Idiota solemne
Pedro Sánchez y Carmen Calvo en una imagen de archivo. | EFE He caído en la trampa de la propaganda monclovita como un idiota. No sé cuántos jamones he perdido al apostar por la repetición de las elecciones. Tengo la estúpida sensación de haber caído en la trampa como un idiota. Poco a poco fui inoculando el efecto nocivo de la propaganda monclovita hasta quedar firmemente convencido de que Sánchez había tomado la firme decisión de impedir que Podemos formara parte del Gobierno. La explicación tenía una lógica irrefutable. Con los podemitas en la mesa del Consejo de Ministros, el PSOE sellaba los términos de una legislatura condenada a circular por un carril de sentido único. Renunciaba definitivamente al ejercicio de la llamada geometría variable —es decir, a alcanzar acuerdos concretos en cuestiones concretas con los partidos del bloque de la derecha— y fiaba toda su suerte a que los independentistas quisieran respaldar, a veces con su abstención, pero otras veces ...