimal de los agrupamientos. En relación con el tratamiento de las magnitudes de superficie y volumen, Vergnaud18 y sus colaboradores afirman que pueden ser tratadas de dos formas: - de modo unidimensional: es esencial que este aspecto unidimensional sea organizado como objeto de estudio y de reflexión. En este caso, la medida se obtiene por comparación directa de dos cantidades de magnitudes homogéneas, por ejemplo una superficie con una baldosa, para saber cuántas baldosas entran en una superficie y así determinar el área en función de esa unidad. - como producto de medidas: en este caso, para encontrar el área de un rec-tángulo, multiplicamos la medida de sus lados y para el caso de hallar el volu-men de un paralelepípedo, multiplicamos la medida de sus tres dimensiones. 18 Vergnaud, G. (1990), “La théorie des champs conceptuels”, en: Recherches en Didactique des Mathématiques, Vol. 10 N° 23, pp. 133-170.
  • 164. Nap Matemática 6 Los problemas de productos de medidas nos permiten profundizar el sentido de la multiplicación de dos números racionales en el contexto de la medida. La medición produce nuevos significados para los números y las operaciones, por ejemplo para la determinación del área de un rectángulo se involucran el pro-ducto de medidas. En 5º año/grado, los alumnos seguramente trabajaron con cubrimientos19 por ejemplo, observar y discutir sobre las formas planas que mejor cubren la figura dada, subdividir una figura en partes e iterar la misma para medir. También es posible que hayan realizado comparaciones directas e indirectas después de descomponer y realizar trasformaciones para conservar el área o para obtener figuras con áreas, dobles mitades, triplos, etc. Para eso, se pueden proponer actividades como las siguientes. • a) ¿Cuáles de las siguientes figuras pueden ser transformadas en el rectángulo A? 19 Recomendación de lectura: actividades de este tipo pueden encontrarse en el apartado “Plantear situaciones para estimar, medir y expresar cantidades” de Cuadernos para el aula: Matemática 5. 163 EJE Geometría y Medida b) Partiendo del rectángulo A, encontrá y dibujá otras figuras diferentes a las anteriores. • Tomando como base los triángulos A, B, C y D contruí cuadriláteros cuya área sea igual al doble de las de cada uno.
  • 165. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 164 Serie Cuadernos para el aula • ¿Qué relación existe entre el área de la figura pintada y la figura base? Explicá cómo lo pensaste. • Analizá, para cada par de figuras, si es cierto que para hacerlas se necesita la misma cantidad de cartulina. a. b. Asimismo, podremos ofrecer actividades en las que haya que cubrir el plano con diferentes unidades para discutir sobre la forma más adecuada para medir el área de una figura dada, y otras en las que se usen unidades convencionales, como el cm2, trabajando por ejemplo sobre papel cuadriculado, y se expliciten algunas las relaciones de los múltiplos y submúltiplos del m2. En este caso, tam-bién se puede incluir la medición de formas irregulares, aproximando el valor de cantidad y utilizando diferentes unidades de medida. Por ejemplo, calcular la superficie de la palma de la mano en una hoja centimetrada y milimetrada. En 5º año/grado los alumnos seguramente ya calcularon el área de cuadrados y rectángulos, utilizando una “multiplicación” que tiende a la sistematización del procedimiento para multiplicar el largo por el ancho, que luego será la fórmula del área. En 6º año/grado es importante recuperar y fomentar el desarrollo y la refle-xión de diferentes estrategias, aditivas y multiplicativas. Sabemos que cuando los lados del rectángulo son números enteros, la unidad de área (1 u2) es el cuadra-dito cuyo lado mide 1 u y para determinar el área de un rectángulo, pueden aparecer proce-dimientos aditivos, donde se cuenta la cantidad de cuadraditos: hay tres filas de cinco es decir 5 + 5 + 5 (o cinco columnas de tres), o proce-dimientos multiplicativos. Si, en cambio, planteamos un problema para calcular el área de un rectángu-lo, donde las medidas de los lados son números no enteros, racionales o deci-males, la comprensión de la medida del área no resulta simple. Por ejemplo, pensemos en hallar el área de un rectángulo cuya base mide 3_5 de unidad y la altura 1_2 de unidad.
  • 166. El área pintada del rectángulo son 3 cuadra-ditos, donde cada uno representa la décima 5 2 __( 1_ ) parte del cuadrado “unidad”. La fórmula 10 que permite calcular el área sigue siendo válida ( 1x 3= 3_ ) pero es poco evidente en 10 Matemática 6 lo que respecta a la interpretación de la misma, ya que hay un cambio de uni-dad. Cada rectangulito sombreado ahora es _1 10 del cuadrado unidad, y es difícil comprender esta relación sin tener la referencia de esta nueva unidad. Para comprender este problema, es necesario que los niños estén familiari-zados con el concepto de medida, tengan experiencias de mediciones directas del área, y hayan explorado la relación entre las medidas de los lados y el área para valores enteros. En el apartado “Plantear situaciones para elaborar y comparar diferentes proce-dimientos de cálculo” de este Cuaderno se han analizado procedimientos que los niños elaboran para multiplicar fracciones. Este contexto permite darle sen-tido a dicha operatoria y avanzar hacia la sistematización del procedimiento. Para avanzar en la sistematización de otros procedimientos para el cálculo de áreas es necesario que los alumnos puedan comprender que el producto de las medidas de los lados de un rectángulo o cuadrado permite optimizar el cálculo del área. Por ejemplo, para el caso del paralelogramo se propuso, en un 6º año/grado, la siguiente actividad. • Dado un rectángulo de 4 cm de largo por 1,5 cm de alto y un paralelogramo de igual base y altura a los lados del rectángulo, ¿es posible utilizar lo que sabés del área del rectángulo para calcular el área del paralelogramo? Nap 165 EJE Geometría y Medida
  • 167. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 4 2 Algunos alumnos encuentran que __es posible transformar el paralelogramo en el rectángulo, como se muestra en el siguiente dibujo, y luego miden los lados del nuevo rectángulo. Otros miden y luego multiplican los lados del paralelogramo (4 cm x 2 cm = 8 cm2). También pueden hacer el conteo de los cm2 y de los 1cm2 ó 1cm2. 166 Serie Cuadernos para el aula Ante la diferencia de los resultados, especialmente para la estrategia que multi-plican los lados del paralelogramo, una docente planteó la siguiente discusión respecto de la relación entre la medida de los lados del rectángulo y la de los lados del paralelogramo. Registro de clase Docente: –¿Cómo es posible que el cálculo del área del rectángulo les de, a algunos alumnos, 6 cm2 y a otros, 8 cm2? Alumno A: –Nos da diferente porque multiplicamos lados diferentes (4 x 1,5) y ellos 4 x 2,...). Alumno B: –El lado del paralelogramo quedó adentro de la figura, es de donde lo pegamos... Alumno C: –Lo que mide 1,5 cm es este segmento (Señala el segmento punteado de la primera figura.) por donde cortamos el triangulito que trasladamos. Docente: –¿Qué relación existe entre el ancho y el alto de ambas figuras? Alumno D: –Las bases, lados de abajo, se mantienen cuando los superponemos. Alumno E: –Cuando superponemos las dos figuras, las bases coinciden y el alto de las dos también es igual (1,5 cm) y eso te da la cantidad cuadrados de 1cm2. Estas reflexiones de los alumnos son las que permiten luego llegar a compren-der que la expresión base por altura o ancho por alto es útil para calcular el área del paralelogramo. La docente intervino recuperando las ideas respecto de la altura de ambas figuras y explicitó que la altura del rectángulo es la misma que
