El control interno se define como cualquier actividad o acción manual o automática para prevenir, corregir errores o irregularidades que puedan afectar el funcionamiento de un sistema para conseguir sus objetivos. Incluye controles preventivos, detectivos y correctivos, y es responsabilidad de la administración de una organización para asegurar de manera razonable que se cumplan las metas y objetivos, previniendo riesgos y promoviendo la eficiencia.