La Web 2.0, acuñada en 2003, marcó un cambio social significativo al permitir la interacción activa de los usuarios a través de aplicaciones como blogs y redes sociales, en contraste con la pasividad de la Web 1.0. Este fenómeno social transformó nuestra relación con la información, incorporando la participación del usuario en el discurso público y afectando profundamente los medios de comunicación tradicionales. A medida que surgieron nuevos medios independientes, muchos de los antiguos se vieron en declive debido a su incapacidad para adaptarse a estos cambios.