  • 168. Nap Matemática 6 la altura del paralelogramo y que en el caso del rectángulo, el valor de uno de los lados es el valor de la altura, lo cual no ocurre en el paralelogramo. Es decir, el valor del lado y la altura del paralelogramo no son coincidentes. Así, el trabajo de búsqueda de áreas equivalentes, dobles o mitades, las trans-formaciones de unas figuras en otras de áreas equivalentes permiten el cálculo de áreas de otros polígonos. Cabe señalar que no es necesario presentar las fór-mulas, basta con poder explicitar las relaciones entre las datos iniciales, las medidas de la figura transformada y la relación entre las áreas. La posibilidad de generalizar20 un procedimiento para una misma clase de figuras, como por ejem-plo los triángulos, aun cuando tengan distintas propiedades (isósceles o no, obtusángulos, rectángulos o acutángulos) y establecer fórmulas, requiere una exploración bastante intensa sobre casos particulares y de la discusión, a partir de intervenciones específicas del docente, sobre la posibilidad de usar una misma estrategia para figuras de distinta forma. Asimismo, habrá que variar las medidas utilizando primero valores que permitan establecer relaciones fácilmen-te para luego avanzar con otras expresiones. Como ejemplo del tipo de trabajo que podemos plantear para otros polígonos se presentan a continuación los procedimientos para calcular el área de un trián-gulo isósceles de 3 cm de altura y 4 cm de base. Los procedimientos fueron rea-lizados por tres grupos diferentes de niños y los relatos siguientes fueron expre-sados por los representantes de dichos grupos. Registro de clase Leila: –Nosotros lo cortamos por la mitad y después pusimos uno al lado del otro formando un rectángulo. La altura del rectángulo es la misma que la del triángulo pero la base es la mitad, así que el área es dos por tres. 20 Recomendación de lectura: véase el apartado “La gestión de la clase” en “Enseñar Matemática en el Segundo Ciclo” de este Cuaderno. 167 EJE Geometría y Medida
  • 169. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 168 Serie Cuadernos para el aula Ilan: –Nosotros armamos un rectángulo alrededor. La base del rectángulo es de cuatro y la altura de tres, pero el rectángulo es más grande, es el doble, así que después hay que hacer la mitad… doce. Dividido dos… seis. Fernando: –El otro día hicimos el área de un rombo multiplicando las diagonales y dividiendo por dos, así que nosotros armamos un rombo con dos triángulos. Las diagonales son de seis y de cuatro, seis por cuatro veinticuatro, dividido dos son doce. Como son dos triángulos, cada uno mide seis. A partir del análisis de estos procedimientos utilizados por los alumnos, la maes-tra propuso a cada grupo que Escriban un instructivo para describir uno de los tres procedimientos y luego se lo entreguen a otro grupo para que calcule el área de MNP, sin hacer nuevos dibujos o recortes.
  • 170. Matemática 6 2 En una _discusión compartida por todo el grupo, compararon los instructivos y los cálculos. Esto permitió comprobar la equivalencia entre lo realizado por cada grupo de chicos y posibilitó que surgieran diferentes producciones, como por ejemplo altura del triángulo x 1de la base del triángulo, o bien base del trián-gulo x altura del triángulo, dividido 2 como así también 1_2 de base del triángu-lo x doble de la altura del triángulo dividido 2. Para continuar, retomando los instructivos recientemente elaborados por los grupos, se podría proponer discutir cuáles de esos instructivos sirven cuando el triángulo no es isósceles o cuando se dan otros datos. De esta manera, estamos iniciando una nueva exploración en la que primero promoveremos que los alumnos anticipen y luego pasaremos a las comprobaciones que podrán ser a través del cálculo sobre figuras de análisis y, eventualmente, a través de medi-ciones o recortes de papel. Por ejemplo: • a) ¿Qué medidas tendrías que tomar para calcular el área de OPQ, sabiendo que OP = PQ y que PQ mide 5 cm? Nap 169 EJE Geometría y Medida b) Si PQ midiera 5 cm, pero el triángulo no fuera isósceles, ¿qué medidas tomarías?
  • 171. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 170 Serie Cuadernos para el aula • Para calcular el área de este triángulo, Ana dice que lo transforma en un rectángulo de base AB y divide por 2. Mirta afirma que es más fácil transformarlo en un paralelogramo de base CB y también dividirlo por 2. a) ¿Qué medidas toman Ana y Mirta? b) ¿Qué cálculos hacen? Otra posibilidad sería que elaboren instructivos para el nuevo triángulo, o bien mostrar a los alumnos los procedimientos realizados por Leila, Ilan y Fernando y pedirles que determinen si son correctos o no y por qué, para que luego elabo-ren los nuevos instructivos correspondientes. Un aspecto a tener en cuenta es el significado que dan los alumnos a las expresiones base y altura, ya que cuando los dibujos se presentan siempre en la misma posición esto lleva a asociar la base con un segmento horizontal y la altura con uno vertical. Asimismo, habrá que descubrir que en un mismo triángu-lo se pueden identificar tres pares de datos que permiten calcular el área. Plantear situaciones para avanzar en la exploración de relaciones entre perímetros y áreas Al iniciar el trabajo con áreas y perímetros, un aspecto importante a considerar es la diferenciación entre ambos conceptos. Esa confusión entre áreas y perímetros provoca, muchas veces, que las medidas del perímetro y del área aparezcan inter-cambiadas entre sí. Por ejemplo, el área muchas veces aparece expresada en cen-tímetros y no en centímetros cuadrados, como si solo fuera un problema de denominación. Por otro lado, los alumnos suponen la existencia de alguna vincula-ción entre ambos y tienden a pensar que la variación de uno de estos atributos implica la modificación del otro en la misma relación. Por ejemplo, si aumenta el área, aumenta el perímetro, si mantenemos el área, se mantiene el perímetro. Las actividades que abordan la conservación del área variando el perímetro y las que presenten figuras isoperimétricas (de igual perímetro) en las que varíe el área favorecerán la diferenciación entre ambas magnitudes. Un ejemplo podría ser el conjunto de las dos actividades siguientes. Para esta primera actividad, es posible organizar la clase en grupos de cua-tro integrantes y entregar a cada grupo tarjetas con cuadrados del mismo tama-ño divididos en cuatro partes de igual área.
