El control es la fase final del proceso administrativo y está estrechamente vinculado a la planeación. El control implica determinar si lo planeado se está llevando a cabo según lo programado y detectar y corregir variaciones importantes. El control debe implementarse a través de técnicas adecuadas y una filosofía participativa, no punitiva. Existe la necesidad de control debido a que los objetivos individuales pueden diferir de los objetivos organizacionales y hay un lapso entre la planificación y el logro de los resultados.