El documento discute cómo el arte puede usarse para integrar a los niños de comunidades vulnerables de manera sana y sin exclusión, mejorando su calidad de vida al tener en cuenta sus referentes socioculturales. El autor argumenta que la educación basada en el arte puede contribuir a este objetivo al promover el auto reconocimiento, el trabajo en equipo y la salud mental de los niños a través de la corporalidad y el arte.