  • 172. Matemática 6 • ¿Es posible que las partes en las que se han dividido los distintos cuadrados tengan igual área? ¿Cómo lo justificás? Nap 171 EJE Geometría y Medida Al resolver esta situación los chicos pueden desplegar algunas estrategias tales como: - Comparar las figuras A y B y justificar que las mitades en ambos casos son iguales, ya sea porque las superponen o porque observan que ambas mitades tienen la misma forma. - Transformar la figura base de B, en la figura base de A, compensando la superficie, trasladando “el cuadradito” (lo explican dibujando sobre la ficha o recortando y trasladando). - Tomar el cuadradito como “unidad de medida” y justificar diciendo este cua-dradito entra cuatro veces en la figura base de B y también en la figura base A (algunos alumnos se valen del papel cuadriculado para hacer la reproducción de la figura y poder explicar sus argumentos). - Justificar la congruencia de parte de la figura A y E, rotando una de las figu-ras y descomponiendo en mitades los dos cuadrados para cubrir los otros dos rectángulos. - Compensar las áreas, por ejemplo al analizar la figura C dicen este trianguli-to que sobra de acá falta allá para formar la letra ele (señalando la figura B). - Reconocer la misma forma contenida cuatro veces en el cuadrado en las figuras A, B, C y D - Componer con distintas figuras diciendo: está formada por un rectángulo grande y los triángulos de los costados, calcar y superponer para mostrar la congruencia. Al desarrollar esta actividad, los alumnos suelen expresar sus conclusiones con expresiones tales como: - No parecía que todas fueran un cuarto del cuadrado. - No parecía, porque tenían formas diferentes, pero midiendo (se refieren a las compensaciones) nos dimos cuenta que valían lo mismo, la cantidad de cua-draditos es la misma, cortados o enteros. - Las mitades de D parecen más grandes que las de A, B, C y E, pero... las dos son mitades y el cuadrado es el mismo... tienen que ser iguales... - Si contás uno por uno (figura C) los cuadraditos que están enteros y des-pués le sumás los que están en mitades te dan la misma cantidad.
  • 173. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 172 Serie Cuadernos para el aula En los casos en los que persistan las dudas, podremos sugerir que reproduz-can las figuras en papel cuadriculado para verificar midiendo (contando los cua-draditos que conforman cada figura base) o bien armar una cuadrícula sobre la figura dada. De las discusiones planteadas es posible concluir que las figuras de formas diferentes pueden tener igual área. Esta segunda actividad apunta a focalizar sobre los perímetros de figuras de diferente forma e igual área. Para desarrollarla, los alumnos deberán tener dis-ponible papel cuadriculado, que pueden usar o no. Es importante aclarar que todos los grupos tienen las mismas figuras. • Las figuras A, B, C, D y E tienen diferentes formas pero igual área. Averiguá si todas tienen el mismo perímetro. Justificá tu respuesta. Al resolver esta consigna, los chicos suelen afirmar, por ejemplo, que para la figura A hay 4 cuadraditos más 4 cuadraditos más los otros dos son diez cua-draditos. Para aclarar esta confusión entre lados y cuadraditos es conveniente 2 que intervengamos _preguntando ¿dónde están los diez cuadraditos? o bien, ¿y esos 10 cuadraditos ¿cuántos cm son, aproximadamente? Al responder, es posible que los chicos aclaren que se referían a la longitud del lado o traduzcan ese valor a cm, tomando la longitud del cuadradito como 1cm. Estos fueron algunos procedimientos que utilizaron los chicos para calcular el perímetro de cada figura. - Asocian los segmentos de igual longitud: 2 cm, 2 cm, 0,5 cm, 0,5 cm. - Suman segmentos consecutivos: 2 cm + 0,5 cm + 2 cm + 0,5 cm. Respuesta: 5 cm.
  • 174. Nap Matemática 6 173 EJE Geometría y Medida - Asocian los segmentos de igual longitud: 1,5 cm + 1 cm + 1 cm + 0,5 cm + 0,5 cm + 0,5 cm. - Suman segmentos consecutivos: (1,5 cm + 0,5 cm + 1 cm + 0,5 cm + 0,5 cm + 1 cm). - Hacen otro tipo de asociaciones (2 cm + 1 cm + 1 cm Respuesta: 5 cm. + 1 cm). Respuestas: - 5 cm. En la mayoría de los grupos, los alumnos discuten sobre la longitud de los segmentos que están sobre las dia-gonales - Más de 5 cm. del cuadrado (0,5 cm o más de 0,5 cm) y utili-zan la regla diciendo que es un milímetro más (0,6 cm). En la puesta en común, podremos propiciar la discusión respecto del perímetro de la figura C, ya que generalmente no les da a todos igual. Podremos acordar que el valor del perímetro tiene una diferencia más o menos de 1 mm. Algunas expresiones de los chicos suelen ser: tiene la culpa la regla; no se ve bien por-que la rayita del lápiz es casi la diferencia o bien: Mirá, si me corro un poqui-to para este lado, ya veo que mide más.... Esto permite aclarar que siempre que medimos hay un error que se relaciona con el instrumento o con nosotros. Con respecto a la figura D, los alumnos suelen asombrarse de las diferencias que existen entre el perímetro del rectángulo y del cuadrado, y es habitual que lo calculen varias veces. La discusión respecto de la variación de la forma y del perímetro para figuras de igual área permite concluir que las figuras dadas que tienen igual área, no tienen igual el perímetro. Para continuar trabajando con la relación entre perímetro y área es posible pro-poner una secuencia como la que sigue, con actividades en las que, a diferencia de las anteriores, los alumnos producirán figuras con un área o perímetro indicado. Secuencia para relacionar perímetros y áreas: “Dibujando figuras” Actividad 1 Una primera propuesta consiste en que solicitar a los alumnos que dibujen figu-ras de igual área y distinto perímetro. Los alumnos trabajarán por parejas y a cada una se le dará una hoja de papel cuadriculado de malla 1cm2. Daremos una consigna como la siguiente: En la hoja que les entregué tienen que dibujar figuras de 12 cm2 de área pero que tengan diferente perímetro. Acuerden con sus compañeros para que entre las producciones no se repita la forma de la figura y calculen los perímetros.
  • 175. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 174 Serie Cuadernos para el aula Las que siguen son algunas respuestas de los alumnos al cumplir la consig-na dada. Son figuras de área equivalente 12 cm2, en las que se ha variado la forma y el perímetro. Cuando los alumnos realizan estas producciones, en los intercambios con sus compañeros es posible escuchar reflexiones como: Para lograr mayor perímetro los cuadraditos deben estar más sueltos, así se aumenta el contorno de la figu-ra, o Hay que hacer figuras con muchas vueltas, o Para tener menor perímetro hay que ponerlos uno al lado del otro y uno arriba del otro, o En el rectángu-lo, que ponés los cuadraditos uno al lado del otro tiene mayor perímetro que el otro que ponés los cuadraditos uno al lado de otro y también arriba. En la discusión final, propondremos que compartan las estrategias que utiliza-ron los alumnos. Es posible que al observar el registro de las figuras en el pizarrón y los valores de los perímetros, los chicos intenten lograr figuras con el mayor o menor perímetro posible, que traten de buscar figuras con medidas de perímetros que no aparecieron, por ejemplo: 15 cm, 18 cm, 49 cm, etc., y realicen algunas afir-maciones, tales como El valor más grande del perímetro es de 48 cm (apenas si se tocan por un punto), o Siempre te da un número par el valor del perímetro. En las figuras que realizan los chicos, generalmente se observa que las medi-das de sus lados son números enteros. Actividad 2 En función de las formulaciones de los alumnos, podremos continuar con la segunda actividad. Pediremos la figura de menor y de mayor perímetro posible para un área de 16 cm2. Este cambio en el valor del área permite que aparez-ca el cuadrado como figura de menor perímetro pues solo se consideran por ahora valores enteros para el lado de cuadrado.
