Otto Jansen (Correo del Caroní)
Desde hace varias semanas el escenario del estado Bolívar ha sido la base de los líderes nacionales de la revolución. Las acciones hasta el presente no han tenido repercusión importante en la determinación de los guayaneses de salir del estruendoso fracaso del Plan Guayana Socialista.
Desde los días comprendidos entre el domingo 10 y el viernes 15 de marzo, era rumor persistente la presencia en un lujoso hotel de Ciudad Guayana y según otros propagadores, en el campamento de Guri, de la vice presidenta, Delcy Rodríguez y el ministro de electricidad, general Motta Domínguez. Las secuelas, aparentemente más para los efectos políticos que para las medidas de carácter técnico, transcurrido parcialmente el apagón nacional, explicaban esa posibilidad y la fortaleza de las especulaciones. El sábado 16, aun sin confirmación oficial de actividades en la región, esas fuentes señalaron los sospechosos vuelos de avionetas y aviones pequeños que aterrizaban y salían del aeropuerto “Manuel Carlos Piar” de Ciudad Guayana. En horas de la noche el ruido sobre la Zona del Hierro, fue de helicópteros en asiduas travesías que llamaron la atención de quienes dieron crédito a los rumores y a los que no y las siguientes horas confirmaron la presencia del señor Nicolás Maduro en el campamento de la represa hidroeléctrica “Simón Bolívar”, que sirvió para efectuar condecoraciones, según apareció reseñado en cuentas oficialistas de redes sociales, a quienes -en la leyenda revolucionaria de estas semanas- habrían enfrentado el “rayo” tecnológico que “apagó” con un clic desde la distancia imperial norteamericana la sala analógica de control del Sistema Eléctrico Nacional y permitió desde otros análisis (en momentos de noticias falsas y de medias verdades sobre posibilidad de intervención armada en Venezuela) enfocar supuestos movimientos que el desmantelado pero aun sostenido gobierno de usurpación, estaría articulando en sus salas situacionales (Ahora desde Guayana) para ganar tiempo a lo evidente: el fin de un proyecto político del que viene destapándose en deslave público detalles de saqueos descarados al erario nacional, negociados y participantes en estas operaciones, implementación de prioridades políticas por sobre las apremiantes necesidades de la gente (tal como lo confirmó el ahora disidente ex presidente del IVSS, general, Carlos Rotondaro y un sin desperdicio reportaje sobre denuncias de médicos cubanos aparecida en el NY Times). Además de los venezolanos contemplar la larga lista de atropellos, violencia planificada contra voces disidentes (Las espeluznantes denuncias ante la OEA del joven teniente, Dugarte), medios de comunicación, periodistas nacionales y extranjeros, ratificado por la alta Comisionada de DD HH de la ONU, Michelle Bachelet.
Desde hace varias semanas el escenario del estado Bolívar ha sido la base de los líderes nacionales de la revolución. Las acciones hasta el presente no han tenido repercusión importante en la determinación de los guayaneses de salir del estruendoso fracaso del Plan Guayana Socialista.
Desde los días comprendidos entre el domingo 10 y el viernes 15 de marzo, era rumor persistente la presencia en un lujoso hotel de Ciudad Guayana y según otros propagadores, en el campamento de Guri, de la vice presidenta, Delcy Rodríguez y el ministro de electricidad, general Motta Domínguez. Las secuelas, aparentemente más para los efectos políticos que para las medidas de carácter técnico, transcurrido parcialmente el apagón nacional, explicaban esa posibilidad y la fortaleza de las especulaciones. El sábado 16, aun sin confirmación oficial de actividades en la región, esas fuentes señalaron los sospechosos vuelos de avionetas y aviones pequeños que aterrizaban y salían del aeropuerto “Manuel Carlos Piar” de Ciudad Guayana. En horas de la noche el ruido sobre la Zona del Hierro, fue de helicópteros en asiduas travesías que llamaron la atención de quienes dieron crédito a los rumores y a los que no y las siguientes horas confirmaron la presencia del señor Nicolás Maduro en el campamento de la represa hidroeléctrica “Simón Bolívar”, que sirvió para efectuar condecoraciones, según apareció reseñado en cuentas oficialistas de redes sociales, a quienes -en la leyenda revolucionaria de estas semanas- habrían enfrentado el “rayo” tecnológico que “apagó” con un clic desde la distancia imperial norteamericana la sala analógica de control del Sistema Eléctrico Nacional y permitió desde otros análisis (en momentos de noticias falsas y de medias verdades sobre posibilidad de intervención armada en Venezuela) enfocar supuestos movimientos que el desmantelado pero aun sostenido gobierno de usurpación, estaría articulando en sus salas situacionales (Ahora desde Guayana) para ganar tiempo a lo evidente: el fin de un proyecto político del que viene destapándose en deslave público detalles de saqueos descarados al erario nacional, negociados y participantes en estas operaciones, implementación de prioridades políticas por sobre las apremiantes necesidades de la gente (tal como lo confirmó el ahora disidente ex presidente del IVSS, general, Carlos Rotondaro y un sin desperdicio reportaje sobre denuncias de médicos cubanos aparecida en el NY Times). Además de los venezolanos contemplar la larga lista de atropellos, violencia planificada contra voces disidentes (Las espeluznantes denuncias ante la OEA del joven teniente, Dugarte), medios de comunicación, periodistas nacionales y extranjeros, ratificado por la alta Comisionada de DD HH de la ONU, Michelle Bachelet.