El Parque Güell se formó a partir de la unión de dos fincas en una montaña en Barcelona. Diseñado por Antoni Gaudí con la ayuda de varios colaboradores, el parque tiene una entrada principal con pabellones de estilo orgánico y una escalinata que conduce a una plaza central pavimentada con trencadís. En la cima de la montaña se encuentra un calvario con tres cruces en forma circular que ofrece vistas panorámicas de la ciudad.