  • 176. Nap Matemática 6 175 EJE Geometría y Medida Si consideramos el caso del cuadrado para 12 cm2, habría que discutir el cálcu-lo de la raíz cuadrada cuyo resultado no es un número entero, para averiguar la longitud del lado. Actividad 3 En esta actividad los alumnos continúan trabajando en parejas. Nuevamente, les daremos papel cuadriculado de malla 1 cm2 y papel liso. La consigna de la actividad consiste en que dibujen figuras de 12 cm de perímetro variando el área. Propondremos que en cada grupo se pongan de acuerdo para que varíen las formas y el área. En los dibujos de los alumnos pueden aparecer figuras como las siguientes: Para resolver esta actividad, es probable que aparezcan estrategias en las que los chicos utilicen sumas y propiedades de las figuras, por ejemplo, plantear que pueden hacer rectángulos de lados 5 cm y 1 cm (5 + 5 +1 + 1), ó 4 cm y 2 cm (4 + 4 + 2 + 2), o un cuadrado de lado 3 cm. También es probable que reutili-zando lo realizado en las actividades anteriores, realicen los cuadrados en dia-gonal o los cuadrados que se tocan por un vértice de lados 1 cm (4 + 4 + 4). Es interesante comparar esta figura y el cuadrado, ya que sus áreas son 3 cm2 y 9 cm2 respectivamente. Otros alumnos, sin realizar ninguna anticipación, van construyendo las figuras sobre la cuadrícula contando hasta llegar a 12 cm. Esta estrategia los conduce en varias oportunidades a no poder cerrar la figura y a preguntarse si esas for-mas tienen área, y se dan cuenta de que no pueden decir cuál es el área, por-que la figura no es cerrada.
  • 177. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 176 Serie Cuadernos para el aula Algunos alumnos seguramente utilizarán el papel liso y la regla, lo que les per-mitirá realizar otras figuras con formas diferentes. En la puesta en común, es conveniente ordenar según la variación de las áreas las figuras de 12 cm de perímetro, para orientar la reflexión de los alum-nos hacia la relación que se establece cuando el perímetro permanece cons-tante y las áreas toman valores diferentes. El análisis sobre sus conjeturas o la problematización de las mismas permitirá avanzar en los conceptos de períme-tros y áreas. En general, con actividades de estas características, los problemas de conser-vación de alguna de las dos magnitudes (longitud y superficie) se ponen en juego a través de trasformaciones que se observan al mantener invariante una de ellas. Actividad 4 También es importante explorar la variación del perímetro de una figura cuando varían las dimensiones de sus lados. • Un grupo de alumnos construyó figuras con la condición dada por la maestra. Hicieron lo siguiente. a) ¿Cuál creés que fue la condición que les dio la maestra? b) ¿Qué relación encontrás entre los lados de la figura A y los de la figura C? c) ¿Es posible obtener los lados de la figura B conociendo los lados de la figura A? ¿Cómo? d) Si el perímetro de la figura A es 12 cm, ¿es posible con una sola operación obtener el perímetro de la figura C? ¿Cuál es esa operación?
  • 178. Nap Matemática 6 177 EJE Geometría y Medida • En otro grupo, los chicos tuvieron que construir una figura cualquiera con la misma consigna que en la actividad anterior. En este caso, la maestra les dio las medidas de los lados en una tabla. Completá los valores que faltan. FIGURA LADOS AB BC CD DE EF P 4 6 8 3 R 10 15 25 Reproducir una figura a escala diferente, es decir achicar o agrandar una figura, implica para los alumnos lograr que las relaciones de la figura dada se conser-ven en la reproducción. En el ejemplo se plantea la necesidad de descubrir la relación multiplicativa de proporcionalidad entre los datos de una y otra figura. En el apartado “Plantear situaciones para operar con distintos significados y en distintos portadores” de este Cuaderno se analizan situaciones en las que la constante de proporcionalidad asume valores naturales como racionales. Otro tipo de actividades que podremos plantear para avanzar en el análisis de variaciones en contextos geométricos y que permiten, a la vez, reinvertir lo aprendido sobre propiedades de las figuras es, por ejemplo, la siguiente: • Para cada figura analizá cómo aumenta el perímetro cuando la longitud de los segmentos que miden 3 cm se duplica, se triplica, se reduce a la mitad o se reduce a la cuarta parte. a) ¿En algún caso podrías decir que la longitud del lado y el perímetro se relacionan de forma proporcional? b) ¿Cambia la respuesta que diste en el ítem a) si en los casos II y IV todos los lados aumentan el doble, el triple, etc.?
  • 179. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 178 Serie Cuadernos para el aula I. II. III. IV. Una vez más los alumnos podrán justificar sus respuestas utilizando dibujos, mediciones, cálculos y la elección dará cuenta de los conocimientos que tienen disponibles tanto en relación con las propiedades de las figuras y el cálculo del perímetro como con la proporcionalidad. La variación de las figuras y de las con-diciones permitirá que los alumnos encuentren ejemplos de variaciones de perí-metros tanto proporcionales como no proporcionales. Plantear situaciones para analizar la escritura de cantidades Habitualmente, utilizamos el término cantidad para referirnos al valor que toma una magnitud en un objeto particular, por ejemplo, el largo de una varilla. Pero esa longitud también hace referencia a cualquier objeto que pueda superponer-se exactamente con el largo de esa varilla. Para comunicar cantidades sin necesidad de tener a la vista las unidades que se usaron para medir, se crea un sistema de unidades. Si bien cualquier sistema podría ser válido y cómodo para expresar las mediciones, hay razones que justi-fican el uso de un sistema regular común acordado universalmente. En la actua-lidad, el sistema métrico decimal de uso más extendido es aquel que realiza los cambios de diez en diez, en las magnitudes lineales, y según las potencias de diez en las otras magnitudes.
  • 180. Nap Matemática 6 La utilización de cambios regulares es, precisamente, lo que asemeja el siste-ma de medidas al sistema de numeración y, en ambos casos, se hace necesaria la comprensión de los diferentes órdenes de unidades para entender y elaborar escrituras numéricas. La escritura de la medida tiene su equivalente en lo que refiere a la descomposición de un número en unidades, decenas y centenas, etc. El dominio de las escrituras de cantidades a partir de un sistema regular de medidas es objeto de trabajo en 6º año/grado. El problema de las escrituras equivalentes es complejo, ya que en su comprensión se involucran otros concep-tos, por ejemplo el valor de posición y la importancia del cero. A los problemas relativos a los números decimales se añaden los propios de la medida en lo refe-rente a escrituras con diferentes unidades. Frecuentemente, los alumnos suelen cometer errores para pasar de la lectura a la escritura de cantidades cuando estas tienen ceros. La siguiente actividad, que presentaremos eventualmente con modificaciones teniendo en cuenta las unidades ya conocidas por la clase, tiene como propósi-to favorecer en los alumnos el establecimiento de relaciones entre los distintos órdenes de magnitud. • Dadas las siguientes cantidades, agrupalas según sean mayores que un metro o menores que un metro. 0,1 km 900 cm 86.000 mm 750 dm 1,6 hm 12 dam Luego de un tiempo breve de trabajo individual, es posible realizar un plenario para discutir sobre las respuestas de los alumnos. En un grupo de 6º año/grado, los alumnos manifestaron, por ejemplo: - Todas las cantidades son mayores que un metro. - Hay una menor (0,1 km) y el resto son mayores que un metro. - Hay tres menores (señalando 900 cm, 86.000 mm, 750 dm) y las demás son mayores. Entre las justificaciones que dan los alumnos es posible observar que algunos consideran la medida sin tener en cuenta la unidad, por ejemplo 0,1 km es menor que un metro porque 0,1 es menor que 1. Otros tienen presente la uni-dad de medida, independientemente de la medida: 0,1 km es mayor que el metro porque tiene el km y 900 cm, 86.000 mm, 750 dm las agrupan como menores que el metro. Para el caso del 1,6 hm, en general aparece como mayor que el metro, ya sea porque consideraron la unidad de medida o la medida. 179 EJE Geometría y Medida
  • 181. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 180 Serie Cuadernos para el aula En el momento de la discusión, podremos intervenir con preguntas o proble-matizaremos las afirmaciones de los alumnos para favorecer la posibilidad de imaginar o concretar esas cantidades, de pensar en la relación que existe entre la medida y la unidad de medida y también de buscar información respecto de las equivalencias conocidas. Seguramente, nos encontraremos con reflexiones como las siguientes: - Te engaña, ¿viste?, te parece que es más chica que el metro porque decís centímetro y no te fijás en el número. - Hay que mirar bien los dos, porque puede ser un número grande con una unidad chiquita (la del mm) o un número chiquito con la unidad grande (1 km). Pero cuando las dos son grandes, seguro que es mayor que un metro (1,6 hm y 12 dam). - Para estar seguro hay que pensar cuanto es de largo, con algo que conocés. Para seguir trabajando con estas relaciones, continuando con esta propues-ta, es posible pedirles a los chicos que ordenen de mayor a menor las cantida-des anteriores. En este caso, no es suficiente compararlas con un metro para encontrar la respuesta, deberán comparar las cantidades entre ellas. Es posible que la mayoría de los alumnos expresen las cantidades en metros y luego las ordenen. En este caso, una intervención posible es: si un chico expresa todas las cantidades en otra unidad, van a quedar ordenadas de igual manera e incluso podremos pedirles que anticipen cómo será el tamaño de los números en función de la unidad elegida: Si pasamos todos a hm o dm, ¿en qué caso los números serán más grandes? Para analizar diversos procedimientos, si es que no surgieron espontáneamen-te en el grupo, es posible intervenir diciendo Un chico leyó en letras: la décima parte de un kilómetro y escribió en números: 0,1 km = 1_ 10 de 1000 m = 100 m. ¿Es correcto? O bien, Un chico dijo dijo que 1 hm es una cuadra, es decir 100 metros, entonces 1,6 hm son 160 metros. ¿Están de acuerdo? A partir de esta actividad, es posible concluir: para ordenar cantidades o compararlas es conveniente expresarlas siempre en una sola unidad de medi-da, no tiene porque ser siempre el metro, pueden ser otras. Para avanzar en las relaciones que explicitaron los alumnos en relación a cuánto más chica es la unidad de medida, mayor es la medida y viceversa, podremos plantear situaciones donde se pongan en juego las equivalencias entre cantidades y se expliciten las relaciones entre medidas y unidades de medidas, como en la siguiente.
  • 182. Nap Matemática 6 • Teniendo en cuenta lo discutido sobre unidades y medidas respondé a las preguntas. a) ¿Será verdad que si elegimos unidades mayores el valor de la medida será menor? ¿Por qué? b) ¿En qué unidad expresarías 86 m, sin variar la cantidad, para que la medida sea mayor que la dada? c) La siguiente cantidad: 25 cm, se quiere expresar en una unidad de medida 100 veces mayor. ¿Cuál es la unidad? ¿Cuántas veces más pequeña es la medida? d) ¿En que unidad expresarías la cantidad 86.000 mm para que la medida (el número) sea más pequeño y no varié la longitud? En estas actividades, observaremos que los alumnos suelen poner en juego algu-nas relaciones y conocimientos que han aprendido anteriormente, por ejemplo: - Las relaciones entre múltiplos y submúltiplos en relación específica con el metro: 1 m = 100 cm, 1 m = 1_ 10 dam. - La relación 1 cuadra igual a 100 metros a partir de la experiencia cotidiana. Asocian como si fueran sinónimos la cuadra y el hectómetro, o la regla del aula tiene 100 centímetros. - Las correspondencias entre la numeración hablada y las escrituras fraccio-narias y decimales de los números y las relaciones 1_2 ó 0,5 metro equivale a 50 centímetros; 1 cuadra es un hectómetro, 100 metros; 1_2 cuadra equivale a 50 metros; 1_4 de cuadra son 25 metros; dos cuadras y media son 250 metros (2,5 hm = 250 m). Otras actividades que podemos proponer para avanzar en la explicitación de la estructura del sistema métrico son las siguientes: • Dado el segmento A y sabiendo que este segmento tiene el doble de longitud que el segmento U, construí y ordená en forma creciente las longitudes de los segmentos A, B, C, D, E, F, G. B = 2 A C = 2,5 A D = 4 U E = 1/2 A + 1 U F = 2 A + 1 U G = 5 U Para realizar la actividad, los alumnos tendrán que interpretar las relaciones de las escrituras que se presentan, para luego poder construir los segmentos. Al ordenarlos, y con la ayuda que les proporciona el dibujo, los chicos podrán deter-minar tres grupos de segmentos de igual longitud y establecer relaciones como las siguientes. 181 EJE Geometría y Medida
  • 183. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 182 Serie Cuadernos para el aula A = E B = D E menor que B C = F F = G D menor que C 2 _En plenario, es importante que dirijamos la reflexión sobre: - Las relaciones entre las unidades de medida y los valores de las medidas. - Al utilizar las unidades A o U los números de las medidas varían en relación inversa, porque si A es el doble que U, la medida expresada en A es la mitad de la medida expresada en U. - Las diferentes escrituras de la medida 1 U = 1A = 0,5 A, utilizando núme-ros enteros o no (expresión fraccionaria o decimal) en función de la unidad de medida elegida. - Los significados de las escrituras unificadas, por ejemplo, 5 U (respecto de una unidad) en relación con las escrituras complejas 2 A + 1_2 U y sus equiva-lencias 2 A + 1_2 U = 5 U = 2,5 A. - Las lecturas de las escrituras equivalentes y la significación que estas pue-den aportar para imaginar una cantidad. Por ejemplo, pensar que C es dos veces y media el segmento A es más simple que pensar que C es dos veces el seg-mento A más una vez el segmento U. Otras actividades que favorecerían la construcción de estas relaciones podrí-an ser las siguientes. • Indicá en cada caso qué relación encontrás entre U y M. a) 2 U = 8 M b) 6 U = 3 M c) 10 U = 100 M d) 1 U = 1000 M • Dadas las siguientes equivalencias, ¿cuántas veces mayor o menor son U, M, y P que la unidad A? Justificá tu respuesta. a) 2 A = 6 U b) 10 A = 1 M c) 5 A = 50 P Como ya lo mencionamos, en todos estos casos es importante la reflexión permanente sobre las equivalencias de cantidades de diferentes magnitudes, utilizando unidades no convencionales y convencionales con las relaciones de décimas, centésimas, etc.
  • 184. Nap Matemática 6 De forma similar, podemos proponer actividades como la anterior para poner en juego las relaciones que se establecen en el Sistema Legal de medidas. Por ejemplo: • Completá para que las expresiones resulten equivalentes. 10 cm = … m 10 cm = … 0,1… 10 … = 0,1 m … cm = 0,1… Si bien los ejemplos anteriores se han desarrollado teniendo en cuenta la longi-tud, que es la magnitud que con mayor frecuencia aborda el tratamiento esco-lar y permite comprobaciones empíricas muy accesibles, el mismo tipo de traba-jo puede plantearse para situaciones que se refieran a capacidades o pesos. Cabe advertir que para los alumnos no es directa la generalización: si 1 kilóme-tro equivale a 1000 metros, kilolitro equivale a mil litros y kilogramo a mil gra-mos, o que si para expresar una misma cantidad la unidad se reduce a la déci-ma parte la medida resulta 10 veces mayor, tanto para longitudes como para capacidades y pesos. En este sentido, no basta con trabajar en profundidad la longitud para pasar luego a sistematizar las relaciones entre unidades para otras magnitudes sin desarrollar antes actividades específicas al respecto. Para trabajar con la información Tal como hemos planteado, el trabajo sobre el tratamiento de la información es transversal a los ejes de contenidos. En el caso de los problemas espaciales, geométricos y de medida, este trabajo también concierne a la consideración de aspectos que pueden ser retomados en algunas de las actividades planteadas. Es el caso de la actividad con el plano de la sala de video de una escuela, presen-tada en el aparado “Plantear situaciones para producir e interpretar representaciones a escala”, donde se presenta información en un dibujo y en un texto. Aquí, la informa-ción del dibujo permite determinar la ubicación de las ventanas. Si no se diera el dibu-jo, no se conocería el lugar en el que colocar las mesas en relación con la ventana. Otro caso es el de la consideración del número de respuestas, por ejemplo en “Plantear situaciones para analizar la escritura de cantidades”, al completar … cm = 0,1 … Se podría discutir con los alumnos si este problema tiene una única respuesta y promover una búsqueda exhaustiva de todos los completa-mientos posibles. Si bien aquí hemos mostrado solo dos ejemplos, combinar los modos de pre-sentar la información y analizar cuando sea pertinente el número de soluciones son aspectos que permitirán al docente enriquecer el trabajo con problemas. 183 EJE Geometría y Medida
  • 186. Nap Matemática 6 185 siempre abierto En diálogo Las propuestas y la realidad del aula Para ampliar el repertorio y recrear las actividades Al desarrollar el enfoque para trabajar en la clase de Matemática hemos insisti-do en las elecciones que debemos realizar respecto de los tipos de problemas, sus modos de presentación y su secuenciación. También hemos señalado que la gestión de la clase será determinante respecto del sentido que los alumnos construyen sobre las nociones matemáticas, tanto por las interacciones que el docente promueva entre los alumnos y con las situaciones como por sus pro-pias intervenciones a lo largo del proceso de enseñanza. Por otra parte, hemos planteado que es necesario incorporar, más allá de la resolución de problemas, otras actividades, pues este no debiera ser el único tipo de práctica matemática que funcione en el aula, ya que es fundamental que las clases incluyan instancias de reflexión sobre lo que se ha realizado. En estas instancias, podrán plantearse, por ejemplo, actividades de comparación de pro-blemas realizados con alguna operación, o de comparación de diferentes estra-tegias para resolver un cálculo, algunas acertadas y otras no. También se podrá poner en consideración de los alumnos la recuperación de las propiedades de cada una de las figuras que han estudiado, a modo de síntesis. Para comparar problemas es posible revisar lo trabajado en el cuaderno duran-te una semana y señalar todos los problemas que se resolvieron con una determi-nada operación para comparar los enunciados, encontrar semejanzas y diferen-cias1 y pensar nuevos enunciados que podrían resolverse con la misma operación. En el caso de querer comparar estrategias de cálculo se puede recuperar, por ejemplo, el repertorio de sumas de fracciones que ya hayan memorizado todos los alumnos y registrarlo a modo de síntesis en un afiche que se cuelgue en el aula para luego utilizar esos resultados como ayuda para resolver otros cálculos. 1 Un ejemplo de este tipo de actividad se presenta en este Cuaderno, en el apartado “Plantear situaciones para operar con cantidades expresadas en fracciones o decimales con distintos significados”, en el que se presenta un fragmento de registro de clase.
  • 187. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 186 Serie Cuadernos para el aula Entre ellos, se podrá señalar cuáles son los que ya conocen de memoria y cada chico podría ir armando una tarjeta con todos los cálculos que él sabe o las pro-piedades que conoce y, de este modo, tomar conciencia de su progreso. Asimismo, en este apartado queremos avanzar sobre actividades que forman parte de la tradición escolar: las tareas para el hogar, y precisar algunas cues-tiones relacionadas con el Segundo Ciclo. Estas tareas, pensadas para que el alumno las desarrolle fuera de la escuela, renuevan su sentido en relación con los aprendizajes prioritarios y con el tiempo necesario de apropiación individual de los conocimientos trabajados en clase. La realidad compleja con la que hoy interactúa la escuela presenta aspectos que pueden hacer difícil llevar adelante el estudio. Sin embargo, aun en este esce-nario, es posible plantear alguna actividad desafiante para resolver fuera del aula. En este sentido, es imprescindible asegurarnos de que todos hayan comprendido cuál es el desafío que se propone, para evitar la creación de un obstáculo excesi-vo para los niños, o para los adultos que los acompañan cuando realizan sus ta-reas, que podrían intervenir en una dirección distinta de la que pretendemos. Deberemos ser muy claros para distinguir si la tarea debe hacerse con o sin ayuda y, en este último caso, precisar cuál es la ayuda que se espera. En el caso de los alumnos del Segundo Ciclo, a diferencia de los de Primer Ciclo, es posi-ble pensar en una mayor independencia de los adultos en la realización de estas tareas. Esto requiere que los mayores comprendan la importancia de este plan-teo y, al mismo tiempo, exige que las características de las actividades sean lo suficientemente similares y, a su vez, diferentes respecto de las discutidas en clase, de tal manera que todos los alumnos comprendan lo que se espera de ellos como producción; que tengan asegurado un lugar de importancia en el pro-yecto de aprendizaje del docente y que se garanticen con ellas verdaderas situa-ciones de aprendizaje para los alumnos. Las actividades que se pueden plantear para realizar fuera de la clase tam-bién podrán ser de distinto tipo. Por ejemplo, se podría seleccionar un conjunto de cuentas ya resueltas y pedir la comparación de los números que intervienen en los cálculos y los resultados para analizar semejanzas y diferencias y adver-tir regularidades. O también, proponer partidas simuladas sobre un juego que se realizó en clase en donde intervengan los números y cálculos con los que se estuvo trabajando y que den lugar a la práctica del cálculo mental. En cualquier caso, recuperar lo producido fuera de la escuela supone mucho más que “corregir” la tarea: se trata, en cambio, de organizar una nueva actividad diseñada de modo que tome como punto de partida lo reali-zado fuera de clase. Así, también es una excelente oportunidad para una inte-racción más personalizada con los alumnos y sus dificultades. Nos estamos refiriendo a plantear una tarea focalizada en aquellos aspectos que necesite profundizar cada niño o cada grupo. Todo esto permite que el alumno perci-
  • 188. Nap Matemática 6 ba que se valora su producción individual, al mismo tiempo que él mismo valo-re el tiempo que dedica para su estudio individual como una instancia más de su proceso de aprendizaje. Para construir espacios de debate Todas las actividades propuestas en este Cuaderno están sostenidas y funda-mentadas en una concepción del aprendizaje que implica una idea de lo que pensamos que debiera significar “hacer matemática” para los alumnos. Sin embargo, para transmitir y sistematizar esta idea del quehacer matemático a los niños y las niñas no es suficiente proponerles actividades “interesantes” que pro-picien en los alumnos aprendizajes diferentes y que los desafíen a buscar estra-tegias propias de resolución. Esperamos también que los alumnos desarrollen recursos de control sobre sus procedimientos y los ajenos, puedan fundamentar sus estrategias y argumentar en favor de ellas, descentrarse de sus produccio-nes e introducirse en las de sus compañeros, siendo capaces de apoyarlas o cri-ticarlas con fundamentos matemáticos. Hay momentos de la clase que son especialmente propicios para lograr este tipo de aprendizaje. Por eso afirmamos que además de la buena selección de actividades es fundamental tener en cuenta la organización y gestión de la clase que el docente es capaz de llevar a cabo para alcanzar estos objetivos. Los espacios de debate, como la confrontación de procedimientos, ponen a los alumnos en la situación de tener que dar cuenta de las estrategias utilizadas y de entender estrategias ajenas. Cuando los niños tienen que explicar a sus com-pañeros algo que no entienden, o hacerles entender por qué dicen que “está mal” o “está bien” tal o cual cosa, es cuando se les genera la necesidad de pen-sar la forma más clara de comunicar sus argumentos y fundamentos. Este es un plus frente a la actividad de resolver un problema, porque implica un trabajo de comprensión y dominio de la situación mucho mayor que solo resolverlo. El hecho de justificar “qué se hizo”, “cómo se hizo” “por qué se hizo” “si está mal o bien” implica de hecho una reflexión sobre la tarea realizada y una nueva mira-da sobre el problema, pero desde la posición de alguien que ya lo ha “desmenu-zado”, porque ya lo ha resuelto. Es decir, lo que les pedimos a los alumnos en estos momentos de debate involucra un aprendizaje diferente (y más complejo) del que implica la resolución de la actividad planteada. De aquí que la falta de gestión de estos espacios de debate limite los aprendizajes matemáticos en los alumnos. Desde la perspectiva de esta concepción del aprendizaje, no es lo mismo realizar una confrontación que no hacerlo, pues estos espacios son el corazón mismo de la diferencia en los aprendizajes que esperamos propiciar en los alumnos desde esta propuesta. 187 siempre abierto En diálogo
  • 189. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 188 Serie Cuadernos para el aula La organización y gestión de estos espacios de debate entre los alumnos implica también un aprendizaje por nuestra parte, ya que debemos aprender cómo intervenir, de manera de propiciar este tipo de aprendizajes en los alum-nos. Cuando los alumnos comienzan a producir solos y aparecen diferentes pro-cedimientos, de diferentes niveles de complejidad, con diferentes tipos de errores, se presenta la dificultad para nosotros, por un lado, para decidir qué dis-cutir y, por el otro, para saber cómo hacer para que los alumnos hablen y se pon-gan a discutir acerca de sus producciones. Decidir cuáles podrían ser buenas preguntas y cuáles desorientan más aun al alumno en este nuevo tipo de traba-jo en el que estamos embarcándolo es un desafío permanente. Es muy útil y conveniente en un primer momento no realizar preguntas abiertas como A ver, Juan, ¿qué te parece este procedimiento?, ya que la amplitud de la pregunta hace que un alumno que se está iniciando en este tipo de trabajo no pueda ima-ginarse cuál podría ser una respuesta razonable en este caso. En cambio, pre-guntas como A ver, Juan, fijate en lo que hizo Martín en esta cuenta, ¿qué son estos números?, ¿manzanas?, ¿cajones?, ¿qué tiene que ver esta cuenta con el enunciado del problema? ¿Para qué creés que la hizo?, son más concretas y más fáciles para imaginarse una posible respuesta. También es conveniente que estemos atentos especialmente a que estos debates no se transformen en una corrección de los procedimientos utilizados, en los que nuestra intervención esté asociada al control de lo realizado. Si es el docente el que finalmente tiene la palabra y queda depositado solo en él dar o no por válido lo que se hizo, los alumnos no sienten la necesidad de emitir su opinión más que para rendir examen frente al maestro y frecuentemente no se muestran interesados en responder a las preguntas que este formula en ese momento de trabajo colectivo. En ese caso, la Matemática sería vivida como una serie de reglas y definiciones predeterminadas que hay que reconocer y aplicar. Si, en cambio, nuestra intervención en el debate intenta recuperar lo que los alumnos están haciendo y promovemos la discusión alrededor de esas produc-ciones, habrá un verdadero espacio de discusión, una situación genuina de comunicación en la que intercambiarán distintos puntos de vista, para llegar a una conclusión aceptada por el conjunto de la clase. En este caso, el trabajo se valida por la comunidad clase, y el maestro interviene conduciendo el debate entre los chicos o introduciendo preguntas nuevas y sistematizando las conclu-siones a las que se arribe; en principio, estas conclusiones podrán ser registra-das tal como las formulen los alumnos aunque su expresión no se ajuste com-pletamente a las expectativas del docente. En una etapa posterior se podrán revisar estas enunciaciones y, por ejemplo, compararlas con lo que se dice al respecto en un libro de texto, para avanzar en el uso del vocabulario específico y/o discutir cuestiones ligadas al uso de distintas anotaciones. Asimismo se
  • 190. Matemática 6 podrá volver sobre estos enunciados para analizar su “campo de validez” y modi-ficarlos, si fuera necesario, para avanzar en el nivel de generalidad de lo que se afirma, ya que algunas afirmaciones son verdaderas en un campo numérico, o para un conjunto de figuras, y no lo son para otro. Si esta práctica forma parte de lo que queremos enseñar, es imprescindible considerar que necesita construirse a lo largo de toda la escolaridad, teniendo en cuenta las características propias de los niños en cada etapa. Las propuestas incluidas en este Cuaderno forman, sin duda, una pequeña colección de casos con algunas sugerencias para su implementación y gestión. Su uso en el aula dependerá de las decisiones que, al respecto, se tomen en cada institución, atendiendo tanto a los proyectos institucionales como a las par-ticularidades de cada grupo de alumnos y de la comunidad. En muchas ocasiones, la lectura y discusión de estos casos derivará, segura-mente, no en la “aplicación” de los ejemplos analizados, sino en nuevas propues-tas adaptadas tanto a los conocimientos del grupo de alumnos como a la forma de trabajo del docente que las desarrolle. En este sentido, resultará muy interesante el debate que se genere en el equipo de la escuela a propósito de su uso, los intercambios de lo ocurrido en las puestas en aula con los colegas y la sistematización de las nuevas propues-tas que se puedan formular. Del mismo modo, la consulta de los materiales recomendados en la sección “Bibliografía” de este Cuaderno permitirá ampliar la perspectiva presentada, multiplicar la variedad de propuestas y abrir nuevas preguntas sobre la enseñan-za de la Matemática. Nap 189 siempre abierto En diálogo
  • 192. Nap Matemática 6 Bibliografía recomendada para docentes BRESSAN, A. M. y BOGISIC, B. (1996), La estimación. Una forma importante de pensar en matemática. Desarrollo Curricular, Consejo Provincial de Educación de Río Negro. (También disponible en Internet.) BROITMAN, C. (COORD.), ESCOBAR, M. y SALGADO, M. (2007), División en 5º y 6º años de la escuela primaria. Una propuesta para el estudio de las relaciones entre dividendo, divisor, cociente y resto, Documento de apoyo para la capaci-tación, DGCyE / Subsecretaría de Educación. (También disponible en Internet.). CHARNAY, R. (1994), “Enseñar matemática a través de la resolución de proble-mas” en: PARRA, C. y SAIZ, I. (comps.) (1994), Didáctica de las Matemáticas. Aportes y reflexiones, Buenos Aires, Paidós. CHEMELLO, G. (COORD.), HANFLING, M. y MACHIUNAS, V. (2001), Juegos en Matemática EGB 2, El juego como recurso para aprender. (Material para docentes y recortable para alumnos), Buenos Aires, Ministerio de Educación Ciencia y Tecnología. (También en Internet.) FUENLABRADA, I., BLOCK, D., BALBUENA H., CARVAJAL, A. (2000), Juega y aprende Matemática. Propuestas para divertirse y trabajar en el aula, Buenos Aires, Novedades Educativas. GARCÍA, A. M., ZORZOLI, G. (1998), Revista Lápiz y papel. Matemática, La medi-da, Buenos Aires, Tiempos Editoriales. PANIZZA, M. (1997), “Aproximación al análisis del error desde una concepción constructivista del aprendizaje”, en: BRESSAN, A. y OTROS (1997), Los CBC y la Matemática, Buenos Aires, AZ. PANIZZA, M. (2003), “Reflexiones generales acerca de la enseñanza de la Matemática”, en: Enseñar Matemática en el Nivel Inicial y el Primer Ciclo de la EGB. Análisis y propuestas, Buenos Aires, Paidós. PANIZZA, M. y SADOVSKY, P. (1991), El papel del problema en la construcción de los conocimientos matemáticos, Buenos Aires, FLACSO. 191 Bibliografía
  • 193. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología 192 Serie Cuadernos para el aula PONCE, H. (2000), “Proporcionalidad: del dogma a la construcción de los pro-cedimientos”, “Proporcionalidad: entre los procedimientos y la búsqueda de regularidades” y “Nociones de estadística” en: Enseñar y aprender matemáti-ca. Propuestas para el Segundo Ciclo, Buenos Aires, Novedades Educativas. PUJADAS, M. y EGUILUZ, M. L. (2000), Fracciones, ¿un quebradero de cabeza? Sugerencias para el aula, Buenos Aires, Novedades Educativas. SADOVSKY, P (COORD.) LAMELA, C., CARRASCO, D. (2005), Matemática. Fracciones y números decimales. 6º grado. Apuntes para la enseñanza. Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Secretaría de Educación. Dirección General de Planeamiento. Dirección de Currícula. SADOVSKY, P. (COORD.), BROITMAN, C.; ITZCOVICH, H., QUARANTA, M. E. (2001), “Acerca de los números decimales. Una secuencia posible”, en: Aportes para el Desarrollo Curricular Matemática, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. (También disponible en Internet.) Documentos curriculares para Nivel Primario – EGB 2, en Internet La enseñanza de la división en los tres ciclos. La enseñanza de la geometría en la EGB. La enseñanza de la multiplicación en los tres ciclos. En: http://abc.gov.ar/LaInstitucion/SistemaEducativo/EGB/default.cfm Matemática. Documento de trabajo Nº 4. Actualización curricular, 1997. Matemática. Documento de trabajo Nº 5. Actualización curricular, 1998. En: http://www.buenosaires.gov.ar/educacion/docentes/planeamiento/primaria.php Matemática, fracciones y números decimales. 6º grado. Apuntes para la enseñanza. En: http://www.buenosaires.gov.ar/areas/educacion/curricula/plan_pluri.php Enseñar Geometría en el 1° y 2° Ciclo. Diálogos de la capacitación. En: http://www.buenosaires.gov.ar/areas/educacion/cepa/geometria.pdf Acerca de los números decimales. Una secuencia posible. En: http://www.buenosaires.gov.ar/areas/educacion/curricula/primaria.php
  • 194. Nap Matemática 6 Desarrollo curricular Nº 1. Una forma de uso de la proporcionalidad: las escalas. Desarrollo curricular Nº 2. Las regularidades: fuente de aprendizaje matemático. Desarrollo curricular Nº 3. La medida, un cambio de enfoque. Desarrollo curricular Nº 4. La división por dos cifras: un mito escolar Desarrollo curricular Nº 5. La estimación, una forma importante de pensar en Matemática. En: http://www2.educacion.rionegro.gov.ar/v2005/gcurri/matematica/matemat.htm Propuestas para el aula. Material para docentes. Matemática EGB 2. Juegos en Matemática EGB 2. El juego como recurso para aprender (material para alumnos). Subsecretaría de Educación Básica, Ministerio de Educación. Juegos en Matemática EGB 2. El juego como recurso para aprender (material para docentes). Subsecretaría de Educación Básica, Ministerio de Educación. En http://www.me.gov.ar/curriform/matematica.html Bibliografía general de consulta A.A.V.V. (1996), “La medida”, Revista de Didáctica de las Matemáticas Uno Nº 10, Barcelona, Graó. ARTIGUE, M., DOUADY, R. y OTROS (1995), Ingeniería didáctica en educación matemática, Bogotá, Grupo Editorial Iberoamericano. BERTHELOT, S. (1993), “La enseñanza de la Geometría en la escuela primaria” Artículo de la Revista Grand Nº 53, traducido para el PTFD, Ministerio de Educación. BIDEAU, J.; MELJAC, M. y FISHER J. P. (1991), “L’appropriation du concept de nom-bre: un processus de lounge halaine” en: Les chemins du nombre, Lille, Presses Universitaires de Lille. BRESSAN, A. M., BOGISIC, B. y CREGO, K. (2000), Razones para enseñar Geometría en la Educación Básica, Buenos Aires, Novedades Educativas. BROUSSEAU, G. (1987), Fundamentos y métodos de la didáctica de la Matemática, Córdoba, Facultad de Matemática, Astronomía y Física, Universidad Nacional de Córdoba. 193 Bibliografía
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  • 196. Nap Matemática 6 OLMO ROMERO Y OTROS (1993), Superficie y Volumen Nº 19, Madrid, Síntesis. PANIZZA, M. (COMP.) (2003), Enseñar Matemática en el Nivel Inicial y el Primer Ciclo de la EGB. Análisis y propuestas, Buenos Aires, Paidós. PARRA, C. Y SAIZ, I. (COMPS.) (1994), Didáctica de las Matemáticas. Aportes y reflexiones, Buenos Aires, Paidós. SEGOVIA ALEX, I.; CASTRO MARTINEZ, E.; RICO ROMERO, L. (1989), Estimación en cálculo y medida. Nº 9, Madrid, Síntesis. SIERRA VÁZQUEZ, M. y OTROS (1991), Divisibilidad Nº 7, Madrid, Síntesis. VERGNAUD, G. (1991), El niño, la matemática y la realidad, México, Trilla. ——————— (1997) (COMP.), Aprendizajes y didácticas: qué hay de nuevo, Buenos Aires, Edicial. ——————— (1990). “La théorie des champs conceptueles” en: Recherches en didactique des mathématiques, Vol. 10, París, La Pensée Sauvage Editions. (También es posible encontrar la Traducción de Juan D. Godino en Internet.) 195 Bibliografía
  • 197. NOTAS
  • 199. NOTAS
  • 201. Se terminó de imprimir en el mes de enero de 2007 en Gráfica Pinter S.A., México 1352 Ciudad Autónoma de Buenos Aires